SUEÑOS
DISCLAIMER: Los personajes de Candy Candy pertenecen a sus autoras Mizuki/Igarashi. Fanfic realizado sin fines de lucro.
UN BESO
CAPITULO 2
CAPITULO 2
Rose veía con la ventana cerrada hacia el jardín. Recordando la hermosa noche que había vivido apenas ayer. Por enésima vez volvía tocar sus labios y suspirar, sabía que no había sido un sueño...
Mientras buscaba entre la gente, pensaba que no estaba tan mal la fiesta que su tía acostumbraba a organizar todos los finales de año. Faltaban diez minutos para las doce. Siempre recibía el año junto a su hermano Bert y su mejor amigo George. Todos los años viajaban a donde su hermano se encontraba, este año habían decidido asistir a la gala que se celebraba en la mansión, pero Bert no se había presentado. Les había comentado que iría a dar un discurso en nombre del Tío Abuelo William a la fiesta que organizaba la nueva empresa donde trabajarían, pero ya faltaban ocho minutos para las doce y ni sus luces. Tenían por tradición tomarse una fotografía los tres juntos, ella adelante y George y Bert atrás, al dar las doce siempre hacían alguna cara graciosa y tomaban la foto.
Ella tenía cada foto enmarcada en su antiguo apartamento pero al parecer este año no habría tal. Había aceptado que Vincent la acompañara este año, era un amigo muy querido. Pero la razón por la que veía hacia la multitud y no a su acompañante era un hombre alto de ojos negros, al que siempre había amado en secreto. George la trataba como a una hermana pequeña, y ella soñaba con el día en que el dejara de verla como una niña y le declarara sus sentimiento, mientras estaban rodeados de hermosas rosas blancas. Rose siempre serás una romántica pensó en ese momento mientras veía que faltaban cinco minutos para las doce ¿Dónde estás George? pensaba nerviosa, al menos esperaba recibir el año junto a él.
Vincent coloco frente a ella una copa de champange -Mi querida Rosemary toma tu copa, sé que no era con quien esperabas recibir el año. - le decía con una amable sonrisa.-lamento no ser una buena compañía- Rose casi se da un jalón de orejas por olvidarse de su amigo.
-Claro que eres una gran compañía Vincent, gracias por aceptar estar a mí lado. No estoy acostumbrada a recibir sola el año-
-Vamos Rose alégrate faltan cuatro minutos para las doce - le decía Vincent mostrándole la copa.
Cuando estaba a punto de tomar la copa que le ofrecía su querido amigo, sintió como alguien se paraba detrás de ella y colocaba una mano en su hombro y con la otra tomaba la mano extendida.
-Lo siento, pero debo llevármela, es una tradición recibir el año juntos y no sabría que decirle a su hermano si no cumplo con ella.
Rose sintió que se le salía el corazón y por un momento se le olvido de respirar. ¡Ahí estaba! tan guapo como cuando lo dejo en Chicago hacía seis meses, seis meses sin verlo y no había hecho nada más que ponerse más guapo. Reacciono al ver que se dirigían a un balcón, no la había soltado y solo sentía como su ser se llenaba con el aroma de su perfume. Hacía frío y noto como todo estaba preparado para ellos dos. Tenía una hermosa vista hacia el jardín, una estufa para generar calor, una mesa con dos copas de champangne, estaba iluminado con series de pequeñas luces que daban un toque romántico al lugar.
-Vamos Rose colócate el abrigo nos quedan dos minutos para las doce- decía mientras le colocaba su abrigo sobre los hombros. Rose solo alcanzaba a sonreír se sentía en un sueño.
-No logre comunicarme con Albert- Decía mientras servía dos copas - espero no te moleste recibir el año solo conmigo.
Rose lo veía ahí de pie junto a la mesa iluminado con las tenues luces. Era perfecto, alto, su piel blanca, ojos negros como la noche pero que esta noche tenían un brillo especial. Sonrió al recordar la temporada que se dejó un chistoso bigote. Aunque ahora su rostro se veía muy bien rasurado. - no me molesta recibir el año contigo, decía sonriendo pero en el momento no pudo evitar el escozor de las lágrimas. -¡Oh! George pensé que lo recibiría yo sola ¿por qué tardaste tanto?
