Capítulo 9 Final - Por Siempre
Narrado por Terry
- ¿Pero cómo pasó? Si todas las veces que lo hicimos, terminaste afuera - me pregunta con consternación, y ya bastante informada, entre varias charlas que hemos tenido, el Kama Sutra de Lolita y los libros de medicina que ha estado leyendo, ya es toda una experta en el arte de amar.
- Todas las veces, menos la primera - le respondo pausadamente.
- Oh, sí es... yo no sabía que así se hacían los bebés- me dice mientras se tapa la cara con ambas manos.
- Pecosa fue mi culpa, cuando quise quitarme, me apretaste tanto que no pude contenerme - nos miramos profundamente, mientras mi miembro ya ha despertado por recordar esa entrega, definitivamente tengo una obsesión por ella.
- Por favor no te culpes, fuimos los dos - esto puede salir maravillosamente bien o terriblemente mal, espero que sea lo primero, la abrazo a mi cuerpo, mientras ella me aprieta fuertemente.
- Vamos a tener un hijo, mitad Pecosita y mitad arrogante - le digo para relajar el momento, ella se ríe suavemente - No te preocupes yo solucionaré esto -
- No quiero que te sientas obligado a casarte conmigo -
- ¿Obligación? - me río - En serio, aún no te imaginas cuanto te amo, casarme contigo es lo que más he querido en mi vida - ella me sonríe - Así que Señorita Pecosa - le digo mientras tomo su rostro para que me mire a los ojos - ¿Quieres casarte conmigo? - ella asiente, así que le dio un suave y casto beso en los labios, mientras mi mundo ahora se ha vuelto casi perfecto.
- Prometo hacerte muy feliz -
- Ya lo haces desde el día que te conocí - ella suspira.
- No quiero que nos separen - me dice con voz entrecortada.
- Nadie nos separará, por casarme contigo renunciaría a todo lo que tengo y más ahora que llevas un hijo mío en tu vientre - la beso en el cabello y ella levanta el rostro para mirarme.
- Te amo Terry, yo también renunciaría a todo por estar contigo- sonrío aunque con una intensa preocupación dentro de mi pecho. De repente se abre la puerta de la clase y ella se suelta rápidamente de mi abrazo ante la mirada de furiosa de la religiosa.
- ¿Para hacer esta desfatachez viene a buscar a Candice?- pregunta la Hermana exclamando, si supiera todo lo que hemos hecho este mes, agradecería que solamente la esté abrazando.
- Hermana le acabo de anunciar que estamos comprometidos en matrimonio, mínimo nos debíamos un abrazo - la hermana mira a Candy y luego me mira entrecerrando los ojos.
- ¿Es en serio Terence? ¿O es una de tus locas excusas? -
- Es cierto Hermana -
- En ese caso felicidades, ven Candice - ella la llama para que se pare en la puerta - Niñas, un aplauso para Candice que ya es una mujer comprometida, su misión en la vida ha sido cumplida y de qué manera, será la próxima Duquesa de Grandchester- la Pecosa me mira con ojos muy abiertos, mientras le guiño el ojo y escucho los aplausos hipócritas de sus compañeras, todas deben estar de duelo porque el mejor partido del colegio, o sea yo, está oficialmente fuera de circulación.
Me dirijo inmediatamente al Castillo Grandchester, esperando que el Duque esté ahí, cuando llego está sentado relajadamente en el jardín leyendo el periódico.
- Duque - le digo cuando me coloco a su lado.
- Buenos días padre, sería el saludo correcto, aunque dadas las circunstancias nada lo es, considerando que te has vuelto a escapar del colegio-
- Necesito casarme con Candice lo antes posible - él deja el periódico sobre la mesa y me mira atentamente.
