"Luz del Alba"
By: Lita Kino Wellington
Capítulo Cuatro
By: Lita Kino Wellington
Capítulo Cuatro
El plan de escapatoria, fue un completo éxito, la familia Diamond se encuentra radicando en la Ciudad de Glasgow, Escocia. Annie tiene ahora seis meses de embarazo y su médico le recomendó bastante reposo. Se tenía diagnosticado que el bebé nacería a finales del mes de julio.
Las visitas de Archie a casa de los Diamond, son bastante frecuentes, la mayor parte del tiempo se encuentra radicando en Inglaterra, para estar cerca con la familia de Annie y estar en alerta permanente en caso de aparecer Abelard.
El pequeño Armand le agrada la presencia de Archie y en más de una ocasión le dice papá. Por su parte Annie ha escuchado a su hijo y no le ha impedido ese pequeño gusto.
La Sra. Jane Brighton madre de Annie, se encuentra viviendo con ella para ayudarla en todo lo posible. Al principio no le agradaba en lo absoluto la presencia de Archibald Cornwell cerca de su hija, recordó todo el daño que le causo en el tiempo que duro su noviazgo y ahora tenerlo de regreso era algo extraño e incómodo. Poco a poco fue asimilando la idea y ya no objetaba nada, al contrario vio el lado positivo del asunto y esto era para su nieto Armand que viera en Archie la figura paterna ausente.
Referente a los negocios en Londres, todos iban viento en popa, el Sr. Adolphus Diamond era un maestro en los negocios y con ayuda de su consuegro el Sr. Brighton las Empresas Marítimas de los Diamond eran las más reconocidas en Londres.
Por otra parte la situación en América, no todo eran buenas noticias, Raymond Sullivan llevaba las de perder, lidiar con Abelard era una travesía.
Abelard no tenía ninguna pista del domicilio actual de su cuñada, es como si la tierra se la hubiese tragado. No podía salir del país porque la policía tenía instrucciones de no permitir que viajara, por muchas investigaciones que están corriendo sobre su persona; está acusado del asesinato del hijo de un senador y todas las pruebas están en su contra.
Tanto la servidumbre, como la policía privada (contratada por Archie), no dieron ninguna razón sobre el paradero de la señora Diamond, la apreciaban demasiado para que de nueva cuenta tuviera algún altercado con su cuñado y en su estado no era conveniente ningún tipo de sobresalto.
Algunos fueron sobornados por Abelard, pero ellos siendo fieles a los Diamond no hablaban o en caso contrario daban una dirección falsa para alejar por unos cuantos días a la oveja negra de la familia.
Annie regresaba de su paseo matinal, acompañada de Archie, él se encontraba realizando algunas diligencias, las cuales Albert le encomendó.
Archie tenía una semana de haber regresado de Edimburgo y deseaba tomar cuando mucho dos semanas de vacaciones en la finca Diamond, regresar nuevamente a Chicago dar los pormenores a Albert y estar lo más pronto posible para el nacimiento del bebé de Annie.
Ambos esperaban la llegada de la criatura y esto se demostraba en los mimos de Archie hacia ella.
- Gracias Archie, agradezco el paseo, espero que esto no obstruya tu trabajo - dijo Annie mientras tomaba asiento en una mecedora de la terraza con vista hacia el jardín lleno de tulipanes, alcatraces y narcisos.
- Claro que no, Albert me encargo algunos asuntos, los cuales ya termine, ahora estoy tomando unas merecidas vacaciones.
- Mamá me llevas al zoológico - el pequeño Armand se acercaba a Annie.
- Mañana te llevo que te parece.
- Papá dile a mi mamá que me lleve si - el niño hizo un puchero para convencerlos y así lo llevasen al zoológico.
- ¿Qué te parece si yo te llevo? y dejamos a tu mamá pronto nacerá tu hermanito y ella necesita mucho descanso.
- Si gracias papá - el niño salió corriendo de la terraza con dirección a su habitación.
- Archie, no te molesta en la forma que te llama mi hijo.
- En absoluto Annie, ya me acostumbre y me sentiría algo extraño si no me dice así. Además le prometí a Armand que velaría por ustedes. - Archie saca de su saco un sobre y este se lo entrega a Annie - toma te lo envía Candy, ayer recibí el correo y este sobre es para ti.
- Oh, gracias - Annie abre el sobre observa una carta y unas fotografías - quien iba a imaginar que Candy al fin encontraría la felicidad, estas fotos me dicen muchas cosas y fue una sorpresa cuando dio a luz a un niño y una niña. Terry estaba muy feliz.
- Si lo recuerdo perfectamente - Archie tomo asiento junto a Annie - Terry dejo la gira de trabajo para estar con ella. Sharon y Harry son unos niños que no conocen la palabra "estar quieto".
- Yo solo los conozco por medio de las cartas que Candy me envía, al igual que las fotografías. La última vez que la vi fue el día de mi arribo a New York, solo venía ella, ya que los pequeños se quedaron con su abuela Eleanor en el teatro.
- Bueno leeré la carta y así sabremos que diabluras han hecho los pequeños Grandchester.
Abril 30, 1920.
Querida Annie:
Te doy mis anticipadas felicitaciones por el nacimiento de tu bebé, Terry y yo estamos en la expectativa de este.
Hemos tenido una que otra divergencia por si será niña o será niño, algo me dice que será una hermosa niña, la cual heredará tu gran bondad al mismo tiempo que el temple de Armand.
La maternidad es algo maravilloso y lleno de esperanzas para cada uno de nosotros. Saber que con la llegada de ese pequeño ser, nuevas luces iluminan nuestras vidas. Yo lo descubrí cuando nacieron mis pequeños Harry y Sharon, mi existencia dio un giro de 180 grados y agradezco a dios por tal bendición
Ahora que mis hijos tienen dos años, me faltan mucho por aprender de ellos, les encanta estar en el teatro con su abuela Eleanor quien los adora. En raras ocasiones el padre de Terry viene a verlos y también son su adoración. Aunque la relación padre e hijo es aún muy distante no pierdo las esperanzas que la situación cambie para el bien de todos.
Después de hablarte un poco de mis hijos, tengo algo más que contarte y esto es sobre Elisa y Neal, pido a dios los perdone por todo el mal que han hecho, sus almas llenas de odio y maldad se iluminen por un halo de paz.
Neal en estos momentos se encuentra cumpliendo una condena de cuatro años de cárcel; por abuso de confianza y estupefacientes, fue un golpe terrible para los Leegan.
En esta ocasión no hicieron nada por él, dejaron que las autoridades hicieron lo pertinente, esperan que estos años en la cárcel le sirvan de escarmiento y pueda ser una persona de provecho en el futuro.
Elisa en estos momentos se encuentra radicando en Canadá y eso será por un largo tiempo, ya que según ella la situación de su familia en los Estados Unidos no es nada favorable y sobre todo por lo sucedido a Neal, dejo el país.
En varias ocasiones antes de que ella se marchase a Canadá la ví con tu cuñado Abelard, varias veces me topé con ellos en los lugares que Terry y yo frecuentábamos, no desperdiciaba la oportunidad de que yo quedará en ridículo pero sus trampas no dieron el resultado esperado.
También sucedió con algunos compañeros de Terry quien los engañaba con tal de satisfacer su vanidad y orgullo, por desgracia uno de los amigos de Terry se suicidó el mes pasado por las falsas esperanzas que Elisa le hizo creer.
Yo creo que también por esta causa se marchó a nuestro país vecino.
Bueno después de darte los pormenores que han sucedido en América, espero recibir una carta tuya dándome las buenas nuevas.
Cuídate Mucho.
Tu amiga
Candy Grandchester
- Yo espero lo mismo para Neal y Elisa, cambien para bien - Annie doblo la carta de Candy, la cual guardo en el sobre que Archie le entrego junto con las fotografías.
- Si espero lo mismo, al principio mi Tío Charles, me pidió ayudar a Neal, desistió posteriormente para evitar que el orgullo de su hijo se acrecentará en demasía.
- Señora Annie, le acaban de llegar estos telegramas - era Lilian quien entraba junto con Armand para que Archie lo llevará al zoológico.
- Gracias Lilian puedes retirarte.
- Con su permiso.
- Annie examino los telegramas.
- Archie este es para ti, del despacho de Raymond toma.
- Si, gracias.
- Annie abrió el telegrama y quedó estupefacta, tiró la hoja, Archie se estiró para levantarla y leyó el contenido de esta.
Mi vida. Pronto te visitare. Cuida a nuestros hijos.. Abelard.
- Ese maldito como supo tu paradero, el telegrama - Archie rompió el sobre del telegrama que le entrego Annie, y leyó rápidamente el contenido de este.
Raymond Sullivan muerto. Investigan Suceso. Albert.
- Ahora que haremos Archie, vendrá a buscarme, le hará daño a mis hijos, no quiero ayúdame por favor - Annie lloraba en los brazos de él buscando protección.
- Yo estaré contigo, nada te ocurrirá, estoy seguro que Abelard mato a Raymond para poder localizarte. Es un hombre de oscuros sentimientos - Archie abrazó a Annie y la ayudo a incorporarse para llevarla a su habitación - Armand creo que dejamos tu paseo para mañana tu mamá se siente mal.
- Tú me lo prometiste – el pequeño hizo un puchero
- Archie llévalo yo estaré bien, Lilian puede asistirme.
- Pero…
- Hazlo, por favor – suplicó Annie
- Esta bien tu ganas - contesto Archie algo contrariado, pero al ver la cara del pequeño no replico ya nada.
Ha transcurrido una semana desde que Annie recibió el telegrama de su cuñado. Tanto los Brighton, como el Sr. Diamond y Archie se encontraban en alerta constante para evitar que Abelard llegase a dañarlos (Annie y su hijo), principalmente en el estado de ella no era conveniente.
La policía privada que Archie contrato en América al ver lo ocurrido viajaron hacía Glasgow para permanecer las 24 horas del día cuidando cada centímetro de la finca Diamond.
El Sr. Adolphus Diamond por su parte pidió a los puertos y estaciones de trenes los nombres de los pasajeros y siendo una persona influyente no le negaron ninguna información, para poder tomar cartas en el asunto en caso de la llegada de Abelard a Londres.
Todos esperaban que los meses restantes del embarazo de Annie fueran los más tranquilos y todo resultó fallido. Ella no podía salir a sus paseos matinales, todo el tiempo permanecía en la casa y se aburría demasiado. Aunque recibió una buena noticia y esta era que pronto Candy llegaría a pasar unos días con ellos y así permaneció un poco más tranquila.
Terry tenía una gira por Inglaterra y Francia, mientras el realizaba su trabajo, Candy, Sharon y Harry se quedaban con Annie en la finca.
Archie por su parte se encontraba más ocupado que nunca tenía los asuntos de los Andley en Londres más los pendientes de Raymond, solicito un informe detallado a la policía de New York sobre la muerte del Sr. Sullivan, este informe lo recibió inmediato. Lo leyó con sumo cuidado y descubrió de lo que es capaz de hacer Abelard con tal de conseguir sus objetivos, aunque esto dañe a terceras personas.
Mayo 17, 1920.
Estimado Sr. Cornwell:
Le envío informe detallado sobre el asesinato del Sr. Raymond Sullivan.
La información que le doy a conocer son las diligencias que hemos llevado a cabo al bufete jurídico que él representaba más los vecinos del acaecido.
Raymond Sullivan fallecido el 29 de Abril del año actual fue encontrado en la bañera de su departamento de la Avenida Cinco y Broadway con dos disparos de bala en el pecho, en el lugar se encontró una almohada la cual fue ocupada como silenciador. El lugar de los hechos fue encontrado en sumo desorden se llega a la conclusión que entraron a robar.
Los vecinos del ahora occiso informaron que no escucharon nada en lo absoluto, que el Sr. Sullivan no tenía enemigo alguno, era una persona muy amable y pacífica.