George tomo su mano y la beso galantemente tomándose un poco más de tiempo en ese gesto. -Lo siento Rose no era mi intención llegar tan tarde. Pero prepara tu celular para la foto y luego te explico nos queda un minuto-
Rose sonrió y saco su celular, preparo la cámara y dudo. ¿Cómo nos colocamos? Hoy no está mi hermano.
El rodeo su pequeña cintura con su brazo izquierdo y pego su mejilla a la de ella.
Que te parece así le dijo sonriendo.
A lo lejos se escuchaba la cuenta regresiva
10... no olvides hacer un gesto - decía algo nerviosa
8... No te preocupes que lo hare
6... Aunque hoy estas más sonriente que nunca
4... Puede que tengas una razón
3... Rose solo pudo verlo a los ojos y él sonreía
2... Sostén bien el celular Rose
1... Haz un ges...
¡FELIZ AÑO NUEVO! se escuchó a lo lejos, o al menos eso creyó escuchar Rose que decían en la fiesta. Porque en el instante en que tomaba la fotografía, George la beso.
En las películas y en los libros, dicen que cuando la persona amada te da un beso es como que vieras fuegos artificiales otros dicen que sientes que vuelas. Y pues bueno tenían razón, cuando pensaba hacer un gesto George tomo su rostro y la beso, ella automáticamente cerro los ojos y vio fuegos artificiales eran las luces más hermosas de su vida, sentía como se elevaba de la emoción. Fue un beso corto y sintió como George sonreía sobre sus labios, había terminado el fortuito beso robado pero no se separaba de ella. No quería abrir sus ojos, con temor a que fuera mentira, y antes que el pensara en separarse ella intento cruzarle los brazos por el cuello pero se le olvido que tenía el selfie stick en su mano, afortunadamente George se le adelanto y lo tomo el, ella aprovechando esta confusión rodeo el cuello de George y abrió sus ojos. Ahí estaba ese brillo y ahora entendía que era por ella, así que sin esperar más volvía a cerrar sus ojos y se perdieron en un nuevo beso, pero este beso era mejor, era real, estaba cargado de amor y esperanza. George la abrazo por la cintura y la acerco un poco más a él.
No sabía cuánto tiempo había pasado, pero si sabía que había sido beso tras beso y que nunca se cansaría de estar entre sus brazos. Al terminar uno de tantos besos ella escondió su rostro en el cuello de George, mientras el la abrazaba con fuerza.
George rompió el abrazo y colocando su mano sobre su mejilla, empezó a hablar, pero ella hizo al mismo tiempo.
Gerge...
Rose...
Sonrieron uno al otro, felices de estar juntos, aunque no habían dicho nada, sabían lo que sentían y se sabían correspondidos.
En ese instante la puerta se abrió dejando escuchar los sonidos de la fiesta, George había escogido ese balcón porque tenía una pared que les daba privacidad, así que se separaron un poco esperando a quien los había interrumpido
-Rosemary, al fin te encuentro llevo más de quince minutos buscándote- decía Eliza ignorando completamente a George -la Tía Abuela esperaba que recibieras el año junto a tu familia, ven vamos Vincent y su padre están con ella. Ya que has regresado de tu viaje. Seguro quieren hablar sobre tu compromiso.
-¿Mí qué?- Pregunto Rose sorprendida.
Eliza hizo el intento de jalar a Rose tomándola de la muñeca, pero ella al instante se aferró al brazo de George.
-Sobrina, dile a mi Tía que en unos instantes estaré con ella-
A Eliza no le pasó desapercibido el tono que uso con ella y la forma como se aferró a George. La tía se debía enterar de que su perfecta sobrina no lo era. Odiaba a Rosemary y el lugar que ocupaba en la familia. Era la hermana menor del Tío Abuelo. ¡Ja! Ella estaba segura que era la hija no reconocida del viejo. No podía tener una hermana tan pequeña. Y siempre cumplían sus caprichos. La Tía abuela siempre cedía a lo que ella quería. Daba gracias que se hubiera ido a estudiar lejos a la universidad de Yale. Así durante ese tiempo se hizo del favor de la Tía Abuela y debía de encontrar una forma de hacerla quedar mal.
-Claro Tía- dijo Eliza con desdén - con permiso
Al volver a entrar al salón no dudo en dirigirse a donde se encontraba la Tía abuela
George estaba sorprendido por la forma en como Rose le había hablado a Eliza. Sabía que ella y Albert nunca se valían de su posición en la familia. No le pasó desapercibida la indirecta de Eliza respecto a la familia y a Vincent.
