Buenas noches. Ya en recta final les presentó mi penúltimo aporte.
Dusfrutenlo tanto como yo.
TRAVESURA 3
- Tío, en media hora llegan Campbell y MacGregor para revisar los últimos detalles de la fusión y firmar. Estás Listo? - Archie preguntó a Albert entrando a su oficina.
Lo encontró sentado frente a su escritorio, al fondo cerca de la ventana, un par de cómodos sillones junto a una mesa pequeña con una licorera lista para cualquier imprevisto, un librero y un par de cuadros abstractos completan el lujoso lugar. Pero hay un detalle que Archie no logra ver.
Albert se encuentra desaliñado, la corbata floja, dos o tres botones de la camisa desabrochados, algo sudoroso, nervioso, golpetea una fina pluma en el escritorio cerca de la pantalla de su ordenador y la mirada un poco nublada; Archie se extraña del aspecto de su tío y pretende acercarse.
- Archie, ve con George... entre los dos vayan adelantando... en unos ... minutos estoy con ... ustedes.- con la voz algo entre cortada contestó Albert, haciendo señas a su sobrino para que saliera y no se acercara al escritorio.
- Tío, Albert, no te veo bien... ¿llamo al médico para que te revise?- preguntó Archie intentando llegar nuevamente a su tío y verlo más de cerca.
- ¡Archibal Cornwell... sólo déjame a solas! - gritó empuñando las manos intentándo controlarse. - Y por el seguro al salir... No quiero ser molestado.
Archie salió confundido y pensativo de la oficina de Albert. Jamás lo había visto así, en la mañana, llegó de buen humor, saludó a todos, según su costumbre y hasta hace una hora, lo vió concentrado en las clúasulas del contrato a firmar esa tarde.
Imaginando mil escenarios, tocó la puerta de la oficina de George y al escuchar la invitación a pasar, se sentó frente al castaño que,, al verlo cerró su laptop y lo miro de frente esperando que se animara a hablar.
- George, tú conoces mejor a mi tío, dime, ¿lo has visto actuando raro estos días? - lanzó la pregunta mientras seguía distraído con lo recién vivido.
- Bueno, joven Cornwell, - George se levantó y caminó al ricón donde también él guardaba una pequeña licorera. - el señor Ardlay tiene muchas presiones estos días, la fusión, la reunión bienal del Consejo y si le sumamos que mañana se casa... - enumeró mientras le ofrecía un trago y él se sirvió otro. - Creo que lo está manejando bien, además, - tomó un sorbo - el apoyo de la familia, la nuestra y la visita de Karen a saludarlo hace unos minutos ...
-Espera! - interrumpió Archie con un brillo es sus ojos miel. - ¿ Esta Karen aquí, es decir, en estos momentos?
- Si, yo mismo la saludé hace cosa de 10 o 15 minutos cuando entró a la oficina del señor Ardlay. - Contestó George - si no la viste, será que ya se fué. Las señoras Legan, GradChester y Cornwell la esperaban abajo.
Archie se sonrojó y sonrio con picardía. Ya sabía que le pasaba a su tío y su urgencia de quedarse a solas.
- Si, lo más probable es que ya se marchó.
- Vamos a la oficina del señor Ardlay a revisar todo para la reunión. - dijo George apurando el trago dispuesto a salir.
- ¡ No! Él me dijo que mejor nos reunieramos aquí. - improvisó. -Y que empezemos. - Archie sonrió e intentó concentrarse en su trabajo.
Después de unos diez minutos, entró Albert, relajado y con un brillo en los ojos que sólo Archie conocía la razón pero se limitó a mirar de soslayo al recién llegado y continuar como si nada. Albert también lo ignoro y fingió que nada pasaba y se puso a trabajar.
CUARENTA MINUTOS ATRÁS
- Buenas días, señorita Kleiss - saludó George a la joven que llegó al último piso de la torre Ardlay.
- Buenos días, George, ¿ está Albert en su oficina? - preguntó la prometida del patriarca. Vestía un vestido sencillo de falda de media vuelta, cabello recogido y un maquillaje ligero, - quiero ultimar detalles de nuestro viaje.
- Si, señorita, está terminando una llamada - informó el eficiente asistente. - ¿Quiere que Joanna la anuncie?
- No será necesario; sólo voy a estar unos minutos, abajo en la cafetería me esperan Annie, Candy y Patty para ir al spa. Gracias, George.
- Para servirle, señorita. - Fue la respuesta galante después dió la media vuelta y se retiró a su propia oficina.