Por su parte el bufete nos informa, el día de su muerte por la mañana, discutía con un hombre de aproximadamente 35 años, la Srita. Mary Thompson al tener solo una semana de estar trabajando en dicho bufete aun no conocía a todos los clientes y amigos del Sr. Sullivan.
Alrededor de las 17:00 horas el Sr. Sullivan dejo el despacho, ya que tenía una cita con un cliente el Sr. William Albert Andley, le dio algunas indicaciones a la Srita. Thompson, una de ellas y la más importante fue que en caso de que llamase o viniese el Sr. Abelard Diamond le informase que aún no tenía el dato solicitado.
Sabemos por parte de nuestro departamento privado que usted solicito sus servicios para cuidar a la Sra. Annie Brighton Vda. de Diamond por problemas suscitados con el ahora prófugo Sr. Abelard Diamond.
Respecto al Sr. Abelard Diamond está acusado por varios delitos cometidos en esta demarcación, los cuales en repetidas ocasiones ha salido libre bajo fianza o no le han encontrado ningún indicio de culpa. En está ocasión hemos llegado a la siguiente hipótesis que es el culpable por la muerte del Sr. Raymond Sullivan.
Tenemos contacto con la policía de Londres para agilizar las diligencias pertinentes en contra del Sr. Diamond.
El cuerpo del Sr. Sullivan fue encontrado al día siguiente por la empleada de limpieza alrededor de las 08:00 a.m. Al llegar la policía al domicilio citado anteriormente, los peritos informaron que el cuerpo llevaba 12 horas sin vida.
Esperando que esta información le sea de gran utilidad, lo tendremos al tanto de los pormenores que se susciten.
Michael Driscoll
Oficial Mayor de la Comandancia
Número Tres del Edo de New York.
Archie dejo el expediente en el escritorio de la biblioteca mientras caminaba de un lado a otro de la habitación, en eso abrieron la puerta y entraba Adolphus Diamond.
- Hay noticias de América o me equivoco.
- Sí señor, recibí esta información y no cabe duda que no estábamos tan lejos en nuestras indagaciones - Archie le entregó al Sr. Diamond los papeles los cuales leyó, al término de estos.
- No cabe duda que críe a un verdadero monstruo, su avaricia lo llevo hasta estos extremos.
- Ahora no hay que lamentarnos, al contrario debemos estar preparados por lo que venga.
- Si debemos estar alerta, cambiando de tema en la terraza te espera Annie y su amiga Candy, acaba de llegar de América. Tenía mucho tiempo que no la veía, recuerdo que la última vez que la vi fue cuando se casaron Annie y mi hijo Armand, cambio mucho en este tiempo.
- Estoy de acuerdo con usted, el matrimonio le cayó de maravilla y solo falta que conozca a mis sobrinos que son unos diablillos.
- De eso no me cabe duda, lo acabo de comprobar, rompieron una maceta, dejaron salir unos canarios, mi nieto se olvidó que tiene abuelo y fue a jugar con ellos al jardín. Lilian los está cuidando.
Ambos hombres se rieron por las diabluras de los pequeños, no cabe duda que la amistad de Armand, Harry y Sharon sería una de las más sólida a partir de hoy y los años venideros.
Y en la terraza.
- Pobre Susana.
- Lo mismo digo yo Annie, su vida fue algo vacía, después del accidente lo fue mucho más, espero que dios la perdone por todo lo sucedido.
- Dime ¿Cómo sigue la situación de Terry y su padre?
- Va mejorando y eso se los debo a mis hijos que de un tiempo para acá quieren ver a su abuelo a cada instante. Al principio Terry no le agradaba la idea; mi suegra le pidió que recapacitará un poco, que lo sucedido ya era cosa del pasado.
- Pero veo que el acepto a regañadientes.
- Sí, además la situación de sus padres es más amena, ya no es tan distante. Te contare que... creo que me he vuelto algo chismosa - riéndose - me cuenta Terry que en las ocasiones que ha viajado a Escocia de sorpresa a descubierto a sus padres en varias situaciones comprometedoras. Ellos aún son jóvenes y desean recobrar los años que permanecieron alejados.
- La duquesa sabe de esto pero a ella le da igual lo que haga o deje de hacer su esposo, con tal de que no se llegue a enterar la nobleza inglesa y esto no perjudique su situación nobiliaria.
- Yo por mi parte nunca entenderé a este círculo social, aunque tengo el título nobiliario de mi esposo no lo uso, lo siento tan ostentoso y absurdo y decir que años atrás deseaba llegar a tal grado, ahora veo que no vale la pena.
- La vida es un gran laberinto de emociones que debemos buscar la salida por nosotros mismos. Quien iba a imaginar que llegaría hacer la Sra. Grandchester al final de mi gran travesía. Harry y Sharon son mis tesoros y Terry mi compañero.
- Tienes razón Candy, yo pensé que mi vida la compartiría con Archie y ahora cada uno tiene diferentes caminos, yo espero que el pronto encuentre una mujer que lo ame y sea la compañera que el espera, por mi parte debo velar por mis hijos y seguir con mi vida.
- Aun eres joven y puedes llegar...
- No lo digas Candy, Armand fue muy bueno conmigo y siempre respetaré su memoria, los cuatro años de matrimonio fueron los más hermosos de mi vida.
- Buenos días señoras, el sol les da la bienvenida - fueron las palabras de Terry.
- Gracias Terry, veo que traes la maleta lista para tu gira.
- Si Annie, debo viajar a Lancaster para dos funciones y continuar con la gira en el resto de Inglaterra. Espero no interrumpir tu tranquilidad con mis tres diablillos.
- ¡Cómo que tus tres diablillos! – Candy le saco la lengua a su esposo por su comentario.
- No me digas pecas que tus hijos no se parecen a ti principalmente por las pequitas.
- Terry... - no pudo continuar las palabras la sello con un beso.
- Vaya, vaya acaban de llegar el torbellino, la tempestad y mis sobrinos.
- No te hagas el gracioso Archie - Terry se acercó a él para darle un abrazo cordial.
- Mejor pasemos al comedor para almorzar - dijo Annie, en tanto Archie la ayudaba a levantarse de su mecedora.
Candy observo cada detalle de Archie hacia Annie y no perdía las esperanzas de una posible relación sentimental.
Los días se han ido como el viento y son mediados de julio, Candy y sus hijos se encuentran ahora en la Villa de Escocia junto con Annie y el pequeño Armand.
Hay rumores de que Abelard haya muerto hace tres semanas, pero solo son eso simples rumores. La estancia en la Villa Grandchester es muy amena, los pequeños se han hecho buenos amigos.
Archie regreso a Chicago para arreglar algunos pendientes, recibieron un telegrama de él que estaría a más tardar el 25 de julio. Candy se percató que Annie esperaba la llegada de Archie y que diremos de Armand que extrañaba a su papá. Al principio se le hizo raro la expresión del pequeño, pero como todos se acostumbró a escuchar que le llamaba papá.
No era conveniente que Annie viajara a otro lugar y por decisión de ella, deseaba que su bebé naciera en la villa de los Andley. Todo estaba dispuesto, la vigilancia seguía su rutina habitual, acompañaban muy de cerca a ambas mujeres a sus paseos matinales.
La gira de Terry es un rotundo éxito, cerrarían con broche de oro una representación en el Palacio de Versalles, sería muy diferentes a todas las demás todo lo recaudado en tal evento sería donado a la Cruz Roja, para solventar los gastos de la guerra de hace dos años, que aún la economía del país estaba en un déficit bajo.
Para sorpresa tanto de Annie como de Candy recibieron la visita de Albert. Quien se encontraba en un viaje de negocios en España y Portugal y por último pasar unos días en la Villa de Escocia.
Archie llego un día antes de lo predestinado, lo primero que hizo fue visitar a Annie, posteriormente entregar los pormenores al Sr. Adolphus Diamond y el Sr. Brighton.
No cabe duda Candy se encontraba en lo dicho, la amistad de sus amigos iba más de lo fraternal, ella esperaba buenos resultados de la misma.
Annie se encontraba en la casa Andley, leyendo un libro de poesía, cuando escucho un ruido en el balcón de su habitación. Abrió la ventana sigilosamente y observo en una maceta un pedazo de papel. Se encontraba sumamente nerviosa al desplegar la hoja.
Adorada Cuñada:
¡Creíste que había muerto!, estas muy equivocada, sigo tus pasos muy de cerca.
Solo espero el nacimiento del hijo de mi estúpido hermano, pronto sabrás de mí, si fuiste la mujer de Armand, también lo serás mía, te deseo tanto, sentir que pronto serás mía tarde o temprano.
Ni creas que tu dichoso amiguito te hará su mujer, primero te haré mía y el que se conforme con las sobras.
Abelard.
Archie entró a la habitación que era de Annie y al ver su semblante se preocupo demasiado y se acercó rápido a ella.
- ¿Qué te ocurre? - no pudo decir más Annie se arrojó a sus brazos en busca de protección.
- Ya no puedo, el me buscará a sol y sombra para saciar sus bajos instintos, lo único que deseo es paz y salir adelante con mis hijos, mira él sabe ¿Dónde? estoy.
Annie se separó un momento de su amigo para que el leyese la nota. Archie leyó la nota no demostró ningún enfado, la naturaleza contestó por él, el viento arreció con fuerza las copas de los árboles, la lluvia azoto los grandes ventanales, el cielo ennegrecido dejo caer un rayo estruendoso.
- Mientras yo este contigo, nada ni nadie podrá hacerte daño a ti y tus hijos, prometí protegerlos a costa de mi propia vida - fueron las palabras de aliento por parte de Archie, aunque por dentro una lluvia de injurias nacían, miles de formas de buscar a Abelard y al tenerlo frente a frente acabarlo de una buena vez.
- Gracias por tu buena fe, has sido mi mejor amigo al igual que Candy - ahora Annie se acercó a él para besar su mejilla izquierda.
Fue un grave error, los miedos, la soledad hicieron que Archie tomará con su manos el rostro lloroso de ella y besara sus labios. Annie no opuso resistencia, ella respondió de la misma forma. Ambos se sintieron en otro mundo, recordaron los besos que compartieron en su época de noviazgo los cuales eran muy diferentes a este que llevaba consigo amor y ternura y no rutina diaria.
- Disculpa mi atrevimiento no debí hacerlo - Archie se separó de Annie para verla a la cara y descubrió que ella no estaba molesta.
- No te preocupes, fue algo del momento, solo te pido que no vuelva ocurrir, la memoria de Armand no deseo mancillarla por ningún motivo. Es mejor que te retires.
- Adiós – Archie salió de la habitación sin mirar Annie.
Archie se dirigió hacia la puerta, se encontraba cabizbajo, aunque esta cambio al descubrir al pequeño Armand en el pasillo jugando con un caballito mecedora. El accidente de minutos antes paso a segundo plano, sus ojos se iluminaron al verlo y no digamos de Armand quien corrió hacia él para abrazar sus piernas y darle la bienvenida a su "papá" apelativo que no le desagradaba a Archie.
En tanto Annie ya no reflejaba tristeza, al contrario de lo esperado su rostro no mostraba lágrima alguna sino una gran sonrisa. Por instinto toco su vientre.
- Bebé pronto conocerás la luz, todos esperan tu llegada. Armand gracias por darme la bendición de haber tenido un hijo tuyo y por favor ilumíname, creo que los sentimientos hacia Archie han cambiado, protégeme de la maldad de tu hermano, si esta es una prueba que dios me impuso la acepto y prometo no decaer ante ninguna adversidad.
La mañana del 30 de julio es sumamente fría por la lluvia del día anterior, hay un gran alboroto en casa de los Andley era un ir y venir de la servidumbre. Annie empezó con las contracciones del parto. Eran las 10:00 a.m. y el doctor se encontraba asistiéndola junto con Candy y otra enfermera, todo estaba en orden por ese lado. En cambio en la biblioteca.
Archie se paseaba de un lado a otro de la habitación, la Sra. Jane tejía unas chambritas amarillas para su nieto, tanto el suegro como el padre de Annie jugaban un partido de ajedrez. Armand, Sharon y Harry se encontraban en el jardín de tulipanes y narcisos jugando con Lilian.
