GLADIATRIX
(RESEÑA DE CAPITULOS ANTERIORES)
(RESEÑA DE CAPITULOS ANTERIORES)
En el año 73 después de Cristo, el Imperio Romano había conquistado ya gran parte del territorio Europeo, Africa y parte de Asia. Asentados en parte de las Islas Británicas, jamás lograron llegar hasta el territorio hoy conocido como Escocia. Entonces llamado Alba por sus habitantes y Britania del Norte por los romanos.
En estas épocas eran muy comunes las luchas a muerte entre hombres como entretenimiento para el público y sus gobernantes; pero la “munera” en la arena romana necesitaba variedad.
Y así es como comienza esta historia.
*Esto es sólo una reseña, o resumen de cada capítulo; para quienes deseen recordar de qué iba la historia y no tener que leersela de nuevo para entender lo que viene (a veces sucede, en especial luego de un año)
O también para las personas que sienten curiosidad y quieren saber de qué va esto; y si les llega a interesar, si dan click en el título de cada capítulo, irán directamente al capítulo completo para que lo puedan leer.
PROLOGO Y CAPITULO PRIMERO
Albreasheen; una mujer celta británica que pescaba a las orillas de un lago en Alba (Escocia) es raptada por un grupo de extranjeros (moros) junto con otras mujeres y varias niñas.
Luchó con uno de ellos defendiendo a sus 3 hijos quienes lograron ponerse a salvo, pero ella no corrió con igual suerte, siendo noqueada y raptada por aquellos extraños hombres.
En el Londres Actual, El Profesor Albert Andrew, arqueólogo, y el Profesor Alistear Cornwell, antropológo, ambos maestros de la Universidad de Oxford; reclaman un hallazgo en pleno centro de la ciudad.
Un gran cementerio romano ha sido desenterrado gracias a unas labores viales; un cementerio que, por sus características, alberga a esclavos y parias; y que aunque grande, no representaba algo de gran importancia a no ser por una tumba en particular.
Una tumba que contenía indicios de que su ocupante había sido una persona con grandes posibilidades económicas lo cual lleva al primer misterio ¿Por qué alguien aparentemente tan pudiente había sido sepultado en un sitio así?
Luego ya en sus laboratorios, hacen otro hallazgo importante y que de primera mano les deja en jaque: la tumba pertenece a un gladiador, y no solo eso; aparentemente ese gladiador era una mujer.
Así, con estas interrogantes comienza el trabajo de estos dos jóvenes estudiosos que buscarán por todos los medios sacar a la luz este magno descubrimiento, teniendo como obstáculo a Neal Leagan, director del Museo de Londres quien desea hacerse con la potestad de dicho descubrimiento, y a veces hasta de la misma jefa de ellos, la Decana Grey quien no siempre estará muy dispuesta a colaborar a que los jóvenes lleven a cabo su deseo.
CAPITULO DOS:
Albert tiene la certeza de que la tumba pertenece a un gladiador, pues ha encontrado una pieza clave para creerlo: una espada de madera conocida como “rudis” o “gladius libertatem”, una presea que el mismo César otorgaba a un gladiador que se había ganado su libertad.
Alistear por su lado, habiendo investigado los huesos de la tumba, está más que convencido de que corresponden a una mujer por el peso de ellos, por la forma del cráneo y, lo que parece ser definitivo: el hueso de la cadera que es diferente al de un esqueleto masculino al ser más redondeado, diseñado específicamente para la labor del parto, acto del que no gozan los hombres.
Ambos amigos no logran ponerse de acuerdo pero Stear termina casi por convencer, con pruebas, a su rubio amigo de que están ante la tumba de una legendaria “Gladiatrix”.
Pero la prueba definitiva parece tenerla él mismo en su mano; el “gladius” tiene una placa de bronce en la que debería estar, entre otros datos, el nombre del gladiador. Si es un nombre femenino, cambiarán la historia.
Pero la placa del gladius se encuentra muy dañada; para esto los amigos pedirán ayuda a la Lcda. Susanna Marlowe, restauradora de la universidad, quien hace mucho gusta de Albert Aldrew.
La joven se muestra muy interesada y promete ayudarles a restaurar la espada, y unas cerámicas despedazadas que hallaron en la tumba; a cambio de que Albert le pague con una cena romántica solo los dos. El rubio accede.
CAPITULO TRES:
Albreasheen, la mujer celta que ha sido raptada con varias compatriotas; despierta en el transporte que a la vez es una jaula, donde las llevan prisioneras.
