Aqui la historia que me imaginé sobre la madre adoptiva de Annie. Espero la disfruten.
SEÑORA BRIGHTON.
BY: JATZIRY SARAHÍ.
Muchas personas dicen sentir dolor, pero son pocas las que en realidad saben a ciencia cierta lo que es padecerla.
Nadie, excepto quien sufre me podrá entender.
El dolor de perder a un hijo es tan grande, te sofoca al punto de no poder respirar con armonía.
El corazón se te destroza en mil pedazos y por más que tratas de volver a reconstruirlo, ya nada es igual.
¿Sabes lo que es perder un hijo? ¿Has sentido el dolor de saber que el único hijo que tenías se a ido a un lugar inalcanzable para ti?¿Acaso alguna vez te has puesto a pensar en lo que harías y como reaccionarias si alguien llegará gritando que tú pequeña a muerto? O simplemente ¿Te has permitido en pensar en el dolor de una madre que acaba de perder a su retoño?
¡No! Estoy 100% segura que nunca has tenido en mente estás preguntas.
Soy una de las pocas personas que pueden decir con toda franqueza que a sufrido, llorado lágrimas de sangre, que se a destrozado tanto por dentro al igual que por fuera.
He sufrido sin sezar, no puedo dejar ir tan rápido el recuerdo que me a mantenido cuerda durante toto este tiempo.
Todas las pertenencias de mi pequeña siguen en el mismo lugar, no puedo tocar nada de ella, si lo hiciera, ahora sí que estoy segura que me volvería loca.
Mi dolor es fuerte, cada día despierto sintiendo que sería mejor ya no hacerlo nunca más, para así poder reunirme con ella y poder aliviar mi sufrimiento.
Debo decir que durante todo este gran periodo mi marido a estado a mí lado, él me trata de consolar, me inflige apoyo y fuerzas.
Es el mejor marido que me pudo haber tocado, se bien que si fuera otro hombre, esté jamás se preocuparía por mi salud y bienestar.
Si fuera otro... Me dejaría morir desolada y sin apoyo alguno.
*********************"""""""""""""****
DOS AÑOS DESPUÉS.
Hoy es un día triste, después de haber salido de mi depresión, mi marido y yo habíamos decidido volver a consebir un bebé.
Lo intentamos por un buen periodo, pero no teníamos ningún resultado.
Hoy emos ido al médico, la noticia que me dio fue desalentadora y trágica para ambos.
El doctor me a dicho que no puedo volver a engendrar, no puedo volver a ser madre.
¿Saben cómo me siento?
No, no lo saben...
Soy una flor bella, pero con esta noticia... He vuelto a marchitar.
Me siento inútil, poca cosa y sobre todo... No me siento digna de ser mujer.
Soy una dama... Que no puede tener hijos.
Mi marido tardo mucho tiempo en convencerme de volver a ser padres.
Pero ahora, esa precaria idea e Ilucion de volver a tener nuevamente entre mis brazos a un pequeño bebé alimentandose de mi pecho, se a muerto junto con mi alma y todos mis sueños juntos.
No puedo ni podré tener la dicha de ver crecer al fruto de el amor de ambos.
Se que mi esposo trata de ocultar su dolor en el trabajo, pero yo lo conozco bien, se que la está pasando muy mal, al igual que yo.
***"""""""********"""""""*********"""**
UN AÑO DESPUÉS.
Mi esposo a estado muy extraño estos últimos meses.
La otra semana me informo muy sutil mente que había conocido a una chica muy parecida a nuestra hija.
Yo me quedé perpleja al oír semejante declaración.
No puedo decir que me entusiasmó mucho el saber semejante información por parte de mi marido, pero lo que en realidad me puso en alerta roja, fue el brillo que vi en su mirada.
Se bien que cuando a mí esposo le entusiasma algo, siempre se refleja en su mirada una chispas de determinación.
No sé que es lo que esté pensando, pero en definitiva no voy a permitir que trate de reemplazar a nuestra niña.
