Heme aquí al final de mi camino, con un alma jovial que se resiste a dar el siguiente paso, pero un cuerpo cansado ya de su andar, no me pesa partir, mi tiempo terrenal ha concluido ya.
Poco a poco vienen a mi mente tantos recuerdos, fue una vida buena, a pesar de todas las penas que viví, recuerdo mi muy lejana infancia, aprendiendo de mis padres a trabajar, a respetar y ser útil, con carencias pero en un hogar feliz, después conocer a Alice, descubrir el amor, formar una familia, tener un propósito en la vida. Fuimos felices Alice, pero duró tan poco nuestra felicidad, el saber que no podríamos tener hijos, un duro golpe y más para ti, pero eso no nos detuvo, al contrario nos unió, no teníamos hijos pero si tantas plantas a quienes dar amor y cuidados, ¿Recuerdas Alice nuestra alegría cuando sin ya esperarlo pudimos concebir un hijo fruto de nuestro amor, en el que nuestra historia trascendería? Ohhh Alice, bellos momentos, pero fue tan triste que ese mismo amor engendrado concluyera con tu vida y la de nuestro hijo por complicaciones en su nacimiento.
Dolió mucho, como si me arrancaran en carne viva el corazón y aun así, seguí caminando recordando lo que fue e imaginando lo que pudo haber sido. Mi corazón se cerró al amor de pareja pero la vida me tenía preparado otro capítulo en el que pude velar por otros niños y volcar en ellos lo que mi corazón contenía, los niños Ardley; Rosemary y Albert fueron destinatarios de mi amistad y cuidados, verlos crecer siendo, aunque fuera indirectamente, parte de sus vidas, después ver morir a la señora Rosemary, ver la tristeza de su hijo y su esposo, pobre niño tan pequeño y ya cargar con tanto dolor en su alma, recuerdo lo apegado que fue conmigo, nos unía el amor a las rosas en recuerdo de los que alguna vez amamos y perdimos. A él también lo vi crecer y formarse en la bondad y empatía hacia los demás, le enseñé que mientras habiten nuestro corazón y mente, los que han partido no nos abandonarán.
Quien iba a pensar que años después le enseñaría eso mismo a una dulce niña de coletas esponjadas con el corazón roto por que su amor había muerto.
Y ahora aquí estoy al final de mi camino, sin miedo, pues he cumplido mi misión, solo una duda nubla mis pensamientos, si podré vivir a través de los recuerdos de alguien o si mi paso por este mundo será tan frugal como un abrir y cerrar de ojos que no tiene mayor consecuencia, respiro hondo hundiéndome en un diferente sopor que me llena de paz, es entonces que una mano toma la mía y un líquido tibio la moja, abro pesadamente mis ojos y veo unos conocidos ojos verdes pero quien los posee no es mas una niña, si no una respetable enfermera que me dice:
-Gracias por todo el amor y sabiduría que me brindó cuando mas lo necesitaba, nunca me cansaré de agradecerle todo lo que hizo por mí señor Wittman-
Sonrío pesadamente pero con la certeza de que a pesar de no tener a nadie en el mundo, podré seguir viviendo en el corazón más puro que pude haber imaginado, me despido feliz de este mundo mientras oigo a lo lejos “ Buen viaje querido amigo”
Última edición por dulce3852 el Dom Abr 17, 2022 11:38 pm, editado 3 veces