- Dime que no la embarazaste- me quedo callado sosteniéndole la mirada - ¡Maldición Terence! Te podías fornicar a la colección de prostitutas que tiene Graham en su castillo ¿Porqué elegir una niña virgen de buena familia para satisfacerte? -
- La quiero conmigo, como mi esposa, no es solo satisfacción -
- He intentado ayudarte, pero es casi imposible que te puedas casar con ella -
- Si no permite nuestra unión renunciaré a mi título, pero mi hijo no será un bastardo y tampoco permitiré que tenga la misma vida triste que tuve lejos de mi madre - el Duque cierra los ojos y se aprieta la sien.
- Aunque nunca me creas, cada decisión que he tomado fue pensando en tu bienestar -
- Sí, como casarse con una bruja que maltrataba a su hijo - ahora que soy casi un adulto entiendo los oscuros sentimientos de la Ducerda para agredir de esa manera a un niño, nunca permitiría que mi hijo pasara por semejante sufrimiento, ni yo me ataría a una despreciable mujer solo por mantener un estúpido título.
- La escogieron como mi esposa desde que nací, no tenía otra opción-
- Lo que yo viví ya no importa, ahora todo lo que me importa es ella, necesito protegerla y para eso debemos casarnos lo antes posible-
- Me ha llevado mucho tiempo y dinero resolver la extraña maraña de situaciones en la que están envueltos los orígenes de esa señorita, pero ya tengo evidencias claras, aunque aún no la hacen una digna candidata para que la desposes -
- Hable de una buena vez - le digo impaciente.
- Esa niña, es muy probable que sí sea una Ardlay - de repente una pequeña llama de esperanza se enciende en mi interior- mis detectives tienen evidencias de que Candice es hija de Rose Marie Ardlay, la hermana... -
- De Albert, la mamá de Anthony - interrumpo, ahora tendría mucha lógica la gran similitud entre Albert, Anthony, Candy y su mamá, recuerdo que cuando se bajó del barco, el Principito hasta la llamó mamá con cara de hipnotizado.
- Sí y si fuera una legítima hija del Capitán Brown no habría problema pero... -
- Pero es una bastarda como yo -
- ¡Terence! ¡Por favor! Sabía que ibas a ser un mal agradecido después de todo lo que he hecho para obtener esta información, pero déjame hablar - asiento exhalando profundo - Rose Marie Ardlay murió en mayo de 1898, el nacimiento aproximado de Candice es mayo de 1898, cuando ella murió, el Señor Vincent Brown tenía once meses en alta mar, según los datos del barco del que en esa época él era el capitán. La servidumbre de los Ardlay en esos años, mencionan que la Señora tuvo una enfermedad contagiosa durante cinco meses, por lo que nadie de su familia, solo una enfermera y un doctor tenían contacto con ella-
- ¿Y dónde está ese doctor? -
- Lo encontraron y lo lograron sobornar, terminó confesando que efectivamente la Señora Brown estaba embarazada y dio a luz a una niña, pero aseguró que desconoce el destino de la bebé y la enfermera tampoco tiene ninguna pista, lo único que dijeron es que era una bebé rubia y que lloró desconsoladamente al nacer, así que se la llevaron rápidamente- cuando termina de hablar me recorre un escalofrío por el cuerpo, si yo fui víctima de la maldad siendo un niño, no podría describir con palabras lo que le han hecho a mi Pecosa - luego la Señora Brown murió por complicaciones del parto, aunque ya sufría de otra enfermedad que nunca lograron descubrir -
- Entonces si ella es una Ardlay, heredera de una de las fortunas más grandes del mundo, debería ser suficiente para poder desposarla -
- No, te lo acabo de decir, ella no es una hija legítima -
- ¡Maldición, cuantas estupideces! -
- Le envié toda la información al Señor William hace unos días -
- ¿Y a mí? ¿No se le ocurrió que yo debería saber todo esto? ¿Cuándo me lo pensaba decir? -
- El Señor Ardlay me pidió tiempo -
- Yo no tengo tiempo, debo casarme con ella pronto, antes que puedan sacar cuentas del nacimiento del bebé - cuando termino de hablar ya estoy saliendo por el portal de narcisos.
- Ojalá yo hubiera tenido tu valor, hijo - escucho a mi padre decir a lo lejos y me voy en mi auto hacia el Zoológico Blue River.