Karen entró a la oficina, Albert hablaba en un fluido francés que hizo que ella se mordiera el labio inferior.
- Joanna, ¿me harías un favor? - preguntó a la eficiente secretaria. - Baje y diga a mis amigas que me tardare un poco. Y tómese un descanso. Gracias.
Se quitó la zapatillas y las dejó a un lado de la puerta y cerró con cuidado de no hacer ruido, olvidando poner el seguro.
Con sigilo, se acercó a su prometido y ambos se lanzaron un beso, Albert sin interrumpir su llamada, le indicó a Karen que tomara asiento..., sin perder tiempo, se agachó y acarició el fuerte pecho de su amado, no se detuvo ahí, llegando a la culturilla del pantalón.
Albert se puso nervioso, la llamada era importante, y sería muy grosero de su parte terminarla; a la vez, disfruta tanto de las caricias de Karen!!
De hecho, tenían casi tres semanas sin verse a solas. Con las regla social impuesta de no verse antes de la boda, ( idea de la tia Elroy) el exeso de trabajo y querer dejar todo en orden para su luna de miel, lo tenían muy ocupado.
Tratando de seguir con llamada, sin perder el hilo de la conversación, ni olvidar el idioma con el que tenía que hablar; Karen bajó el zipper y tomó en sus manos su gruesa y añorada presa. Albert, hacía señas de que se detuviera, cosa que ella ignoró y continuo con su proeza.
Sacó a su amigo del pantalón y lo acarició con su lengua lentamente, desde la punta a la base.
Albert tragó seco e intentó terminar con rapidez la llamada; acarició la cabeza de su prometida y la empujó un poco para que parara con su juego; ella sólo apretó un poco el agarre para indicar que no lo haría.
Lo voz le falló, el idioma se le olvidó y sólo comentó que la conexión esta fallando, y disculpándose, cortó la llamada y se relajó en su sillón, Karen aflojó la corbata y desabrochó los botones de su casi marido, sin dejar de atender el miembro palpitante. Albert guió a su prometida a que continuará con la felación y cerró los ojos complacido.
Unos golpes en la puerta y la entrada de Archie lo sacaron de su burbuja.
- Tio, en media hora llegan Campbell y MacGregor para revisar los últimos detalles de la fusión y firmar. Estás Listo? - Albert nervioso intentó que Karen parara, pero al ver de reojo hacia abajo, los firmes pechos que ella pellizcar mientras engullia su miembro, lo dejaron sin aliento.
No dejaría que Archie la descubriera. -Archie, ve con George... entre los dos vayan adelantando... en unos ... minutos estoy con ... ustedes.- pero con temor vio que Archie se acercó más al verlo agitado - Tío, Albert, no te veo bien... ¿llamo al médico para que te revise?
- ¡Archibal Cornwell... sólo déjame a solas! - gritó entredientes empuñando las manos intentándo controlarse; Karen es ese momento, se metió todo el pene en su boca y arañaba sus testículos.. - Y por el seguro al salir... No quiero ser molestado.
Cuando la puerta se cerró, tomó a Karen por el cabello, la levantó y la sentó sobre su regazo, retiró la diminuta tanga y la penetró de golpe.
- Pequeña bruja, ahora recibirás tu merecido. - la hizo cabalgarlo por un rato a la par que se deleitó con sus pechos, después, la recostó en el escritorio y sosteniendo sus largas piernas de V, siguió haciendo el amor por unos minutos. Albert sabía que a su bella prometida le gustaba, así que acercó su miembro a su boca para terminar en ella. Karen recibió gustosa la descarga en su boca y la tragó completa.
Se acomodaron la ropa y ella se puso las zapatillas y salió con el cabello suelto y satisfecha por la reciente vivencia.
Terminando la reunión, donde Campbell y MacGregor firmaron la fusión de sus empresas, Albert se acercó a Archie para ofrecer una excusa.
- Archie, hace unas horas en mi despacho... este... yo... - no encontraba las palabras, ¡diablos! sabía cinco idiomas aparte del propio y ahora no sabía que decir.
- Tío, no te preocupes, sé que el estrés te sobrepasó. Todo está bien. - palmeó la espalda de su tío.
Albert soltó el aire con alivio, satisfecho de que nadie hubiese sospechado de lo acontecido en su oficina.
Archie salió de la sala de juntas y antes de cerrar la puerta se giró y dijo. - Por cierto, saludos a mi futura tía.