-Esa chica me saca de mis casillas no entiendo como la soporta la tía- Decía Rose en tono molesto. El sonrió al ver el gesto que hacía con su nariz.
-Vamos antes que tu tía se moleste Rose.
-Pero... yo... pensé...- decía ella negándose a moverse del lugar
-Tranquila hablaremos mañana con más calma.- Le decía mientras caminaban hacia la mansión
Cuando entraron vieron a Eliza junto a la Tía y ella hacia un gesto de molestia y volteaba a ver hacia ellos.
Ella se aferraba del brazo de George. Sabía que algo no estaba bien, pero estaba dispuesta a luchar por él y este amor que empezaba a vivir.
-Hola Tía, buenas noches señor Brown. Espero se estén divirtiendo.- Saludaba Rose sin soltar a George.
George hizo el intento de soltarse pero Rose no se lo permitió. Sonrió de lado, sabía que era obstinada cuando se lo proponía.
-Buenas noches Señora Elroy, Señor Brown.- Dijo haciendo una reverencia con la cabeza
-Hija, George. Se desaparecieron y se perdieron el brindis, por favor no olviden sus modales.- a pesar que Eliza acaba de decirle que los encontró en el balcón estando muy juntos. No podía enojarse con ellos. Rosemary era la viva imagen de su querida cuñada pero tenía el carácter de su amado hermano. Y George ese chico que su hermano trajo de París diciendo que era su protegido. Se había ganado su cariño al cuidar tanto a sus sobrinos y su respeto al representar tan bien a la familia. Ella soñaba con un futuro prometedor para ambos pero que ellos estuvieran juntos no era parte del plan. - Rosemary cariño te espero mañana en la noche, tendremos una cena con los Brown.
-Por su puesto tía. Sera un placer verlo mañana Señor Brown - Rose sonrió pero presentía que no sería una cena normal, tendría que hablar con su hermano, lo mejor es que estuviera informado.
Luego de eso hubo una serie de saludos más y la fiesta termino. George acompaño a Rose hasta el pasillo donde se encontraba su habitación. Al llegar al final de las escaleras, muy galantemente beso su mano. Rose al ver que no diría nada quiso hablar -George yo...
-Shhh, mañana hablaremos. No es el lugar correcto para hacerlo, ¿te parece que venga por ti al medio día para que almorcemos juntos y hablemos tranquilos?- Rose solo pudo asentir. -Aunque déjame decirte que ha sido el mejor año nuevo que he tenido en mi vida.- Diciendo esto volvió a besar su mano y le guiño un ojo. - "bonne nuit mon, amour" - Y sin decir más se dio la vuelta y se marchó...
Despertando de sus recuerdos pensaba en cuanto amaba cuando le habla en francés, amaba la forma en que besaba su mano y las diferentes formas en que la beso en la boca. Amaba a ese hombre y hoy hablarían sobre esto. Saco su teléfono quería revisar si Bert le había escrito, era extraño que no se comunicara con ella. Al abrir sus mensajes vio que la conversación con George era la primera en la lista. No recordaba haberle escrito a el de ultimo. Ella guardaba su nombre como "George mo ghràdh" George mi amor leyó en voz alta, al abrir la conversación vio las dos fotografías que había tomado a la media noche.
Eran hermosas, era su primer beso. Pero, ¿en qué momento tomo el celular y envió esas fotos? Jadeo al darse cuenta que ella no había sido. Por la noche cuando se despidió de él y ya se encontraba en su habitación, a los minutos una sirvienta toco su puerta entregándole el celular. ¡George se había quedado con el! ¡Él se había enviado y ¡había visto el nombre con el que lo tenía en su celular! Y claro que sabía leer gaélico, él la ayudo con la escritura cuando lo aprendió. Estaba colorada de la vergüenza. Le envió un mensaje a su hermano preguntándole si estaba bien y que si lo vería el día de hoy. Volvió a ver la fotografía y sonrió.
Hoy sería un hermoso día, este año sabía que sería el mejor. Y con esa esperanza se dispuso a prepararse para pasar su día junto a él.
CONTINUARA...
Awwww ame este capitulo y no es porque lo haya escrito yo jajajajajaja nos leemos en el siguiente capitulo!!