Corro por la entrada y llego al pequeño estudio donde me comentó Anthony que trabaja Albert, abro la puerta rápidamente y me quedo frío observando la escena, en la mesa están sentados Albert, Vicent Brown y George Villers, en un ambiente bastante tenso.
- Terry, adelante - me dice Albert con su usual sonrisa, ahora comprendo muchas cosas, la calidez de mi Pecosa, sentirme tan bien con Anthony y con Albert, ellos tienen algo que me inspira confianza, como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo.
- Lamento interrumpir, pero necesito hablar de algo muy importante-
- Probablemente también tenga que ver con nuestra pequeña reunión- Albert me hala una silla y me invita a sentarme, así que me acerco, saludo a todos con el usual formalismo y me siento. El Señor Brown y George se ven bastante tensos y me arrepiento de no decirle a Albert que la conversación la necesitaba en privado - Te preguntarás de qué estamos hablando que tiene que ver contigo -
- Lo sospecho-
- ¿En serio quieres casarte con Candy y Candy contigo? - me pregunta Albert seriamente.
- Sí -
- Eso es lo que estamos tratando de hacer aquí Terry, esa dulce niña que quieres como esposa, merece ser feliz - asiento - hay unos por menores que estamos discutiendo pero ya tenemos la confirmación de que Candy es la hija de mi difunta hermana y su padre es - él mira atentamente a George, mientras el Señor Brown bufa y se cruza de brazos reclinandose en la silla.
- Yo soy el padre biológico de Candy - dice George con su usual formalismo, cuando levanto la mirada logro observar detenidamente a los tres hombres en la mesa, parece que por poco me perdí de una acalorada discusión y de unos cuantos golpes, se ven lastimados pero con resoluciones en mente.
- Acabamos de descubrir lo terriblemente responsables que somos, en todo lo que ha tenido que vivir Candy a lo largo de su vida y estamos dispuestos a enmendarlo en honor a la memoria de mi querida hermana, así que aunque George es su legítimo padre, el Señor Brown está dispuesto a legalizarla como su hija, para que no tengas impedimentos para desposarla - asiento aliviado llenándome de una felicidad indescriptible.
- Yo solamente tengo una pregunta antes de aceptar - dice el Señor Brown seriamente, supuse que esto no podría ser tan fácil- ¿Porqué tienes tanta prisa en casarte? Pueden esperar este año para que termines la secundaria junto a Anthony - y de repente estoy frente a tres hombres, a los tres padres y protectores de Candy y debo confesar que la he embarazado y mucho.
Me aclaro la garganta, pero la puerta se abre de un golpe y aparece mi Pecosa ¿con una tortuga?
- Hola, disculpen que entre sin avisar, pero venía para acá y escuché lo último que dijeron -
- Pequeña ¿Qué tanto escuchaste? - pregunta Albert con mucho tacto.
- ¿Qué porqué nos casamos tan rápido? - todos sueltan la respiración, menos yo.
- Yo lo haré Pecosa - le dijo tajantemente.
- No, lo haremos juntos- ella me toma la mano y me mira con la seguridad que estoy muy lejos de tener - Terry y yo... -
- Vamos a tener un bebé - digo rápidamente, de repente todos se levantan de la mesa bruscamente y me pongo en guardia.
- ¿Cómo te atreviste a ponerle una mano encima? - exclama George muy molesto.
- Eso me pregunto yo, pero con mi esposa- dice el Señor Brown y los golpes que venían hacia mí comienzan a caer sobre George, Albert y yo tratamos de separarlos, pero George se vuelve y me golpea directo en la cara, de repente todo se vuelve una batalla campal todos contra todos, hasta que Candy chifla.
- ¡Muy bien, vamos golpéense, más duro!- todos nos detenemos y la miramos incrédulos- ¡Vamos sigan peleando, demuestre quién tiene la razón a los golpes! ¡Sigan!-
- Pecosa- le digo sorprendido.
