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CIRCLES
CAPíTULO 5
CAPíTULO 5
Terry se sorprendió mucho de ver a Albert, después de meses de no saber nada ni de Candy ni de él debido al cese de correspondencia entre ellos, verlo en New York le resultó por demás extraño, y que haya dado con él eN el bar de mala muerte donde solía refugiarse después de su salida de la compañía teatral, con mayor razón le causó extrañeza. Estaba por partir con un grupo de comedia ambulante en un vano intento por sobrevivir y alejarse de todo lo que lo agobiaba. Haber tomado la decisión de quedarse con Susana la noche que se despidió de su pecosa fue el peor error que pudo cometer de los muchos que ya había cometido. Creyó que el agradecimiento y el honor bastarían para ayudarlo a cumplir con una obligación moral con la mujer que le había salvado la vida, pero el dolor emocional era tan fuerte que a ratos se encontró a si mismo deseando haber sido él quien sucumbiera bajo el peso de esas luces si con ello se hubiera evitado esa posición que le era insoportable.
Se levantó de su mesa en la esquina y le recibió con un fuerte apretón de manos. Albert lucía diferente, no supo identificarlo en un inicio, aún no estaba borracho, se sentía muy sobrio para variar, asi que despues de los saludos iniciales tomaron asiento para conversar.
-Que sorpresa verte por acá, Albert. Nunca esperé verte tan pronto, dime, como has estado? Que te trae tan lejos de Chicago? Terry evitó conscientemente mencionar el nombre de Candy, aun no se sentía preparado para hablar de ella.
-Bueno, la razón de mi visita es algo compleja, Terrence. Vengo a recoger a un familiar que viene de Francia, del frente occidental. Estuvo como aviador de la fuerza aérea norteamericana y su barco está por arribar.
-Hombre, que bueno! La guerra según lo que leemos cada vez se vuelve más cruda, saber que un miembro de tu familia esta exponiendo su vida de esa forma debe ser muy difícil. Me da gusto por ti.
Terry sirvió un vaso de Whisky para Albert y llenó nuevamente el suyo. El rubio observó el líquido ambarino por un instante y se lo tomó de un trago como queriendo agarrar valor.
-Supe que estabas enfermo, supe que habías perdido la memoria en el frente de batalla. Cómo siguió eso?
-Bien, Terry. Eso ya se resolvió. Terry sonrió pero la intuición y la seriedad en el rostro de Albert no le causaban buena espina, se revolvió incómodo en su asiento mirando con ojos de halcón a su amigo, que era obvio le costaba hablar. Intuía que el tema estaba relacionado con ella. Albert al sentirse examinado por el joven finalmente tomó valor y escogiendo sus palabras comenzó su monólogo.
-Terrence, esto resulta difícil para mi. Pero tengo el deber moral de compartir contigo algunas cosas que por mucho tiempo escondí deliberadamente. Yo antes de mi accidente vivía ocultando mi verdadera identidad. Soy heredero de la misma familia que adoptó a Candy, de hecho por decisión mía, hace años se le dio el apellido.
Terry parpadeó sorprendido, quiso intervenir y Albert con un gesto de la mano le pidió esperara.
-Yo era muy joven cuando se me impuso una serie de obligaciones, y la solución que se me ocurrió fue escapar de ellas. Me fuí siguiendo mis ideales de vivir en libertad y explorando sin ataduras territorios... pero aún así mantenía cierto control de mis privilegios a través de empleados de confianza y dándole esperanzas a mis tutores de que llegado el momento me haría cargo de todo lo que se esperaba de mí. Por eso nos conocimos en Londres, por que iba de cierta manera vigilando a mis sobrinos, entre los que se consideraba a Candy como uno de ellos.
-Que increible esto que dices! Tu me quieres tomar el pelo...
-No, amigo, de verdad que no es así. Cuando vi la oportunidad de partir hacia África, la acepté por que sentí la confianza de que los chicos ya estaban en buenas manos en el colegio, que estaban creciendo y te soy sincero, saber que tú estabas cerca para mi fue algo que me hizo sentir confiado para seguir mis proyectos personales.
