Pues, queridas Chicas, ¡brindemos!
Oda dedicada a Terry Grandchester
(basada en lo que Mizuki quiso hacer con él)
Ella pensó que de él se olvidarían
y también pensó que no importaría
que toda su esencia se perdería
y nadie más lo recordaría.
Su madre quería mantenerlo oculto,
que nadie supiera de su existencia;
sintió su corazón volverse un bulto
y aquello acabó con su paciencia.
Llorando lo puso en la cubierta de un barco
una noche oscura y llena de bruma;
lo hizo cruzar, solitario el gran charco,
mientras el barco dejaba una estela de espuma.
Una malvada madrastra le dió por regalo
y un padre que siempre quería retarlo;
la madrastra tenía cara de escualo
y el padre ostentaba un corazón de palo.
Sus ojos azules resplandecían,
si ante algo él se rebelaba;
los malvados de él se escondían
o tumbados en el suelo quedaban.
Las chicas al verlo suspiraban,
más él a todas ignoraba;
lugares solitarios él buscaba
y en ellos él se refugiaba.
A una rubia pecosa le regaló
y ella su corazón cautivó;
a la orilla de un lago un beso le dio
y ella en respuesta, lo abofeteó.
Por una trampa una noche lo descubrieron
en un establo apartado diciendo "no miento".
Mentiras e injurias no lo abatieron
y a la rubia le quiso decir "lo siento"
Todas las puertas se le cerraron
cuando él buscó un poco de ayuda;
su ilusión de un solo raptaron
y sintió su vida envolverse en la duda.
¡Pero qué autora tan generosa
cuántas angustias envueltas en prosa!
Toda una vida de sufrimiento
y esto no es nada, es sólo el comienzo.
Sólo lo envió de vuelta a América,
sin nada sin nadie que lo quisiera
la rubia quería que de su amor él supiera
y en el puerto gritaba como una histérica.
Después de luchar con uñas y dientes,
el público rendido cayó a sus pies;
su actuación majestuosa atrapó sus mentes
y noche tras noche le dieron un diez.
Todo era perfecto hasta que un día
en el escenario hubo un accidente;
una joven actriz terminó inconsciente
por salvar a Terry de una segura herida.
Cuando al fin él creía que sería feliz
la tal heroína se convirtió en una harpía;
terminó encadenado a una actriz
que día y noche gemía y gemía.
La rubia al ver esto se decepcionó
y abandonado Terry otra vez quedó;
sumido en tristezas y diaria agonía
se hundió en la pena y en la bebida.
Sintiéndose solo y abandonado,
su vida lanzó por la alcantarilla;
como había venido y había triunfado
ahora vivivia en una buhardilla.
¡Pero qué autora tan generosa
cuántas miserias envueltas en prosa!
Toda una vida de sufrimiento
y esto no acaba, aún queda el resto.
En un bar sucio y de mala muerte,
solo lo puso la pérfida autora,
allí se quejaba de su infeliz suerte,
mientras bebía hora tras hora.
Su antiguo amigo lo rescató
y viendo a la rubia él reaccionó;
decidió así que iba a volver
y su camino nunca más perder.
Después de tanto infortunio,
lo envía de vuelta al viejo mundo;
perdiéndose una noche de plenilunio,
queda su historia en un misterio profundo.
Casi un siglo después,
la autora otra obra escribió,
dejó todo mundo al revés
y más de una inocente rugió.
¡Pero qué autora tan insidiosa
cuánta acechanza envuelta en prosa!
Toda una vida de sufrimiento
y pensó que allí acabaría el cuento.
Siempre creíste que a esos ojos zarcos
podrías darles un cruel final parco,
sin contar con la existencia
de cientos y miles de mozuelas
que escondidas en los rincones
o recubiertas de genial sapiencia,
le darían a su amado, ya jóvenes, ya abuelas
venturosos y exaltados guiones
para realzar su esencia;
pues todas ellas felices infieren
¡que las leyendas nunca mueren!
