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Los personajes son de Candy Candy originales de su creadores...el fic es mío para el deleite de ustedes,
Café con Aroma Candy
Por Agente Especial
Mayra Exitosa
ALSS
GF 2017
Capìtulo II
Café con Aroma Candy
Por Agente Especial
Mayra Exitosa
ALSS
GF 2017
Capìtulo II
No sabía cómo aprender a besar, pero el movió sus labios, hizo en ella el goce de su primer beso, saboreo detenidamente su sabor dulce, ella se dejo llevar por el mar de sensaciones que le estaba provocando con solo un beso, su cuerpo reaccionó de inmediato, sus pechos se erizaron al contacto, las señales que mencionaba se estaban haciendo reales en ese momento, no sabía cómo detener el instante de placer que sus cuerpos con un simple beso estaba dando por completo.
La estatura no fue precisamente el problema, meter la pierna entre las de ella fue una manera de colocarse bien para continuar besándola, sus respiraciones eran agitadas y erráticas. Ella estaba volviéndolo loco, y él había sido quien la besaba, su cuerpo estaba amoldado al suyo, sus brazos ajustaron estrechándola como nunca lo había hecho con ninguna mujer. Era tener lo más ansiado en esos momentos, tomarla como si fuera una muñeca, por su fragilidad y esa forma de reaccionar, sus dedos rosaron sus pechos… después de ese instante… todo fue… imposible de detener.
Ambos no se dieron cuenta, solo fueron marionetas, besos candentes iniciaron, con caricias que jamás se habían dado. La camioneta sirvió de cama, la parte trasera cuido de la dama, ninguno quiso poner un alto, fueron instantes que nadie pensó… y el amor… ahí nació.
Ella yacía tendida a su lado, era su primera vez y ambos se amaron. El supo que ella se entregó al placer de sus deseos, fue su primera vez y no podían creerlo. Ella no sabía como era detener el fuego que la había prendido, solo se avergonzaba por lo había vivido.
El la cubría con su chaqueta, le continuaba dando pequeños besos, después que ya estaba despierta.
--- ¿No sabía que sería tu primera vez?
--- Tampoco pensé que un beso llegara a ser para tanto.
--- ¿ No habías tenido antes novio?
--- No. De hecho no pensé que descomponerse la camioneta al cruzar el puente y… ¡Dios que hice!
--- Hicimos. Nos amamos, en serio eres increíble y… No te arrepentirás de…
--- Ya estoy arrepentida, yo no pensé llegar a tanto.
--- No te arrepientas por favor, no es fácil encontrar al amor, cuando menos lo esperas.
--- ¡Amor! ¿Estás seguro que es amor?
--- Jamás había estado con una mujer en la primera cita, tu sabor, tu cuerpo, todo fue… lo mejor que he vivido
--- Supongo que… lo has vivido muchas veces.
--- No. En otras ocasiones, n había vivido lo que hoy. Solo contigo he experimentado esta maravillosa forma de entrega, de pasión, de deseo.
--- ¡Qué vergüenza! Pensarás que soy así con todos los hombres.
--- ¡Estás loca! Claro que no pienso eso. Fue tu primera vez.
--- Si, pero… no debió pasar, apenas y me conoces, no sabes nada de mi… ni yo de ti.
--- Prometo que jamás lo haré con nadie que no seas tú.
--- ¿Eso le dices a todas?
--- No preciosa, solo a ti. Lo juro.
El le tomo la barbilla y volvía a tomar sus labios. Ella no sabía si llorar, si gritar o solo dejar las cosas tal como se habían dado, no se había detenido a pensar, no se había detenido en nada, fue tan cuidadoso y cariñoso.
--- Candy, prometo ser muy buen novio.
--- ¿Novio?
--- Después de lo que hemos pasado, supongo que… somos novios.
--- Supongo, pero… no debía ser. De verdad, no debía ser así… no.
Él le pasó un dedo impidiéndole que continuara negando, lo maravilloso de la entrega que se habían dado, era ya muy tarde, la madrugada estaba fría. Ya no estaban amándose, ahora se sentía la humedad del clima. Con mucho cuidado la tomo en sus brazos y la colocaba en el lugar del copiloto, colocándole bien su chaqueta como frazada. Se regresaba a cerrar la parte trasera de la camioneta y veía la mancha de sangre que le había causado, en la alfombra del tapete que forraba la parta trasera de su vehículo.
Pensativo y un poco sorprendido, no sabía que ella era una señorita, mucho menos que cantara en un lugar, no se veía propia. Ahora estaba hecho, el vería que nada le faltara y la protegería.
--- Candy… no sé si sea prudente llevarte a estas horas a tu casa.
--- Esto… está mal, no debió pasar… no te preocupes por mí, estaré bien, realmente… fui una irresponsable, lo siento tanto.