-Bien, creo que puedo entender algo de todo esto. De cierta manera puedo ponerme en tus zapatos respecto a tratar de escapar de responsabilidades familiares. Créeme, eso lo se en carne propia. Entonces?
-Bueno, como sabes, estuve hospedado con Candy quien de hecho me salvó incluso de ir preso.
-Si, ella me lo comentó en sus cartas, me dio mucho gusto saber de ti y que estabas bien. Terry se comenzó a sentirse tenso, algo en lo más profundo de su mente le decía que lo que venía no era nada agradable y más por la expresión preocupada de su amigo.
-Si, me lo comentó. Yo no te recordaba pero ella se encargó de platicarme todas las aventuras y anécdotas en común para ayudarme a recordar... total... Terrence, ella sufrió lo indecible con lo que pasó aquí.
-Y has venido a reclamarme, no te parece un poco tarde?
-No! De ninguna manera es reclamo, yo estoy seguro de que tú hiciste lo correcto. De hecho te admiro por el valor que tuviste al tomar la decisión que tomaste. Aun cuando haya sido la más dolorosa para tí y para ella. Por favor, no te sientas culpable, si es que es así. Candy está consciente y no recrimina nada de lo que sucedió.
-Muy bien, me da gusto saberlo. No ha sido fácil para mi, si te soy sincero. No tengo intenciones de justificarme ni darle explicaciones a nadie de lo que hago. Gracias Albert, ahora, dime. Que es lo que has venido a decirme.
-Terrence, debes entender que muchas cosas pasaron de las que yo no tuve el control, por que no tenía recuerdo de nada, más que lo que sabía por boca de otros...
-Continua.
-Yo, bueno, el hombre que fuí en ese momento... alguien que no te conocía, puedes imaginarlo? Terry no contestó pero afirmó con la cabeza y con la vista clavada en los ojos del hombre que apretaba los puños para tener valor ante lo que estaba a punto de confesar.
-Ese hombre se enamoró de Candy. Fue algo que se me escapó de las manos.
-Y ella, le correspondió a ese hombre? El trigueño siseo las palabras en señal de que estaba irritado.
-Si. Pero...
-Pero qué, Albert, pero qué?
-Cuando recobré la memoria, me dí cuenta de lo impropio que esto era. Ella aún no sabe mi verdadera identidad. Estoy en un grave dilema.
Terry miró con desdén su vaso recargándose en su silla, y su expresión era inescrutable.
-Y por que estas en un dilema? Acaso no puedes sostener esos sentimientos, el Albert que es el heredero de la familia Andrews no comparte los sentimientos del otro que se enamoró? a eso te refieres?
-No, no es eso! No me malinterpretes!
-Entonces a qué viene todo este rodeo y palabrería hueca? Que pretendes, que quieres decirme y que yo te diga? Que te dé mi bendición acaso?
-Que sepas que de no haber pasado las cosas de semejante manera yo nunca habría hecho nada que te ofendiera!
-Por qué? Por que eres mi amigo? Albert le miró con tristeza sincera. Terry tenía la quijada tensa, los dos estaban trabados por la decepción.
-Si, por que soy tu amigo. Por que creo que de yo haber estado en otras condiciones, pudiera haber hecho algo para ayudarlos.
-Ay Albert, mi buen y querido Albert! Que coño, que cosa habrías podido hacer? Dime? Habrías podido evitar que las malditas luces cayeran esa noche sobre mi? Le habrías salvado la pierna a Susana?? Dime qué cosa, oh señor todopoderoso, habrías podido cambiar con todo tu poder y tu dinero? Dímelo para entonces si, sentirme más miserable de lo que ya me he sentido. Tu tienes culpa por haber ocultado tu identidad por tanto tiempo, tienes culpa por que no tuviste siempre el control de las circunstancias en tu amnesia como habías acostumbrado anteriormente. Por eso vienes a tratar vanamente de limpiar tu conciencia conmigo. No es necesario. Creeme que te pudiste evitar este mal rato, evitármelo a mi. No tengo nada que decir ni reprochar.