(basada en lo que Mizuki quiso hacer con él)
Ella pensó que de él se olvidarían
y también pensó que no importaría
que toda su esencia se perdería
y nadie más lo recordaría.
Su madre quería mantenerlo oculto,
que nadie supiera de su existencia;
sintió su corazón volverse un bulto
y aquello acabó con su paciencia.
Llorando lo puso en la cubierta de un barco
una noche oscura y llena de bruma;
lo hizo cruzar, solitario el gran charco,
mientras el barco dejaba una estela de espuma.
Una malvada madrastra le dió por regalo
y un padre que siempre quería retarlo;
la madrastra tenía cara de escualo
y el padre ostentaba un corazón de palo.
Sus ojos azules resplandecían,
si ante algo él se rebelaba;
los malvados de él se escondían
o tumbados en el suelo quedaban.
Las chicas al verlo suspiraban,
más él a todas ignoraba;
lugares solitarios él buscaba
y en ellos él se refugiaba.
A una rubia pecosa le regaló
y ella su corazón cautivó;
a la orilla de un lago un beso le dio
y ella en respuesta, lo abofeteó.
Por una trampa una noche lo descubrieron
en un establo apartado diciendo "no miento".
Mentiras e injurias no lo abatieron
y a la rubia le quiso decir "lo siento"
Todas las puertas se le cerraron
cuando él buscó un poco de ayuda;
su ilusión de un solo raptaron
y sintió su vida envolverse en la duda.
¡Pero qué autora tan generosa
cuántas angustias envueltas en prosa!
Toda una vida de sufrimiento
y esto no es nada, es sólo el comienzo.
Sólo lo envió de vuelta a América,
sin nada sin nadie que lo quisiera
la rubia quería que de su amor él supiera
y en el puerto gritaba como una histérica.
Después de luchar con uñas y dientes,
el público rendido cayó a sus pies;
su actuación majestuosa atrapó sus mentes
y noche tras noche le dieron un diez.
Todo era perfecto hasta que un día
en el escenario hubo un accidente;
una joven actriz terminó inconsciente
por salvar a Terry de una segura herida.
Cuando al fin él creía que sería feliz
la tal heroína se convirtió en una harpía;
terminó encadenado a una actriz
que día y noche gemía y gemía.
La rubia al ver esto se decepcionó
y abandonado Terry otra vez quedó;
sumido en tristezas y diaria agonía
se hundió en la pena y en la bebida.
Sintiéndose solo y abandonado,
su vida lanzó por la alcantarilla;
como había venido y había triunfado
ahora vivivia en una buhardilla.
¡Pero qué autora tan generosa
cuántas miserias envueltas en prosa!
Toda una vida de sufrimiento
y esto no acaba, aún queda el resto.
En un bar sucio y de mala muerte,
solo lo puso la pérfida autora,
allí se quejaba de su infeliz suerte,
mientras bebía hora tras hora.
Su antiguo amigo lo rescató
y viendo a la rubia él reaccionó;
decidió así que iba a volver
y su camino nunca más perder.
Después de tanto infortunio,
lo envía de vuelta al viejo mundo;
perdiéndose una noche de plenilunio,
queda su historia en un misterio profundo.
Casi un siglo después,
la autora otra obra escribió,
dejó todo mundo al revés
y más de una inocente rugió.
¡Pero qué autora tan insidiosa
cuánta acechanza envuelta en prosa!
Toda una vida de sufrimiento
y pensó que allí acabaría el cuento.
Siempre creíste que a esos ojos zarcos
podrías darles un cruel final parco,
sin contar con la existencia
de cientos y miles de mozuelas
que escondidas en los rincones
o recubiertas de genial sapiencia,
le darían a su amado, ya jóvenes, ya abuelas
venturosos y exaltados guiones
para realzar su esencia;
pues todas ellas felices infieren
¡que las leyendas nunca mueren!
Última edición por Anjou el Lun Abr 24, 2017 5:53 am, editado 2 veces