Despierta adolorida y desorientada, solo para descubrir que está atada de pies y manos y que no puede moverse. Las han alejado de su hogar.
Le cuentan que sus hijos lograron ponerse a salvo y eso la reconforta un poco.
Los moros que las mantienen cautivas abusan de algunas mujeres durante el viaje y a ella le toca ver impotente cómo las mujeres son vendidas como esclavas y las niñas separadas de sus madres para ser entregadas en varios burdeles.
A ella no logran venderla; su fuerza de voluntad no le permite doblegarse de pena y lucha con todas sus fuerzas para conseguir que sus captores no logren colocarla, lo que le devenga varias palizas.
Llegado un momento se queda sola en su encierro, y con desesperación comprende que la van a sacar de la isla atravesando el mar. Entiende que no podrá volver a su hogar.
En el Londres actual, Susanna muestra a Albert y Stear unas diapositivas y les cuenta la historia de Amazona y Aquilea; un relieve en pedernal que representa a dos gladiadores en combate, hallado en Turquía cerca de Halicarnaso, y en donde luego de mucho estudio se llegó a la conclusión que las personas representadas ahí, son mujeres. En especial porque en la parte inferior pueden leerse claramente los nombres “Amazona y Aquilea”.
Los tres jóvenes quedan aun más convencidos de que lo que tienen es real y deciden trabajar con ahínco para develarlo.
CAPITULO CUATRO:
Los raptores se embarcan llevando a Albreasheen con ellos.
Atraviesan el actual Canal de la Mancha y llegan a Calais en Galia Lugdunensis (Francia) donde topan con Tulio de Sicilia; romano dueño de un ludo femenino donde intentan venderla.
Tulio al principio ríe de las peripecias que el hombre le cuenta que esta mujer le ha hecho pasar, al final accede a verla y entra en cólera al verla tan flaca, sucia y malograda.
Se nota que ha sido fuertemente castigada varias veces, la mujer está en los huesos y sumamente lastimada.
Luego de la insistencia del desesperado moro, Tulio decide ponerla a prueba y la entrega a dos de sus fuertes esclavos abisinios para que la ataquen con garrotes, a lo que ella se defiende lo mejor que puede, que no es mucho dadas sus condiciones.
Pero aún así deja impresionado al lanista quien piensa que, si así como está, y atada, ha podido cerrarle un ojo de un golpe a un abisinio ¿Qué podrá hacer en mejores condiciones?
Al final, Tulio promete a Albreasheen que la devolverá a su hogar si lucha para él en su ludo durante algún tiempo, precariamente le explica lo que tendría que hacer. Ella no tiene en realidad ni idea de lo que en realidad le espera, ni confía demasiado en el romano; pero como de todas maneras al momento no tiene más opciones, teniendo como garantía la palabra del romano ella accede y Tulio la compra.
CAPITULO CINCO:
En el ludo, Albreasheen conoce a varias mujeres de las que será compañeras:
Syria, una noble y valiente mujer que lleva en el ludo casi toda su vida; es una de las mejores gladiadoras del negocio; hábil, fuerte, capaz y diestra. Es la que se ocupa de entrenar a las mujeres que llegan y es quien será responsable de la preparación de Albreasheen.
Lysia; una hermosa y temperamental peliroja que guarda mucha ira dentro de su corazón a causa de la vida que ha llevado junto a Tulio, de quién es mujer. Ira que desquita al desenvolverse de manera magistral en la arena de combate y con Albreasheen a quien hace objeto de sus burlas y su escarnio.
Siente su posición de mejor espada tambalear al llegar Albreasheen al ludo, pero Tulio y sobretodo Syria que la conoce mejor que nadie, sabrán mantenerla a raya.
Kío; una adolescente oriental que, habiendo sido entrenada por la misma Lysia, es excelente en la arena. No es muda pero nunca habla y siempre está al lado de Lysia a quien sigue y sirve continuamente.
En el Londres actual, Susanna se entrevista con Neil Leagan, pues ha recibido una llamada suya con anterioridad la cual ella aprovechó para pedirle un artefacto especial y muy costoso que necesitaba para restaurar la espada de Albert.
Pero ella no imaginaba que lo que él quería era sacarle información sobre la investigación de los dos amigos. Ella no le dice nada concreto pero para él ha sido suficiente.
Luego de una pelea en la que él termina con el labio sangrante, ella se va de regreso a Oxford, donde se topa con los dos amigos recreando un combate con armamento prestado de la universidad.
Ella le informa a Albert que ya tiene el artefacto que necesitaba mintiendo acerca de su procedencia.