- Es mejor que tomes asiento, no podrás hacer nada si sigues en ese plan Archie - dijo el Sr. Brighton - Jaque Mate - terminando el juego.
- Lo admiro Robert, creo que nadie lo vencerá en ajedrez - contesto el Sr. Adolphus, mientras secaba su frente después de tan disputada partida de ajedrez.
- Creo que si hay una persona que podría hacerlo, aunque en estos momentos se encuentra meditando si será niño o niña.
- Archie no escuchaba lo que decían a sus espaldas, su único deseo era ver a Annie y el bebé. Pasaban ya de las 11:00 a.m., se abrió la puerta de biblioteca.
- Doctor ¿cómo esta mi hija? - fue la primera en preguntar la Sra. Jane.
- La Sra. Annie se encuentra muy bien y dio a luz a una hermosa niña.
- Gracias, señor dios - lágrimas de felicidad iluminaron el rostro del Sr. Diamond - Armand hijo mío cuidaremos a tu hija.
- La pequeña Pollet - se dijo Archie, mientras observaba los rostros de los demás presentes.
- Podemos pasar a ver a mi hija.
- Claro, Sr. Brighton, enseguida, la señora me pidió si no les molesta que el primero que pase sea el Sr. Cornwell.
- Por mí no hay ningún inconveniente - contesto el suegro de Annie.
- Tampoco por nuestra parte - respondió el Sr. Robert Brighton.
Archie iba con rumbo a la habitación de Annie, esta se encontraba al final de un largo pasillo, se le hizo eterno el camino o eran sus nervios que lo dejaban al descubierto, al tocar la puerta, Candy fue quien abrió.
- Creo que es mejor que los deje a solas unos momentos, mientras voy por Armand y los demás.
- Te lo agradezco Candy
Estando solos, Archie se acercó a Annie, una gran emoción lo envolvió, vio a una pequeña niña profundamente dormida en brazos de su madre.
- Es muy bonita la niña.
- La pequeña Pollet, como última voluntad de mi esposo.
- Pollet Diamond bienvenida, Annie me permites darte un beso.
- Si - respondió ella, él se acercó y le deposito un beso en la frente , para luego hacer lo mismo con la bebé.
La habitación pronto se encontraba llena de los familiares de Annie, Armand se mostró fascinado al conocer a su hermanita.
Pasaban de la una de la tarde y un ambiente de fiesta se dejaba ver en cada rincón de la mansión Andley, para sorpresa de todos el día se encontraba sereno, sin vísperas a una posible lluvia. Annie recibió una visita inesperada, Patty su amiga del colegio llego de improviso a la mansión, la última vez que la vio fue el día de los funerales de su esposo Armand. "Ese es un momento triste que debe quedar en el pasado aunque no en el olvido".
Patty llegó con su esposo Dereck Linke, tenía poco de haberse casado, solo por el civil fue una celebración sencilla, la cual se realizó en la ciudad Munich, Alemania. Al mismo tiempo les anuncio a sus amigas que tenía tres meses de embarazo.
Para el mes de Octubre, Annie sigue sus actividades normalmente, el ambiente de su finca de Glasgow es apacible. Pollet duerme profundamente en cuna de encajes blancos y pastel, Annie decidió tomar un libro para leer un rato, este se encontraba en un cajón cerca de la cama.
Lo que llamó su atención fue un sobre amarillo y a su memoria vinieron las últimas palabras que cruzo con el difunto Raymond Sullivan. "Todo está en este sobre". Annie abrió nerviosamente el sobre y encontró una carta y varios documentos bancarios y mercantiles a nombre de : Abelard Diamond. Ahora fue el turno del sobre de la carta, desdobló las hojas y empezó a leer el contenido de dicha carta, no tenía fecha alguna solo...
Mi Amada y Querida Annie:
Cuando leas esta carta, no estaré contigo, mi vida aquí con los mortales llego a su fin.
Aunque mi alma no descansará en paz hasta ver mi última voluntad hecha, te pido perdón por no haberlo hecho con anterioridad. Tú en estos momentos no estarías viviendo un martirio y la vida de nuestros hijos no estaría en peligro.
Recordaras que me mostraba algo extraño y era porque recibía a diario terribles anónimos de muerte y ahora tu conoces el resultado hoy en día.
Te pido perdón de nueva cuenta.
Annie dejo de leer un momento la carta y su mente divago al último día que vio con vida a su esposo.
- Armand no vayas a Suiza, tengo un mal presentimiento, por favor te lo suplicó.
- No debes preocuparte Annie, te prometo que esta será la última vez que practique alpinismo.
Y así fue la última vez, Annie recibió un telegrama informándole la muerte de su esposo.
Su suegro se trasladó a Suiza, el no creía en lo sucedido que esto era un error, pero la amarga realidad lo esperaba, las personas que acompañaban a Armand en la expedición recuerdan que el empezó a sentirse mal (un dolor en el estómago), provocando que fuera en un vaivén en la montaña, la soga inexplicablemente se rompió cayendo su cuerpo al vació, aún se encontraba con vida, lo llevaron a un hospital cercano, dos horas después murió murmurando el nombre de su esposa e hijo.
Fue una noticia terrible para todos, amigos, familiares, empleados porque murió de esa manera tan cruel, un hombre tan generoso y jovial.
Annie cayó en una gran depresión, pero gracias a la ayuda de Candy y Patty salió de esta. Al poco tiempo decidió regresar a América. Recordó también el día que volvió a ver a Archie en el despacho de Raymond y a partir de ese momento se convirtió en su ángel guardián, tal como lo estipulo Armand en su testamento. Annie continúo leyendo la carta de su esposo.
Los documentos que vienen en este sobre son negocios turbios de Abelard, entrégalos a la policía y que ellos hagan lo pertinente.
Cuida mucho a nuestros hijos, yo siempre velare por ustedes desde el cielo. Yo creo que para este tiempo, Archie te comento que fuimos amigos en el Colegio San Pablo, no quise revelarte que lo conocía para que no cayeras al vació que con gran esfuerzo desertaste de él.
Hemos triunfado ambos y el ¿Por qué? es el siguiente:
Tú, dejaste de ser aquella niña protegida, lo que sufriste en tu primer noviazgo te hizo valorarte como persona. No decaigas Armand te necesita al igual del pequeño que hoy tienes entre tus brazos, como me hubiese gustado conocerlo, dios sabe lo que hace y no hay vuelta de hoja.
Por mi parte, fui muy feliz a tu lado al haberme aceptado como tu compañero, tu consejero y amigo incondicional.
Annie te pido que rehagas tu vida.
Cuídate mucho y en un tiempo no muy lejano o cuando dios disponga nos encontraremos de nueva cuenta.
Te amo
Armand.
Annie no contuvo más las lágrimas, los recuerdos vinieron a su memoria, el día de su boda, la entrega mutua la cual quedo marcada en su piel y el nacimiento de Armand y Pollet.
A los pocos minutos guardo de nuevo el sobre, tuvo un presentimiento y lo metió abajo de la alfombra de su cama. Posteriormente tomo un baño, eran alrededor de las 11:00 p.m., cuando cepillaba su larga cabellera, una sensación extraña estremeció todo su cuerpo, la ventana de la terraza se encontraba abierta, lo cual no era raro para ella, se levantó para cerrarla vio a su hija profundamente dormida. Llegó a la orilla de su cama, se quitó su bata para quedar solo en camisón.
- Es hermosa tu niña, cuñada.
- Abelard tu aquí - Annie giro sobre sus talones, para enfrentarlo cara a cara.
- Shhh, no digas nada si lo haces aquí mismo tu hija morirá - Abelard tenía en la mano un cuchillo - veo que el embarazó te sentó de maravilla.
- Eres un estúpido, lárgate de aquí.
- No me iré de aquí, hasta cumplir mi capricho y no levantes la voz porque ya sabes lo que pasara.
Abelard se acercaba a Annie. Ella por su cuenta corrió hacia la cuna de su bebé, aunque la agilidad de Abelard fue más suspicaz, la tomo por la cintura, la aventó con gran brusquedad en la cama.
- Recuerda que te tenía bien vigilada, la vigilancia que contrato tu amiguito se conformó con unas cuantas libras, tus fieles sirvientes ahora están dormidos, nadie puede escucharte.
- Déjame, quita tus manos de mi - Annie trataba de apartarlo fue imposible, Abelard cubría su cuerpo no sin antes romper su camisón y dejar en descubierto su senos.
- Eres hermosa, sentirás lo que es un hombre de verdad.
La mansión se encontraba en total silencio, la biblioteca, la sala, la cocina, el jardín, los pasillos. Annie, se mecía en su cama como un niño, en eso empezó a llorar Pollet, con trabajos se levantó, su cuerpo se encontraba con varios moretones, busco un camisón en el armario, se acercó a su pequeña, para arrullarla y poder apaciguar un poco la rabia que emanaba de su ser.
Annie nunca platicó de aquel incidente para no agravar más la situación, seguía su vida cotidiana. Faltaban dos días para el cumpleaños número cuatro de Armand y todos se encontraban muy apurados con ello.
- Señora, esta es la lista de las personas que asistirán, desea ver si falta alguien.
- Enseguida la leeré Lilian, pero no has visto al Sr. Cornwell.
- Si, fue con el pequeño Armand a recorrer la finca a caballo.
- Gracias.
- Permiso señora
- Mamá, mamá - con cara de suma alegría - Papá me llevo a pasear en el caballo que me gusta.
- ¡Qué bien hijo!
- Voy con Pollet para contarle - Armand salió corriendo de la terraza.
- Creo que su fiesta será una de las mejores que haya tenido.
- Si tienes razón Archie.
- Aunque Candy, Terry y sus hijos no vengan será una fiesta muy divertida.
- Eso no hay que dudarlo.
Es el día de la fiesta y esta se lleva a cabo en uno de los salones de la finca Diamond en Glasgow. Además no hubo poder sobrehumano para que los niños asistentes permanecieran quietos, optaron por salir al jardín a jugar guerras de bolas de nieves y hacer figuras.
Por otro lado los adultos observaban las evoluciones de sus hijos, por los grandes ventanales, otros por su parte murmuraban en pros y contras de la relación del Sr. Archibald Cornwell y la Sra. Annie Diamond.
Eran principios de los años 20's y aún se conservaban normas sociales que debían ser erradicadas, una de ellas era la relación sentimental de una joven viuda y un antiguo enamorado. La joven viuda debía guardar recato a su esposo fallecido (tres años). En América esas ideas fuera de lugar como se les denominaba pasaban desapercibidas, en Europa aún se conservaban. Annie y Archie se encontraban al tanto de los pormenores y los tenía sin cuidado. Su relación solo era fraternal.
Es la hora de partir el pastel y como si se tratase de una familia, Archie ayudó al pequeño a partir su pastel. Fue una fiesta muy amena, termino alrededor de las siete de la noche.
El pequeño Armand se encontraba sumamente cansado, Lilian lo llevo a su habitación, luego hizo lo mismo con la pequeña Pollet quien dormía con ella por petición de Annie, después de lo sucedido meses atrás no deseaba poner en peligro la vida de su hija.
- Creo que es hora de irme Annie, pasaré mañana temprano antes de marchar a Liverpool.
- Archie puedo pedirte un favor.
- Si dime
- Me gustaría que te quedarás el día de hoy en casa por favor.
Archie le llamo la atención tal petición, minutos después cambio de opinión una tormenta de nieve cubrió los caminos y era imposible cruzar el lugar, para llegar a su finca, esta se encontraba a un kilómetro de la finca de los Diamond.
- No hay problema Annie.
- Muchas gracias Archie
Annie no podía conciliar el sueño, el miedo la hizo estremecer de pies a cabeza, la ventana de la terraza se abrió poco a poco, una sombra se deslizaba por la habitación hasta llegar a un lado de la cama, Annie se encontraba recostada del lado contrario del ventanal.
- Disculpa por no llegar más temprano y felicitar a mi sobrino.
