Agradezco la inivitacion a participar esta GF 2021 como amazona, gracias a sus capitanas Gissa y Ayame DV, por darme esta oportunidad y confianza espero disfruten de este fic, gracias a todas y cada una de las que se animen a leerlo, cada escritora creamos un mundo magico donde cada una de ustedes hacen la magia al entrar y soñar con nosotras, con cariño Saadesa
Historia epoca alterna
A TWIST OF FATE
CAPÍTULO 1
Dirigía sus pasos hacia las enormes puertas de madera de la biblioteca. Terry Granchester recorrió el pasillo de la gran mansión donde colgaban cuadros de incalculable valor. Las puertas de aquella biblioteca debían permanecer cerradas con el fin de mantener unos niveles de luz y humedad para mantener libros muy antiguos al igual que otras obras de arte.
Esperaba por él, su padre, el duque de Granchester, eran sus aposentos preferidos. Su padre había requerido su presencia unos días atrás y bien sabía que nadie podía negarse a Richard Granchester.
Richard como le decía él, era un hombre con una gran fortuna, poder y gran linaje.
Desde que su madre muriera cuando él y su hermano eran aún muy pequeños, nunca vio en él una imagen paterna, más bien siempre lo miro como dictador nunca hubo una caricia o un te amo de parte de él para ninguno de los dos.
El sabía muy bien lo fácil que era hacer enfadar a su padre. Había ocurrido un día antes de su cumpleaños, cuando encontrara a su difunta madre Eleanor Beaker, en su cama sin vida, desde ese momento cuando entró a esa habitación su padre y mirase la imagen de su hijo llorando y su esposa que yacía en la cama, aquel hombre se transformó radicalmente.
En medio de aquel horror, Terry recordaba claramente como su padre sostenía en brazos a su esposa llorando, desde ese momento aquel padre dulce y juguetón se perdió en algún lugar y nunca más volvió a saber de él.
Tenía recuerdos muy tristes de ese día, de sólo ser levantado en brazos y sacado de esa habitación por el Mayordomo James. Aún de adolescente recordaba esa imagen de su madre, le había causado pesadillas durante toda su niñez y se alegraba de que su hermano, no hubiera tenido que sufrir lo que él.
Estaba ahí no porque así él lo quisiera, su padre era un hombre duro y cruel, no siempre justo y casi imposible de complacer.
Terry cruzó las puertas y se adentro en la biblioteca caminó varios pasos y cruzó una puerta más que daba lugar a un pequeño, elegante y perfecto lugar de lectura, con unos enormes ventanales con una vista espectacular al mar. Estaba atardeciendo y veía el reflejo del cielo en colores anaranjados, la imagen perfecta de una postal.
Aquel aposento era una zona de las más antiguas de esa gran mansión del siglo XII construida por antepasados Grandchester. Dio un suspiro al cruzar aquella puerta que diera paso a un balcón donde su padre se encontraba sentado y sin pensarlo metió las manos en los bolsillos de su pantalón.
Terry sabía que no era una coincidencia el que su padre eligiera hablar con él en esos momentos, sabía que lo había desafiado en invertir en una fusión a nivel global en Industrias Grandchester, y entre tantos negocios de su padre, él pensó que no se daría cuenta, sería como arrancar solo un pelo a un gato, pero su visión había sido tan buena que había tenido ganancias estratosféricas haciendo que llegaran las noticias a su padre. Pero lejos de felicitarlo, sabía muy bien que lo reprendería por haber ido en contra de las órdenes que él había dado.
Terry consideró varias posibilidades de que tal vez por primera su padre le dijera que se sentía orgulloso de él, pero en cada opción sacudía la cabeza y sabía que no sería así, primero se extinguiría el mundo antes que escuchar algo alentador de parte de Richard Granchester.
«acaso estás buscando una excusa para salir de aquí» se dijo asimismo y frunció sus cejas al mismo tiempo que aclaraba su garganta.
Hubiese querido muchas veces dejar de cumplir con sus obligaciones y solo desaparecer y ser feliz como lo hiciera su hermano. Terry no era igual que su padre ni como su hermano.
—Buenas tardes Richard —mencionó con una voz seria.
Rondando los sesenta años de edad, Richard Granchester presentaba un aspecto imponente. Su persona no mostraba ninguna señal de fragilidad; sin embargo al volverse a girar la cara de su hijo, este pensó, por primera vez que la vida se va como agua entre las manos y él ya estaba por convertirse en un anciano.
Terry lo observó, hacía dos años que no lo veía y trataba de estar lo más alejado de él, la luz le daba directamente a su rostro, y con claridad observó las líneas profundas que surcaban su frente al igual que en las comisuras de sus labios. Realmente había envejecido en dos años esos pensamiento lo abandonaron en el momento que él hablara.