¡Eso no pasará!
****"""""""""*******"""""""*******"""**
Hoy mi marido me a mandado a traer a su despacho, me llamo con uno de mis sirvientes.
Caminando por el corredor, mí mente inquieta comienza a preguntarse el por qué de este llamado.
Estoy casi segura que se debe a la charla que tuvimos hace unos días atrás.
" Estaba en mi salita de té, observaba por el gran ventanal el hermoso jardín, el cual estaba repleto de varias plantas y diversos arbusto y árboles.
Tranquilamente pensaba que en lugar de estar sola, muy bien podría estar ahora sentada con mi pequeña hija.
Ahora ella sería una hermosa niña, casi tomaría ya el título de señorita.
Cuan orgullosa me sentiría de ella.
Como quisiera poder estar a su lado cuando comenzará por primera vez sus clases para convertirse en toda una dama.
Yo estarías su lado explicándole e instruyendo la en cada duda que tuviera.
Pero sin embargo... Ella ya no está a mi lado.
Y aún que he comprendido que se encuentra en un lugar mucho más hermoso que donde me encuentro yo, eso no le quita el dolor y vacío que siento en mi corazón.
Escuche el llamado en la puerta, rápidamente limpié unas pequeñas lágrimas que habían escapado de mis ojos con mi pañuelo de seda.
Di permiso para que pasará quien estuviese llamando a la puerta.
Me sorprendí al ver que mi esposo entraba a la salita.
Pero lo que me dejó totalmente atónita fue el brillo y el porte seguro que inmediatamente reflejaba.
Su grave voz me hizo salir de mi aturdimiento:
-Sientate cariño, tengo hablar contigo sobre algo muy importante- me hizo una seña para que tomara asiento en uno de los sofás que estaban en el centro de la habitación.
Sin protestar me senté donde me o
indicó.
Él hizo lo mismo y en uno de los sofás que tenía frente a mí.
Tendió la mano y yo automáticamente le correspondí el gesto.
-Amor, ¿recuerdas que hace un par de meses te conté sobre una chica que conocí, la cual es idéntica a nuestra hija?- dijo con cautela, pues sabia muy bien cuál sería mi reacción ante ese tema.
Al escuchar aquellas palabras, inmediatamente solté su mano y me pare rápidamente.
No podía creer lo que había dicho, acaso estaba diciendo lo que creí que insinuaba, sin más miramientos lo encare y le plantee mi pregunta:
- No pensarás que yo voy a criar a una chiquilla la cual no sabemos cuál es su procedencia. ¡No! No lo hare- dije moviendo enérgicamente la cabeza negando rotundamente su proposición.
-Cariño, ellos no tienen la culpa de ser huérfanos, además, como sabes que está no es una prueba que Dios nos a mandado para poder menguar nuestro dolor como padres...- no lo deje terminar.
-He dicho que no, ¡no!, no lo hare y esa es mi última palabra- dije mirándolo a los ojos.
Vi una brillo de tristeza, desolación y también un poco de ira.
Salí hecha una furia del cuarto y me encerré en mi habitación.
Destroce todo lo que estaba a mi alrededor y después de sacar todo mi enojo, me tendría llorar amargamente."
Un poco después comprendí que estaba siendo injusta con mi esposo.
El también estaba sufriendo al igual que yo por la muerte de nuestra hija.
Pero yo fui egoísta al no querer darme cuenta al grado que a él le había afectado su partida.
Cuando por fin comprendí ese hecho fue que tomé una desición, se que no me arepentiria por qué lo habia pensado con mucha cautela.
Cuando por fin llegue al despacho de mi marido, toque a la puerta y él me dio el permiso de entrada.
Abrí con lentitud, lo vi sentado en su amplio escritorio de cahoba color madera.
Se veía tranquilo y con mejor humor que los últimos días, pero no lo culpó, se bien que yo tengo gran parte de culpa por su últimamente mal humor.