Stear y Patty, quien es la secretaria de la Decana Grey, salen a cenar comenzando así una relación.
CAPITULO SEIS:
Albreasheen es testigo de la pericia de Lysia en la arena de combate; teniendo como contrincante a una númida, la pelirroja da nuevamente un espectáculo de calidad, como ya tiene acostumbrado a su público.
La mujer africana cae y tanto el gobernador de aquella ciudad como el público que la ovaciona, piden que la termine, a lo que ella obedece.
Albreasheen confiesa a Syria que ella no cree poder hacer algo como eso nunca; luego de que Lysia ha terminado su faena y vuelve al hipogeo furiosa por una herida que la africana lograra hacerle; el siguiente espectáculo es un hombre teniendo que enfrentarse con un tigre hambriento.
Albreasheen mira anonadada pero es retirada de la cancela con violencia por Lysia quien le dice a Syria que le indique que no vea eso, de lo contrario nunca podrá gladiar.
En Londres, el profesor Andrew está siendo presa de extraños hechos. Varias noches se le viene repitiendo un sueño en el que ve a una joven rubia y de pecas enfrentarse en la arena de combate, teniendo que presenciar cómo el adversario la mata. Esto hace que se pregunte si no está obsesionándose demasiado con la investigación.
Albert sigue enfadado con Stear por haberse ido con Patty y no quedarse a seguir con el trabajo; para congraciarse, Stear le comenta que su hermano menor es un escultor forense que trabaja para Scotland Yard, y que podrían contratarle para ponerle un rostro al cráneo de la mujer de la tumba.
Al mismo tiempo, la Lcda. Marlowe parece que por fin consigue lo que lleva años solicitando.
Le llaman al decanato y la misma Decana Grey le presenta a la srta. Karen Klise; su nueva asistente restauradora.
CAPITULO SIETE:
Susanna parece estar complacida con su nueva asistente, quien parece ser mucho más profesional de lo que su currículum dicta; la joven es educada, complaciente, hacendosa y muy diestra con las herramientas.
Albert llega al laboratorio de Susanna para invitarla a conocer a Archibald Cornwell que ha accedido a trabajar con ellos y la joven Klise parece mostrarse muy interesada en su trabajo.
Archibald y Stear se lo pasan discutiendo, pero más que nada por la insistencia del moreno de gafas en molestar a su hermano menor, Archie indica a Albert que necesitará un sitio propio donde trabajar ya que no desea trabajar con su hermano por lo desordenado que este es.
Albert y Stear se presentan ante la Decana Grey llevando la lista de materiales y el presupuesto que Archie ha estipulado para el trabajo, lo cual a ella le parece exorbitante; reclama a los dos jóvenes su tardanza y las faltas en las cátedras que este proyecto les ha provocado.
Albert pierde un poco los estribos al sentir su trabajo minimizado pero Stear entra al rescate tocando el lado feminista de la Decana. Al final la mujer accede a otorgar las cantidades necesarias para el trabajo de los jóvenes.
En el antiguo imperio romano, Tulio ha perdido a tres gladiadoras en algunos combates, lo cual lo tiene furioso pues esas pérdidas le cuestan muchísimo dinero.
Estacionados en Tárraco, Syria pide a Lysia que le ayude a entrenar a Albreasheen fungiendo de contrincante a lo que la pelirroja accede a regañadientes.
La mujer celta ha mejorado de a poco y la pelirroja lo nota, pero el combate entre ellas prontamente se vuelve una suerte de burlas y mofas de Lysia hacia Albreasheen, a lo que esta última ya harta, responde de manera salvaje haciendo que Tulio se haga presente en el patio de entrenamientos exigiendo compostura.
Lysia recibe un regaño así como Albreasheen quien aparte recibe también una bofetada; Tulio le dice que estaba advertida de que si causaba problemas sería vendida y pregunta a Syria si la mujer está lista ya para la arena o no ya que le está costando mucho dinero. La alta rubia responde de manera afirmativa.
CAPITULO OCHO:
En la arena de Tárraco, Syria, Lysia y Kío se lucen como siempre dejando buenas ganancias para Tulio. La relación entre Albreasheen y la pelirroja no mejora.
Syria intensifica el entrenamiento de Albreasheen y Tulio decide que en la siguiente ciudad, Cartago Nova, la hará entrar de una vez a la arena.
Durante el viaje, Albreasheen extraña a sus hijos; le cuenta a Syria que es madre de tres y ésta a su vez le cuenta que tiene uno que ya debe ser un hombre.
