Buenas noches. Este es un relato para contestar los #retosdivinos de Dení TG.
Está dentro del universo de Mi anhelado amor, mini terryfic que pueden leer en mis historias de Wattpad.
Espero que lo disfruten.
Luna de Miel
Terry Granchester es mi anhelado amor. Lo conocí hace dos años en el baño de hombres del Broadway Playhouse, en la Water Tower Place de Chicago, una noche de estreno de Los Miserables (el musical) donde él era la estrella principal.
Es el hombre más guapo y varonil que he conocido en toda mi vida, y es el único hombre con el que he tenido sexo. En verdad no puedo imaginar a otro en mi cama. Lo amo con locura, a pesar de ser a veces un verdadero cascarrabias insoportable, es tierno, amoroso y por qué no admitirlo, es delicioso, ardiente, despierta todos mis sentidos apenas con un roce.
También es un excelente padre, ama a nuestro Georges con todo su ser. Lo cuida y protege, como lo más preciado de nuestras vidas. Terry es todo lo que siempre soñé, es mi esposo ahora, y estamos de camino a nuestra luna de miel. Con el dolor de mi alma tuve que dejar a mi pequeño hijo de veintitrés meses a cargo de mi suegra, la temible productora de espectáculos Eleanor Baker.
Como le temo a los aviones, debo viajar bajo los efectos de fuertes sedantes y vigilancia médica. Fue la única forma que hizo posible que pudiera acompañar a mi esposo para tomar posesión del título nobiliario heredado de su padre, Lord Richard Granchester. Ahora mi Terry es el nuevo Duque de Granchester, dueño de una empresa financiera muy importante del Reino Unido (que aún no sabe cómo manejar) y ostenta una fortuna que no pude imaginar ni en mis más locos sueños.
Sin embargo, él sigue siendo el mismo. El hombre amante del teatro, del punk, y de las camisetas negras, tiene cientos de ellas. También se ha hecho un nuevo tatuaje en la espalda, el rostro de nuestro hijo. Estamos a punto de abordar un tren de lujo que nos llevará desde París a la Costa Azul. Reservó un compartimiento privado en primera clase del CIW, eso me dice que mi esposo querrá acción en el viaje, y la verdad también lo necesitó. Georges estuvo resfriado en Londres y no dormimos por varias noches cuidándolo. A Terry le aterra que se enfermé a pesar de que soy enfermera y sabe que mantendré las cosas bajo control, sufre y siente mucho miedo con una simple fiebre.
—Listo chica Alanís, mi madre dice que Giorgi está mucho mejor, no ha tenido fiebre desde que salimos de Londres, y la enfermera que contrataste dormirá en la casa hasta que regresemos. Anthony llegará también está noche para tomar posesión de su cargo mañana temprano, presidente del Holding Granchester —dice Terry arqueando sus cejas y abrazándome.
—Que alivio, me sentí tan culpable de dejarlo, ya ves cómo nos miraba con sus ojitos llorosos — le digo. En verdad me sentí muy mal dejando a nuestro pequeñito por primera vez.
Él se acerca seductoramente a mi oído y me susurra que me quedé tranquila, y que comience a pensar en todo lo que disfrutaremos a solas, finalmente a solas después de muchos meses. Sin pensar en cambio de pañales, biberones y llantos nocturnos. Seguimos caminando por la plataforma, y llegamos al área VIP. En minutos nos llevarán a nuestra cabina. Mientras entregamos nuestro equipaje, él vuelve a acercarse a mi oreja, me da un pequeño mordisco en el lóbulo, casi imperceptible, y me musita: Te haré el amor hasta Saint Tropez. Me estremezco, es exactamente lo que deseo.
Finalmente ascendemos y estoy maravillada, el tren es hermoso, romántico, lujoso, con estilo vintage. Debo reconocer que Terry sabe cómo sorprenderme. La cabina no es muy grande, pero lo suficiente para una cama de dos plazas, en la que estoy segura nos divertiremos esta noche. Y estoy segura de ello, porque ha colgado un gafete de No molestar en la puerta.
—Al fin solos —me dice mientras se acerca a mí quitándose la chaqueta de cuero.
—Sí, al fin solos le digo —y buscó sus labios de inmediato para besarlo apasionadamente.
Se separa brevemente para decirme que me ama, y sabe que eso me derrite completamente, y le digo que también lo amo. Volvemos a besarnos, con nuestros pulsos acelerados, y la respiración entrecortada. El tren arranca de pronto, y hace un ruido y movimiento brusco, eso nos corta el beso, y reímos por el susto que nos hemos llevado.
—Será mejor que cierre las persianas —me dice con su sonrisa diabólica.
Aprovecho para desamarrar mis converse, y quitarme la chaqueta de mezclilla. Él hace lo mismo, se sienta para desamarrar sus botas, y quedarse solo con el jeans puesto, porque también se ha quitado la polera. Me encanta verlo así, descalzo, de torso desnudo, con su sedoso y despeinado cabello cayendo sobre sus omóplatos tatuados. Se acerca a mí y me toma con fuerza por la cintura, de un impulso saca mi blusa por encima de mis brazos, dejándome solo el brassier, quita el botón de mi pantalón y baja la cremallera sin dejar de mirarme. Siento que me comienzo a quemar.
