Lo prometido es deuda: aquí está... LA VENGANZA.
VENGANZA
Candy se retorcía en el sofá, su frente está perlada en sudor... La respiración y el pulso erráticos, leves jadeos y gemidos salían de sus labios, los cuales mordía de vez en vez al tratar de reprimidos, no me daría el gusto de pedirme clemencia; " Hazlo...pídelo!!"
Ella ya sabía que esto pasaría. Desde que llegó a casa y la recorri con la vista, le vi estremecerse. Esa mirada felina y su sonrisa cómplice me dieron luz verde. Pero ella no sabía que hoy, hoy pagaría su osadía.
Después de una cena ligera, la llevé a la sala, entre bromas y risas, inicie mi juego. Le pregunté por su día en el hospital, mientras masajeo y acarició sus piernas, desde la punta de sus dedos hasta detrás de sus rodillas, uno de sus puntos sensibles. Ella empieza a retorcer sus dedos de vez cuando, su mirada se oscurece a mi toque, hago círculos detrás de sus rodillas con una mano y la otra me acerco a sus muslos deslizando el bikini que usa esta vez.
Se muere los labios y se mueve para corresponder mis caricias... no lo permito, la empujo con suavidad para que siga recostada, y continúo con mi exploración; sigo retirando su falda y levanta sus caderas; continúo hacia sus pechos con sus pezones endurecidos me invitan a tomarlos, sigo de largo y llegó a los labios entreabiertos de mi hermosa pecosa; espera que la bese... y me dirigí a su cuello, otro de sus puntos sensibles.
Mientras beso y mordisqueo su cuello y el lóbulo de la oreja; la dejó desnuda y a mi disposición; me retiro un poco y me siento a su lado.
- Candy- le hablo mientras acarició sus piernas.- hace unas semanas, desperté con un aroma... muy especial. ¿Sabes a qué aroma me refiero?- Ella palideció al verse descubierta, pero negó con un gesto y continúe. - Al parecer, alguien me usó como consolador mientras dormía... ¿ alguna idea de la causante?- Sigue en silencio. "Pecosa pervertida, llegó la hora de confesar."
Me desnudo frente a ella, mi pene erecto y duro la hace tragar en seco. Juego con el y se lo arrimo a su ansiosa boca...se relame los labios y los abre pero se lo niego, y la acaricio con la punta de mi miembro sus ojos y mejillas, pero no permito que lo chupe, se que es algo que los dos disfrutamos... pero es un pequeño sacrificio que hago mientras sigo paseando mi miembro por sus pechos, ella me los ofrece para acunarlo o para que los lama, lo hago por un instante.
Me recuesto y sin dejar de estimular sus puntos sensibles, la saboreo pasando mi lengua por sus pechos; mi mano llega a su centro, introduciendo y sacando tres dedos en su intimidad y con el pulgar sobre su hinchado clítoris haciendo círculos la llevo al límite... y me detengo.
La giro y vuelvo a pasear mi lengua, desde detrás de sus rodillas hasta sus delicioso trasero, lo elevo y pasando la punta de mi miembro por entre sus nalgas, jugeteo en sus dos entradas, ella jadea y se eleva más buscando arroparme en su intimidad, pero me alejo.
- Confiesa y pídelo... Pecas, hazlo, pídelo!! -susurro en su oído... se muerde los labios tragando los gemidos y niega con la cabeza, la conozco, es una terca orgullosa como yo y no me dará ese triunfo... no aún.
Abro sus piernas, así, bocaabajo muerdo y chupo su trasero... veo como su mano va a su intimidad buscando su orgasmo... tomo su mano y entrelazo nuestros dedos impidiendo su cometido, no mi amada pervertida, llegarás al orgasmo cuando yo lo decida!!
Me reclama con la mirada. La ignoro y sigo con la tortura de llevarla al limite una y otra vez; tortura para mi también, ya que me gustaría beber de su néctar hasta sacarme. Ahora, boca arriba, con sus espasmos fuera de control, retorciendose mientras sostengo sus manos y muerdo sus labios vaginales introduciendo mi lengua lo más al fondo que puedo sin dejar que ella llegue a su desahogo; le vuelvo a decir, " Vamos, pecosa pervertida, ¡¡ Pi de lo!!"
Niega nuevamente, pero los dos ya estamos al límite. Subo sus piernas a mis hombros y vuelvo a acariciar mi ansioso e hinchado miembro en su entrada, estímulo su también hinchado clítoris y ronroneo " Hazlo, los dos sabemos qué paso, ¡Confiesa!" Ya no puede más y grita:
-¡¡Siii, yo fuí,!! Te usé como mi consolador, estaba tan caliente como hoy, lo siento mucho, pero...COGEMEEE, ENTIERRATE YA!!!
Entro de una sola estocada, de inmediato, ella me aprisiona en su interior en un orgasmo intenso que no me permite moverme por unos instantes. Completamente mojados seguimos con nuestra danza erótica hasta el amanecer.
Espero que lo disfruten tanto como yo al escribirlo.
Voy por un baño de agua fría y a seguir escribiendo.