Lilqalab
Por el corazón
By Alnair Skat, Adry Grandchester
CAPÍTULO II
El estruendo ensordeció todo el espacio, el piso se levantó dejando un agujero polvoroso, de las pocas lámparas que quedaban algunas parpadeaban una luz, que apenas se veía a través del polvo que no terminaba de asentarse destellando flechazos blanquecinos como si fueran rayos anunciando una tormenta. Por los altavoces que aún funcionaban se escuchaba el mismo mensaje en diferentes idiomas “Please stay where you are, lifeguards will come to help you soon, avoid getting up, everyone on the floor” _ “Por favor, quédense en donde están, pronto irán socorristas a auxiliarlos, eviten levantarse, todos en el piso” … Las voces se confundían con los gritos de lamento y de solicitud de ayuda.
El movimiento proveniente de lo que fuera el exterior de la sala de espera VIP seguía, pero el denso polvo impedía ver qué era lo que pasaba, mientras que en las pistas de aterrizaje algo similar sucedía, sin embargo, voces de hombres insultando a las personas, también se dejaban escuchar, parecían mil caballos cabalgando al interior de las instalaciones aeroportuarias.
Terry que había aventado a Candice y Anthony yacía desmayado un metro atrás de la rubia, quien, a pesar de no haber perdido el sentido, estaba aturdida, boca abajo, intentaba levantarse, pero los brazos se le doblaban, un sabor a metal y olor ferroso proveniente de su boca le hizo entender que estaba sangrando. Intentaba ver a su alrededor, pero no podía, sentía que el piso ardía, nuevamente hizo el intento de gatear, no obstante, esta vez sus piernas temblaban, a su derecha estaba Anthony también boca abajo, inconsciente, a pesar del dolor se fue acercando a él, lo tocaba, lo movía para hacer que reaccionara, pero el chico no recobraba el conocimiento.
Sin poder contenerse se derrumbó en la espalda del joven, sollozaba, no tenía fuerza para levantarse, gritaba pidiendo ayuda, pero era inútil, entre las sirenas, el ajetreo de las personas le restaba fuerza a su voz. Desconsolada no quiso levantarse hasta que sintió que era jalada por una de sus piernas, al momento gritó, trató de retraer su extremidad, pero la jalaron más fuerte — ¡Tranquila, pecosa! —Le dijo Terry, quien pecho tierra la había alcanzado —¡Tú! ¿Estás bien? —Llorosa le preguntó —¡Si! ¿Eso creo? Tenemos que movernos de aquí —Respondió el joven —P…ero Anthony no despierta ¡No puedo dejarlo aquí!
El joven se levantó en cuclillas, desde su posición, veía algo que Candy no podía mirar, así que lo más sigiloso posible, se acercó a los jóvenes, tenía la cara más empolvada y seguía sangrando de la frente — ¡Veamos! ¡Esta vivo! ¡Vamos! No debemos quedarnos — Jaló a Anthony de los brazos y comenzó a arrastrarlo hacia el lugar donde momentos antes había dejado a su padre. ¡Apresúrate! — Le indicó para que se moviera rápido, ella lo siguió, no sabía por qué iban agachados, pero no era momento de preguntar, sabía que no podían quedarse ahí.
Cuando finalmente llegaron al lugar donde estaban los demás hombres que antes de los sucesos estaban elegantemente vestidos, dejó a Anthony para verificar el estado de su padre — ¿Papá? ¿Estás bien? ¡Papá! El hombre tardó en contestar, pero finalmente sonrió — ¡Hijo! Por un momento pensé que te había sucedido algo. ¡Gracias al cielo que estas bien! — El castaño miraba para todos lados, sin levantarse le dijo a su padre —Richard ¡Escúchame bien! ¡Debemos movernos de aquí! ¿Entiendes? ¿Puedes ponerte de pie? — El hombre mayor asintió e hizo un esfuerzo para levantarse, apenas lo había logrado cuando Terry lo volvió a sentar — ¡Espera! — Lo detuvo al observar que hombres armados entraban corriendo en la sala — Pecosa, acércate — La chica se movió hacía él, momento en el que Anthony recobraba el conocimiento, Terry corrió y le tapó la boca con su mano.
Anthony al sentir los fríos dedos, quiso levantarse, pero Terry lo mantuvo al ras del suelo — ¡No te levantes! ¡Guarda silencio! Cuando observó que los hombres aquellos pasaron de largo se levantó ayudando a su padre a hacer lo mismo. ¡Vámonos! Tenemos que encontrar donde resguardarnos en lo que llegan por nosotros — Le dijo a su padre — El hombre mayor increpó con severa mirada, Pero ¿A dónde? Estamos bien aquí, nos encontrarán más pronto — Mira padre, no sé que es lo que esta pasando, pero en un aeropuerto como este no pueden entrar personas armadas, así como simples pasajeros, algo terrible esta pasando y no quiero quedarme a averiguarlo — Mientras decía esto sacaba su celular de la bolsa de su saco —¡Vaya! Si funciona, en lo que nos escondemos podemos solicitar que vengan por nosotros nuestros guardias de seguridad —Concluyó el castaño.