- No puedo creer que vinieras de nuevo, eres un cínico, cobarde - Annie discretamente deslizo su mano debajo de su almohada.
- Una vez no basta, espero que esta ocasión tu cooperes y disfrutemos la noche, no creo que mi hermano te haya satisfecho como mujer, no debo negar que dejo frutos o son de otro - Abelard se fue acercando a ella, dio un paso hacia atrás...
- Te acercas y no respondo - Annie saco un revolver debajo de su almohada, tomándolo con ambas manos - Das un paso más y te mato, ya me mancillaste una vez y no voy a permitir que lo hagas de nuevo. Mis hijos son fruto de un amor lleno de ternura, el cual tu no conoces, tu tomas las cosas a tu antojo, estas completamente solo por tu orgullo injustificado, ¿qué mal te hice?
- Ese concepto tienes de mí, bueno te daré más detalles sobre mi conducta, yo mate a mi propio hermano, lo seguí a Suiza y llevar a cabo mi misión, creíste que su muerte fue accidental, estas muy equivocada, te daré lujo de detalle, su equipo de alpinismo le hice unos pequeños ajustes para que estos parecieran desperfectos del equipo y el accidente no fuera investigado más de la cuenta. Por otra parte en caso de descubrir el desperfecto, hubiese muerto por envenenamiento, antes de salir a los Alpes tomo un té con una sustancia desconocida aun para la ciencia, vez que fácil es deshacernos de los estorbos, pensaba hacer lo mismo contigo, cambie de opinión.
Abelard trato de acercarse, Annie la segó la rabia y disparo el gatillo del revólver, la bala rozó la cabeza de su agresor.
- Creo que fallo tu tiro querida- Abelard escucha pasos en el pasillo.
- Annie, por favor abre la puerta, te encuentras bien - era la voz de Archie, tratando de abrir la puerta.
- Ayúdenme por favor, ...
- Ese movimiento de debilidad, Abelard lo aprovecho para arrebatarle el revólver, la puerta se abrió de golpe, entrando en la habitación Archie, Theodore, el Sr. Adolphus.
- ¡No den un paso más, si lo hacen ella morirá!.
Annie se mantenía firme, procurando no hacer ningún movimiento en falso, Abelard la sujetaba del cuello hacia el balcón de la terraza, al mismo tiempo coloco el arma en su sien.
- Déjala Abelard, si aún te consideras mi hijo, te lo suplicó suéltala por la memoria de tu madre.
- Vaya, vaya, hasta donde ha caído la arrogancia de un almirante de renombre, Primer Batallón de la Marina Británica de Nuestra Real Majestad, Sir. Adolphus Diamond - una voz socarrona se escuchó en la habitación.
Abelard, no pudo continuar con sus injurias en una fracción de segundo, su hombro derecho sangraba copiosamente. Annie cayó al suelo asustada, Archie le ayudo a incorporarse y protegerla de los movimientos de Abelard.
El disparo fue originado por el Sr. Theodore Rusell, una vieja escopeta de cacería fue la salvadora.
- Me jure a mí mismo que vengaría la muerte del joven Armand - empuñando la escopeta en lo alto, el hombre mayor estaba dispuesto a un disparo más acertado.
- No cantes victoria, viejo patético.
- Aún con el arma en la mano, Abelard disparo a diestra y siniestra, Theodore cayó herido de muerte, en ese instante salto por el balcón, se escuchó el relinchar de un caballo y la fuerza del galope.
Annie y Archie trataron de incorporar al herido, solo que él...
- Por favor señora ya es demasiado tarde, cuide a mi hija Lilian.
- Lo juro – Annie abrazaba al viejo Theodore
- Joven Archie, vaya tras él y que pague sus culpas, las cuales son muchas - Theodore respiraba dificultosamente - cuide a los hijos del joven Armand.
- Se lo prometo.
- Sr. Adolphus, le agradezco su ayuda por todos estos años.
- No digas nada Theodore - tratando de reanimarlo.
- Ya es demasiado tarde viejo amigo, Lilian hija mía cuídate mucho - en ese instante expiró.
Archie no desperdicio un minuto más, corrió a su habitación, saco un revolver del buró cerca de su cama, en un santiamén llego a las caballerizas, con gran agilidad monto uno de los caballos para ir tras Abelard, no fue difícil ubicarlo las huellas de los cascos del caballo y la sangre fueron de gran ayuda. A todo galope Archie lo encontró cerca de un lago congelado.
- Abelard detente - Archie disparo al aire.
- Ni lo sueñes insensato, no será fácil detenerme soy el amo de la trampa y el engaño.
- Debes pagar todas tus culpas, que tú mismo ocasionaste.
- Eso crees imbécil.
Abelard disparo de nueva cuenta esta vez, la bala erró el camino. El caballo retozaba los cascos en el hielo con gran fuerza.
- Es mejor que salgas de ahí.
- ¡Y qué me arresten! ¡Jamás!.
Se escuchó el resquebrajamiento del hielo, provocando que jinete y caballo cayeran en el agua helada, Archie trato de ayudarlo, fue demasiado tarde, un remolino de agua se lo llevo a las profundidades del lago.
- Tú mismo labraste tu destino, que dios te perdone por el daño que hiciste Abelard - Archie observaba la pasividad del agua.
= o =
Han transcurrido seis años de lo acontecido en la Familia Diamond, ahora todo era paz y tranquilidad, pronto sería 30 de Julio y Pollet cumpliría siete años, sus abuelos tenían una gran sorpresa para su nieta.
Annie y sus hijos vivían en New England, los negocios iban de maravilla, Armand ahora un niño de 10 años era el primero de su clase, heredo la inteligencia de su padre fallecido y en Septiembre Pollet ingresaría al colegio.
Por su parte Archie, estaba a cargo de los negocios de los Andley y los negocios de los Diamond, aunque estos en una escala menor por petición del Sr. Adolphus Diamond aún tenían las fuerzas suficientes para seguir con los negocios. No era conveniente que el Sr. Archibald Cornwell descuidará los negocios de su familia después de lo sucedido un año atrás, la relación de Annie y Archie se volvió algo estrecha, se veían poco, veía a Pollet y Armand solo los fines de semana, como fue la costumbre de Armand, la pequeña Pollet también lo llamaba papá. No era precisamente por trabajo aquellas visitas esporádicas, ambos se sentían extrañamente nerviosos cada vez que estaban cerca y estas se desplazaban en demasía, aunque estas se olvidaban cuando Pollet le enseñaba sus dibujos y Armand le pedía ayuda para alguna asignatura que se le dificultaba y poderla sacar adelante.
El cumpleaños de Pollet fue algo sencillo, solo asistieron familiares y algunos amigos, sus abuelos le tenían una sorpresa a la festejada.
Por parte de sus abuelos maternos, ellos le regalaron un pony blanco, tal como lo hicieron con Armand años atrás este fue de color negro, la niña se mostró muy alegre al ver su regalo.
Por su abuelo paterno, él le regalo un piano, no era un piano como cualquiera este perteneció a su esposa y ahora era para ella, esperaba que su nieta llegará hacer una buena concertista como lo fue su esposa.
Fueron sus mejores regalos, aunque la niña se mostró muy triste al no ver a su papá con ella en su cumpleaños (Archie), no espero tanto, él llego alrededor de las cuatro de la tarde con una enorme caja, Pollet la abrió rápidamente para su sorpresa, descubrió siete muñecas de porcelana.
Pollet, estas muñecas representan cada año de tu vida y son de diferentes lugares del mundo. La primera es de Escocia donde tú naciste, lleva consigo la ropa tradicional del lugar. Las demás son de Francia, España, Alemania, Holanda, Suiza, Rumania.
- Muchas gracias papá - dijo Pollet mientras lo abrazaba con lágrimas en los ojos.
La fiesta duró hasta altas horas de la noche; solo quedaban los más allegados, los cuales se fueron retirando poco a poco. Patty, Dereck y los pequeños Oliver y Christoph se retiraron alrededor de las 10:00 p.m. De la misma forma Candy, Terry, Sharon y Harry debían regresar a New York para el estreno teatral del "Mercader de Venecia".
La sala era un completo desastre, con la ayuda del personal, Annie quien se volvió algo hogareña y Lilian terminaron rápidamente.
Archie estaba con Pollet en su habitación tratando que conciliara el sueño, una tormenta atroz rompía la pasividad de las calles y de New England. El viento azotaba con fuerza las copas de los árboles, la lluvia golpeaba los grandes ventanales de la mansión. No espero mucho Pollet se durmió de inmediato, al salir de la habitación de la niña, un rayo cayó cerca de la casa, provocando que la luz se fuera en toda la casa.
- ¿Qué mala suerte? - se dijo Archie, mientras se guiaba por la pared hacia la habitación que siempre es para él.
Estando en su habitación, se preparaba para dormir, escucho que alguien tropezó en el pasillo. Tomo la vela del buró y salió hacia el pasillo, descubrió que era Annie quien tropezó con unos patines de Armand.
- Annie - acercándose a ella rápidamente.
- Debo tener más cuidado por donde piso - fue la respuesta de ella, mientras tomaba su tobillo derecho.
- Déjame ayudarte.
- Gracias.
- Mañana hablaré con Armand, ya es un jovencito para que deje sus patines en todas partes.
- Archie siempre estas preocupados por ellos y te lo agradezco infinitamente.
- Lo hago con gusto Annie.
Sus miradas se cruzaron y un sentimiento de nostalgia sobrevino, bajaron sus rostros al mismo tiempo. Archie caballerosamente llevo a Annie a su habitación, ella no podía apoyar su pie derecho. La dejo recostada en su cama, mientras él tomaba asiento aún lado de ella.
- Que descanses Annie, mañana me iré a Chicago, alrededor de medio día, nos veremos el próximo fin de semana.
- Hasta mañana.
Un destello ilumino la habitación de Annie, como una niña pequeña busco refugio en los brazos de Archie, levantó su rostro, pocos centímetros la separaban de los labios de Archie, él por su parte no pronunció palabra alguna, solo unió sus labios con los de ella.
Ambos esperaban ese momento, si hace tiempo su relación era mal vista, ahora nada ni nadie podía recriminarles algo, son dos personas adultas dueñas de sus propios actos.
Además él siempre la respeto en toda la extensión de la palabra y que diremos de Armand y Pollet, siempre lo han visto como un padre.
El beso termino, una aura de paz llenaba sus almas y otro beso siguió por iniciativa de ella.
- Annie no quería decírtelo, te amo desde hace mucho tiempo, estos años me ayudaron a comprender muchas cosas.
- ... - Annie lloraba de alegría.
- Estas lágrimas que veo brotar de tus ojos...
- Archie, yo también siento lo mismo por ti, Armand sabía porque hacía las cosas y ahora ve con gran alegría su obra, él espero que aquella persona, la cual me hizo llorar amargamente abriera los ojos y me hiciera feliz. Nuestra vida empezó de nueva cuenta el día que nos volvimos a ver.
La confesión de ambos fue sincera, faltaban varias horas para el amanecer y dejaron brotar sus emociones, Annie sentía revivir su alma, por cada beso que recibía, las sábanas de satín turquesa quedaron en el olvido.
Una vez Annie fue amada hasta el delirio, dios la recompenso, Archie la tomo de una forma tan especial que siempre estaría grabada en sus memorias después de varios años de matrimonio, no olvidando el pasado y recordando con gran melancolía a su primer esposo Armand Diamond quien la adoro a su manera.
La mañana llego y la "Luz del Alba" se abrió camino por lo grandes ventanales, para un futuro juntos y único testigo de la nueva historia que ellos comenzaban en ese momento, junto con Armand y Pollet.
Una vez cometieron errores, pero gracias a la perseverancia y las pruebas puestas, ahora todo es tranquilidad, dios los ha recompensado por su valentía, sencillez y lealtad ante todo. Armand, Pollet y después la llegada del pequeño David se abrirán camino, gracias a la ayuda de sus padres.