Albreasheen pregunta que donde está y ella le responde que su hijo debe estar en Halicarnaso (su patria) con su padre y su madre. Ella no comprende bien y Syria no quiere contarle más.
También se extraña de que Kío siempre esté así al lado de Lysia siguiéndola y sirviéndola, y Syria le cuenta la historia de la jovencita, de cómo llegó al ludo, el porqué siempre está así junto a Lysia y las razones del nombre que le dieron.
También le dice que Kío no es muda y que quizá algún día la escuche hablar en sueños.
Llega el momento en que Albreasheen ingrese por primera vez a la arena romana y el pánico hace presa de ella. Syria le da consejos mientras le acomoda el armamento pero ve que la mujer simplemente no puede para de temblar. Al final le recuerda que tiene que mantenerse viva por sus hijos, para que pueda volverlos a ver y la mujer se lanza al combate.
Su contrincante es una mujer egipcia novata como ella pero que le presenta excelente combate, Lysia y Syria no pierden de vista el desempeño de su compañera que resulta ser mejor de lo que cualquiera de ellas esperara. La gente comienza a corear “Celta celta”, lo cual se convertirá de ahí en más, en su nombre de combate.
Albreasheen gana el combate, pero cuando tuvo a la egipcia a merced de su espada, supo que no iba a poder asesinarla. Felizmente la gente que la ovacionaba pidió la piedad para la caída a lo que el gobernador accede.
Albreasheen deja viva a la mujer egipcia y regresa al hipogeo de su ludo, triunfadora. Pero ella se sentía desolada pues de pronto tuvo la certeza de que nunc iba a poder matar a alguien.
En Londres Archibald Cornwell comienza con la labor que le han encomendado. Por una indiscreción de Stear, Susanna y Albert salen de la habitación quedándose en el pasillo. Albert le pregunta si de verdad piensa que el gladius es restaurable pero ella sinceramente le dice que las posibilidades son pocas; Susanna parece comenzar a sentirse incómoda con Karen y se lo expresa a Albert, él intenta aconsejarla y le pide paciencia.
Susanna no resiste más y le confiesa que le gusta y que tiene sentimientos por él, Albert le revela que sus sentimientos son correspondidos y comienzan una relación.
CAPITULO NUEVE:
Una vez más, Albert tiene uno de esos sueños que lo desesperan. Esta vez, ve a la gladiadora luchando con un tigre que logra vencerla y él despierta sobresaltado.
Susanna ha amanecido con él y la caricia de la joven lo reconforta pero no logra volverse a dormir, al fin se levanta decidiendo irse a la universidad temprano.
Susanna se queda un poco más ahí, pensando en lo enamorada que se siente de Albert, comparándolo con sus anteriores relaciones Albert le parece un príncipe, en especial si lo compara con el último a quien simplemente cataloga de “rata”.
Albert llega sumamente temprano a la universidad, mucho antes de que cualquier actividad comience; sin embargo al pasar por el laboratorio de Susanna, nota que hay luz y movimiento dentro.
Al entrar a la oficina se encuentra con Karen, quien se asusta de muerte al ver al rubio profesor.
Albert le felicita por haber logrado en tan poco tiempo que Susanna tuviera la confianza de dejarle una copia de su llave a lo que la joven responde con una sonrisa compuesta.
Cuando Albert se retira, ella decide hacerlo también y volver cuando Susanna esté en su oficina.
Archie a su vez sigue trabajando en el cráneo y descubre por medio de un análisis que este se encuentra impregnado de carbón vegetal haciéndole suponer que el cuerpo ha sido cremado; pero Stear devela a medias sus dudas al contarle que dentro de la tumba habían doce incensarios que fueron enterrados con el residuo de lo quemado en ellos, considerando que tal vez por eso algunos huesos se hayan contaminado de carbón. Archie acepta la explicación pero no queda muy convencido.
En Cartago Nova continúan las celebraciones y Albreasheen ha sido enviada por Tulio a pelear en justas, que no son peleas a muerte. Pierde el primero que caiga a la arena.
Pero en la última fecha los combates fueron a sorteo y a ella le tocó un combate a muerte con el hombre más grande que ha visto en su vida.
Fue un combate cruento y terrible en el que casi pierde la vida, pero por una mezcla de suerte y fuerza de voluntad, sale viva de milagro pero terriblemente lastimada.
Al final no podía creer que estuviera aún con vida y pierde el conocimiento justo entre los vítores de los espectadores.
Al despertar se da cuenta del estado de sus heridas, no puede moverse y tampoco puede hablar; pero Kío cuida de ella.
