Terry, por su parte, se sintió sorprendido, pero rápidamente se recuperó y tomó ventaja de la situación, así que, tomándola por la cintura, la pego a él haciéndole sentir lo mucho que lo excitaba tenerla cerca, besó sus labios con pasión, incluso con mas desenfreno de como lo hiciera minutos antes cumpliendo el reto.
Suavemente la condujo hacia un árbol y la arrinconó contra él donde, lentamente, fue recorriendo sus muslos y su piel tersa haciéndola jadear de placer, algo desconocido para ella hasta ahora. Dejando sus labios, fue descendiendo, dejando besos por su mentón y llegando a su delicado cuello, estremeciéndola, tanto que Candy tuvo que sostenerse de sus hombros para no perder el equilibrio, ya que sus piernas comenzaron a flaquear. Subiendo nuevamente llegó hasta su oído y con voz ronca y sensual dijo:
—Vamos pecosa, procura ser mas silenciosa no quieres que nadie nos descubra ¿Verdad?
Con el rubor en sus mejillas, tanto por la vergüenza como por la excitación, Candy tomó la iniciativa y volvió a besar a Terry con todo el desenfreno que el momento le brindaba.
Ambos se prodigaban caricias y besos, descubriendo un poco más esa pasión escondida entre ambos. Inmersos en su mundo no se dieron cuenta que dentro de los arbustos unas divertidas Ella y Chianella sonreían y veían cómo Terry se llevaba cargada a Candy y poco a poco se introducían mas en el bosque.
—Tarea cumplida, Chianella —decía una curiosa Ella, tratando de ver hasta donde iban Candy y Terry.
—Si Ella, volvamos a ver que más encontramos por ahí —dijo Chianella conduciéndose hacia el otro lado, por el sendero que habían tomado Archie y su grupo de búsqueda.
—¿Y si los seguimos? Podemos ver si Terry bombón cumple su sueño.
—¡Noooooo! ¡Déjalos! Ellos necesitan privacidad —respondió Chianella jalándola para seguir su camino.
Aun mirando hacia atrás, a la escena que desplegaban Candy y Terry, una agitada y encendida Ella pensaba cómo poder escabullirse y poder seguir su diversión.
En otra parte, del bosque Archie, estaba realmente en la gloria mientras veía como Didi sobaba sus pechos en su rostro, subiendo a horcajadas encima de él y moviendo sus caderas haciendo fricción contra su miembro que estaba de nuevo en la jugada.
—¿Pero que tenemos aquí? —decía una impaciente Didi— Me encanta lo rápido que te enciendes, guapo.
—Esto lo hacen ustedes, hermosas —decía Archie con todo el despliegue de galantería que poseía.
—Vamos déjame saborear tus labios, esos que son un pecado no probar —decía T.G. relamiéndose y mordiendo su labio inferior.
Besando apasionadamente los labios de Archie, T.G. gemía y se restregaba, más aún cuando Archie comenzó a amasar sus senos descubiertos y a jugar con sus pezones, torturándola y haciéndola tocar el cielo con su toque.
Lolita, que estaba aun en la manta sobre el suelo, se percató que alguien se acercab, y justo cuando Didi iba a empezar a disfrutar de Archie, dijo, asustando a todas
—¡¿Quién anda ahí?!
Las chicas comenzaron a ponerse sus uniformes a toda prisa, al igual que Archie comenzó a subirse los pantalones, cuando voltearon a la dirección que Lolita veía, se quedaron sin palabras.
Mientras tanto Ella y Chianella caminaban y caminaban, pero no podían ver bien hacia dónde las conducía el sendero que habían tomado. Luego de unos minutos en el limbo, Ella notó luces provenientes de una vieja construcción, y viendo sombras y movimiento, le hizo señales a Chianella para ir a ver de qué se trataba.
Sorpresa fue para ellas al llegar y ver cómo dos chicas semidesnudas acariciaban a un acalorado y rojizo Stear. No lograron distinguir de quiénes se trataban, pero lo que sí notaron fue a una tímida Patty observando la escena y… ¡TOCÁNDOSE!
De la conmoción Ella dio unos pasos atrás chocando con algo, o alguien, que al notar que iba a gritar le tapó la boca rápidamente.