Hasta mañana!!! Las leo abajo
Dusfrutenlo tanto como yo.
TRAVESURA 3
- Tío, en media hora llegan Campbell y MacGregor para revisar los últimos detalles de la fusión y firmar. Estás Listo? - Archie preguntó a Albert entrando a su oficina.
Lo encontró sentado frente a su escritorio, al fondo cerca de la ventana, un par de cómodos sillones junto a una mesa pequeña con una licorera lista para cualquier imprevisto, un librero y un par de cuadros abstractos completan el lujoso lugar. Pero hay un detalle que Archie no logra ver.
Albert se encuentra desaliñado, la corbata floja, dos o tres botones de la camisa desabrochados, algo sudoroso, nervioso, golpetea una fina pluma en el escritorio cerca de la pantalla de su ordenador y la mirada un poco nublada; Archie se extraña del aspecto de su tío y pretende acercarse.
- Archie, ve con George... entre los dos vayan adelantando... en unos ... minutos estoy con ... ustedes.- con la voz algo entre cortada contestó Albert, haciendo señas a su sobrino para que saliera y no se acercara al escritorio.
- Tío, Albert, no te veo bien... ¿llamo al médico para que te revise?- preguntó Archie intentando llegar nuevamente a su tío y verlo más de cerca.
- ¡Archibal Cornwell... sólo déjame a solas! - gritó empuñando las manos intentándo controlarse. - Y por el seguro al salir... No quiero ser molestado.
Archie salió confundido y pensativo de la oficina de Albert. Jamás lo había visto así, en la mañana, llegó de buen humor, saludó a todos, según su costumbre y hasta hace una hora, lo vió concentrado en las clúasulas del contrato a firmar esa tarde.
Imaginando mil escenarios, tocó la puerta de la oficina de George y al escuchar la invitación a pasar, se sentó frente al castaño que,, al verlo cerró su laptop y lo miro de frente esperando que se animara a hablar.
- George, tú conoces mejor a mi tío, dime, ¿lo has visto actuando raro estos días? - lanzó la pregunta mientras seguía distraído con lo recién vivido.
- Bueno, joven Cornwell, - George se levantó y caminó al ricón donde también él guardaba una pequeña licorera. - el señor Ardlay tiene muchas presiones estos días, la fusión, la reunión bienal del Consejo y si le sumamos que mañana se casa... - enumeró mientras le ofrecía un trago y él se sirvió otro. - Creo que lo está manejando bien, además, - tomó un sorbo - el apoyo de la familia, la nuestra y la visita de Karen a saludarlo hace unos minutos ...
-Espera! - interrumpió Archie con un brillo es sus ojos miel. - ¿ Esta Karen aquí, es decir, en estos momentos?
- Si, yo mismo la saludé hace cosa de 10 o 15 minutos cuando entró a la oficina del señor Ardlay. - Contestó George - si no la viste, será que ya se fué. Las señoras Legan, GradChester y Cornwell la esperaban abajo.
Archie se sonrojó y sonrio con picardía. Ya sabía que le pasaba a su tío y su urgencia de quedarse a solas.
- Si, lo más probable es que ya se marchó.
- Vamos a la oficina del señor Ardlay a revisar todo para la reunión. - dijo George apurando el trago dispuesto a salir.
- ¡ No! Él me dijo que mejor nos reunieramos aquí. - improvisó. -Y que empezemos. - Archie sonrió e intentó concentrarse en su trabajo.
Después de unos diez minutos, entró Albert, relajado y con un brillo en los ojos que sólo Archie conocía la razón pero se limitó a mirar de soslayo al recién llegado y continuar como si nada. Albert también lo ignoro y fingió que nada pasaba y se puso a trabajar.
CUARENTA MINUTOS ATRÁS
- Buenas días, señorita Kleiss - saludó George a la joven que llegó al último piso de la torre Ardlay.
- Buenos días, George, ¿ está Albert en su oficina? - preguntó la prometida del patriarca. Vestía un vestido sencillo de falda de media vuelta, cabello recogido y un maquillaje ligero, - quiero ultimar detalles de nuestro viaje.
- Si, señorita, está terminando una llamada - informó el eficiente asistente. - ¿Quiere que Joanna la anuncie?
- No será necesario; sólo voy a estar unos minutos, abajo en la cafetería me esperan Annie, Candy y Patty para ir al spa. Gracias, George.
- Para servirle, señorita. - Fue la respuesta galante después dió la media vuelta y se retiró a su propia oficina.
