Parte II
PARTE III
Llevaban todo el día montados sobre los caballos, Greum observa constantemente su derredor cerciorándose que nade extraño o inapropiado les siguiera los pasos. Llegada la noche decidieron buscar un lugar donde descansar, estaba haciendo frío y todos buscaban calor alrededor de la fogata que Astyr había hecho. Grandchester observa como Slean y Zilae bromean y se golpean cada dos por tres mientras dan sorbos al puchero que Arshbalt ha preparado; Astyr frente él examina el mapa, en eso Kandy se sienta a su lado y le ofrece un cuenco con la cena
- ¿Estás bien Greum?
- Gracias… juummm ya sabes, lo mismo de siempre
- Pues relájate, entiende que como siempre volveremos a casa como si nada.
- Ya... no puedo evitarlo, qué quieres que te diga… el hecho de saber que no podremos usar la magia si nos enfrentamos ante esa bestia misteriosa, no me deja tranquilo
- Mira, los chicos están muy bien entrenados, recuerda que Gerain nos machaca todos los días en el adiestramiento y ahí no podemos usar la magia, por lo que si llegase a ser necesario sabrán qué hacer porque será lo mismo, venimos preparados.
- Pero las veces anteriores sólo éramos nosotros, Astyr, Archy, Slean, Zilae, tú y yo... y justo hoy se te ocurrió traer a tu amiguita Patt ¡Y ella no tiene idea de cómo defenderse en campo de batalla!
- ¿En batalla Greum? ¡Ni que estuviéramos en guerra! Tranquilízate por favor.
- Pero...
- Oye, ella sabe empuñar una espada si es lo que te preocupa, y si lo has olvidado, no vamos a la guerra… seremos tan sutiles, que nadie se dará cuenta de nada. Iremos, veremos y volveremos como las veces anteriores que hemos hecho nuestras escapadas.
- Si tan sólo Aethelred no hubiese puesto esa estúpida norma de no usar la magia fuera del castillo…
- "Y que tenga esa estúpida bola de cristal que se chiva de todo bla, bla, bla, bla, bla…" es el mismo cuento de siempre Greum, pensé que ya te habías hecho a la idea.
- Cállate ¿Quieres? Es una estúpida norma, de un hombre estúpido.
- Oye, que solo lo hace para que la paz perdure
- Siempre defendiéndolo ¿No te cansas Kandy?
- No lo estoy defendiendo, sólo digo lo obvio
- ¿Estás segura?
- ¿Y tú lo dices porque estás celoso?
- ¿¡Quéeee!? Coj, coj. No, no tengo idea de lo que dices
- Sí claro… pues deja de controlar cómo me relaciono con los demás, sólo somos amigos, no te confundas…
Kandíroz lo observa suspicazmente por unos segundos, el semblante de Greum se enrojece, pero el resplandor de las llamas lo disimulan mucho mejor que él. Por lo que añade para evitar que siga diciendo memeces o discutiendo
- Anda, deja de decir estupideces y duérmete. Mañana seguiremos el camino temprano… yo me iré a hacer la primera guardia. Que descanses Greum.
- Está bien Kandy, y cualquier cosa no tardes en despertarme
- Que síii pesao ¡Anda y duérmete ya!
La joven le dan un empujón con su diestra y se pone en pie. Grandchester se ríe junto a ella, mientras ve que toma su arco y se va a un árbol desde donde vigilará la zona de acampada. La noche pasa sin gran novedad y con los primeros rayos del sol la cuadrilla continua la ruta.
Cuando llegan al pie de “La Montaña Susurrante” ya ha empezado a oscurecer nuevamente, por lo que deciden pernoctar ahí y al día siguiente buscar la cueva cuando haya luz. A la segunda hora de la madrugada Greum se le venta y ve que cae nieve, cubre con su capa a Kandy y se retira hasta donde está Arshbalt haciendo guardia para hacer el relevo.
A la mañana siguiente suben a la montaña en busca de la cueva, por varias horas merodean hasta que finalmente dan con el lugar, y aunque Grandchester aún estaba renuente en entrar, una ventisca fuerte caía sobre ellos por lo que debían buscar refugio para no volverse estalagmitas humanas.
- Greum, debemos ponernos a cubierto, el viento sopla muy fuerte
- ¡Rápido, entremos a la cueva!
