La Heredera
By Ceci Grandchester.
Capitulo 3 primera parte
Mexican Railway (Estación de Texas)
—Tía Candy!...Quiero un chocolate me he portado bien y me lo prometiste —pedía la pequeña Nancy con un puchero.
—Pero Nancy, todavía tengo que asegurarme que transborden nuestro equipaje y que no olvidemos nada, deja ver si me da tiempo__ dijo Candy ayudándole a subir al vagón y mirando hacia la tienda de dulces con rapidez.
—Por favor Karen, llevalos al vagón dormitorio que nos corresponde, en lo que me aseguro que todo esté en orden y compro el dulce —le pidió la rubia a la institutriz.
Caminando con los niños, Karen se adentro en el tren seguida por el maletero. Minutos más tarde, se escuchaba la tercera llamada para abordar y Candy corría por la plataforma pues el tren ya estaba en marcha pero no podía alcanzar la puerta para subir y este iba cada vez más rápido. Cuando se estaba dando por vencida sintió como la tomaban por la cintura hasta chocar con un pecho firme, era un hombre con traje militar que sosteniéndose de la puerta le había ayudado a subir.
Candy se encontró con unos bellos ojos azules tan profundos como el mar con destellos verdes.
—¡Listo señorita!...Espero disculpe mi atrevimiento —se disculpó .
-Prro era la única manera de que usted subiera al tren —concluyó el hombre con una media sonrisa ladeada al darse cuenta del sonrojo de la chica.
—Agradezco su ayuda, pero… podría soltarme por favor —Candy trataba de alejarse de ése hombre que con tan sólo tocarla le erizó la piel.
—Disculpe, sólo me aseguraba que usted no fuera a caer con el movimiento del tren —respondió él ampliando más su sonrisa y soltando a la chica.
—¿Mi nombre es Terrence y usted es? —se presentó el castaño revelando sólo su nombre.
—Candy...Candice White —corrigió inmediatamente - realmente aprecio su ayuda, pero si me permite —hizo un ademán con su mano para que él le permitiera el paso —debo marcharme ahora —dijo la rubia un poco nerviosa.
—Un placer conocerla y espero no sea la última vez que nos veamos —dijo Terry cediéndole el paso y viendo como se perdía entre las personas que acomodaban su equipaje pero sabiendo hacía donde se dirigía.
Aunque Terrence se negaba a si mismo a aceptarlo, quedó prendado de esa hermosa mujer desde que vió su fotografía y ahora que la había visto en persona, lo impactó aún más. Recordaba muy bien esos ojos de color esmeralda intenso y muy a su pesar también recordó como las mujeres se interesaban en él no sólo por su físico sino por su dinero. Por esa razón decidió poner en práctica un loco plan. Quería conocer a Candy y se tomaría su tiempo para saber si era cierto lo que su tía decía en su carta. Con aquello en mente,se dirigió a su vagón.
Mientras Candy y los niños regresaban del restaurante del tren después de cenar, se econtraron con un hombre que trataba de entrar en su dormitorio.
— ¿¡ Que hace!?... Este es nuestro dormitorio —gritó Jimmy .
El hombre los miró confuso pero al reconocer a la rubia sonrió.
— ¡Buenas noches!, es un placer volver a verla señorita White o ¿debo decir señora White? — preguntó mirando de manera sujestiva a los niños.
—Señorita —aclaró Candy mirándolo a los ojos —los niños son mis sobrinos, hijos de mi difunta hermana... pero.. ¿que hace usted aqui?.
—Salí con la intención de fumar un cigarrillo pero tontamente los olvidé en mi dormitorio, regresé a buscarlos y tal parece que me equivoqué de puerta —esbozó una leve sonrisa —la mia es la siguiente, disculpen —dijo dándose la media vuelta para retirarse.
—¿Usted es un soldado?__ Preguntó Él pequeño Jimmy de manera curioso y emocionado... ¿conoce a tía Candy?
Él se detuvo, volviéndose para responder.
—Mi nombre es Terrence, soy un Capitan retirado —se presentó ante el pequeño curioso —y no, tu tia y yo no tenemos el gusto de conocernos, solo nos vinos por casualidad cuando abordábamos.