Fin
Hace casi 16 años escribí esta historia, la cual ya publique con anterioridad por otros medios, nuevamente la leí e hice unos pequeños cambios en frases y palabras, si no me falla mi memoria fue el primer fic que pude terminar.
Actualmente tengo varios trabajos por hacer y quiero entregar para este 2018.
Lita Wellington.
Las visitas de Archie a casa de los Diamond, son bastante frecuentes, la mayor parte del tiempo se encuentra radicando en Inglaterra, para estar cerca con la familia de Annie y estar en alerta permanente en caso de aparecer Abelard.
El pequeño Armand le agrada la presencia de Archie y en más de una ocasión le dice papá. Por su parte Annie ha escuchado a su hijo y no le ha impedido ese pequeño gusto.
La Sra. Jane Brighton madre de Annie, se encuentra viviendo con ella para ayudarla en todo lo posible. Al principio no le agradaba en lo absoluto la presencia de Archibald Cornwell cerca de su hija, recordó todo el daño que le causo en el tiempo que duro su noviazgo y ahora tenerlo de regreso era algo extraño e incómodo. Poco a poco fue asimilando la idea y ya no objetaba nada, al contrario vio el lado positivo del asunto y esto era para su nieto Armand que viera en Archie la figura paterna ausente.
Referente a los negocios en Londres, todos iban viento en popa, el Sr. Adolphus Diamond era un maestro en los negocios y con ayuda de su consuegro el Sr. Brighton las Empresas Marítimas de los Diamond eran las más reconocidas en Londres.
Por otra parte la situación en América, no todo eran buenas noticias, Raymond Sullivan llevaba las de perder, lidiar con Abelard era una travesía.
Abelard no tenía ninguna pista del domicilio actual de su cuñada, es como si la tierra se la hubiese tragado. No podía salir del país porque la policía tenía instrucciones de no permitir que viajara, por muchas investigaciones que están corriendo sobre su persona; está acusado del asesinato del hijo de un senador y todas las pruebas están en su contra.
Tanto la servidumbre, como la policía privada (contratada por Archie), no dieron ninguna razón sobre el paradero de la señora Diamond, la apreciaban demasiado para que de nueva cuenta tuviera algún altercado con su cuñado y en su estado no era conveniente ningún tipo de sobresalto.
Algunos fueron sobornados por Abelard, pero ellos siendo fieles a los Diamond no hablaban o en caso contrario daban una dirección falsa para alejar por unos cuantos días a la oveja negra de la familia.
Annie regresaba de su paseo matinal, acompañada de Archie, él se encontraba realizando algunas diligencias, las cuales Albert le encomendó.
Archie tenía una semana de haber regresado de Edimburgo y deseaba tomar cuando mucho dos semanas de vacaciones en la finca Diamond, regresar nuevamente a Chicago dar los pormenores a Albert y estar lo más pronto posible para el nacimiento del bebé de Annie.
Ambos esperaban la llegada de la criatura y esto se demostraba en los mimos de Archie hacia ella.
- Gracias Archie, agradezco el paseo, espero que esto no obstruya tu trabajo - dijo Annie mientras tomaba asiento en una mecedora de la terraza con vista hacia el jardín lleno de tulipanes, alcatraces y narcisos.
- Claro que no, Albert me encargo algunos asuntos, los cuales ya termine, ahora estoy tomando unas merecidas vacaciones.
- Mamá me llevas al zoológico - el pequeño Armand se acercaba a Annie.
- Mañana te llevo que te parece.
- Papá dile a mi mamá que me lleve si - el niño hizo un puchero para convencerlos y así lo llevasen al zoológico.
- ¿Qué te parece si yo te llevo? y dejamos a tu mamá pronto nacerá tu hermanito y ella necesita mucho descanso.
- Si gracias papá - el niño salió corriendo de la terraza con dirección a su habitación.
- Archie, no te molesta en la forma que te llama mi hijo.
- En absoluto Annie, ya me acostumbre y me sentiría algo extraño si no me dice así. Además le prometí a Armand que velaría por ustedes. - Archie saca de su saco un sobre y este se lo entrega a Annie - toma te lo envía Candy, ayer recibí el correo y este sobre es para ti.
- Oh, gracias - Annie abre el sobre observa una carta y unas fotografías - quien iba a imaginar que Candy al fin encontraría la felicidad, estas fotos me dicen muchas cosas y fue una sorpresa cuando dio a luz a un niño y una niña. Terry estaba muy feliz.
- Si lo recuerdo perfectamente - Archie tomo asiento junto a Annie - Terry dejo la gira de trabajo para estar con ella. Sharon y Harry son unos niños que no conocen la palabra "estar quieto".
- Yo solo los conozco por medio de las cartas que Candy me envía, al igual que las fotografías. La última vez que la vi fue el día de mi arribo a New York, solo venía ella, ya que los pequeños se quedaron con su abuela Eleanor en el teatro.
- Bueno leeré la carta y así sabremos que diabluras han hecho los pequeños Grandchester.
Abril 30, 1920.
Querida Annie:
Te doy mis anticipadas felicitaciones por el nacimiento de tu bebé, Terry y yo estamos en la expectativa de este.
Hemos tenido una que otra divergencia por si será niña o será niño, algo me dice que será una hermosa niña, la cual heredará tu gran bondad al mismo tiempo que el temple de Armand.
La maternidad es algo maravilloso y lleno de esperanzas para cada uno de nosotros. Saber que con la llegada de ese pequeño ser, nuevas luces iluminan nuestras vidas. Yo lo descubrí cuando nacieron mis pequeños Harry y Sharon, mi existencia dio un giro de 180 grados y agradezco a dios por tal bendición
Ahora que mis hijos tienen dos años, me faltan mucho por aprender de ellos, les encanta estar en el teatro con su abuela Eleanor quien los adora. En raras ocasiones el padre de Terry viene a verlos y también son su adoración. Aunque la relación padre e hijo es aún muy distante no pierdo las esperanzas que la situación cambie para el bien de todos.
Después de hablarte un poco de mis hijos, tengo algo más que contarte y esto es sobre Elisa y Neal, pido a dios los perdone por todo el mal que han hecho, sus almas llenas de odio y maldad se iluminen por un halo de paz.
Neal en estos momentos se encuentra cumpliendo una condena de cuatro años de cárcel; por abuso de confianza y estupefacientes, fue un golpe terrible para los Leegan.
En esta ocasión no hicieron nada por él, dejaron que las autoridades hicieron lo pertinente, esperan que estos años en la cárcel le sirvan de escarmiento y pueda ser una persona de provecho en el futuro.
Elisa en estos momentos se encuentra radicando en Canadá y eso será por un largo tiempo, ya que según ella la situación de su familia en los Estados Unidos no es nada favorable y sobre todo por lo sucedido a Neal, dejo el país.
En varias ocasiones antes de que ella se marchase a Canadá la ví con tu cuñado Abelard, varias veces me topé con ellos en los lugares que Terry y yo frecuentábamos, no desperdiciaba la oportunidad de que yo quedará en ridículo pero sus trampas no dieron el resultado esperado.
También sucedió con algunos compañeros de Terry quien los engañaba con tal de satisfacer su vanidad y orgullo, por desgracia uno de los amigos de Terry se suicidó el mes pasado por las falsas esperanzas que Elisa le hizo creer.
Yo creo que también por esta causa se marchó a nuestro país vecino.
Bueno después de darte los pormenores que han sucedido en América, espero recibir una carta tuya dándome las buenas nuevas.
Cuídate Mucho.
Tu amiga
Candy Grandchester
- Yo espero lo mismo para Neal y Elisa, cambien para bien - Annie doblo la carta de Candy, la cual guardo en el sobre que Archie le entrego junto con las fotografías.
- Si espero lo mismo, al principio mi Tío Charles, me pidió ayudar a Neal, desistió posteriormente para evitar que el orgullo de su hijo se acrecentará en demasía.
- Señora Annie, le acaban de llegar estos telegramas - era Lilian quien entraba junto con Armand para que Archie lo llevará al zoológico.
- Gracias Lilian puedes retirarte.
- Con su permiso.
- Annie examino los telegramas.
- Archie este es para ti, del despacho de Raymond toma.
- Si, gracias.
- Annie abrió el telegrama y quedó estupefacta, tiró la hoja, Archie se estiró para levantarla y leyó el contenido de esta.
Mi vida. Pronto te visitare. Cuida a nuestros hijos.. Abelard.
- Ese maldito como supo tu paradero, el telegrama - Archie rompió el sobre del telegrama que le entrego Annie, y leyó rápidamente el contenido de este.
Raymond Sullivan muerto. Investigan Suceso. Albert.
- Ahora que haremos Archie, vendrá a buscarme, le hará daño a mis hijos, no quiero ayúdame por favor - Annie lloraba en los brazos de él buscando protección.
- Yo estaré contigo, nada te ocurrirá, estoy seguro que Abelard mato a Raymond para poder localizarte. Es un hombre de oscuros sentimientos - Archie abrazó a Annie y la ayudo a incorporarse para llevarla a su habitación - Armand creo que dejamos tu paseo para mañana tu mamá se siente mal.
- Tú me lo prometiste – el pequeño hizo un puchero
- Archie llévalo yo estaré bien, Lilian puede asistirme.
- Pero…
- Hazlo, por favor – suplicó Annie
- Esta bien tu ganas - contesto Archie algo contrariado, pero al ver la cara del pequeño no replico ya nada.
Ha transcurrido una semana desde que Annie recibió el telegrama de su cuñado. Tanto los Brighton, como el Sr. Diamond y Archie se encontraban en alerta constante para evitar que Abelard llegase a dañarlos (Annie y su hijo), principalmente en el estado de ella no era conveniente.
La policía privada que Archie contrato en América al ver lo ocurrido viajaron hacía Glasgow para permanecer las 24 horas del día cuidando cada centímetro de la finca Diamond.
El Sr. Adolphus Diamond por su parte pidió a los puertos y estaciones de trenes los nombres de los pasajeros y siendo una persona influyente no le negaron ninguna información, para poder tomar cartas en el asunto en caso de la llegada de Abelard a Londres.
Todos esperaban que los meses restantes del embarazo de Annie fueran los más tranquilos y todo resultó fallido. Ella no podía salir a sus paseos matinales, todo el tiempo permanecía en la casa y se aburría demasiado. Aunque recibió una buena noticia y esta era que pronto Candy llegaría a pasar unos días con ellos y así permaneció un poco más tranquila.
Terry tenía una gira por Inglaterra y Francia, mientras el realizaba su trabajo, Candy, Sharon y Harry se quedaban con Annie en la finca.
Archie por su parte se encontraba más ocupado que nunca tenía los asuntos de los Andley en Londres más los pendientes de Raymond, solicito un informe detallado a la policía de New York sobre la muerte del Sr. Sullivan, este informe lo recibió inmediato. Lo leyó con sumo cuidado y descubrió de lo que es capaz de hacer Abelard con tal de conseguir sus objetivos, aunque esto dañe a terceras personas.
Mayo 17, 1920.
Estimado Sr. Cornwell:
Le envío informe detallado sobre el asesinato del Sr. Raymond Sullivan.
La información que le doy a conocer son las diligencias que hemos llevado a cabo al bufete jurídico que él representaba más los vecinos del acaecido.
Raymond Sullivan fallecido el 29 de Abril del año actual fue encontrado en la bañera de su departamento de la Avenida Cinco y Broadway con dos disparos de bala en el pecho, en el lugar se encontró una almohada la cual fue ocupada como silenciador. El lugar de los hechos fue encontrado en sumo desorden se llega a la conclusión que entraron a robar.
Los vecinos del ahora occiso informaron que no escucharon nada en lo absoluto, que el Sr. Sullivan no tenía enemigo alguno, era una persona muy amable y pacífica.
Por su parte el bufete nos informa, el día de su muerte por la mañana, discutía con un hombre de aproximadamente 35 años, la Srita. Mary Thompson al tener solo una semana de estar trabajando en dicho bufete aun no conocía a todos los clientes y amigos del Sr. Sullivan.