- Tendremos un bebé, ya no hay como revertirlo, soy culpable también de esto, yo lo busqué en su habitación y lo seduje para hacer el amor - todos se quedan callados y quietos ante semejante declaración, pero por supuesto que no puedo permitir que tome toda la responsabilidad.
- Yo fui el que te seduje -
- Pero esa noche yo te busqué- ya no insisto parece que con cada cosa que dice todo se pone más incómodo.
Todos se sientan en la mesa, mientras que Albert saca una botella de Whisky.
- Candy tiene razón, no hay como revertir esto, así que no queda más que celebrar por el nuevo bebé - él pone varios vasos y sirve el licor, mientras Candy se sirve un vaso de agua.
- ¡Salud! - exclama el papá de Anthony y comenzamos a beber, al tercer trago ya todos están más relajados - Quiero decir algo frente a todos - dice mirando al suelo - Aunque te quiera odiar por lo que hiciste, me alegro que me regresaras un poco de mi Rose en Candy - de repente todos comienzan a toser, será posible que ya esté alcoholizado y que no se acuerde que Candy aún no lo sabe.
- ¿Yo, Rose? ¿De qué habla? - pero interfiere George que es el más afectado con la noticia.
- Ya se lo conté y lo lamento, nos habíamos pasado de copas en la fiesta de la Señora Elroy, la acompañé a su habitación y una cosa llevó a la otra, pero Rose lo amaba mucho, estuvo muy arrepentida después de que sucedió - Candy me mira expectante no entiende nada pero probablemente lo esté sospechando. Ellos se dan la mano, pero Vicent lo hala y le palmea la espalda.
- Ahora tengo la hija que tanto quise -
- Parece que hay una larga charla que le deben a Candy - dice Albert, mientras se acerca a mi Pecosa.
- ¡Oh sí, lo siento! - exclama el Señor Brown dándose al fin cuenta de su indiscreción.
- Es mejor que esperemos afuera Terry - esa tarde ella conoció sus orígenes, era una verdadera Ardlay y el destino la hizo encontrarse con su familia desde muy pequeña, los implicados en llevarla al orfanato pagarían las consecuencias, Albert ya tenía muy claro quiénes eran las culpables, parece que también son parte de la familia y por evitar un escándalo que perjudicara a la estúpida reputación de su honorable familia, se atrevieron a abandonar a una niña en un orfanato.
Mi Pecosa lo tomo bastante bien, aunque después de muchas lágrimas, luego increíblemente dijo que perdonaba y hasta agradecía que esas personas la hayan abandonado en el orfanato más lindo del mundo.
Y ahora aquí estoy, un mes después, parado en el altar, viendo a un ángel, a mi ángel acercarse vestida de blanco.
Estamos en la capilla del Castillo Grandchester, en una pequeña pero muy presuntuosa boda de la que no tuvimos voz y voto en su organización, pero realmente eso no nos importó, lo único importante para nosotros era casarnos.
El Señor Vincent me entrega a mi dulce amor, a la niña que cambió mi vida aquella noche donde me sentía perdido, ella que con una sola mirada había atravesado mi alma y mi corazón y me había dado razones de sobra para vivir, la que me enseñó que era el amor y la pasión, porque solo bastó una palabra de su boca para hacerme esclavo de su vida.
Levanto el velo me cubre su cara y miro unas pequeñas lágrimas resbalar por sus mejillas, ella me toca el rostro con sus suaves dedos y limpia las lágrimas que ni siquiera sabía que también derramaba.
- Eres mi sueño cumplido - le digo al oído.
- Te amaré por siempre esposo mío -
Fin
Muchas gracias a Biblioteca Grandchester por hacerme parte de "Las Rebeldes del Saint Paul" en esta gran experiencia de la Guerra de Florida 2021.
Esta historia tendrá un epílogo, que se publicará en Wattpad, en mayo o junio después de la sorpresa que les tengo para el cumpleaños de Candy, el final de "Tu Armónica" y el Epílogo de "Pittsburgh".
Gracias por el apoyo