Entre y cerré tras de mí con el seguro para que así nadie pudiera interrumpir nuestra charla.
Me senté frente a mi esposo y entonces el me dirijo una mirada perspicaz.
Yo solo asentí dando a entender que sabía el porqué estaba ahí.
-Bien, ya que sabés a lo que venido es momento de que dejemos las cosas claras de una vez por todas- su tono de voz no era nada amable,pero comprendí el porque, lo interrumpí abruptamente y con el tono más suave que pude le dije:
- Espera un momento por favor, yo quiero hablar también contigo sobre el mismo tema, solo porfavor permite decir lo que quiero- dije mirándolo fijamente y con gran devoción.
Él se sorprendió por mi forma de hablar y asintió dándome permiso para poder continuar.
- He estado pensando sobre la charla de la última vez y he comprendido algo muy importante- dije lebantandome del asiento y me volteé dándole la espalda, no quería que me viera llorar- sé cuan importante es para ti tener un hijo, y también comprendo el dolor que sientes. Reconozco que he sido egoísta y una siega por no darme cuenta antes- apreté mis puños contra las enaguas de mi vestido y continúe- a lo que voy es que estoy dispuesta a ceder ante tu proposición. Cuídate de esa chiquilla la cual dices ser idéntica a nuestra pequeña- al llegar a ese punto me volteo con un claro objetivo, dejar en claro mis condiciones a mí marido- pero eso sí cariño, no permite que ella siga poniéndose en contacto con ese lugar, ni con nadie perteneciente a este. Esa es mi condición cariño- dije con determinación.
-Está bien mi amor,será como tú digas- dijo y entonces volvió el brillo de felicidad a sus bellos ojos- ahora vístete adecuadamente por qué iremos al hogar de Pony, es momento de ir a formalizar y comenzar con el papeleo- se puso de pie e hice lo mismo y nos dirigimos a nuestros respectivos sitios para arreglarnos.
Cuando todo estuvo dispuesto, subimos al carruaje y comenzamos a recorrer el largo camino rumbo al Hogar de Pony.
En lo alto de una colina pude ver un edificio ya rústico, supuse que ese era el dicho Hogar de Pony.
En el patio se podían ver varios niños jugando y correteandose.
Fue en ese instante que vi a una niña de cabello rubio lacio, sus ojos son azules, sin embargo algo la hacia un poco distinta a mi hija muerta, en sus ojos se reflejaba una profunda tristeza.
Ella jugaba con otra niña rubia de rizos travieso, sus ojos son verdes.
Cuando por fin llegamos pusimos en marcha el plan que habíamos trazado con los sirvientes que nos acompañaban.
La señorita Gidin más bien conocida como la señorita Pony y la hermana María nos pidieron pasar dentro ya que sabían perfectamente a lo que íbamos.
Platicamos por un largo periodo, poniéndonos de acuerdo y firmando algunos papeles que eran necesarios y los cuales nos acreditaban como los padres oficiales de la niña Annie.
Todo se arregló, y posteriormente hicieron pasar a la niña en cuestión.
Cuando la vi, mis ojos se llenaron de lágrimas, eran tan idéntica a mí hija.
Entonces decidí que aria con ella un buen trabajo, la convertiría en toda una dama, respetable, de bien nombre, de alta sociedad pero sobre todo... La moldearia tal cual quería que fuese mi hija verdadera.
Esa es mi resolución, mi más grande meta, lograría crear a una estupenda dama.
Y así es como hasta ahora lo he logrado, Annie es una dama hermosa y de educación refinada.
A aprendido a tocar el piano, el violín y la flauta.
Aún cuando es muy tímida y reservada, he logrado que me trate como su madre y yo he aprendido a tratarla como mi verdadera hija.
Sin embargo aún falta mucho para poder lograr mi más anhelado sueño, que ella aprenda a confiar totalmente en mi que me confíe todos sus secretos.
Se que lo lograre, así sea lo último que haga, lo lograré.