Albert agachó la mirada sopesando las palabras amargas de quien consideraba un amigo entrañable.
-Tu tienes culpa por que le mentiste a ella. Y esa mentira te ha explotado en la cara. Bueno, ve y resuélvelo y hazla feliz. No necesitas mi permiso, si alguien está consciente de lo mucho que ella merece ser feliz y amada a plenitud, ese soy yo. Podría montar una escena de celos, como un amante indignado por la traición. Traición de qué? Que puedo yo en estas circunstancias reclamarle a nadie? No Albert, no te confundas. Ni cargues pesos que no te corresponden.
-Voy a casarme con ella. Terry sonrió con cinismo.
-Y que? Acaso no quieres eso? Lo dices como si fuera un castigo o algo que no deseas...
-No es eso! Le interrumpió el rubio, Terry se empinó el vaso limpiándose los labios con el dorso en una expresión de indiferente desdén.
-Entonces ve y cásate, y dejame vivir mi vida a como me ha tocado lidiarla.
-No quería que te enteraras de otra forma.
-Bueno, te agradezco tu sinceridad y preocupación, pero lo más probable que hubiera ocurrido si a mis manos hubiera llegado la sección de alta sociedad mostrando la noticia de su boda, muy probablemente me hubiera sentido ofendido por que no me invitaron a la fiesta. No te hagas nudos, la vida es así, Albert. No te preocupes, no te tomo a mal nada, nada de lo que haya pasado y no requiero explicaciones, por favor. Ahora si me lo permites, necesito retirarme, tengo cosas que hacer. Dale mis saludos y mis felicitaciones sinceras a Candy cuando después de perdonarte, acepte casarse contigo.
Terry se puso en pie, sacó un billete de 10 dólares y lo dejó sobre la mesa como propina, Albert de levantó inmediatamente intentando detenerlo, él con las manos hizo una seña de alto, y su rostro era de desinterés y altanera autosuficiencia.
-Por favor, Albert, no es necesario decir nada más. Les deseo lo mejor, yo, creanme, estoy bien, y no sufro ni sufriré porque ustedes sean felices. Adios.
Albert en silencio lo vio salir altivo, con las manos en los bolsillos de su saco, sorprendido por la inesperada reacción del joven que se alejó rápidamente por la avenida.
Tan pronto Terry llegó a su departamento y sintiéndose libre, lloró con amargura golpeando con rabia la almohada, la cual mordió y contra ella ahogó los gritos de frustración de ver que todo lo que él alguna vez soño simplemente se había vuelto aún más inalcanzable de lo que era. Cuando finalmente se cansó de llorar, recostado boca arriba en su cama, mirando el techo, pensó con tristeza en Candy y en lo mucho que deseaba que de verdad fuera feliz con quien fuera.
"Pecosa, ojalá llegue el momento que puedas recordarme con gusto de la mano de alguien que te ame y te de lo que no pude. Yo seguiré adelante, no me daré por vencido. En este fondo que estoy tocando me percato de que no puedo permitir que un recuerdo me arrastre a la perdición, no lo merece. Que les vaya bien"
Terry decidió en ese momento no presentarse al grupo callejero, y en su mente planeo lo que le diría a robert Hathaway para solicitar se le aceptará de vuelta en la compañía. Ya no perdería más el tiempo ahogándose en recuerdos y quimeras. Sería feliz con lo que tenía, ya mañana resolvería uno a uno los problemas conforme fueran presentandose. Se quedó dormido y descansó como en mucho tiempo no había podido hacerlo.
CONTINUARÁ
CAPÍTULO 6
Última edición por Maga Cafi el Vie Mayo 15, 2020 7:11 pm, editado 1 vez
🥰 y albert de frente cómo debe ser Caray 
Maga Cafi como siempre fenomenal historia