–Cálmate Ella,soy yo – dijo Neal mientras la sujetaba fuertemente – No grites, el plan salió tal como lo acordamos, Eliza y yo hemos cumplido, ahora les toca a ustedes cumplir con su parte del trato.
–Déjate de idioteces – le respondió Chianella dándole una mirada retadora – Ustedes tenían una cuenta que saldar con Candy después de todo el daño que le causaron cuando vivió en su casa, así que no hay nada que pagar.
Ella aprovechó el descuido de Neal para darle un fuerte pisotón, haciendo que él la soltara de inmediato.
–¿De verdad pensaste que te darías una noche de placer con todas nosotras? ¡Pobre ingenuo! – decía Ella mientras reía irónicamente – Solo fuiste un títere al que utilizamos con mucha astucia, ya puedes irte a llorar a tu habitación.
Neal les dirigió una mirada llena de odio, apretó los puños y les dijo – ¡Me vengaré, zorras! – y se marchó.
En lo profundo del bosque, dos jóvenes enamorados empezaron a aumentar la intensidad de sus besos y caricias, pero se detuvieron al escuchar unas voces y decidieron ver que era lo que sucedía.
—¿Qué haces aquí gatita? – dijo muy avergonzado Archie mientras veía a Candy voltearse rápidamente al ser descubierto en una memorable escena.
—¿Pero qué tenemos aquí? – dijo Terry mientras les dirigía una mirada a sus despeinadas amigas – Me lo esperaba de todas, menos de ti Cornwell, y al parecer mi prima fue la primera y te interrumpimos con las otras dos.
Terry soltó una carcajada y pensó - “no pude encontrar mejores amigas que estas rebeldes”…
POV FELÍCITY
—¡Felicity! ¡Felicity! ¡Despierta! Te quedaste dormida – por un momento sentí que mi cabeza me iba a explotar al oír los gritos de Pashca.
—¿Qué sucedió? – le dije con voz adormitada.
—Bebimos demasiado – me respondió, miré a mi alrededor y todas las chicas estaban dormidas, regadas por todo el establo
—¿Entonces todo fue un sueño? ¿Archie y las chicas? ¿Stear y…? —Le pregunté a Pashca mientras frotaba mis ojos para poder ver mejor.
—No sé de qué hablas Felicity, ayer, mientras Terry y Candy se daban su primer beso lujurioso, Amethyst entró con dos botellas más de licor y la fiesta empezó, todas bebimos hasta olvidar nuestros nombres, una a una se fueron quedando dormidas como puedes observar.
Pashca tenía razón, todas estaban aquí, empecé a reír por aquel sueño tan morboso que tuve, “hasta podría escribir una historia con mi gran imaginación, tal vez debería llamarlo Corazones Ardientes o Proposición Indecorosa”, pensé.
Volví a mirar a mi alrededor y vi la más tierna imagen en medio de tanto descontrol, Candy dormía plácidamente en los brazos de Terry, sentí ganas de llorar de felicidad. Pero también noté que no estaban los hermanos Cornwell y una de las rebeldes
- ¿Dónde están Archie, Stear y Amethyst?
En los labios de Pashca se dibujó una sonrisa traviesa, me hizo una señal para bajar la voz y dijo en un susurro:
– Stear y Amethyst se fueron al bosque a pasarla bien un rato, de seguro se quedaron por ahí.
—¿Y… Archie? —Pregunté dudando de querer saber la respuesta
– Bueno… Tú sabes que él siempre me gustó, así que aproveché mis curvas para atraerlo como abeja a la miel y pasamos unas horas muy intensas de placer, me está esperando afuera para continuar en su habitación.
– Demasiada información amiga. —Le dije mientras imaginaba esa escena.
De pronto, Archie entró velozmente al establo y nos dijo:
—La hermana Gray viene acompañada de otras monjas, Eliza y Neal ¡Estamos perdidos!
FIN POV
Felícity, quien se encontraba todavía bajo los efectos del whiskey consumido durante toda la noche, respiró profundo, concentró toda su energía y se armó de valor para fraguar un último plan y sacar a todos los rebeldes de este enredo.
Con una rapidez inimaginable, digna de una heroína, como sólo ella puede ser capaz de desarrollar, caminó hacia un aterrorizado Archie, quien parecía que en cualquier momento saldría huyendo del lugar.