Fin
No hay dolor más grande para una madre que perder a un hijo y el amor de éste.
SEÑORA BRIGHTON.
BY: JATZIRY SARAHÍ.
Muchas personas dicen sentir dolor, pero son pocas las que en realidad saben a ciencia cierta lo que es padecerla.
Nadie, excepto quien sufre me podrá entender.
El dolor de perder a un hijo es tan grande, te sofoca al punto de no poder respirar con armonía.
El corazón se te destroza en mil pedazos y por más que tratas de volver a reconstruirlo, ya nada es igual.
¿Sabes lo que es perder un hijo? ¿Has sentido el dolor de saber que el único hijo que tenías se a ido a un lugar inalcanzable para ti?¿Acaso alguna vez te has puesto a pensar en lo que harías y como reaccionarias si alguien llegará gritando que tú pequeña a muerto? O simplemente ¿Te has permitido en pensar en el dolor de una madre que acaba de perder a su retoño?
¡No! Estoy 100% segura que nunca has tenido en mente estás preguntas.
Soy una de las pocas personas que pueden decir con toda franqueza que a sufrido, llorado lágrimas de sangre, que se a destrozado tanto por dentro al igual que por fuera.
He sufrido sin sezar, no puedo dejar ir tan rápido el recuerdo que me a mantenido cuerda durante toto este tiempo.
Todas las pertenencias de mi pequeña siguen en el mismo lugar, no puedo tocar nada de ella, si lo hiciera, ahora sí que estoy segura que me volvería loca.
Mi dolor es fuerte, cada día despierto sintiendo que sería mejor ya no hacerlo nunca más, para así poder reunirme con ella y poder aliviar mi sufrimiento.
Debo decir que durante todo este gran periodo mi marido a estado a mí lado, él me trata de consolar, me inflige apoyo y fuerzas.
Es el mejor marido que me pudo haber tocado, se bien que si fuera otro hombre, esté jamás se preocuparía por mi salud y bienestar.
Si fuera otro... Me dejaría morir desolada y sin apoyo alguno.
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DOS AÑOS DESPUÉS.
Hoy es un día triste, después de haber salido de mi depresión, mi marido y yo habíamos decidido volver a consebir un bebé.
Lo intentamos por un buen periodo, pero no teníamos ningún resultado.
Hoy emos ido al médico, la noticia que me dio fue desalentadora y trágica para ambos.
El doctor me a dicho que no puedo volver a engendrar, no puedo volver a ser madre.
¿Saben cómo me siento?
No, no lo saben...
Soy una flor bella, pero con esta noticia... He vuelto a marchitar.
Me siento inútil, poca cosa y sobre todo... No me siento digna de ser mujer.
Soy una dama... Que no puede tener hijos.
Mi marido tardo mucho tiempo en convencerme de volver a ser padres.
Pero ahora, esa precaria idea e Ilucion de volver a tener nuevamente entre mis brazos a un pequeño bebé alimentandose de mi pecho, se a muerto junto con mi alma y todos mis sueños juntos.
No puedo ni podré tener la dicha de ver crecer al fruto de el amor de ambos.
Se que mi esposo trata de ocultar su dolor en el trabajo, pero yo lo conozco bien, se que la está pasando muy mal, al igual que yo.
***"""""""********"""""""*********"""**
UN AÑO DESPUÉS.
Mi esposo a estado muy extraño estos últimos meses.
La otra semana me informo muy sutil mente que había conocido a una chica muy parecida a nuestra hija.
Yo me quedé perpleja al oír semejante declaración.
No puedo decir que me entusiasmó mucho el saber semejante información por parte de mi marido, pero lo que en realidad me puso en alerta roja, fue el brillo que vi en su mirada.
Se bien que cuando a mí esposo le entusiasma algo, siempre se refleja en su mirada una chispas de determinación.
No sé que es lo que esté pensando, pero en definitiva no voy a permitir que trate de reemplazar a nuestra niña.
¡Eso no pasará!