—Tu hermano está muerto —Terry tomó asiento en la silla de respaldo detrás de él.
Terry con la mirada perdida le daba vueltas en la cabeza las palabras que mencionara su padre, no tenía sentido lo que acababa de decir.
—Yo me encargaré de todo personalmente. ¿Lo comprendes verdad?
Terry hizo un esfuerzo enorme por tratar de controlar todas las emociones, el peso que sentía en el pecho apenas le permitía respirar.
—¿El funeral? —pregunto.
No parecía real que Stear estuviera muerto todo parece tan irreal. Stear era cinco años mayor que él, si él tenía treinta su hermano tendría treinta y cinco. ¡¿Cómo podría morir alguien a los treinta y cinco años?!
—Les hicieron el funeral el mes pasado —creo... respondió su padre con frialdad.
Esas palabras resonaron en la cabeza de Terry.
Llevaba semanas viajando de aquí para allá, cómo era posible que estuviera sin saber que su hermano había fallecido. Sacudió la cabeza. Vinieron a su mente recuerdos de ambos jugando, haciéndose compañía uno al otro, habían vivido tantas cosas como hermanos hasta que Stear se enamorara y deseara seguir sus sueños y corazón. El lo apoyo en todos los sentidos lo sabia feliz, él estaba contento por él, se metió tanto en su trabajo con la inmersión global que fue nulo el contacto con el y aparte era mejor no saber de él, así cuando su padre le preguntara por él, simplemente diría la verdad.
—¡El mes pasado! —volvió a repetir incrédulo ante la noticia.
Su padre le miró y, sin mediar palabras, agarró una botella de whiskey y un vaso sobre una bandeja que tenía encima de la mesita al lado de donde él se encontraba sentado. Echó un líquido ámbar en el vaso y se lo pasó a su hijo.
Terry negó con la cabeza, acaso era la manera de darle consuelo. Su padre era incapaz de dar consuelo; para Richard Grandchester dar cualquier tipo de emoción era una debilidad.
Tomó el vaso en sus manos y preguntó:
—Has dicho ¿les hicieron el funeral?
El sentimiento de pérdida invadía todo su ser apretando su garganta no sería capaz de dar un trago al líquido del vaso. Desde la muerte de su madre se había jurado jamás volver a sentir eso
«eres un estupido acaso la muerte la puedes controlar» escucho una voz decirle al oído.
Y ahora esos sentimientos volvían a cobrar vida nuevamente.
—¿Una mujer estaba con él?
—Su esposa —declaró Richard con énfasis.
Solo había visto a la novia de su hermano una sola vez y eso era hace casi diez años atrás
—¿Acaso era Patricia? ¡¿estás hablando de ella?!
A pesar de que Terry le había rogado que no se marchara, Stear le había dicho que los lazos con su padre eran irreconciliables y que era mejor marcharse.
Era la tónica de su vida, así le había ocurrido siempre: la primera persona en abandonarlo había sido su madre, después, Stear. Una persona que atraía esa clase de sufrimiento debía ser una estúpida, pero Terry no lo era.
Con el paso del tiempo había llegado a la conclusión que estar solo le daba fuerza. No tenía la intención de que nadie jamás lo hiciera sufrir. No buscaba amor. El amor hacia los hombres débiles, vulnerables y estúpidos.
Hasta la fecha no le habia sido dificil evitar el amor, lo mismo le ocorurria con las relaciones sexuales.
El amor no le afectaba pero la lealtad era otra cosa. Su padre nunca le había dado cariño que él recordara, pero si le exigía lealtad a la familia y linaje. Sabía muy bien que en lugar de padre conocía un demonio y exactamente esa tarde había ido a verlo con la esperanza de enfrentarlo y hacerle ver que él tenía visión en la inversiones y era hora de volar formar sus propios negocios y alejarse de él, pero la noticia de Stear cambio todo lo que él imaginara pasaría esa tarde.
La vida de su hermano había sido muy diferente a la de él. Stear había sido un chico brillante por no decir un genio adelantado grados en la escuela; por ser el primogénito había sido presionado para a temprana edad tomar el mando de imperio Grandchester y por lo tanto su padre ya había arreglado un matrimonio de conveniencia, con la única hija y heredera de un linaje de Escocia. Fue entonces cuando su hermano lo había dejado todo para irse a vivir con la mujer que amaba, Stear se enamoró de Patricia desde los quince años en el Internado de Londres, donde los mandara su padre, ambos chicos se habían encontrado una tarde de baile y habían decidido empezar a mensajearse por cartas en un lugar secreto, su hermano le pidió encarecidamente que lo acompañara al baile de primavera de ese año, pero Terry se negó rotundamente. Stear siempre asistía a esa reunión con la esperanza de que tal vez su padre se hiciera presente, pero cada año era lo mismo volvía desilusionado y eso llenaba aún más de coraje y rencor a Terry, hacia su padre.
