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La fiesta que daban en la Mansión se asemejaba a aquellas fiestas que hacia la Tia Abuela en los buenos tiempos, era como si la familia Andrew volviera a ser la misma antes de la gran depresión.
Había pasado ya un año desde que habían estado a punto de perderlo todo y ahora simplemente estaban a salvo, todo gracias al regreso de Neal, todo gracias al apoyo de él.
Todo lucía esplendoroso, lo peor había pasado, y los rostros que antes le habían despreciado y burlado de el ahora le sonreían con sinceridad y respeto. La mejor venganza había sido demostrarles que él era capaz de grandes cosas y de cambiar en todos los aspectos. Su gran satisfacción era haberse vengado sin hacerlo. Eso era estar en la cima, que sus mas enemigos ahora le rindieran cuentas a él y dependieran de sus decisiones.
Neal se paseaba por el salón saludandolos a todos y sonriendo a quienes le sonreían mas por el hecho de seguirles el juego pues sabía que sin contar a los Andrew, quienes estaban sinceramente agradecidos, los demas eran arpias intentando clavarle las uñas para obtener algo de él, pero conocía todo ese ambito tan bien que ya nada podía asustarlo ni engañarlo.
De pronto la musica paro y todos se giraron a las escaleras esperando. Ahi estaba Albert al lado de Candy, él lucía feliz, ella simplemente deslumbrante, vestida en un hermoso diseño en tono blanco hecho especialmente para ese día por las manos del mas grande diseñador... Neal Leagan.
El sonrió al ver su hermosa figura bajar por las escaleras sonriendo al lado del rubio, lentamente esperando llegar hasta el ultimo escalón pavoneandose ante todos con su belleza. Si, verdaderamente lucia angelical.
*-*-*-*-*-*-*
Aquella tarde camino por las calles pensando en que había hecho bien en haberle ayudado a Albert, se sentía grandioso haberle dado ese golpe suave y al mismo tiempo fatal, no para hundirlo sino para demostrar quien era Neal Leagan. ¿Quien era ahora el perdedor? saco un cigarrillo e iba a encenderlo cuando la vio saliendo con aquel traje blanco.
- Candy... -grito haciendola girar.
Ella lo reconoció muy bien e iba a darse la vuelta pero pareció cambiar de opinión y se detuvo a esperarlo, Neal caminaba directo hacia a ella con premura.
- Tanto tiempo sin verte.
- Si, como haz estado Neal.
- Genial, recien he vuelto de Europa... acabo de ver a Albert. -le dijo sonriente.
- Ah, si.. Albert. -dijo un poco pensativa, sabia que Albert pasaba por un mal momento y sentia pena de no poder ayudarlo.
- Ya todo se resolvio. -le dijo Neal como sabiendo lo que ella pensaba.
Candy lo miro sorprendida, el le sonrió y la invito un café. Primero dudo en aceptarlo, pero la verdad es que no tenia mucho que hacer asi que lo acompaño. Ese fue la primera de muchas invitaciones y salidas a pasear. Poco a poco Candy vio como el habia cambiado y el demostraba lo mejor de él. Fue que supo a que se dedicaba y no tuvo que pensar mucho para saber que el le enviaba aquellos diseños extravagantes con los que se lucía en las fiestas siendo siempre la mas envidiada.
De desear no verlo nunca empezo a extrañar los momentos junto a él, Neal habia cambiado tanto y ella se sentia tan sola que no paso mucho para que sus ojos solo lo miraran a el.
*-*-*-*-*-*-*-
Neal se acerco a las escaleras y Albert le saludo abrazandolo para despues ofrecerle la mano de Candy. Era la fiesta de compromiso de ambos, Neal agradecio y tomo a la que seria su esposa mientras que Eliza y Sarah enfadadas por la decisión de Neal los miraban desde una mesa lejana. Ellas sabian que Neal podia obtener mucho mas casandose con alguna de las mujeres de alta sociedad que tanto lo seguían, los Andrew ya no eran una familia de estatus y poder, pero no pudieron hacerlo cambiar de opinión, al final él era quien mandaba en aquella familia y las opiniones de ambas ya no tenian peso para Neal.
Aquella noche, en aquella fiesta, en aquel lugar se repetía el compromiso de ambos, pero esta vez todo el mundo miraba con buenos ojos a Neal y sabían que Candy se sacaba el premio mayor al haberlo esperado tanto tiempo. Aquella humillación en el pasado habia quedado justo ahi, en el pasado y estaba en ese momento retomando su compromiso para esta vez si llevarlo a cabo.
¿Que mejor venganza era esa?
FIN...
.La muy coscolina se llevò el premio gordo...