CAPITULO DIEZ:
Continúan de viaje por diversas ciudades donde las otras gladiadoras hacen gala de su pericia, pero Albreasheen está muy mal aún y Tulio comienza a pensar que ha hecho una mala compra con ella.
En el barco hacia Mauritania ella se recupera y puede comenzar a entrenar; les han llamado en esta ciudad para que se presenten en las celebraciones de las bodas del gobernador.
Gracias a unas lonas que cuelgan fuera de los anfiteatros, donde las han representado a ellas, Albreasheen se da cuenta de que Kío no conoce su rostro y decide llevarla a la habitación de Tulio para que se mire en el espejo, y se enternece viendo como la jovencita ríe ante su propio reflejo ensayando gestos y muecas.
Tulio las ve y monta en cólera pues ellas tienen prohibido entrar ahí si no las llaman.
Lysia entra en defensa de Kío para que él no la castigue y amenaza a Albreasheen si vuelve a provocarle problemas a la chica. Más tarde Tulio les dice que han sido invitados a un banquete y las alecciona sobre cómo vestirse y comportarse.
Por una discusión entre Tulio y Lysia, Albreasheen se da cuenta de que Tulio suele alquilarlas a sus gladiatrices, como entretenimiento sexual a los patricios que gustan de ellas. Al final Tulio golpea a Lysia y Kío y Albreasheen acceden a ir también para que nadie más sea castigado.
Ya en el palacio del gobernador, Albreasheen queda anonadada con tanto lujo y tanta belleza; dentro del recinto Tulio es reconocido por varias personas que alaban a sus mujeres.
Cuando el gobernador Titus Suetonio Severo aparece, su hermano Publio Terius Severo, que es quien ha pagado el banquete, dice unas palabras a la gente y llama la atención de Albreasheen por lo apuesto que es.
Cuando les toca presentarse delante de la mesa de honor, ella se da cuenta de que también ha llamado la atención del joven patricio ¡y de qué manera! Comienza a nacer entre ellos una atracción irremediable.
CAPITULO ONCE:
En su oficina, Archie Conrwell termina el modelo computarizado del rostro de la mujer de la tumba y se siente anonadado ante la belleza que ha tenido aquella mujer.
Al mismo tiempo siente pesar pues, si es como Albert y Stear dicen que probablemente fuera una esclava, su belleza tiene que haber sido una maldición más que una suerte. Decide no dar a conocer el rostro hasta que tenga listo el modelo físico del busto.
Karen Klise se muestra interesada en Anthony, Susanna siente celos porque Karen se acerca a Albert y le pide que tenga cuidado con ella pues su incomodidad hacia la joven ha ido creciendo.
Stear se siente intranquilo por el color que presentan los huesos de la tumba y recuerda la mención de su hermano acerca de una posible cremación. Lleva muchas muestras al laboratorio, la joven encargada le exige pagarle por analizar tantas muestras.
Patty se encuentra distante y luce preocupada. Alega que su abuela está enferma.
En la antigua Mauritania, Titus Suetonio Severo se ha casado ya con la bella Tadea y las celebraciones comienzan. Los gladiadores libres se enfrentan y Albreasheen se asombra de ver que dos personas que solo unos días antes charlaban como grandes amigos ahora se enfrentaban a muerte como si fueran enemigos y no puede creerlo. Piensa en sus compañeras y en que jamás podría enfrentarse a ninguna de ellas.
Syria ingresa a la arena a enfrentarse con un gladiador libre que le presenta buena pelea, en un momento el tipo se atreve a besarla. Ella logra vencerle y la recién casada pide que le perdonen la vida.
A Albreasheen le toca enfrentarse a una mujer oriental que tiene un estilo de pelea desconocido para ella; está a punto de vencerla pero de pronto la Celta cambia las cosas a su favor; cuando la tiene a su merced le pide que se rinda para no matarla, la mujer accede. Pero el recién casado quiere ver sangre.
La oriental se prepara a recibir la espada de la Celta, pero esta no puede hacerlo y se regresa al hipogeo sin dañar a su oponente. Tulio se enfurece pero la concurrencia está contenta con la piedad que presentara la gladiadora ante su contrincante.
El hermano del recién casado; Publio Terius Severo, se hace presente en el hipogeo acompañado por su nueva cuñada y un séquito de soldados para informar al lanista que no se preocupe de nada, y que el comportamiento de su gladiadora no se ha considerado un acto de desobediencia si no de generosidad.
