RENUNCIO A TI.
By Lady Flowers
Capítulo 5.
By Lady Flowers
Capítulo 5.
Candice White era una joven huérfana nacida y criada en Indiana. El Hogar de Pony fue el único hogar que conoció desde que fue abandonada con apenas días de nacida, el hospicio era dirigido por La Srta.Pony y la Hermana María y en el mismo instante de recogerla se convirtieron en sus madres de la misma manera que lo eran de todos los niños que se encontraban en iguales condiciones. Candy como la llamaban cariñosamente era una niña juguetona, cariñosa, bondadosa , ocurrente , divertida, algo curiosa y un tanto masculina trepaba árboles, montaba caballo sin montura, y no había nadie que le ganará con el lazo. Le gustaba participar en todas las actividades del hospicio. A diferencia de lo que sus madres pensaban nadie se interesó en adoptarla, la chica veía como muchos niños y niñas llegaban y eran adoptados pero ella siempre seguía ahí, tampoco era algo que le molestara ella era sumamente feliz en aquel lugar.
Luego de alcanzar el límite de edad para permanecer en el hospicio sus madre le pidieron que formara parte del personal cosa que Candy recibió con agrado amaba ese lugar y amaba a sus madres.
Candy colaboraba en todas las actividades, ambas mujeres y la joven no se daban abasto para todo las tareas que tenían que hacer, niños llegaban y se iban , Candy ordeñaba vacas, se ocupaba personalmente del pequeño huerto, cortaba pasto, enseñaba a leer a los niños, sus madres estaban muy orgullosas de ella, pero por más que la quisiera no podían permitir que aquel lugar se convirtiera en el hogar permanente de Candy, ella debería salir de ahí como diera lugar. La señorita Pony se había dado cuenta de las facultades que la rubia ojos verdes tenía y que trabajaba muy bien cuando debía de cuidar a algunos de los pequeños cuando enfermaban o tenía un accidente. Le propuso a la joven que si ella lograba que una antigua amiga le consiguiera un cupo en la escuela de enfermería en Chicago ella asistiría y una vez estando allá si no le gustaba se podía regresar al Hogar de Pony y Candy gustosa acepto.
Maleta en mano y con gran nerviosismo Candice White llegó a Chicago directo a la escuela de enfermería, todo era nuevo para ella, pero tenía todas las ganas y la disposición de aprender, compartía su habitación con Flamie Hamilton, una alumna muy avanzada y totalmente comprometida con la profesión y que por alguna razón no sentía simpatía por Candy al igual que otras compañeras que no soportaban como los pacientes preferían que una simple estudiante venida del campo los atendieran.
Fueron muchas las jugarretas que las compañeras le hacían a Candy como darle mal la dirección de algún salón de clases o enviarla a pisos del hospital que no eran utilizados.
Pronto estalló la guerra en Europa y Candy junto a cuatro estudiante más fueron escogidas para ir Nueva York y recibir clases de técnicas quirúrgicas avanzadas. A pesar de todo lo distraída y algo torpe que era, Candy se tomó muy en serio sus estudios realmente amaba la carrera de enfermería así se lo hizo saber a sus madres en las cartas que les enviaba regularmente.
Al finalizar una de sus clases de técnicas quirúrgicas una pinza Judo-Allis, se dio por perdida apareciendo extrañamente debajo del colchón de la cama de la rubia. Si no hubiese sido por la intervención de la Directora Jane dando su palabra de que la estudiante jamás haría semejante barbaridad Candy no solo hubiese sido expulsada del hospital sino también de la carrera de enfermería.
Se le permitió continuar estudiando pero ya no pernoctaría en las habitaciones del hospital , ella tenía que encontrar y costear un lugar donde vivir.
Los pocos ahorros que tenía la rubia era el dinero que la Hermana María y la Srta. Pony le enviaban cada dos meses, Candy a pesar que era una chica fuerte, valiente y siempre optimista se sentía derrotada no tenía la menor idea de dónde buscar un lugar donde vivir desde que llegó a Nueva York eran muy pocas las veces que había salido del hospital.
Sentada junto a su pequeña maleta en un banco cercano al hospital Candy se sentía perdida no quería dejar de estudiar, amaba esa carreras, lágrimas de impotencia y miedo brotaron de sus ojos, cuando estaba por levantarse vio como ante ella una imponente figura femenina caía de rodillas, vio su rubio cabello cuando el pequeño tocado se deslizaba por su cabeza y cayó el acera. La enfermera se levantó lo más rápido que pudo y fue al auxilio de la dama. Mientras la ayudaba a reincorporaba los ojos de Candy se abrieron como plato al ver frente a ella el hermoso rostro de la actriz de teatro Eleanor Baker.
CONTINUARA.
GRACIAS POR LEER.