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Renuncio a Ti
By Lady Flowers
Capítulo 7
El joven ex soldado se quedó mudo al escuchar las palabras dichas por la joven rubia que minutos atrás había confundido con la chica que hasta hace unas horas creía haber amado antes de alistarse como voluntario para ir a la guerra, las palabras de la enfermerita retumbaron en su cabezas tan fuertes como los sonidos de las bombas y las ametralladoras a su alrededor en pleno combate, quedó tan aturdido como cuando su batallón fue objeto de una salvaje emboscada por parte del ejército bolchevique. Obligó a su cerebro a repetir una a una las palabras dichas por la extraña “Tu madre en su testamento me nombró heredera de su casa y de todo lo que hay en ella”. El castaño sintió como un calor infernal iba poco a poco apoderándose de su cuerpo sentía que su cabeza explotaría y se fragmentaria en mil pedazos no fue consciente que se mordía los labios tan fuertes hasta que saboreo el líquido ferroso en el interior de su boca.
La chica estaba a la expectativa y algo nerviosa ante la reacción del ex soldado al escuchar lo que le acababa de decir, claro sin contar que había obviado cierta cláusula establecida en el testamento. Candy vio como la cara de Terrence se torno un rojo peligro y más nerviosa que antes le pregunto.
--¿Se… se siente bien? -- mejor siéntese y tomé un poco de agua—dijo la enfermera acercándole un vaso con dicho líquido que había traído antes cuando vio que el joven se sujetaba la cabeza. Terrence abrió los ojos y al ver el vaso que la enfermera le ofrecía le dio un manotazo tan fuerte que el vaso se estrelló contra la pared que por el poco mantenimiento comenzaba a escarapelarse, Candy emitió un grito de miedo y retrocedió llevándose una mano a su boca y la otra a su estómago.
--¿!Agua?!, me ofrece agua?! Crees con agua se resolverá todos mis problemas!? – grito Terry mientras daba golpes y patadas como loco a todo lo que encontraba. Se dirigió a la repisa que estaba justo sobre la chimenea, cuyas brasas amenazaban con extinguirse.
De un zarpado tiro todo lo que estaba en ella provocando que la rubia corriera aterrada al piso superior, Candice entro al cuarto que ocupaba desde que había llegado a esa casa, cerró la puerta tras de si paso rápidamente seguro apoyando su espalda a la puerta desde ahí podía oír como el hijo de Eleanor Baker destrozaba los pocos muebles y adornos que quedaban en la casa, debido al alto costo de mantenimiento inmueble la rubia había recurrido a la venta de alguno objeto como figuritas de porcelana, candelabros de plata, incluso joyas que la actriz le había dejado en herencia.
--Ella también renunció a mi!!...Mi propia madre también renunció a mi igual que la maldita esa!!— Decía mientras estrellaba un pequeño plato contra la pared.
--Todas las personas que amaba y creí que me amaban renunciaron a mi – más que un grito era un lamento desgarrador – debí haber muerto en esa maldita guerra, debí haber dejado que me acribillaran, morir igual a mis compañeros, gritaba con verdadera agonía, el castaño tomo un trozo de vidrio de unos de las floreros de cristal que yacía destrozado en el piso de la casa y comenzó a agredirse era tanto el dolor que sentía en su alma que debía de encontrar una manera de mermarlo estaba herido, decepcionado, solo, sin familia, sin novia, sin amigos y sin casa. Luego de autolesionarse en los brazos, de sus ojos comenzaron a brotar lágrimas de la misma manera que la sangre brotaba de sus heridas. Era un llanto de genuino dolor.
Candice aún con la espalda pegada a la puerta del dormitorio, se pudo dar cuenta que el recién llegado había dejado de golpear y romper cosas lo escucho llorar con angustia y por una extraña razón sintió el dolor del joven en su propio pecho, sin pensarlo dos veces abrió la puerta y se dirigió a la sala la rubia no estaba preparada para lo que sus ojos verían, el joven Grandchester de rodillas en el piso sus manos cubriendo su cara y la sangre escurriendo de sus brazos, algo temerosa de él tomó su maletín de trabajo y saco lo necesario para darle primeros auxilios se arrodilló frente a Terrence observo las heridas visibles rogando que estás no fueran tan profundas, con calma pero con firmeza le aparto las manos de la cara, Terrence no puso resistencia ella le coloco una gaza en la herida que creí que eran la más profunda y le pidió al joven que hiciera presión sobre ella mientras iba por agua para limpiarla. Extrañamente el obedeció.
En la cocina Candice White lleno una olla con agua para ponerla a hervir, en parte se sentía culpable del ataque de irá que acaba de tener el hijo de su muy querida y apreciada Eleanor, esa mujer amaba con locura a su hijo ella misma fue testigo del llanto desgarrador de la actriz cuando fue notificada de la muerte de él. Se recrimino por su falta de tacto al decirle al ex soldado que ella era la dueña de esa casa y de omitir con intención las clausulas dictadas por la misma actriz ante el abogado.
Flash back
--Señora Eleanor, con todo respeto pero es una locura lo que dice, Usted no está pensando en serio hacer eso verdad? – hablaba Candice sorprendida por lo que le acababa de decir la actriz.
--Claro que hablo muy serio Candy, porque crees que mandé a llamar a mi abogado?
--Pero no puede hacer eso señora Eleanor yo..yo no merezco nada de esto.
--Tu más que nadie lo merece cariño, tú has sido la persona que me ha ayudado a sobrellevar durante estos años este dolor tan inmenso en mi corazón por no saber de mi Terry— decía Eleanor a la vez que le tomaba de las manos y se las llevaba al pecho. -- Te he llegado a querer como una verdadera hija Candy, no sabes cuánto me hubiese gustado que tú y mi hijo se hubiesen conocido—decía mientras sus hermosos ojos azul cobalto se inundaban de lágrimas.
—Candy aunque me digan mil y una vez que mi hijo está muerto mi corazón de madre me dice que el aún vivir, que su corazón late igual al mío—decía la rubia mayor con los ojos impregnados de lágrimas que amenazaban con salir.
--Pero el señor Ardley…
--No me importa lo que ese cretino hay dicho, mi hijo nunca fue de su agrado, jamás lo creeré hasta ver su cuerpo dentro de un ataúd, por eso mi querida niña si en un lapso de cinco años Terry no da señales de vida tú serás mi heredera universal, pero si el llegase aparecer dentro de ese lapso ambos deberán compartirán está casa.
Fin del flash back.
--¿Dios ahora que hago?—se preguntaba la enfermera, llevando sus manos a su estómago, mientras el agua que había puesto sobre la hornilla rompía en hervor.