—¡Lo tengo! —Gritó, haciendo que Archie y Pashca saltaran por la sorpresa.
El plan consistía en sacar a todos por la parte trasera del establo, afortunadamente había unas tablas en la parte inferior de la pared las cuales sólo se sostenían por el heno de Theodora. Gracias al buen ojo observador de Amethyst que notó este detalle cuando se encontraba preparando el lugar para la fiesta, jamás pensó que ese descubrimiento sería su salvación; bueno… eso si logran salir todos antes de que la hermana Gray y compañía entraran al establo.
“Amethyst”, pensó Felícity para sus adentros… Ya habría tiempo de descubrir el paradero de ella y Stear, ahora necesitaba a todos los chicos fuera de ese lugar.
En un santiamén todos los rebeldes estaban despiertos, y por más que se esforzaban en poner atención y acatar las órdenes de Felícity, la nube gris de confundidos pensamientos no los dejaba coordinar del todo sus extremidades; al fondo del recinto podíamos escuchar a Didi, Astrid y Lolita enfrascadas en una discusión por un misterioso pene que se descubrieron dibujado en sus respectivos brazos
—¡Sólo espero no sea permanente!
Les gritaba una aturdida Ella, quien se encontraba recostada en la parte más alta de un estante; TG caminaba perdida, como en trance, hablaba mucho pero no se le entendía nada. Lady Ardlay y Chianella peleaban por una pequeña botella estilo victoriano que, según ellas, contenía agua proveniente de la fuente de la eterna juventud; a un costado Terry, quien dada su experiencia con el alcohol se miraba tan fresco como una lechuga, sostenía a una Candy con la cara roja a punto de vomitar; mientras que Marishka Vamp, con una cubeta en la cabeza, gritaba que esta vez los extraterrestres no adivinarían su plan.
La escena de verdad era digna de ser admirada, pero desafortunadamente no había tiempo para eso, Archie, Felícity, Pashca y Terry guardaron en sus cabezas esas imágenes tan memorables que tal vez algún día les servirían para algo…
A como pudieron, lograron recoger toda evidencia que los pudiera delatar, sacar a empujones a todos los chicos y escabullirse en la oscuridad de la noche confundiéndose con los espesos árboles.
Cuando todos se sintieron fuera de peligro, se detuvieron y, sin poder evitarlo, soltaron unas sonoras carcajadas ¡No podían creer lo que les acaba de ocurrir! El único lamento era no poder estar presente y ver la cara de sorpresa de los hermanitos Leagan cuando encontraran el establo vacío y en impecables condiciones. Se morían por saber que pasaría con ellos.
Mientras tanto…
En un lugar no muy lejano, como sacado de un cuento, bien resguardado por frondosos árboles de espeso follaje, montada en un majestuoso roble, se encontraba “La casita de la felicidad” como ellos la llamaron; diseñada y decorada por Amethyst, construida con material reciclable a base de madera extraída de un viejo granero abandonado.
La pequeña casita contaba con una fuente de energía renovable para su uso exclusivo, y todo esto gracias al maravilloso ingenio que poseía Stear, sin duda alguna tendría un futuro deslumbrante.
Coincidieron en ese lugar en varias ocasiones y se volvió el escondite perfecto para intercambiar interesantes conversaciones, puntos de vistas sobre arte, invenciones, argumentos sobre extraterrestres, mundos paralelos, etc., etc., y… ¿Por qué no? Hablar de su rutina cotidiana.
Era obvio que Amethyst se sentía atraída por la sencillez y creatividad de Stear, y aunque a él, ella no le era indiferente, decidieron cortar por lo sano y continuar esta relación sólo como una bella amistad, pero a nadie podrían negar que, por un tiempo, intercambiaron más de lo que las normas de una relación púdica de amistad pueden permitir.
Se disponían a bajar, cuando una serie de ruidos provenientes de afuera los tomó por sorpresa…
—¡Terry! —Gritaron ambos al mismo tiempo, quien estaba parado con su singular sonrisa de lado y esa finta de engreído inglés que siempre lo acompañaba.
—¡Lamento mucho la interrupción tortolitos! —Gritó desde abajo. —Pero ya casi amanece y necesitamos regresar al colegio, además sucedió algo inesperado, ya les contaremos.
