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Pasaban de las 10 p.m. y en el campo rosa una lover algo desquiciada deambulaba sin ton ni son. Parecía preocupada, deshidratada y tal vez con la glucosa baja. Sus botas todo terreno le apretaban un poco así que decidió descansar en su trinchera favorita mientras hacía un recuento para informar a Luisy, su jefa inmediata superior de todo lo hecho por las agentes en su ausencia.
Marcando en su enorme lista todos los aportes de las chicas, visitas a otras trincheras, supervisar suministros. Atender a la tía, sobre todo a esta última que se había puesto un poco exigente con sus sesiones de té, spa y un largo etcétera que hasta el pobre George se escondía con algún pretexto, como lo habían estado haciendo en las últimas horas.
Exhaló fuertemente. Necesitaba urgentemente ayuda.
Luisy y otras lovers aún no llegaban, los pendientes poco a poco se acumulaban. Y Albert... bueno Albert también estaba un poco ausente aunque no podía culparlo ya era bastante pesado ser empresario, millonario altruista y comandante de las fuerzas ALSS durante treinta días, así que entendía.
Miró el cielo tachonado de estrellas y suspiró.
Tomó su teléfono y marcó. Sabía que él a pesar de estar ocupado le brindaría el apoyo que necesitaba en ese momento.
— ¿Si, hola?— escuchó la varonil voz, con ese tono grave y seductor que siempre hacía que un calosfrío le bajara por la espalda y erizara su piel — Nena ¿estás cansada? ¿En que puedo ayudarte?
— Hola Albert — contestó fascinada — Solo quería escuchar tu voz y desearte buenas noches — le dijo dándose un zape por no haber sido más obvia, pero en realidad necesitaba sentir el vibrar de su voz a través del auricular.
— Jajajajaja, pequeña... ¡Buenas noches!... yo también necesitaba hablar, hoy fué un día demasiado largo y... —
Después de unos minutos la conversación se hizo más personal e íntima y lo que se dijo queda a la imaginación.
Solo contaré que esa noche durmió con una enorme sonrisa, feliz, muy feliz.
________________________________________________________________________________________________________________
Este regalito vá con mucho cariño para mis compañeras ALSS, amigas incondicionales de miles de batallas durante todos estos años.
Y si la quieres solo deja tu nombre o nick en tu post y nada más.
Fácil.
Marcando en su enorme lista todos los aportes de las chicas, visitas a otras trincheras, supervisar suministros. Atender a la tía, sobre todo a esta última que se había puesto un poco exigente con sus sesiones de té, spa y un largo etcétera que hasta el pobre George se escondía con algún pretexto, como lo habían estado haciendo en las últimas horas.
Exhaló fuertemente. Necesitaba urgentemente ayuda.
Luisy y otras lovers aún no llegaban, los pendientes poco a poco se acumulaban. Y Albert... bueno Albert también estaba un poco ausente aunque no podía culparlo ya era bastante pesado ser empresario, millonario altruista y comandante de las fuerzas ALSS durante treinta días, así que entendía.
Miró el cielo tachonado de estrellas y suspiró.
Tomó su teléfono y marcó. Sabía que él a pesar de estar ocupado le brindaría el apoyo que necesitaba en ese momento.
— ¿Si, hola?— escuchó la varonil voz, con ese tono grave y seductor que siempre hacía que un calosfrío le bajara por la espalda y erizara su piel — Nena ¿estás cansada? ¿En que puedo ayudarte?
— Hola Albert — contestó fascinada — Solo quería escuchar tu voz y desearte buenas noches — le dijo dándose un zape por no haber sido más obvia, pero en realidad necesitaba sentir el vibrar de su voz a través del auricular.
— Jajajajaja, pequeña... ¡Buenas noches!... yo también necesitaba hablar, hoy fué un día demasiado largo y... —
Después de unos minutos la conversación se hizo más personal e íntima y lo que se dijo queda a la imaginación.
Solo contaré que esa noche durmió con una enorme sonrisa, feliz, muy feliz.
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- REGALITOS AQUI:
Última edición por Tzitziki Janik el Miér Abr 17, 2019 9:55 pm, editado 7 veces
escuchó un ruidito y al dirigise hacía el origen descubrió que era la Agente Janik hablando con el Jefecito 
vaya que conversacion tanta intima, 
no se dió ni cuenta cuando del telefono la agente sonambula apuntaba el numero del jefecito, 
rápidamente 
se dirgió a su lado de la trinchera, 
y en unos segundos se estaba comunicando con el jefecito 
fue una larga conversación recordando el viaje a EUROPA 
Por Albert 
Para Albert 
!!
felicidades.