Karen entró a la oficina, Albert hablaba en un fluido francés que hizo que ella se mordiera el labio inferior.
- Joanna, ¿me harías un favor? - preguntó a la eficiente secretaria. - Baje y diga a mis amigas que me tardare un poco. Y tómese un descanso. Gracias.
Se quitó la zapatillas y las dejó a un lado de la puerta y cerró con cuidado de no hacer ruido, olvidando poner el seguro.
Con sigilo, se acercó a su prometido y ambos se lanzaron un beso, Albert sin interrumpir su llamada, le indicó a Karen que tomara asiento..., sin perder tiempo, se agachó y acarició el fuerte pecho de su amado, no se detuvo ahí, llegando a la culturilla del pantalón.
Albert se puso nervioso, la llamada era importante, y sería muy grosero de su parte terminarla; a la vez, disfruta tanto de las caricias de Karen!!
De hecho, tenían casi tres semanas sin verse a solas. Con las regla social impuesta de no verse antes de la boda, ( idea de la tia Elroy) el exeso de trabajo y querer dejar todo en orden para su luna de miel, lo tenían muy ocupado.
Tratando de seguir con llamada, sin perder el hilo de la conversación, ni olvidar el idioma con el que tenía que hablar; Karen bajó el zipper y tomó en sus manos su gruesa y añorada presa. Albert, hacía señas de que se detuviera, cosa que ella ignoró y continuo con su proeza.
Sacó a su amigo del pantalón y lo acarició con su lengua lentamente, desde la punta a la base.
Albert tragó seco e intentó terminar con rapidez la llamada; acarició la cabeza de su prometida y la empujó un poco para que parara con su juego; ella sólo apretó un poco el agarre para indicar que no lo haría.
Lo voz le falló, el idioma se le olvidó y sólo comentó que la conexión esta fallando, y disculpándose, cortó la llamada y se relajó en su sillón, Karen aflojó la corbata y desabrochó los botones de su casi marido, sin dejar de atender el miembro palpitante. Albert guió a su prometida a que continuará con la felación y cerró los ojos complacido.
Unos golpes en la puerta y la entrada de Archie lo sacaron de su burbuja.
- Tio, en media hora llegan Campbell y MacGregor para revisar los últimos detalles de la fusión y firmar. Estás Listo? - Albert nervioso intentó que Karen parara, pero al ver de reojo hacia abajo, los firmes pechos que ella pellizcar mientras engullia su miembro, lo dejaron sin aliento.
No dejaría que Archie la descubriera. -Archie, ve con George... entre los dos vayan adelantando... en unos ... minutos estoy con ... ustedes.- pero con temor vio que Archie se acercó más al verlo agitado - Tío, Albert, no te veo bien... ¿llamo al médico para que te revise?
- ¡Archibal Cornwell... sólo déjame a solas! - gritó entredientes empuñando las manos intentándo controlarse; Karen es ese momento, se metió todo el pene en su boca y arañaba sus testículos.. - Y por el seguro al salir... No quiero ser molestado.
Cuando la puerta se cerró, tomó a Karen por el cabello, la levantó y la sentó sobre su regazo, retiró la diminuta tanga y la penetró de golpe.
- Pequeña bruja, ahora recibirás tu merecido. - la hizo cabalgarlo por un rato a la par que se deleitó con sus pechos, después, la recostó en el escritorio y sosteniendo sus largas piernas de V, siguió haciendo el amor por unos minutos. Albert sabía que a su bella prometida le gustaba, así que acercó su miembro a su boca para terminar en ella. Karen recibió gustosa la descarga en su boca y la tragó completa.
Se acomodaron la ropa y ella se puso las zapatillas y salió con el cabello suelto y satisfecha por la reciente vivencia.
Terminando la reunión, donde Campbell y MacGregor firmaron la fusión de sus empresas, Albert se acercó a Archie para ofrecer una excusa.
- Archie, hace unas horas en mi despacho... este... yo... - no encontraba las palabras, ¡diablos! sabía cinco idiomas aparte del propio y ahora no sabía que decir.
- Tío, no te preocupes, sé que el estrés te sobrepasó. Todo está bien. - palmeó la espalda de su tío.
Albert soltó el aire con alivio, satisfecho de que nadie hubiese sospechado de lo acontecido en su oficina.
Archie salió de la sala de juntas y antes de cerrar la puerta se giró y dijo. - Por cierto, saludos a mi futura tía.
Hasta mañana!!! Las leo abajo