Detrás de él apareció un grupo de chicas, que más que chicas parecían una manada de vacas.
–¡Ni se imaginan el trabajo que nos ha costado guiarlas hasta acá! Dijeron Archie, Pashca y Felícity al unísono.
—Sin duda alguna este sería el trabajo perfecto para Tom —dijo Amethyst.
—Habrá que incluirlo a la lista de invitados —agregó Stear, y todos soltaron una sonora carcajada.
De camino al colegio Felícity, Pashca y Amethyst no podían dejar de pensar en lo sucedido con Eliza y Neil, pero ese no era el peor de los problemas; tenían que llegar a sus respectivos dormitorios antes que a la hermana Gray se le ocurrierra hacer una inspección, o de lo contrario esto no terminaría ahí…
Gracias a la siempre oportuna aparición de Albert, Felícity y Terry lograron meter a cada Rebelde en su respectiva habitación, no olvidando dejar la consigna de darse un buen baño con agua fría y tomarse un café bien cargado, pues ese día todos se irían a sus respectivas vacaciones y no deseaban que nadie se quedara.
Cuando estaban ayudando a Amethyst a entrar a su habitación, esta se quejó de un dolor en la pierna:
—¿Pero qué sucedió? –Indagó Felícity.
—No lo sé... De pronto... Me empezó a doler...
—Pues ahora te vamos a ayudar a subir. Terry, tú la esperas arriba mientras yo...
–¡¡¡No!!! —Fue la respuesta de la "tímida" artista, quien se ganó una mirada sorprendida de los presentes. —Quiero decir, ustedes también deben irse a su recámara pronto, para que no los descubran. Pero... Albert podría ayudarme, digo, él es más hábil y podría irse sigilosamente.
Felícity miró a su amiga y reprimió una sonrisa... Sabía que le gustaban los mayores, así que le daría ese pequeño placer, o tal vez no tan pequeño, finalmente la salida sería hasta el medio día.
Tomó a Terry de la mano y dijo:
—Bien... Albert se encargará de ti —"o tú de él", pensó la peliverde, llevándose al castaño de ahí para que su Rebelde amiga aprovechara el tiempo.
Terry ayudó a Felícity a subir a su habitación, quien no era tan diestra escalando.
—Gracias "primo" —Dijo sarcásticamente ella. —Fue un placer que estuvieras con nosotras en esta fiesta tan... surrealista...
El chico sonrió de medio lado, derritiendo de pies a cabeza a la joven.
—Un placer apoyar tus andadas... Gracias... —Dijo él.
—¿Por qué? —Cuestionó Fel.
Él se acercó hasta ella y acarició su mejilla.
—Por reunirlas y motivarlas a BRILLAR, para que dejaran a un lado el miedo a la novatez...
—Nada que agradecer, desde que las conocí, supe que merecían hacerse un pequeño espacio en el Colegio, y segura estoy que, lo lograron.
Grandchester se acercó hasta ella y dejó un casto beso en los labios de la chica, quien, al separarse, le dio un fuerte abrazo a modo de despedida. Lo vio salir por el balcón y se quedó ahí, pensando en todo y en nada a la vez.
POV FELÍCITY.
Estábamos por irnos de vacaciones, cada una tomaría rumbos, algunos cercanos, otros no tanto. Unas seguirían en comunicación directa, otras sólo a través de las diversas casas virtuales del Facebook.
La campana sonaba anunciando la salida y despedida del Colegio. Miré a través de la ventana y los recuerdos de todo lo vivido alegraron mi día.
10 chicas, 11 conmigo... Empezaron con nervios y se van empoderadas, seguras, animadas... Nos íbamos, pero había valido la pena cada instante vivido en ese recinto...
Nos íbamos, pero volveríamos... Las vacaciones nos dejarían nuevas experiencias, aventuras, travesuras...y tal vez, nuevas amistades e integrantes... Todo podía pasar...
LAS REBELDES DEL SAINT PAUL no decían adiós, sino hasta pronto...
Salí de mi recámara, cerrando la puerta... Con nuevas ideas y proyectos en mente... Había un año para poder pensarlos, plantearnos y ejecutarlos..., pero con una certeza innegable:
We will be back!!!