****"""""""""*******"""""""*******"""**
Hoy mi marido me a mandado a traer a su despacho, me llamo con uno de mis sirvientes.
Caminando por el corredor, mí mente inquieta comienza a preguntarse el por qué de este llamado.
Estoy casi segura que se debe a la charla que tuvimos hace unos días atrás.
" Estaba en mi salita de té, observaba por el gran ventanal el hermoso jardín, el cual estaba repleto de varias plantas y diversos arbusto y árboles.
Tranquilamente pensaba que en lugar de estar sola, muy bien podría estar ahora sentada con mi pequeña hija.
Ahora ella sería una hermosa niña, casi tomaría ya el título de señorita.
Cuan orgullosa me sentiría de ella.
Como quisiera poder estar a su lado cuando comenzará por primera vez sus clases para convertirse en toda una dama.
Yo estarías su lado explicándole e instruyendo la en cada duda que tuviera.
Pero sin embargo... Ella ya no está a mi lado.
Y aún que he comprendido que se encuentra en un lugar mucho más hermoso que donde me encuentro yo, eso no le quita el dolor y vacío que siento en mi corazón.
Escuche el llamado en la puerta, rápidamente limpié unas pequeñas lágrimas que habían escapado de mis ojos con mi pañuelo de seda.
Di permiso para que pasará quien estuviese llamando a la puerta.
Me sorprendí al ver que mi esposo entraba a la salita.
Pero lo que me dejó totalmente atónita fue el brillo y el porte seguro que inmediatamente reflejaba.
Su grave voz me hizo salir de mi aturdimiento:
-Sientate cariño, tengo hablar contigo sobre algo muy importante- me hizo una seña para que tomara asiento en uno de los sofás que estaban en el centro de la habitación.
Sin protestar me senté donde me o
indicó.
Él hizo lo mismo y en uno de los sofás que tenía frente a mí.
Tendió la mano y yo automáticamente le correspondí el gesto.
-Amor, ¿recuerdas que hace un par de meses te conté sobre una chica que conocí, la cual es idéntica a nuestra hija?- dijo con cautela, pues sabia muy bien cuál sería mi reacción ante ese tema.
Al escuchar aquellas palabras, inmediatamente solté su mano y me pare rápidamente.
No podía creer lo que había dicho, acaso estaba diciendo lo que creí que insinuaba, sin más miramientos lo encare y le plantee mi pregunta:
- No pensarás que yo voy a criar a una chiquilla la cual no sabemos cuál es su procedencia. ¡No! No lo hare- dije moviendo enérgicamente la cabeza negando rotundamente su proposición.
-Cariño, ellos no tienen la culpa de ser huérfanos, además, como sabes que está no es una prueba que Dios nos a mandado para poder menguar nuestro dolor como padres...- no lo deje terminar.
-He dicho que no, ¡no!, no lo hare y esa es mi última palabra- dije mirándolo a los ojos.
Vi una brillo de tristeza, desolación y también un poco de ira.
Salí hecha una furia del cuarto y me encerré en mi habitación.
Destroce todo lo que estaba a mi alrededor y después de sacar todo mi enojo, me tendría llorar amargamente."
Un poco después comprendí que estaba siendo injusta con mi esposo.
El también estaba sufriendo al igual que yo por la muerte de nuestra hija.
Pero yo fui egoísta al no querer darme cuenta al grado que a él le había afectado su partida.
Cuando por fin comprendí ese hecho fue que tomé una desición, se que no me arepentiria por qué lo habia pensado con mucha cautela.
Cuando por fin llegue al despacho de mi marido, toque a la puerta y él me dio el permiso de entrada.
Abrí con lentitud, lo vi sentado en su amplio escritorio de cahoba color madera.
Se veía tranquilo y con mejor humor que los últimos días, pero no lo culpó, se bien que yo tengo gran parte de culpa por su últimamente mal humor.
Entre y cerré tras de mí con el seguro para que así nadie pudiera interrumpir nuestra charla.