Candice miraba a su alrededor, si había visto a los hombres que señalaba Terry, pero entre el descontrol que persistía en el lugar, no puso mayor atención a la forma en la que se condujeron — Si quieres pueden venir con nosotros, pecosa — Le invitó el joven — Pero mis primos y amigos están del otro lado, no podemos dejarlos ahí —Respondió la rubia — Anthony que se había sentado, observaba en todas direcciones y alcanzó a ver movimientos extraños — Creo que él tiene razón, Candy, es mejor escondernos y de ahí salir a buscarlos a que nos encontremos con situaciones peores — Decía mientras revisaba su celular que traía en la bolsa del pantalón vaquero — Mi móvil funciona, les podemos hablar para encontrarnos ¡Vamos! — Apuntó, mientras se ponía de pie y ayudaba a Candy a hacer lo mismo.
Richard Grandchester que siempre se quejaba de la forma tan rebelde de comportarse de su vástago, en este momento sorprendido de la lucidez del chico, — ¡Finalmente es mi hijo! — Dijo para sí con orgullo. Sin decir nada más comenzaron a caminar entre los escombros. El lugar, además de todos los estragos materiales que se veían por doquier, mantenía un ambiente tenso, una sensación de estado de alerta pasaba por la mente de los cuatro que caminaban juntos
Del otro lado de la sala, Archie, seguía sin sentido; Stear abrazaba a Patty y Annie, mientras que Elisa y Neil se apretaban las manos entre sí — ¡Dime que nada de esto está sucediendo, Neil! Alguien nos tiene que ayudar — ¡Ayuda! ¡Ayuda! —Gritaba Elisa, pero Stear le dijo — ¡Cálmate Elisa! Si alguien nos pudiera auxiliar, no lo haría con tus horrendos gritos — Esto esta fuera de control — ¡P…ero, deben saber quiénes somos! — Hay que decir que pertenecemos a una de las familias más poderosas del mundo, ¡Tienen la obligación de sacarnos de aquí! — ¡Cállate ya, Elisa! —Reparó Neil, creo que Stear tiene razón, esto no es normal y no quiero que por tus desquiciados gritos me lleven a ningún otro lado más que a mi país —Concluyó su hermano.
— ¡Anthony y Candy ya se tardaron, ¿Les habrá pasado algo con la segunda explosión o lo que haya sido? — Preguntó Annie que no controlaba su llanto — ¡Esperemos que no! Pero de todas maneras no hay que irse a otro lado, tal vez ellos nos estén buscando y si nos vamos a otro lugar, será más difícil encontrarnos —Apuntó el chico de gafas — Patty buscaba entre sus ropas su teléfono móvil, lo hacía, también en el suelo — ¿Qué buscas, Patty? —Mi móvil, así podremos llamarlos y saber dónde están — Tienes razón, todos busquen sus celulares, alguno debe de funcionar y oremos porque los de ellos también — Apuró nuevamente Stear — El de Candy no creo, porque yo lo traigo en mi bolso junto con el mío — ¡Cielos! Esperemos que Tonny, si traiga el suyo y que sirva.
A pesar de estar lastimado Terry guiaba a su padre y a los otros dos chicos por el camino de escombros, el polvo hacía que todos tosieran; Candy no dejaba de sangrar por la boca, pero seguía adelante, Anthony también, maltrecho por el golpe que recibió, continuaba, algo les decía a todos que debían esconderse, aunque no sabían de quién o de qué. Al caminar por uno de los pasillos, un grupo de hombres armados corrían en su dirección, el castaño con su brazo derecho replegó a todos contra la pared, pero la tos de Candy fue más evidente llamando la atención de uno de los hombres del grupo, que decía algo en otro idioma que, al menos el par de rubios no entendía — ¡Dice que escuchó ruidos por acá! Por favor pecosa, trata de no toser, pero si no hay remedio cubre tu boca toma — Apuntó Terry ofreciéndole su pañuelo, fue entonces que se percató de que ella sangraba — ¿Estás herida? ¡A ver, deja te reviso!
Ella entre abrió sus labios permitiendo que Terry se acercara demasiado a ella, Anthony al ver eso, le dijo en tono autoritario — Si alguien tiene que revisarla, seré yo — El castaño no se inmutó, por el contrario, continuó con su revisión tomando a la chica por la cintura. Cuando lo hizo, sintió como si ya la hubiera tenido entre sus brazos. Ella percibió su aroma, el cual le resultó familiar, pero no sabía a quién le recordaba. Fue un instante, pero ambos sintieron reconocer algo en ellos mismos, algo que les hacía sentirse integrados, unidos, no sabían qué era, pero los dos tuvieron la misma sensación.
— ¡No es para tanto, pecas, sólo te mordiste la mejilla, por dentro, pero no morirás! — Comentó retirándose de ella y mirando al rubio de reojo — ¡Tú, no me vengas con celos ahora por tu noviecita! —Concluyó con una sonrisa de medio lado. —Prosigamos. Al llegar al final del pasillo, había una puerta que correspondía al área de intendencia, se veía que el lugar ya había sido revisado y aunque la puerta no cerraba, se metieron ahí. Terry ayudó a sentarse en el suelo a su padre, acto seguido por los otros dos chicos.