A Tulio no se le escapa la forma como el joven político mira a la Celta y al final le hace notar a ella que solo porque él gusta de ella es que seguía con vida, pero que tenga siempre presente que desobedecer el “pulgar abajo” de un gobernante equivale a la muerte.
CAPITULO DOCE:
Terius y Titus se entrevistan en el balcón del palacio de gobernación para tomar el desayuno luego de la noche de bodas del más joven.
Titus le comenta indiscretos pormenores de su noche de bodas a su hermano, preguntando a su vez cómo habrá sido la de su hermano, poniendo en consideración el habiéndose casado con una mujer mayor que él y viuda que obviamente ya tenía experiencia. Terius pide discreción, pues sabe que cerca están su mujer y su hija.
Titus le hace referencia a que él jamás ofendería a su cuñada Ageda pues ha sido gracias a ella que han conseguido sus posiciones privilegiadas.
En ese momento justamente ingresa Leonor, la hija de Terius interrumpiendo aquella desagradable conversación, seguida por su madre quien obviamente ha escuchado todo, pero no dice nada.
Se acerca el cumpleaños de Terius y Titus pretende hacerle un regalo. Habiéndose desposado con una virgen y habiendo disfrutado por primera vez de ese placer, cae en cuenta de que su hermano nunca lo ha tenido y habiéndole sido casi imposible conseguir una esclava virgen que no fuera aun una niña, se entrevista con Tulio, recordando que una de sus gladiadoras, Kío, es sumamente joven pero ya en edad propicia.
Tulio confirma que en efecto, Kío es virgen. Titus paga una fuerte cantidad por la joven y le pide tenerla lista para esa misma noche.
Al ser informada de ello, Lysia se niega pues considera que Kío es aun “una niña”. Tulio le recuerda que ella era mucho menos que Kío cuando llegó a él y que ya era el turno de la muchacha.
Llegada la hora Kio es llevada a Terius pero él decide devolverla con una misiva en la que finge haber sido ofendido al enviarle alguien tan joven y pidiendo a cambio que se le envía a la Celta, por lo cual perdonaría el supuesto agravio. Albreasheen es enviada a Terius y confiesa que está ahí porque en realidad lo desea y ambos pasan una maravillosa noche de pasión.
En Londres, Archie ha terminado el busto del cráneo de la gladiadora, Stear y Albert van a verlo quedando anonadados con la belleza del modelo.
Albert pide hacerle cambios, otra peluca, otro color de ojos; y comienza a lucir como desesperado cuando por último, pinta con marcador de pizarra unas pecas en el rostro del modelo. Archie se enfada.
Albert sale de la habitación ofuscado y confundido; Stear intenta consolar a su hermano y luego sale tras su amigo pero se encuentra con Patty quien hace días no responde sus recados, el hombre le dice que de verdad la quiere pero la joven no sabe responder nada en concreto. Al final entre lágrimas, se deshace de Stear y se va, dejándolo triste y confundido sin entender qué le sucede.
Patty se encierra en un baño a llorar pero al final decide ir al laboratorio de Susanna Marlowe y le dice a Karen Klise que tiene que irse de la universidad.
CAPITULO TRECE:
Terius y Albreasheen han gozado de varias horas de pasión; él le hace preguntas sobre su raza, su procedencia y los tatuajes que tiene. Le pregunta sobre su nombre y ella le revela que Albreasheen significa “pequeña rosa blanca” en la lengua de su pueblo.
Le explica sobre sus filosofía y sus costumbres; que entre su pueblo no existe la esclavitud ni tampoco el que la mujer pasa a ser propiedad del marido cuando se casa. Costumbres muy diferentes a las romanas.
Ageda, la esposa de Terius, era casi una niña cuando la casaron con un anciano del que quedó viuda antes de cumplir los 25 años. Muy poco tiempo después la casaron con Terius Severo, que era casi un niño entonces.
Tuvo que pasar cierto tiempo antes de que Ageda y Terius consumaran su matrimonio ya que ella estaba aterrada de pensar en entregarse a un adolescente como él, y Terius nunca quiso forzarla a nada. Ahora ellos tienen una hija y ella está sumamente enamorada de él.
Aquella noche había visto a Titus y a su hermano irse de modo sospechoso y logró ver cuando la mujer celta entraba a la habitación donde Terius esperaba. Ella volvió a su habitación rogando a sus dioses que no le quitaran a su marido. Al dia siguiente, Terius, Ageda y su hija Leonor partieron de regreso a Mauritania Caesariense y el incidente quedó en el olvido; no sin antes aconsejar a su joven cuñada acerca de cómo lidiar con un hombre como Titus.