—¿Nadie te informó de su muerte? Supuse que tenías contacto con tu hermano. ¡Qué clase de hermano eres!
—Lo mismo te podría preguntar yo, a ti Richard —espetó enfadado—. ¡¿Qué clase de padre eres?! Que solo me habla de su hijo mayor ya fallecido.
—¿Cómo te atreves Terrence…?
—Sabes que Richard, no vine aquí por gusto me imaginé me reprenderias por las inversiones que hice en contra de tus órdenes, pero me has dado esta noticia que aún sigo sin asimilar es mejor que me vaya no quiero hablar de nada más —se dió la media vuelta y se encamino a la salida.
—¡No puedes irte! ¡Aún no termino de hablar contigo!
—En estos momentos no necesito un sermón tuyo, estoy lo bastante grandecito para saber que hice bien y que no, con mi hermano. No te queda darme ese tipo de cátedra nunca te has preocupado por nosotros, entre más lejos estuviéramos de ti era mejor, lo tengo muy claro después de la muerte de mi madre nos mandaste a uno de los internados más lujosos de Inglaterra, nunca te hiciste presente, navidad, pascua, festivales, nunca apareciste, él siempre decía: "mi padre vendrá" yo sabía muy bien que no sería así.
Así que por favor no quieras hacerme pensar que sientes algo.
—¡Es que tú no entiendes…!
—Y ni quiero entenderte Richard en estos momentos; se que si en estos años mi hermano estuvo lejos de nosotros y fue feliz valió la pena su vida, hizo lo que amaba.
Para Richard Grandchester escuchar por primera vez a su hijo menor hablarle así era una sorpresa, sabía que era de carácter fuerte como lo había sido su madre, lo audaz en los negocios se lo había demostrado y desde la muerte de Eleanor, es verdad los había alejado de su vida, no quería que lo vieran llorar por la mujer que amaba.
—Ahora yo te pregunto a ti, ¿cómo es que te has enterado de la muerte de mi hermano?
—El abogado de Stear me informó de su muerte. Ah, y la hermana de su mujer ha enviado una carta, escrita a mano —añadió Richard con sorna—. Con una letra casi ilegible.
Terry, con una furia apenas contenida, sacudió la cabeza, Pero también se vio preso de un sentimiento de culpa. Se negaba a reconocer que estaban hablando de un Stear muerto.
—¿Así que lo sabías? —dijo Richard apretando la mandíbula—. Que él estaba casado y nunca se te ocurrió decirme que se había casado con esa chica una tal Patricia —mencionó con desdén.
—¿De qué habría servido? ¡acaso le hubieras dado tu bendición! tu lo odiabas, se lo dejaste muy en claro el dia que se marchó de esta casa.
Más bien yo te pregunto a ti, ¿desde cuando recibiste esa carta y la llamada del abogado? no se te ocurrió que tal vez yo hubiese querido asistir al funeral de mi hermano.
—No, no lo hice, yo se que cortaste todo tipo de relación con tu hermano. Y... tu no eres un hipócrita —Richard arqueo sus cejas con un gesto burlón de desdén ¿verdad?
Terry alzó la cabeza y sus ojos azules profundo se clavaron en el rostro de su padre. El rubor de su cara se hacía presente. «maldita sea, no sigas que no sé de lo que soy capaz» pensó. Sacudió su cabeza como si con ello lograra despertar del sueño en el que se encontraba.
—Stear me contactó hace un año, él quería que nos viéramos, pero por cuestiones de trabajo se fue posponiendo mi encuentro con él.
—¿Entonces no lo viste?
—No, no nos vimos.
Si realmente él hubiera dejado de querer a su hermano como alguna vez lo pensó; sentía tanto dolor en ese momento. El hecho de no verlo y poder hacer un tiempo en su agenda, tomar un vuelo privado y encontrarse con su hermano es algo de lo que se arrepentiría el resto de su vida.
Sabía muy bien que Stear quería una reconciliación con él, pero Terry se había negado.
¿Por qué? ¿Por qué no lo había perdonado por ser feliz? sabía que lo había hecho, porque había querido castigar a Stear. Sintió desprecio por sí mismo, culpabilidad y arrepentimiento.
Apenas empezaba asimilar las cosas dando un trago de whiskey cuando Richard volvió a sorprenderlo.
—El niño…
—¿Que niño? —preguntó Terry.
Continuará...
Última edición por Saadesa el Miér Abr 21, 2021 4:08 pm, editado 2 veces