Terry sacó su celular y comenzó a llamar — Jon ¿Puedes decirme qué demonios está pasando aquí en el aeropuerto? Al escuchar la respuesta el castaño guardó silencio, mientras su rostro iba palideciendo. —Entiendo lo que me dices, pero no sé qué diablos tengan que hacer, pero tienen que sacarnos de aquí ¿Entendiste? No tenemos mucho tiempo, estoy con mi padre escondido en un cuarto donde se guardan los implementos de limpieza ¡No sé! ¡No sé, donde jodidos está Jon! Pero para eso eres nuestro jefe de seguridad, así que ¡Muévete! —Concluyó la llamada, ante la mirada azorada de Candy — ¿Qué, ustedes no van a llamar a los suyos? Digo si quieren que los ayudemos a salir, mi equipo de seguridad no tardará mucho tiempo antes de que nos encuentren.
Anthony de inmediato sacó su móvil y comenzó a llamar a todos los números que tenía de sus primos y amigos, sólo al de Patty entró la llamada — ¿Patty? ¿Están bien? Si, nosotros también, pero hay que salir del aeropuerto lo más pronto posible, corremos más riesgo dentro que en la calle. Estamos, si mi orientación no me falla cerca de la sala al final del corredor en el cuarto de limpieza o algo así. Pues cómo puedan Patty, tienen que venir con sigilo, eviten que los hombres armados los encuentren porque no sabemos, qué traman o si nos harán daño. Si, aquí los esperamos. —Terminó la llamada mirando a Terry como diciéndole ya lo hice ¿Contento? El castaño no dijo nada, sólo miraba a su alrededor y trataba de escuchar lo que sucedía afuera.
Habían pasado algunos minutos quizá una media hora, los demás chicos no llegaban, Anthony comenzaba a desesperarse, así que llamó de nuevo, pero Patty no contestaba la llamada. — ¿Qué pasa? —Preguntó Candy —¡No sé! No me contestan — ¡Cielos, habrá pasado algo? ¿Y si los atraparon? —Continuó la rubia elevando el tono de voz — ¡Calma, pecosa! No hay que llamar la atención — Reparó Terry — ¡Es que ya ha pasado mucho tiempo, ya deberían estar aquí! Anthony debemos ir a buscarlos —Reparó la chica poniéndose de pie — Todos excepto Richard se levantaron — Tú no debes ir pecosa, iremos tu novio y yo —Apuntó Terry, quien ya jalaba a Tonny del brazo — ¡Espera! — Dijo él ¡Volvamos a llamar, tal vez ya nos contesten! — Así lo hizo, pero no hubo respuesta.
— ¡Toma Candy! Quédate con mi celular, así estaremos comunicados, aquí el jefe trae el suyo — Dijo mirando a Terry — Quien miraba por la puerta entreabierta si alguien venía. De pronto cerró con sigilo, poniendo su dedo índice en sus labios para que todos guardaran silencio, así quedaron por unos momentos, después volvió a mirar, ya no había nadie, caminando con sigilo salieron de su escondite con los nervios a flor de piel.
Así pasaron unos minutos, cuando al fin encontraron al grupo, Stear y Neil arrastraban a Archie, Patty ayudada a Annie a caminar, dado que su pierna se había inflamado demasiado. En ese momento Terry le dijo a Anthony — ¡Toma, llama a tu chica! Si no es capaz de salirse si no sabe nada de nosotros. El rubio tomó el celular y estaba hablando con Candy, cuando fuertes gritos se escucharon. Eran tres hombres que agarraron a Stear y Neil de los cabellos, las dos chicas gritaron al unísono. Terry y Anthony se detuvieron, mientras que Candy gritaba —¿Qué pasa? Anthony, Terry, ¿Qué pasaaaaaaaaa? Contesten, por favor…. Gritaba la rubia…
Terry arrebató el móvil a Anthony más calmado que pudo le comentó — ¡Pecosa! Tranquila, no puedes hacer ruido, están ahí solos mi padre y tú, arreglaremos esto —Pero, dime ¿Qué pasa? ¿Por qué gritaron las chicas? ¡Prométeme que todo está bien! —Reparó la rubia, mientras caminaba en círculo dentro de aquél cuarto, estaba tan concentrada en lo que decían del otro lado de la línea que no se percató de que unos hombres la escucharon y estaban detrás de ella. Richard sólo alcanzó a decir —¿Quiénes son ustedes? Ella volvió su mirada y sus ojos se encontraron con la mirada despiadada de unos hombres armados y con kafiyyeh, quienes la tomaron de los brazos haciendo que soltara el celular — ¡Terry! ¡Terry! —Gritaba, el joven al escuchar esos gritos sintió un deja bu, eran los mismos gritos con su nombre, él se sintió impotente, quería salir corriendo, pero no podía, prácticamente estaban rodeados por esos hombres armados.
Continuará...