En el ludo, Syria y Kío acosan a Albreasheen con preguntas acerca de su experiencia con Terius.
En Londres; Albert se disculpa con Archie por lo sucedido y le pide que realice un nuevo modelo pero esta vez sobre el mismísimo cráneo haciéndose responsable de cualquier daño que este corra y entregándole un cheque en blanco para que se sienta libre en gastos.
Al principio el joven escultor se muestra reacio pero al final y en vista de la insistencia del rubio, accede.
Archie le aconseja que se deslinde un poco de la investigación y que se vaya de vacaciones.
Stear va a recoger los resultados de los análisis que pidió y le dan un folder muy grueso en vista de que eran muchas muestras.
Stear se queda pasmado con los resultados tan parejos que, siendo ya muy de noche llama a Albert y a Susanna de vuelta a la universidad para revelarles que al parecer están trabajando sobre bases erradas pues acaba de descubrir que, en efecto, el cuerpo de la tumba ha sido cremado; lo cual cambia un poco el derrotero de las cosas.
CAPITULO CATORCE:
Lysia y Kío una vez más se lucen en la arena ganando la aclamación del público y sus gobernantes.
Syria alecciona a Albreasheen acerca de que, ya no estando Terius en Mauritania Tingitana, ella debe ser más prudente con su desenvolvimiento en la arena, teniendo en cuenta que si le ordenen acabar con una vida y no lo hace, la muerta podría ser ella misma. La Celta sale a la arena a enfrentarse nuevamente y una vez más se da cuenta de que no puede hacerlo.Una vez más abandona la espada y vuelve al hipogeo donde nuevamente es recibida con reclamos.
Unos soldados vienen por ella ya que el gobernador Titus se ha sentido ofendido por su desobediencia y exige que vuelva a salir a la arena; al final pese a los ruegos de Tulio, los soldados la llevan a que enfrente a un tigre de Bengala. Tulio amenaza a Syria con venderla si Albreasheen no sale viva.
Al último momento Lysia le grita a la Celta tres palabras claves para vencer al animal. La Celta lo logra, no sin antes quedar gravemente lastimada.
Titus al verla vencedora, siente admiración por ella y hasta piensa que, si pudiera, le otorgaría su libertad; al final deja que se vaya. Ella parece comprender por fin lo que implicaría seguirse negando a matar a sus oponentes en la arena.
En Londres; tras las declaraciones de Stear de una posible equivocación, Albert comienza un exhaustivo estudio de todas las piezas halladas en la tumba, pero por más que hace pruebas y análisis, todo parece estar en orden.
Solo hay un par de objetos a los que no les haya razón. Anthony llega y su tío le habla de que tenga cuidado con su relación con Karen pues así como los ha visto él puede verlos cualquiera y no es prudente.
Stear llega y cuenta sus desavenencias con Patty; Susanna viene a hacerle compañía a su novio y se encuentra con los dos amigos ahí, Anthony revisa los resultados de los análisis del contenido de los incensarios y sus virtudes de botánico brotan dando cátedra de las plantas aromáticas que fueron quemadas ahí, llegando una vez más a la conclusión de que la dueña de la tumba debió ser una mujer muy rica, pues ese tipo de incienso es muy costoso.
Susanna logra definir que los objetos a los que Albert no les haya razón son un par de espejos y una daga de pecho. Albert recibe una llamada de Archie y sale sin decir dónde va.
Archie ha terminado el encargo de Albert, nuevo modelo sobre el mismo cráneo, pero las diferencias son mínimas. Albert se convence de que ese es el rostro de la mujer de la tumba y deja de buscarle razón a sus sueños.
En su laboratorio Susanna sigue trabajando el gladius pero desgraciadamente la placa de la empuñadura termina rompiéndose dejándoles sin esperanzas de conocer el nombre de la mujer.
Susanna tiene un mal presentimiento.
CAPITULO QUINCE
El ludo de Tulio de Sicilia ha llegado a Mauritania Caesariense y se instalan ahí ya que La Celta ha caído en cama con una fuerte infección causada por las heridas que el tigre le infringiera; lleva varios días con fuerte fiebre y delirando, ningún médico puede hacer nada por ella excepto recomendar rezar a sus dioses. Tulio se muestra desesperado, su enfermedad representa un fuerte gasto y un retraso en sus actividades lo que también le cuesta, pero no desea dejarla morir pues eso sería aún peor para sus arcas.