- Ni hablar, no sabemos con qué nos podemos encontrar ahí ¡Puede ser peligroso Arshbalt!
- Corremos el mismo peligro de morir congelados si nos quedamos aquí, Greum, debemos entrar
Kandíroz le toca su antebrazo para hacerle ver las cosas, él suelta un suspiro largo y finalmente declina. Todos entran a la cueva rápidamente
- Patt, quédate a mi lado, yo te cubriré ante cualquier ataque
- Está bien
- Chicos, tened las armas a mano, no sabemos con lo que nos podremos encontrar aquí
Ordenaba la rubia a la vez que desenfundaba su espada, Patt sostiene el arco mientras que Stear improvisa unas antorchas para iluminarse. Es entonces que Grandchester se mantiene cerca de Kandíroz para cubrirla a ella y su amiga. Sujetan los caballos y comienzan a adentrarse en la penumbra; caminan silenciosamente, atentos a cualquier ruido extraño. Greum eleva la antorchar sobre su cabeza para observar mejor los muros que los rodean.
A medida van avanzando, un sonido como de un resoplido se escucha con mayor intensidad. Slean y Zilae se llaman torpe o bruto cada dos por tres por tropezar con las piedras, porque les encanta meterse entre ellos, simplemente porque no pueden dejar de pelear. De presto, el sonido que antes era parsimonioso y sutil, ya no estaba
- Moco de sapo
- Y tú tienes los pelos de vaca
- Y tú eres un cabeza hueca
- ¡¡Parad los dos de una vez!!
- ¡Empezó ella!
- ¡Fuiste tú, cabeza de melón!
- ¡Y lo terminaré yo con un tortazo a cada uno si no cierran el pico de una vez!
Espetó molesto Grandchester
- Grrrr…
Un bramido retumbó en las paredes de la cueva, estremeciendo los cimientos.
- Grrrr…
- ¿Qué ha sido eso?
- Son las tripas de la brusca de Zilae
- ¿Puedes parar de una vez Slean? ¡Esto es serio!
- Lo siento, es un hábito, un placer indescriptible, es algo mega sensacional… no lo puedo evitar, me cuesta parar
- ¡Cierra el pico Slean, si no quieres que te lo cierre yo!
- Seee, cierra la boca sapo asqueroso
- Grrrraaaa…
- ¡Parad los dos de una vez!
- Grrraaaa… Grrrraaa…
- ¡TODO MUNDO A CUBIERRTOO!
- ¿Estás bien Greum?
- Gracias… juummm ya sabes, lo mismo de siempre
- Pues relájate, entiende que como siempre volveremos a casa como si nada.
- Ya... no puedo evitarlo, qué quieres que te diga… el hecho de saber que no podremos usar la magia si nos enfrentamos ante esa bestia misteriosa, no me deja tranquilo
- Mira, los chicos están muy bien entrenados, recuerda que Gerain nos machaca todos los días en el adiestramiento y ahí no podemos usar la magia, por lo que si llegase a ser necesario sabrán qué hacer porque será lo mismo, venimos preparados.
- Pero las veces anteriores sólo éramos nosotros, Astyr, Archy, Slean, Zilae, tú y yo... y justo hoy se te ocurrió traer a tu amiguita Patt ¡Y ella no tiene idea de cómo defenderse en campo de batalla!
- ¿En batalla Greum? ¡Ni que estuviéramos en guerra! Tranquilízate por favor.
- Pero...
- Oye, ella sabe empuñar una espada si es lo que te preocupa, y si lo has olvidado, no vamos a la guerra… seremos tan sutiles, que nadie se dará cuenta de nada. Iremos, veremos y volveremos como las veces anteriores que hemos hecho nuestras escapadas.
- Si tan sólo Aethelred no hubiese puesto esa estúpida norma de no usar la magia fuera del castillo…
- "Y que tenga esa estúpida bola de cristal que se chiva de todo bla, bla, bla, bla, bla…" es el mismo cuento de siempre Greum, pensé que ya te habías hecho a la idea.
- Cállate ¿Quieres? Es una estúpida norma, de un hombre estúpido.
- Oye, que solo lo hace para que la paz perdure
- Siempre defendiéndolo ¿No te cansas Kandy?
- No lo estoy defendiendo, sólo digo lo obvio
- ¿Estás segura?
- ¿Y tú lo dices porque estás celoso?