Alrededor de las 17:00 horas el Sr. Sullivan dejo el despacho, ya que tenía una cita con un cliente el Sr. William Albert Andley, le dio algunas indicaciones a la Srita. Thompson, una de ellas y la más importante fue que en caso de que llamase o viniese el Sr. Abelard Diamond le informase que aún no tenía el dato solicitado.
Sabemos por parte de nuestro departamento privado que usted solicito sus servicios para cuidar a la Sra. Annie Brighton Vda. de Diamond por problemas suscitados con el ahora prófugo Sr. Abelard Diamond.
Respecto al Sr. Abelard Diamond está acusado por varios delitos cometidos en esta demarcación, los cuales en repetidas ocasiones ha salido libre bajo fianza o no le han encontrado ningún indicio de culpa. En está ocasión hemos llegado a la siguiente hipótesis que es el culpable por la muerte del Sr. Raymond Sullivan.
Tenemos contacto con la policía de Londres para agilizar las diligencias pertinentes en contra del Sr. Diamond.
El cuerpo del Sr. Sullivan fue encontrado al día siguiente por la empleada de limpieza alrededor de las 08:00 a.m. Al llegar la policía al domicilio citado anteriormente, los peritos informaron que el cuerpo llevaba 12 horas sin vida.
Esperando que esta información le sea de gran utilidad, lo tendremos al tanto de los pormenores que se susciten.
Michael Driscoll
Oficial Mayor de la Comandancia
Número Tres del Edo de New York.
Archie dejo el expediente en el escritorio de la biblioteca mientras caminaba de un lado a otro de la habitación, en eso abrieron la puerta y entraba Adolphus Diamond.
- Hay noticias de América o me equivoco.
- Sí señor, recibí esta información y no cabe duda que no estábamos tan lejos en nuestras indagaciones - Archie le entregó al Sr. Diamond los papeles los cuales leyó, al término de estos.
- No cabe duda que críe a un verdadero monstruo, su avaricia lo llevo hasta estos extremos.
- Ahora no hay que lamentarnos, al contrario debemos estar preparados por lo que venga.
- Si debemos estar alerta, cambiando de tema en la terraza te espera Annie y su amiga Candy, acaba de llegar de América. Tenía mucho tiempo que no la veía, recuerdo que la última vez que la vi fue cuando se casaron Annie y mi hijo Armand, cambio mucho en este tiempo.
- Estoy de acuerdo con usted, el matrimonio le cayó de maravilla y solo falta que conozca a mis sobrinos que son unos diablillos.
- De eso no me cabe duda, lo acabo de comprobar, rompieron una maceta, dejaron salir unos canarios, mi nieto se olvidó que tiene abuelo y fue a jugar con ellos al jardín. Lilian los está cuidando.
Ambos hombres se rieron por las diabluras de los pequeños, no cabe duda que la amistad de Armand, Harry y Sharon sería una de las más sólida a partir de hoy y los años venideros.
Y en la terraza.
- Pobre Susana.
- Lo mismo digo yo Annie, su vida fue algo vacía, después del accidente lo fue mucho más, espero que dios la perdone por todo lo sucedido.
- Dime ¿Cómo sigue la situación de Terry y su padre?
- Va mejorando y eso se los debo a mis hijos que de un tiempo para acá quieren ver a su abuelo a cada instante. Al principio Terry no le agradaba la idea; mi suegra le pidió que recapacitará un poco, que lo sucedido ya era cosa del pasado.
- Pero veo que el acepto a regañadientes.
- Sí, además la situación de sus padres es más amena, ya no es tan distante. Te contare que... creo que me he vuelto algo chismosa - riéndose - me cuenta Terry que en las ocasiones que ha viajado a Escocia de sorpresa a descubierto a sus padres en varias situaciones comprometedoras. Ellos aún son jóvenes y desean recobrar los años que permanecieron alejados.
- La duquesa sabe de esto pero a ella le da igual lo que haga o deje de hacer su esposo, con tal de que no se llegue a enterar la nobleza inglesa y esto no perjudique su situación nobiliaria.
- Yo por mi parte nunca entenderé a este círculo social, aunque tengo el título nobiliario de mi esposo no lo uso, lo siento tan ostentoso y absurdo y decir que años atrás deseaba llegar a tal grado, ahora veo que no vale la pena.
- La vida es un gran laberinto de emociones que debemos buscar la salida por nosotros mismos. Quien iba a imaginar que llegaría hacer la Sra. Grandchester al final de mi gran travesía. Harry y Sharon son mis tesoros y Terry mi compañero.
- Tienes razón Candy, yo pensé que mi vida la compartiría con Archie y ahora cada uno tiene diferentes caminos, yo espero que el pronto encuentre una mujer que lo ame y sea la compañera que el espera, por mi parte debo velar por mis hijos y seguir con mi vida.
- Aun eres joven y puedes llegar...
- No lo digas Candy, Armand fue muy bueno conmigo y siempre respetaré su memoria, los cuatro años de matrimonio fueron los más hermosos de mi vida.
- Buenos días señoras, el sol les da la bienvenida - fueron las palabras de Terry.
- Gracias Terry, veo que traes la maleta lista para tu gira.
- Si Annie, debo viajar a Lancaster para dos funciones y continuar con la gira en el resto de Inglaterra. Espero no interrumpir tu tranquilidad con mis tres diablillos.
- ¡Cómo que tus tres diablillos! – Candy le saco la lengua a su esposo por su comentario.
- No me digas pecas que tus hijos no se parecen a ti principalmente por las pequitas.
- Terry... - no pudo continuar las palabras la sello con un beso.
- Vaya, vaya acaban de llegar el torbellino, la tempestad y mis sobrinos.
- No te hagas el gracioso Archie - Terry se acercó a él para darle un abrazo cordial.
- Mejor pasemos al comedor para almorzar - dijo Annie, en tanto Archie la ayudaba a levantarse de su mecedora.
Candy observo cada detalle de Archie hacia Annie y no perdía las esperanzas de una posible relación sentimental.
Los días se han ido como el viento y son mediados de julio, Candy y sus hijos se encuentran ahora en la Villa de Escocia junto con Annie y el pequeño Armand.
Hay rumores de que Abelard haya muerto hace tres semanas, pero solo son eso simples rumores. La estancia en la Villa Grandchester es muy amena, los pequeños se han hecho buenos amigos.
Archie regreso a Chicago para arreglar algunos pendientes, recibieron un telegrama de él que estaría a más tardar el 25 de julio. Candy se percató que Annie esperaba la llegada de Archie y que diremos de Armand que extrañaba a su papá. Al principio se le hizo raro la expresión del pequeño, pero como todos se acostumbró a escuchar que le llamaba papá.
No era conveniente que Annie viajara a otro lugar y por decisión de ella, deseaba que su bebé naciera en la villa de los Andley. Todo estaba dispuesto, la vigilancia seguía su rutina habitual, acompañaban muy de cerca a ambas mujeres a sus paseos matinales.
La gira de Terry es un rotundo éxito, cerrarían con broche de oro una representación en el Palacio de Versalles, sería muy diferentes a todas las demás todo lo recaudado en tal evento sería donado a la Cruz Roja, para solventar los gastos de la guerra de hace dos años, que aún la economía del país estaba en un déficit bajo.
Para sorpresa tanto de Annie como de Candy recibieron la visita de Albert. Quien se encontraba en un viaje de negocios en España y Portugal y por último pasar unos días en la Villa de Escocia.
Archie llego un día antes de lo predestinado, lo primero que hizo fue visitar a Annie, posteriormente entregar los pormenores al Sr. Adolphus Diamond y el Sr. Brighton.
No cabe duda Candy se encontraba en lo dicho, la amistad de sus amigos iba más de lo fraternal, ella esperaba buenos resultados de la misma.
Annie se encontraba en la casa Andley, leyendo un libro de poesía, cuando escucho un ruido en el balcón de su habitación. Abrió la ventana sigilosamente y observo en una maceta un pedazo de papel. Se encontraba sumamente nerviosa al desplegar la hoja.
Adorada Cuñada:
¡Creíste que había muerto!, estas muy equivocada, sigo tus pasos muy de cerca.
Solo espero el nacimiento del hijo de mi estúpido hermano, pronto sabrás de mí, si fuiste la mujer de Armand, también lo serás mía, te deseo tanto, sentir que pronto serás mía tarde o temprano.
Ni creas que tu dichoso amiguito te hará su mujer, primero te haré mía y el que se conforme con las sobras.
Abelard.
Archie entró a la habitación que era de Annie y al ver su semblante se preocupo demasiado y se acercó rápido a ella.
- ¿Qué te ocurre? - no pudo decir más Annie se arrojó a sus brazos en busca de protección.
- Ya no puedo, el me buscará a sol y sombra para saciar sus bajos instintos, lo único que deseo es paz y salir adelante con mis hijos, mira él sabe ¿Dónde? estoy.
Annie se separó un momento de su amigo para que el leyese la nota. Archie leyó la nota no demostró ningún enfado, la naturaleza contestó por él, el viento arreció con fuerza las copas de los árboles, la lluvia azoto los grandes ventanales, el cielo ennegrecido dejo caer un rayo estruendoso.
- Mientras yo este contigo, nada ni nadie podrá hacerte daño a ti y tus hijos, prometí protegerlos a costa de mi propia vida - fueron las palabras de aliento por parte de Archie, aunque por dentro una lluvia de injurias nacían, miles de formas de buscar a Abelard y al tenerlo frente a frente acabarlo de una buena vez.
- Gracias por tu buena fe, has sido mi mejor amigo al igual que Candy - ahora Annie se acercó a él para besar su mejilla izquierda.
Fue un grave error, los miedos, la soledad hicieron que Archie tomará con su manos el rostro lloroso de ella y besara sus labios. Annie no opuso resistencia, ella respondió de la misma forma. Ambos se sintieron en otro mundo, recordaron los besos que compartieron en su época de noviazgo los cuales eran muy diferentes a este que llevaba consigo amor y ternura y no rutina diaria.
- Disculpa mi atrevimiento no debí hacerlo - Archie se separó de Annie para verla a la cara y descubrió que ella no estaba molesta.
- No te preocupes, fue algo del momento, solo te pido que no vuelva ocurrir, la memoria de Armand no deseo mancillarla por ningún motivo. Es mejor que te retires.
- Adiós – Archie salió de la habitación sin mirar Annie.
Archie se dirigió hacia la puerta, se encontraba cabizbajo, aunque esta cambio al descubrir al pequeño Armand en el pasillo jugando con un caballito mecedora. El accidente de minutos antes paso a segundo plano, sus ojos se iluminaron al verlo y no digamos de Armand quien corrió hacia él para abrazar sus piernas y darle la bienvenida a su "papá" apelativo que no le desagradaba a Archie.
En tanto Annie ya no reflejaba tristeza, al contrario de lo esperado su rostro no mostraba lágrima alguna sino una gran sonrisa. Por instinto toco su vientre.
- Bebé pronto conocerás la luz, todos esperan tu llegada. Armand gracias por darme la bendición de haber tenido un hijo tuyo y por favor ilumíname, creo que los sentimientos hacia Archie han cambiado, protégeme de la maldad de tu hermano, si esta es una prueba que dios me impuso la acepto y prometo no decaer ante ninguna adversidad.
La mañana del 30 de julio es sumamente fría por la lluvia del día anterior, hay un gran alboroto en casa de los Andley era un ir y venir de la servidumbre. Annie empezó con las contracciones del parto. Eran las 10:00 a.m. y el doctor se encontraba asistiéndola junto con Candy y otra enfermera, todo estaba en orden por ese lado. En cambio en la biblioteca.
Archie se paseaba de un lado a otro de la habitación, la Sra. Jane tejía unas chambritas amarillas para su nieto, tanto el suegro como el padre de Annie jugaban un partido de ajedrez. Armand, Sharon y Harry se encontraban en el jardín de tulipanes y narcisos jugando con Lilian.
- Es mejor que tomes asiento, no podrás hacer nada si sigues en ese plan Archie - dijo el Sr. Brighton - Jaque Mate - terminando el juego.