—Yo soy Jimmy —respondió el niño emocionado —si eres amigo de mi tía eres amigo mio entonces —mostró sus pequños dientes —¿me puedes contar historias de las batallas donde estuviste?
Terry sonrió. Era mas que evidente que el niño había asumido la palabra “conocidos”, era igual que decir “amigos”
—Bueno, aún no somos amigos, pero si ella me lo permite podríamos serlo —le respondió Terry a Jimmy —en cuanto a contarte historias sobre las batallas en las que estuve, lo haré con gusto, siempre y cuando tu tía de su autorización, podriamos vernos a la hora del almuerzo — dijo mirando sugerente a Candy.
—Di que si Tia Candy —rogó el niño tirando de la tela de su falda.
—Ya veremos —respondió Candy.
—En ese caso, paso a retirarme —dijo Terry mirando su reloj de mano —se me ha hecho tarde. Buenas noches —se despidió.
—Buenas noches señor —respondió Candy unos segundos despues.
—Terrence!.., señorita White —dijo deteniéndose frente a su puerta —Mi nombre es Terrence, pero puede llamarme Terry como lo hacen mis amigos los cuales puedo contar con los dedos de mi mano —alzó su mano derecha en tanto sonreía ampliamente y acto seguido, ingresó a su privado.
Karen observó a Candy que se había quedado con cara de poker.
—Yo también quiero ir con Jimmy a escuchar las historias del señor tia Candy —dijo Nancy entre bostezos.
—Ya veremos —respondió Candy sin apartar la mirada de la puerta de enseguida —Por ahora es mejor que vayamos a dormir.
--Por tu sonrisa --comenzó a decir Albert --deduzco que tu plan funcionó.
--Que bien me conoces --respondió el castaño con una sonrisa ladeada --y creo que seguiré tu consejo.
--Te refieres a los niños?
Asintió. --Tenias razón cuando me dijiste que lo pensara bien, que ellos me ayudarían a acercarme a ella... y tu amigo mi, vas a ayudarme.
--Que debo hacer?
--Nada en especial, solo debes acompañarme durante el desayuno, así que prepárate --dijo Terry pensativo.
--¿Que tramas Grandchester? --se preguntó para si Albert al ver que su amigo tomaba sus cigarrillos y salia una vez más --¡que Dios se apiade de mi!
*********
Candy se dirigía al vagon restaurant donde la esperaban Karen y los niños. El vaivén del tren hizo que tropezará y antes de caer se topó con un pecho amplio y fuerte. Un fresco aroma lavanda inundó sus fosas nasales. Alzó su rostro y se encontró con una hermosa mirada de un azul profundo y una sonrisa que esta vez, estaba impregnada de cierta ternura.
-- Me parece que estoy destinado a salvarla de sus caidas mi señorita -- dijo con un destello en sus ojos.
--¿Otra vez usted señor?-- dijo la rubia con el ceño fruncido. Tal parecía que aquel sujeto pretendia aparecerse hasta en la sopa.
--Creó que después de todo lo que hemos pasado ya podemos tutearnos --respondió Terry amablemente.
--Agradezco su ayuda --respondió Candy --pero no me parece correcto tutearlo.
--¿Po que no?, que se lo impide?
--Estoy comprometida --respondió la joven la rubia dándose media vuelta y alejándose de él.
El semblante del castaño se torno serio ante sus palabras.
--Si yo fuera su novio no la dejaría sola ni un solo instante.
--Eh! --se giró sobresaltada la rubia al escuchar otra voz masculina.
--¿Y usted, quien es?
--Disculpe mi entromision , mi nombre es Albert Ardley, amigo y socio de Terry, y.. --no pudo completar la frase ya que cuando tuvo frente a él a la muchacha, pudo contemplar con detenimiento.
《Esos ojos》 --pensó en tanto, dulces recuerdos invadían su mente.
Continuara....
Última edición por Cecilia Lagunes el Sáb Abr 24, 2021 9:41 pm, editado 1 vez (Razón : Titulo)