Me senté frente a mi esposo y entonces el me dirijo una mirada perspicaz.
Yo solo asentí dando a entender que sabía el porqué estaba ahí.
-Bien, ya que sabés a lo que venido es momento de que dejemos las cosas claras de una vez por todas- su tono de voz no era nada amable,pero comprendí el porque, lo interrumpí abruptamente y con el tono más suave que pude le dije:
- Espera un momento por favor, yo quiero hablar también contigo sobre el mismo tema, solo porfavor permite decir lo que quiero- dije mirándolo fijamente y con gran devoción.
Él se sorprendió por mi forma de hablar y asintió dándome permiso para poder continuar.
- He estado pensando sobre la charla de la última vez y he comprendido algo muy importante- dije lebantandome del asiento y me volteé dándole la espalda, no quería que me viera llorar- sé cuan importante es para ti tener un hijo, y también comprendo el dolor que sientes. Reconozco que he sido egoísta y una siega por no darme cuenta antes- apreté mis puños contra las enaguas de mi vestido y continúe- a lo que voy es que estoy dispuesta a ceder ante tu proposición. Cuídate de esa chiquilla la cual dices ser idéntica a nuestra pequeña- al llegar a ese punto me volteo con un claro objetivo, dejar en claro mis condiciones a mí marido- pero eso sí cariño, no permite que ella siga poniéndose en contacto con ese lugar, ni con nadie perteneciente a este. Esa es mi condición cariño- dije con determinación.
-Está bien mi amor,será como tú digas- dijo y entonces volvió el brillo de felicidad a sus bellos ojos- ahora vístete adecuadamente por qué iremos al hogar de Pony, es momento de ir a formalizar y comenzar con el papeleo- se puso de pie e hice lo mismo y nos dirigimos a nuestros respectivos sitios para arreglarnos.
Cuando todo estuvo dispuesto, subimos al carruaje y comenzamos a recorrer el largo camino rumbo al Hogar de Pony.
En lo alto de una colina pude ver un edificio ya rústico, supuse que ese era el dicho Hogar de Pony.
En el patio se podían ver varios niños jugando y correteandose.
Fue en ese instante que vi a una niña de cabello rubio lacio, sus ojos son azules, sin embargo algo la hacia un poco distinta a mi hija muerta, en sus ojos se reflejaba una profunda tristeza.
Ella jugaba con otra niña rubia de rizos travieso, sus ojos son verdes.
Cuando por fin llegamos pusimos en marcha el plan que habíamos trazado con los sirvientes que nos acompañaban.
La señorita Gidin más bien conocida como la señorita Pony y la hermana María nos pidieron pasar dentro ya que sabían perfectamente a lo que íbamos.
Platicamos por un largo periodo, poniéndonos de acuerdo y firmando algunos papeles que eran necesarios y los cuales nos acreditaban como los padres oficiales de la niña Annie.
Todo se arregló, y posteriormente hicieron pasar a la niña en cuestión.
Cuando la vi, mis ojos se llenaron de lágrimas, eran tan idéntica a mí hija.
Entonces decidí que aria con ella un buen trabajo, la convertiría en toda una dama, respetable, de bien nombre, de alta sociedad pero sobre todo... La moldearia tal cual quería que fuese mi hija verdadera.
Esa es mi resolución, mi más grande meta, lograría crear a una estupenda dama.
Y así es como hasta ahora lo he logrado, Annie es una dama hermosa y de educación refinada.
A aprendido a tocar el piano, el violín y la flauta.
Aún cuando es muy tímida y reservada, he logrado que me trate como su madre y yo he aprendido a tratarla como mi verdadera hija.
Sin embargo aún falta mucho para poder lograr mi más anhelado sueño, que ella aprenda a confiar totalmente en mi que me confíe todos sus secretos.
Se que lo lograre, así sea lo último que haga, lo lograré.
Fin
No hay dolor más grande para una madre que perder a un hijo y el amor de éste.