- Lo admiro Robert, creo que nadie lo vencerá en ajedrez - contesto el Sr. Adolphus, mientras secaba su frente después de tan disputada partida de ajedrez.
- Creo que si hay una persona que podría hacerlo, aunque en estos momentos se encuentra meditando si será niño o niña.
- Archie no escuchaba lo que decían a sus espaldas, su único deseo era ver a Annie y el bebé. Pasaban ya de las 11:00 a.m., se abrió la puerta de biblioteca.
- Doctor ¿cómo esta mi hija? - fue la primera en preguntar la Sra. Jane.
- La Sra. Annie se encuentra muy bien y dio a luz a una hermosa niña.
- Gracias, señor dios - lágrimas de felicidad iluminaron el rostro del Sr. Diamond - Armand hijo mío cuidaremos a tu hija.
- La pequeña Pollet - se dijo Archie, mientras observaba los rostros de los demás presentes.
- Podemos pasar a ver a mi hija.
- Claro, Sr. Brighton, enseguida, la señora me pidió si no les molesta que el primero que pase sea el Sr. Cornwell.
- Por mí no hay ningún inconveniente - contesto el suegro de Annie.
- Tampoco por nuestra parte - respondió el Sr. Robert Brighton.
Archie iba con rumbo a la habitación de Annie, esta se encontraba al final de un largo pasillo, se le hizo eterno el camino o eran sus nervios que lo dejaban al descubierto, al tocar la puerta, Candy fue quien abrió.
- Creo que es mejor que los deje a solas unos momentos, mientras voy por Armand y los demás.
- Te lo agradezco Candy
Estando solos, Archie se acercó a Annie, una gran emoción lo envolvió, vio a una pequeña niña profundamente dormida en brazos de su madre.
- Es muy bonita la niña.
- La pequeña Pollet, como última voluntad de mi esposo.
- Pollet Diamond bienvenida, Annie me permites darte un beso.
- Si - respondió ella, él se acercó y le deposito un beso en la frente , para luego hacer lo mismo con la bebé.
La habitación pronto se encontraba llena de los familiares de Annie, Armand se mostró fascinado al conocer a su hermanita.
Pasaban de la una de la tarde y un ambiente de fiesta se dejaba ver en cada rincón de la mansión Andley, para sorpresa de todos el día se encontraba sereno, sin vísperas a una posible lluvia. Annie recibió una visita inesperada, Patty su amiga del colegio llego de improviso a la mansión, la última vez que la vio fue el día de los funerales de su esposo Armand. "Ese es un momento triste que debe quedar en el pasado aunque no en el olvido".
Patty llegó con su esposo Dereck Linke, tenía poco de haberse casado, solo por el civil fue una celebración sencilla, la cual se realizó en la ciudad Munich, Alemania. Al mismo tiempo les anuncio a sus amigas que tenía tres meses de embarazo.
Para el mes de Octubre, Annie sigue sus actividades normalmente, el ambiente de su finca de Glasgow es apacible. Pollet duerme profundamente en cuna de encajes blancos y pastel, Annie decidió tomar un libro para leer un rato, este se encontraba en un cajón cerca de la cama.
Lo que llamó su atención fue un sobre amarillo y a su memoria vinieron las últimas palabras que cruzo con el difunto Raymond Sullivan. "Todo está en este sobre". Annie abrió nerviosamente el sobre y encontró una carta y varios documentos bancarios y mercantiles a nombre de : Abelard Diamond. Ahora fue el turno del sobre de la carta, desdobló las hojas y empezó a leer el contenido de dicha carta, no tenía fecha alguna solo...
Mi Amada y Querida Annie:
Cuando leas esta carta, no estaré contigo, mi vida aquí con los mortales llego a su fin.
Aunque mi alma no descansará en paz hasta ver mi última voluntad hecha, te pido perdón por no haberlo hecho con anterioridad. Tú en estos momentos no estarías viviendo un martirio y la vida de nuestros hijos no estaría en peligro.
Recordaras que me mostraba algo extraño y era porque recibía a diario terribles anónimos de muerte y ahora tu conoces el resultado hoy en día.
Te pido perdón de nueva cuenta.
Annie dejo de leer un momento la carta y su mente divago al último día que vio con vida a su esposo.
- Armand no vayas a Suiza, tengo un mal presentimiento, por favor te lo suplicó.
- No debes preocuparte Annie, te prometo que esta será la última vez que practique alpinismo.
Y así fue la última vez, Annie recibió un telegrama informándole la muerte de su esposo.
Su suegro se trasladó a Suiza, el no creía en lo sucedido que esto era un error, pero la amarga realidad lo esperaba, las personas que acompañaban a Armand en la expedición recuerdan que el empezó a sentirse mal (un dolor en el estómago), provocando que fuera en un vaivén en la montaña, la soga inexplicablemente se rompió cayendo su cuerpo al vació, aún se encontraba con vida, lo llevaron a un hospital cercano, dos horas después murió murmurando el nombre de su esposa e hijo.
Fue una noticia terrible para todos, amigos, familiares, empleados porque murió de esa manera tan cruel, un hombre tan generoso y jovial.
Annie cayó en una gran depresión, pero gracias a la ayuda de Candy y Patty salió de esta. Al poco tiempo decidió regresar a América. Recordó también el día que volvió a ver a Archie en el despacho de Raymond y a partir de ese momento se convirtió en su ángel guardián, tal como lo estipulo Armand en su testamento. Annie continúo leyendo la carta de su esposo.
Los documentos que vienen en este sobre son negocios turbios de Abelard, entrégalos a la policía y que ellos hagan lo pertinente.
Cuida mucho a nuestros hijos, yo siempre velare por ustedes desde el cielo. Yo creo que para este tiempo, Archie te comento que fuimos amigos en el Colegio San Pablo, no quise revelarte que lo conocía para que no cayeras al vació que con gran esfuerzo desertaste de él.
Hemos triunfado ambos y el ¿Por qué? es el siguiente:
Tú, dejaste de ser aquella niña protegida, lo que sufriste en tu primer noviazgo te hizo valorarte como persona. No decaigas Armand te necesita al igual del pequeño que hoy tienes entre tus brazos, como me hubiese gustado conocerlo, dios sabe lo que hace y no hay vuelta de hoja.
Por mi parte, fui muy feliz a tu lado al haberme aceptado como tu compañero, tu consejero y amigo incondicional.
Annie te pido que rehagas tu vida.
Cuídate mucho y en un tiempo no muy lejano o cuando dios disponga nos encontraremos de nueva cuenta.
Te amo
Armand.
Annie no contuvo más las lágrimas, los recuerdos vinieron a su memoria, el día de su boda, la entrega mutua la cual quedo marcada en su piel y el nacimiento de Armand y Pollet.
A los pocos minutos guardo de nuevo el sobre, tuvo un presentimiento y lo metió abajo de la alfombra de su cama. Posteriormente tomo un baño, eran alrededor de las 11:00 p.m., cuando cepillaba su larga cabellera, una sensación extraña estremeció todo su cuerpo, la ventana de la terraza se encontraba abierta, lo cual no era raro para ella, se levantó para cerrarla vio a su hija profundamente dormida. Llegó a la orilla de su cama, se quitó su bata para quedar solo en camisón.
- Es hermosa tu niña, cuñada.
- Abelard tu aquí - Annie giro sobre sus talones, para enfrentarlo cara a cara.
- Shhh, no digas nada si lo haces aquí mismo tu hija morirá - Abelard tenía en la mano un cuchillo - veo que el embarazó te sentó de maravilla.
- Eres un estúpido, lárgate de aquí.
- No me iré de aquí, hasta cumplir mi capricho y no levantes la voz porque ya sabes lo que pasara.
Abelard se acercaba a Annie. Ella por su cuenta corrió hacia la cuna de su bebé, aunque la agilidad de Abelard fue más suspicaz, la tomo por la cintura, la aventó con gran brusquedad en la cama.
- Recuerda que te tenía bien vigilada, la vigilancia que contrato tu amiguito se conformó con unas cuantas libras, tus fieles sirvientes ahora están dormidos, nadie puede escucharte.
- Déjame, quita tus manos de mi - Annie trataba de apartarlo fue imposible, Abelard cubría su cuerpo no sin antes romper su camisón y dejar en descubierto su senos.
- Eres hermosa, sentirás lo que es un hombre de verdad.
La mansión se encontraba en total silencio, la biblioteca, la sala, la cocina, el jardín, los pasillos. Annie, se mecía en su cama como un niño, en eso empezó a llorar Pollet, con trabajos se levantó, su cuerpo se encontraba con varios moretones, busco un camisón en el armario, se acercó a su pequeña, para arrullarla y poder apaciguar un poco la rabia que emanaba de su ser.
Annie nunca platicó de aquel incidente para no agravar más la situación, seguía su vida cotidiana. Faltaban dos días para el cumpleaños número cuatro de Armand y todos se encontraban muy apurados con ello.
- Señora, esta es la lista de las personas que asistirán, desea ver si falta alguien.
- Enseguida la leeré Lilian, pero no has visto al Sr. Cornwell.
- Si, fue con el pequeño Armand a recorrer la finca a caballo.
- Gracias.
- Permiso señora
- Mamá, mamá - con cara de suma alegría - Papá me llevo a pasear en el caballo que me gusta.
- ¡Qué bien hijo!
- Voy con Pollet para contarle - Armand salió corriendo de la terraza.
- Creo que su fiesta será una de las mejores que haya tenido.
- Si tienes razón Archie.
- Aunque Candy, Terry y sus hijos no vengan será una fiesta muy divertida.
- Eso no hay que dudarlo.
Es el día de la fiesta y esta se lleva a cabo en uno de los salones de la finca Diamond en Glasgow. Además no hubo poder sobrehumano para que los niños asistentes permanecieran quietos, optaron por salir al jardín a jugar guerras de bolas de nieves y hacer figuras.
Por otro lado los adultos observaban las evoluciones de sus hijos, por los grandes ventanales, otros por su parte murmuraban en pros y contras de la relación del Sr. Archibald Cornwell y la Sra. Annie Diamond.
Eran principios de los años 20's y aún se conservaban normas sociales que debían ser erradicadas, una de ellas era la relación sentimental de una joven viuda y un antiguo enamorado. La joven viuda debía guardar recato a su esposo fallecido (tres años). En América esas ideas fuera de lugar como se les denominaba pasaban desapercibidas, en Europa aún se conservaban. Annie y Archie se encontraban al tanto de los pormenores y los tenía sin cuidado. Su relación solo era fraternal.
Es la hora de partir el pastel y como si se tratase de una familia, Archie ayudó al pequeño a partir su pastel. Fue una fiesta muy amena, termino alrededor de las siete de la noche.
El pequeño Armand se encontraba sumamente cansado, Lilian lo llevo a su habitación, luego hizo lo mismo con la pequeña Pollet quien dormía con ella por petición de Annie, después de lo sucedido meses atrás no deseaba poner en peligro la vida de su hija.
- Creo que es hora de irme Annie, pasaré mañana temprano antes de marchar a Liverpool.
- Archie puedo pedirte un favor.
- Si dime
- Me gustaría que te quedarás el día de hoy en casa por favor.
Archie le llamo la atención tal petición, minutos después cambio de opinión una tormenta de nieve cubrió los caminos y era imposible cruzar el lugar, para llegar a su finca, esta se encontraba a un kilómetro de la finca de los Diamond.
- No hay problema Annie.
- Muchas gracias Archie
Annie no podía conciliar el sueño, el miedo la hizo estremecer de pies a cabeza, la ventana de la terraza se abrió poco a poco, una sombra se deslizaba por la habitación hasta llegar a un lado de la cama, Annie se encontraba recostada del lado contrario del ventanal.
- Disculpa por no llegar más temprano y felicitar a mi sobrino.
- No puedo creer que vinieras de nuevo, eres un cínico, cobarde - Annie discretamente deslizo su mano debajo de su almohada.