- ¿¡Quéeee!? Coj, coj. No, no tengo idea de lo que dices
- Sí claro… pues deja de controlar cómo me relaciono con los demás, sólo somos amigos, no te confundas…
Kandíroz lo observa suspicazmente por unos segundos, el semblante de Greum se enrojece, pero el resplandor de las llamas lo disimulan mucho mejor que él. Por lo que añade para evitar que siga diciendo memeces o discutiendo
- Anda, deja de decir estupideces y duérmete. Mañana seguiremos el camino temprano… yo me iré a hacer la primera guardia. Que descanses Greum.
- Está bien Kandy, y cualquier cosa no tardes en despertarme
- Que síii pesao ¡Anda y duérmete ya!
La joven le dan un empujón con su diestra y se pone en pie. Grandchester se ríe junto a ella, mientras ve que toma su arco y se va a un árbol desde donde vigilará la zona de acampada. La noche pasa sin gran novedad y con los primeros rayos del sol la cuadrilla continua la ruta.
Cuando llegan al pie de “La Montaña Susurrante” ya ha empezado a oscurecer nuevamente, por lo que deciden pernoctar ahí y al día siguiente buscar la cueva cuando haya luz. A la segunda hora de la madrugada Greum se le venta y ve que cae nieve, cubre con su capa a Kandy y se retira hasta donde está Arshbalt haciendo guardia para hacer el relevo.
A la mañana siguiente suben a la montaña en busca de la cueva, por varias horas merodean hasta que finalmente dan con el lugar, y aunque Grandchester aún estaba renuente en entrar, una ventisca fuerte caía sobre ellos por lo que debían buscar refugio para no volverse estalagmitas humanas.
- Greum, debemos ponernos a cubierto, el viento sopla muy fuerte
- ¡Rápido, entremos a la cueva!
- Ni hablar, no sabemos con qué nos podemos encontrar ahí ¡Puede ser peligroso Arshbalt!
- Corremos el mismo peligro de morir congelados si nos quedamos aquí, Greum, debemos entrar
Kandíroz le toca su antebrazo para hacerle ver las cosas, él suelta un suspiro largo y finalmente declina. Todos entran a la cueva rápidamente
- Patt, quédate a mi lado, yo te cubriré ante cualquier ataque
- Está bien
- Chicos, tened las armas a mano, no sabemos con lo que nos podremos encontrar aquí
Ordenaba la rubia a la vez que desenfundaba su espada, Patt sostiene el arco mientras que Stear improvisa unas antorchas para iluminarse. Es entonces que Grandchester se mantiene cerca de Kandíroz para cubrirla a ella y su amiga. Sujetan los caballos y comienzan a adentrarse en la penumbra; caminan silenciosamente, atentos a cualquier ruido extraño. Greum eleva la antorchar sobre su cabeza para observar mejor los muros que los rodean.
A medida van avanzando, un sonido como de un resoplido se escucha con mayor intensidad. Slean y Zilae se llaman torpe o bruto cada dos por tres por tropezar con las piedras, porque les encanta meterse entre ellos, simplemente porque no pueden dejar de pelear. De presto, el sonido que antes era parsimonioso y sutil, ya no estaba
- Moco de sapo
- Y tú tienes los pelos de vaca
- Y tú eres un cabeza hueca
- ¡¡Parad los dos de una vez!!
- ¡Empezó ella!
- ¡Fuiste tú, cabeza de melón!
- ¡Y lo terminaré yo con un tortazo a cada uno si no cierran el pico de una vez!
Espetó molesto Grandchester
- Grrrr…
Un bramido retumbó en las paredes de la cueva, estremeciendo los cimientos.
- Grrrr…
- ¿Qué ha sido eso?
- Son las tripas de la brusca de Zilae
- ¿Puedes parar de una vez Slean? ¡Esto es serio!
- Lo siento, es un hábito, un placer indescriptible, es algo mega sensacional… no lo puedo evitar, me cuesta parar
- ¡Cierra el pico Slean, si no quieres que te lo cierre yo!
- Seee, cierra la boca sapo asqueroso
- Grrrraaaa…
- ¡Parad los dos de una vez!
- Grrraaaa… Grrrraaa…
- ¡TODO MUNDO A CUBIERRTOO!
CONTINUARÁ...
Última edición por Cherry Cheddar el Miér Abr 14, 2021 9:51 am, editado 1 vez