Buscando un nuevo médico se encuentra por la calle con Publio Terius Severo, gobernador de esa ciudad a quien le cuenta lo que están padeciendo. Terius se muestra interesado y decide ir a verla. Terius siente mucho pesar cuando sabe que ha sido culpa de su hermano que ella esté al borde de la muerte. Terius manda a traer a su médico de confianza; un anciano muy extraño de larga barba y vestiduras blancas con un punto rojo en la frente que ha atendido a su familia desde mucho antes que él naciera.
Este logra que la fiebre de la Celta baje considerablemente solo con limpiar la herida y cambiar las vendas. Recomienda hacerlo con constancia, para que la herida no se pudra y recomienda su cuidado a Syria.
La mujer ha salvado la vida, Terius se despide de una aún inconsciente Albreasheen pensando en que esa sería la última vez que la vería.
En Londres; Todos están reunidos en el laboratorio de Susanna muy apesadumbrados por lo acontecido con el gladius, Susanna no puede evitar ponerse a llorar presa por la culpa pero Albert la consuela.
Stear y Archie dan ánimos e instan al rubio a que de todas maneras intenten presentar la investigación, que tienen muchas pruebas casi concluyentes. Albert accede entusiasmado.
Anthony comienza a sentir un repentino desinterés de Karen hacia él.
A la mañana siguiente, un muy entusiasta Albert se alista para entrevistarse con la Decana Grey y comenzar los pasos para presentar la investigación, pero al llegar a la universidad se encuentra con que están siendo literalmente saqueados.
El Museo de Londres ha venido a reclamar las reliquias del asentamiento que ellos investigaban y se lo están llevando todo.
Al momento Neil Leagan se encontraba en el laboratorio de restauraciones incordiando a Susanna quien de pronto cae en cuenta de que todo eso ha sido culpa suya. Tienen un intercambio de palabras y ella lo golpea. Al final se resigna a entregar lo que él le está pidiendo: el “rudis” de la gladiadora.
Albert monta en cólera y va a buscar a Neil a quien asesta un puñetazo ya harto de que él siempre esté interfiriendo con sus trabajos. Neil sin empacho le dice que lo que él está haciendo es legal pero que le complace muchísimo perjudicarlo, y lo amenaza con demandarlo.
Al final nadie puede hacer nada y Neil se lleva todo por lo que ellos han trabajado.
CAPITUO DIECISÉIS:
Las heridas de la Celta se restablecen satisfactoriamente, pronto pueden partir y Tulio la ve tan bien que piensa ponerla en la arena apenas lleguen al destino. Albreasheen cuenta a Syria que ha soñado con Terius y ella le revela que no ha sido un sueño y le cuenta lo sucedido.
Lysia molesta a Albreasheen y ella le cuenta que por su culpa Tulio había estado a punto de vender a Syria, esto la desconcierta. Llegando a Cartago, efectivamente Albreasheen sale ya completamente repuesta a la arena a enfrentar a una mujer quien le presentaba buena pelea. A pesar de la terrible experiencia recientemente vivida y de que tenía muy claro en su mente que “tenía que hacer lo que tenía que hacer”, las dudas se agolpaban en su mente; al final gana la contienda y una vez más no puede asestar el golpe final.
Se retira, dispuesta a que suceda con ella lo que tenga que suceder, pero la mujer se levanta a atacarla por la espalda a lo que ella reacciona y reflexiona que en la arena es ella o el oponente; y ella debe sobrevivir.
En un mercado de Leptis Magna, decide cuál será su premio por su victoria, pide a Tulio unos pequeños espejos redondos que ofrece un mercader y se los regala a Kío.
En el mismo mercado, Tulio compra dos “ejemplares” nuevos; Albreasheen le pide a Syria que convenza a Tulio de comprar a una mujer en particular, quien resultó ser la egipcia con quien se enfrentara por primera vez.
En Londres; Albert y Stear van con la Decana Grey a montar su queja por lo sucedido; la mujer les dice que todo lo acontecido ha sido legal y Albert monta en cólera a lo que la Decana responde airada.
Los ánimos se calman y luego de reflexionar un momento llegan a la conclusión de que se ha filtrado información y que alguno de los involucrados en la investigación los ha traicionado.
La abuela de Patricia ha muerto, y la decana les pide que vayan a verla.
*Esta ha sido la reseña desde el prólogo hasta el capítulo dieciséis; lamentablemente cuando intenté publicarlo completo, me apareció un mensaje diciéndome que estaba demasiado largo y debía recortarlo, así que por eso he decidido hacer la reseña en dos partes.
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