- Una vez no basta, espero que esta ocasión tu cooperes y disfrutemos la noche, no creo que mi hermano te haya satisfecho como mujer, no debo negar que dejo frutos o son de otro - Abelard se fue acercando a ella, dio un paso hacia atrás...
- Te acercas y no respondo - Annie saco un revolver debajo de su almohada, tomándolo con ambas manos - Das un paso más y te mato, ya me mancillaste una vez y no voy a permitir que lo hagas de nuevo. Mis hijos son fruto de un amor lleno de ternura, el cual tu no conoces, tu tomas las cosas a tu antojo, estas completamente solo por tu orgullo injustificado, ¿qué mal te hice?
- Ese concepto tienes de mí, bueno te daré más detalles sobre mi conducta, yo mate a mi propio hermano, lo seguí a Suiza y llevar a cabo mi misión, creíste que su muerte fue accidental, estas muy equivocada, te daré lujo de detalle, su equipo de alpinismo le hice unos pequeños ajustes para que estos parecieran desperfectos del equipo y el accidente no fuera investigado más de la cuenta. Por otra parte en caso de descubrir el desperfecto, hubiese muerto por envenenamiento, antes de salir a los Alpes tomo un té con una sustancia desconocida aun para la ciencia, vez que fácil es deshacernos de los estorbos, pensaba hacer lo mismo contigo, cambie de opinión.
Abelard trato de acercarse, Annie la segó la rabia y disparo el gatillo del revólver, la bala rozó la cabeza de su agresor.
- Creo que fallo tu tiro querida- Abelard escucha pasos en el pasillo.
- Annie, por favor abre la puerta, te encuentras bien - era la voz de Archie, tratando de abrir la puerta.
- Ayúdenme por favor, ...
- Ese movimiento de debilidad, Abelard lo aprovecho para arrebatarle el revólver, la puerta se abrió de golpe, entrando en la habitación Archie, Theodore, el Sr. Adolphus.
- ¡No den un paso más, si lo hacen ella morirá!.
Annie se mantenía firme, procurando no hacer ningún movimiento en falso, Abelard la sujetaba del cuello hacia el balcón de la terraza, al mismo tiempo coloco el arma en su sien.
- Déjala Abelard, si aún te consideras mi hijo, te lo suplicó suéltala por la memoria de tu madre.
- Vaya, vaya, hasta donde ha caído la arrogancia de un almirante de renombre, Primer Batallón de la Marina Británica de Nuestra Real Majestad, Sir. Adolphus Diamond - una voz socarrona se escuchó en la habitación.
Abelard, no pudo continuar con sus injurias en una fracción de segundo, su hombro derecho sangraba copiosamente. Annie cayó al suelo asustada, Archie le ayudo a incorporarse y protegerla de los movimientos de Abelard.
El disparo fue originado por el Sr. Theodore Rusell, una vieja escopeta de cacería fue la salvadora.
- Me jure a mí mismo que vengaría la muerte del joven Armand - empuñando la escopeta en lo alto, el hombre mayor estaba dispuesto a un disparo más acertado.
- No cantes victoria, viejo patético.
- Aún con el arma en la mano, Abelard disparo a diestra y siniestra, Theodore cayó herido de muerte, en ese instante salto por el balcón, se escuchó el relinchar de un caballo y la fuerza del galope.
Annie y Archie trataron de incorporar al herido, solo que él...
- Por favor señora ya es demasiado tarde, cuide a mi hija Lilian.
- Lo juro – Annie abrazaba al viejo Theodore
- Joven Archie, vaya tras él y que pague sus culpas, las cuales son muchas - Theodore respiraba dificultosamente - cuide a los hijos del joven Armand.
- Se lo prometo.
- Sr. Adolphus, le agradezco su ayuda por todos estos años.
- No digas nada Theodore - tratando de reanimarlo.
- Ya es demasiado tarde viejo amigo, Lilian hija mía cuídate mucho - en ese instante expiró.
Archie no desperdicio un minuto más, corrió a su habitación, saco un revolver del buró cerca de su cama, en un santiamén llego a las caballerizas, con gran agilidad monto uno de los caballos para ir tras Abelard, no fue difícil ubicarlo las huellas de los cascos del caballo y la sangre fueron de gran ayuda. A todo galope Archie lo encontró cerca de un lago congelado.
- Abelard detente - Archie disparo al aire.
- Ni lo sueñes insensato, no será fácil detenerme soy el amo de la trampa y el engaño.
- Debes pagar todas tus culpas, que tú mismo ocasionaste.
- Eso crees imbécil.
Abelard disparo de nueva cuenta esta vez, la bala erró el camino. El caballo retozaba los cascos en el hielo con gran fuerza.
- Es mejor que salgas de ahí.
- ¡Y qué me arresten! ¡Jamás!.
Se escuchó el resquebrajamiento del hielo, provocando que jinete y caballo cayeran en el agua helada, Archie trato de ayudarlo, fue demasiado tarde, un remolino de agua se lo llevo a las profundidades del lago.
- Tú mismo labraste tu destino, que dios te perdone por el daño que hiciste Abelard - Archie observaba la pasividad del agua.
= o =
Han transcurrido seis años de lo acontecido en la Familia Diamond, ahora todo era paz y tranquilidad, pronto sería 30 de Julio y Pollet cumpliría siete años, sus abuelos tenían una gran sorpresa para su nieta.
Annie y sus hijos vivían en New England, los negocios iban de maravilla, Armand ahora un niño de 10 años era el primero de su clase, heredo la inteligencia de su padre fallecido y en Septiembre Pollet ingresaría al colegio.
Por su parte Archie, estaba a cargo de los negocios de los Andley y los negocios de los Diamond, aunque estos en una escala menor por petición del Sr. Adolphus Diamond aún tenían las fuerzas suficientes para seguir con los negocios. No era conveniente que el Sr. Archibald Cornwell descuidará los negocios de su familia después de lo sucedido un año atrás, la relación de Annie y Archie se volvió algo estrecha, se veían poco, veía a Pollet y Armand solo los fines de semana, como fue la costumbre de Armand, la pequeña Pollet también lo llamaba papá. No era precisamente por trabajo aquellas visitas esporádicas, ambos se sentían extrañamente nerviosos cada vez que estaban cerca y estas se desplazaban en demasía, aunque estas se olvidaban cuando Pollet le enseñaba sus dibujos y Armand le pedía ayuda para alguna asignatura que se le dificultaba y poderla sacar adelante.
El cumpleaños de Pollet fue algo sencillo, solo asistieron familiares y algunos amigos, sus abuelos le tenían una sorpresa a la festejada.
Por parte de sus abuelos maternos, ellos le regalaron un pony blanco, tal como lo hicieron con Armand años atrás este fue de color negro, la niña se mostró muy alegre al ver su regalo.
Por su abuelo paterno, él le regalo un piano, no era un piano como cualquiera este perteneció a su esposa y ahora era para ella, esperaba que su nieta llegará hacer una buena concertista como lo fue su esposa.
Fueron sus mejores regalos, aunque la niña se mostró muy triste al no ver a su papá con ella en su cumpleaños (Archie), no espero tanto, él llego alrededor de las cuatro de la tarde con una enorme caja, Pollet la abrió rápidamente para su sorpresa, descubrió siete muñecas de porcelana.
Pollet, estas muñecas representan cada año de tu vida y son de diferentes lugares del mundo. La primera es de Escocia donde tú naciste, lleva consigo la ropa tradicional del lugar. Las demás son de Francia, España, Alemania, Holanda, Suiza, Rumania.
- Muchas gracias papá - dijo Pollet mientras lo abrazaba con lágrimas en los ojos.
La fiesta duró hasta altas horas de la noche; solo quedaban los más allegados, los cuales se fueron retirando poco a poco. Patty, Dereck y los pequeños Oliver y Christoph se retiraron alrededor de las 10:00 p.m. De la misma forma Candy, Terry, Sharon y Harry debían regresar a New York para el estreno teatral del "Mercader de Venecia".
La sala era un completo desastre, con la ayuda del personal, Annie quien se volvió algo hogareña y Lilian terminaron rápidamente.
Archie estaba con Pollet en su habitación tratando que conciliara el sueño, una tormenta atroz rompía la pasividad de las calles y de New England. El viento azotaba con fuerza las copas de los árboles, la lluvia golpeaba los grandes ventanales de la mansión. No espero mucho Pollet se durmió de inmediato, al salir de la habitación de la niña, un rayo cayó cerca de la casa, provocando que la luz se fuera en toda la casa.
- ¿Qué mala suerte? - se dijo Archie, mientras se guiaba por la pared hacia la habitación que siempre es para él.
Estando en su habitación, se preparaba para dormir, escucho que alguien tropezó en el pasillo. Tomo la vela del buró y salió hacia el pasillo, descubrió que era Annie quien tropezó con unos patines de Armand.
- Annie - acercándose a ella rápidamente.
- Debo tener más cuidado por donde piso - fue la respuesta de ella, mientras tomaba su tobillo derecho.
- Déjame ayudarte.
- Gracias.
- Mañana hablaré con Armand, ya es un jovencito para que deje sus patines en todas partes.
- Archie siempre estas preocupados por ellos y te lo agradezco infinitamente.
- Lo hago con gusto Annie.
Sus miradas se cruzaron y un sentimiento de nostalgia sobrevino, bajaron sus rostros al mismo tiempo. Archie caballerosamente llevo a Annie a su habitación, ella no podía apoyar su pie derecho. La dejo recostada en su cama, mientras él tomaba asiento aún lado de ella.
- Que descanses Annie, mañana me iré a Chicago, alrededor de medio día, nos veremos el próximo fin de semana.
- Hasta mañana.
Un destello ilumino la habitación de Annie, como una niña pequeña busco refugio en los brazos de Archie, levantó su rostro, pocos centímetros la separaban de los labios de Archie, él por su parte no pronunció palabra alguna, solo unió sus labios con los de ella.
Ambos esperaban ese momento, si hace tiempo su relación era mal vista, ahora nada ni nadie podía recriminarles algo, son dos personas adultas dueñas de sus propios actos.
Además él siempre la respeto en toda la extensión de la palabra y que diremos de Armand y Pollet, siempre lo han visto como un padre.
El beso termino, una aura de paz llenaba sus almas y otro beso siguió por iniciativa de ella.
- Annie no quería decírtelo, te amo desde hace mucho tiempo, estos años me ayudaron a comprender muchas cosas.
- ... - Annie lloraba de alegría.
- Estas lágrimas que veo brotar de tus ojos...
- Archie, yo también siento lo mismo por ti, Armand sabía porque hacía las cosas y ahora ve con gran alegría su obra, él espero que aquella persona, la cual me hizo llorar amargamente abriera los ojos y me hiciera feliz. Nuestra vida empezó de nueva cuenta el día que nos volvimos a ver.
La confesión de ambos fue sincera, faltaban varias horas para el amanecer y dejaron brotar sus emociones, Annie sentía revivir su alma, por cada beso que recibía, las sábanas de satín turquesa quedaron en el olvido.
Una vez Annie fue amada hasta el delirio, dios la recompenso, Archie la tomo de una forma tan especial que siempre estaría grabada en sus memorias después de varios años de matrimonio, no olvidando el pasado y recordando con gran melancolía a su primer esposo Armand Diamond quien la adoro a su manera.
La mañana llego y la "Luz del Alba" se abrió camino por lo grandes ventanales, para un futuro juntos y único testigo de la nueva historia que ellos comenzaban en ese momento, junto con Armand y Pollet.
Una vez cometieron errores, pero gracias a la perseverancia y las pruebas puestas, ahora todo es tranquilidad, dios los ha recompensado por su valentía, sencillez y lealtad ante todo. Armand, Pollet y después la llegada del pequeño David se abrirán camino, gracias a la ayuda de sus padres.
Fin
Hace casi 16 años escribí esta historia, la cual ya publique con anterioridad por otros medios, nuevamente la leí e hice unos pequeños cambios en frases y palabras, si no me falla mi memoria fue el primer fic que pude terminar.
Actualmente tengo varios trabajos por hacer y quiero entregar para este 2018.
Lita Wellington.