--- No te sientas mal, me tienes a mí
--- Si, como novio. Lo dijo en un tono irónico al saber que las cosas no serían igual en cuanto se diera cuenta que ella era una trabajadora de su cafetalera
--- Mejor será que… te quedes en una habitación de visitas de mi casa, como una amiga mía, solo por esta noche.
--- Bien. Bajando el rostro no tenía caso que le negara nada, al final conocía muy bien su lugar y en cuanto el se descuidara, desparecería cual cenicienta de una noche.
Llegaba a la mansión principal, ella vio a los hombres que la reconocerían así que, se cubría con la chaqueta y se hacía la dormida, el vehículo se estacionaba en su área y él, la bajaba con cuidado, temiendo haberla lastimado o que aun estuviera dolida, ella deseaba llorar y a la vez, no podía hacerlo, le iba a dar un beso de despedida en la mejilla, y él le volvía a tomar los labios.
--- Eres lo mejor que me ha sucedido en la vida, te prometo que… no te arrepentirás de lo nuestro.
--- Tienes razón, realmente eres un sueño hecho realidad para alguien como yo.
--- Eres una princesa preciosa, Candy.
--- Y tu todo un caballero, cual armadura de oro y plata deslumbra en su esplendor. La tomo de la mano, guiándola por la gran casa, nunca había entrado él la dejaba en la puerta de una de las habitaciones y besaba sus manos. Ella colocaba su guitarra en su espalda y le sonreía cual damisela encantada. Apenas se marchaba, dejaba de escuchar sus pasos y ella salía de inmediato, rumbo a su lugar.
Donde le correspondía realmente,
Al entrar su madre abría los ojos y comentaba,
--- Ya no será bueno que trabajes tan tarde, termina la temporada en un mes y nos iremos a…
--- No mami, nos iremos este fin de semana, te dije que estaba juntando dinero y creo que este trabajo nos maltrata mucho, lo mejor es ir a la ciudad.
--- Es muy caro, Candy.
--- Ya lo veremos.
Se cambiaba y tomaba la litera correspondiente de ella, guardando su guitarra en la gaveta, meditando lo que había hecho esa noche.
Ya era tarde, cuando Albert preguntaba por la señorita que estaba en la habitación de visitas, a lo que la mucama respondía,
--- No señor. Aquí no durmió nadie.
--- Debió irse temprano, iré a buscarla. En eso pensaba cuando dijo que ella vivía cerca de él, pero no le había preguntado donde.
Tomaba café cuando vio bajar a su abuela y a su prima. Ambas desayunaban en silencio, el se disculpaba y salía a cabalgar a los alrededores, tenía que preguntarle a Luis, donde vivía Candy.
En la cabalgata vio el cabello rubio sol, una mujer pizcaba en los cafetales con un sexto en un costado, se bajaba despacio del caballo, y la buscaba ver de frente,
--- ¡Candy!
--- Señor Andrew.
--- Debes estar cansada, casi no dormiste.
--- No se preocupe, señor. Estoy bien, soy una chica fuerte. Con una mirada cargada de ternura, le tomaba el sexto y la acompañaba en la pizca, la madre de ella terminaba y la observaba, el señor estaba conversando con su hija, ella se iba sin pensar nada más. Poco a poco el sol ya estaba en lo alto y todos se iban marchando, Candy con su cansancio, iba más despacio, pero ya estaba terminando, se quedaban solos en la línea de la pizca.
--- ¿Trabajas para mí?
--- Es usted un adivino.
--- Sabes bien que no sabía de dónde eras.
--- Lo sé. No pensaba que… fuéramos a
--- Créeme, tampoco lo planee, pero no me arrepiento de nada. No te preocupes, estaré contigo y…
--- ¡Qué lindo! En las buenas y en las malas hasta que la muerte nos separe.
--- Candy yo…
--- No digas nada, no es necesario, soy una chica fuerte y sé que esto que paso fue entre dos personas mayores…
--- Candy, por favor.
--- No creo en cuentos de hadas, no se preocupe por nada señor Andrew, todo quedará en el olvido
--- ¡Eso nunca! Eres lo mejor que me ha pasado en toda mi vida.
--- Me tengo que ir. Gracias señor Andrew, deme mi sexta, no se ve bien que usted la lleve, con permiso.
Ella se fue caminado despacio, el se sentía infame, se había aprovechado de una joven trabajadora de los cafetales, pero sí de solo verla, el corazón le latía a mil por hora. Tenía que buscar estar a solas con ella, ver lo que necesitara, ayudarla, apoyarla, darle más dinero, buscar que no trabajara tanto, tenía que encontrar una forma de recompensarle lo que le había hecho.
CONTINUARA…
no diste ninguna pista que fuera por ahí los tiros de tu historia.