—Esta noche, pídeme lo que quieras... y empieza a besar rabiosamente mis senos, puedo sentir el calor de su boca aún a través del encaje, gimo y sé que se ha excitado con ese breve ruido gutural porque me empuja a la cama para sacarme el pantalón con habilidad. Me mira mientras se quita los suyos y siento que me desarma.
—Vamos a jugar chica Alanís — me dice malévolamente.
—¿Qué? No Terry conozco tus juegos... no hoy, no —le ruego sentándome en la cama.
Él se sube en horcajadas sobre mí, me domina. Estoy subyugada a sus deseos.
—Juguemos un poco, sólo un poco por favor —me ruega mientras besa mi cuello, y no me queda más remedio que aceptar.
Camina hasta la mesa donde ha dejado su bolso, busca un pañuelo y me advierte que cubrirá mis ojos. Aceptó y lo hace, pero además sujeta mis manos y le reclamó. Escuchó cómo se ríe de mí, mientras me tiende en medio de la cama.
—Shhh te va a gustar —me dice, mientras siento cómo me retira el blúmer y abre mis piernas. Estoy absolutamente expuesta a él, de manera impúdica estoy de piernas abiertas frente a mi esposo, y él puede contemplar mi sexo en todo su esplendor.
Siento algo frío recorriendo el lado interno de mis muslos, no sé qué es, no es su mano, y de pronto escucho como se enciende... recorre mis muslos con él y me estremezco..
—Terry qué haces... me calla con un beso.
—Solo te permitiré hablar si me dices cosas sucias.
—Qué, nooooo... ahhh qué haces, eres un maldito...
Juega con un vibrador y acaba de acariciar mis pliegues con él para acallarme.
—No por favor... ahhhh.
—Dime algo sucio, de lo contrario, guarda silencio.
No puedo hablar… estoy muy encendida para hacerlo, no puedo ni pronunciar su nombre.
Su lengua ahora recorre mis pliegues vaginales, y mi clítoris. Comienzo a sentir como la lava ardiente del deseo recorre mi cuerpo. Inicia un juego en el que acerca el vibrador por segundos y luego succiona con su boca mi clítoris. Me revuelco entre las sábanas, no puedo verlo a la cara, pero sé que tiene esa mirada perversa y lujuriosa, mordiéndose el labio inferior.
Vuelve a acariciarme con el vibrador, pero ahora me estimula con dos dedos, dentro. Me derramó sobre su mano, quiero que entre en mí ya, él lo sabe.
—¿Te gusta? Dime que te gusta, estas deliciosa amor y mientras lo dice vuelve a poner el vibrador en mi clítoris.
Ahhhh no se en que velocidad está, pero siento que estallo, se inclina sobre mí y me besa, quiero devorarlo entero. Luego baja hasta mis senos, me quita rabiosamente el brasier y quedan expuestos a él, lamiéndolos uno a uno, endureciendo mis pezones.
—Dime que quieres —me susurra al oído.
— Que lo metas... fóllame... ¡fóllame Terry! —le gritó, estoy a punto de explotar, su lengua en mis senos y el vibrador en mi clítoris.
—Dímelo otra vez —malditamente vuelve a mi clítoris con su lengua.
—Que quiero que me folles duro, muy duro.
Violentamente me tomó de la cintura y me hala hacia él, rodeando su cuerpo con mis piernas y me embiste como si fuera a partirme por dentro... gritó, gimo... sus caderas se mueven rabiosamente sobre mí, es un movimiento adentro, afuera, rabioso. Baja sus manos hasta mis caderas y me mueve a su ritmo. Se inclina sobre mi cuerpo sin dejar de moverse, acerca su boca a mi oído.
—Te gusta cómo te follo mi amor.
—Me encanta, no pares —le ruego ahogadamente. Mi esposo está bien dotado, y puedo sentirlo completamente dentro de mí.
—Voy a correrme —me dice en un gruñido.
—Yo también —alcanzó a susurrar.
—Me vuelves loco chica Alanís.
Entonces acelera el ritmo y estallamos juntos... sintiendo como tocamos el cielo y volvemos.
Terry se tumba sobre mí, y finalmente deshace el amarre de mis manos para que lo abrace, y me retira el pañuelo de los ojos para mirarlo una vez más. Estoy extasiada y completamente mojada. Adoro las hebras de su cabello sobre mi cara, pero las apartó suavemente, acariciándolas. Me apretó a él, no quiero que salga de mi todavía, aún las sensaciones son tan placenteras. Retira su rostro de mi hombro, y me llena de besos.
—Te amo chica Alanís.
—Y yo te amo a ti Duque de Granchester.
Estoy total y perdidamente enamorada de él, y sé que él de mí. Un mar azul nos espera, mientras llegamos me acurruco a él, disfrutando de mi anhelado amor.
Última edición por LizziVillers el Lun Abr 11, 2022 9:59 pm, editado 2 veces