ULTIMO APORTE Y ÚLTIMA TRAVESURA
Para despedirme como se debe de esta Fiesta Florida.
Mi último aporte.
Si, las tormentas siempre me han alterado, ver el despliegue de la fuerza se la naturaleza...es ... impactante.
De niña en el hogar de Ponny, el rugido del viento, la caída del agua, los truenos y relámpago me hacían gritar de miedo. Cada noche de tormenta terminaba compartiendo la cama con Candy.
Pero todo cambió ese verano en Escocia.
TRAVESURA/CONFESION 4
Durante de la fiesta blanca de la Villa Ardlay, empezó a soplar el viento, grandes nubes se acumularon en el cielo. Elisa ya se había retirado después de decir que había visto a Candy y a Terry a solas en la Villa Grandchester. Archie salió furioso y Patty me convenció de tocar el piano.
Patty y Stear se sentaron en un sillón a platicar y yo, me quedé sola. El viento sopló con fuerza y yo, me estremecía, deambulé por la Villa buscando en qué entretenerme y no pensar en la tormenta que estaba a punto de llegar.
Perdí el rumbo y lo.unico que recordaba es el salón blanco está cerca del jardín este... o era oeste?
Desorientada, terminé enfrente de un ventanal con fascinación y miedo, podía ver la tormenta en todo su esplendor... el cielo oscurecido, los relámpagos y el viento que la envió directo a mi. Hipnotizada, pegada en mi lugar, no lo vi llegar.
- ¡Es hermoso!,¿ no lo crees? - preguntó Neal sorprendiendome. Se acercó y notó mi temblor.- ¡Vaya, la niña de Ponny le teme a las tormentas!
No pude contestar, un repentino trueno me hizo gritar y aferrarme a él. Lo saqué de balance y caímos, sonrojada, intenté levantarme con rapidez pero me enrredé en mi vestido y, otro trueno me hizo volver a abrazarlo con fuerza.
Contra lo que esperaba, no salió un comentario hiriente de sus labios. No, su mirada se suavizó y su mano acarició mi espalda mientras con una dulce voz tranquila y pausada me animó.
- Vamos, vamos, respira con calma, y levanta la cara. - fue la primera vez que vi sus ojos, me impactó la calma y protección que vi en ellos.
En realidad, Neal nunca me había dicho o hecho nada a mi. Sabía todo lo que hizo en complicidad de Eliza contra Candy; así que los evitaba al igual que a Terry; pero hoy... Me sentí segura entre sus brazos.
- Ven, te voy a enseñar; - me sentó en su regazo, de frente al ventanal. - observa con atención... primero, el viento, canta a la tierra la llegada de la tormenta, la tierra se prepara, la temperatura cambia, el aire se siente más... especial, un aroma fresco que atrae, la naturaleza entera se prepara para el intercambio que viene.
Me acomodo y toda mi piel se eriza en expectativa, si, es... es hermoso. Asombrada, veo como pequeños y tímidos relámpagos salen de entre los árboles, parecen llamar a las nubes que cargadas de lluvia se acercan.
- ¿Si lo notaste? - preguntó el moreno, - la tierra llama a la lluvia; la atrae, por que sabe que esa tormenta trae lo que ella necesita.- no dejó de hablarme con esa voz suave, sentada en su regazo, escuché otro trueno, pero, no me asustó, vi que era la contestación del cielo a la tierra, y acurrucandome, sonreí y así, inició la tormenta.
No supe cuándo, nuestras manos están entrelazadas, él en silencio, sólo señala el nacimiento de cada rayo. Continuamos observando la tormenta.
Y, sin pensarlo, me giré y lo besé en la mejilla, en agradecimiento por ayudarmecon mi temor. Se sonrió y con una sonrisa de lado, tomó mi barbilla y me rozó los labios.
Nos miramos a los ojos y, nos entregamos en un beso suave y tímido que, tal y como la tormenta que se desataba afuera, cambió por unos más atrevidos y, llevándose en sus brazos, entramos a su habitación.
Con prisa y torpeza, nos desnudamos y, entre besos y caricias, yo fuí en ese momento, la tierra que llama a la tormenta para que la tome y la deje empapada, no me importó nada más. Una tormenta afuera y otra dentro de ésa habitación se desataron con fuerza cambiando, fecundado cada palmo. Terminamos cansados y satisfechos.
Ya de regreso al Colegio, el clima húmedo y gris de Londres, no me molesta más. Me trae gratos recuerdos.
Esta noche, llueve y, dejo mi balcón abierto, mi tormenta viene y lo sé.
De mi cajón saco y observo mi sortija, es bella e imperfecta como él. Un raro diamante con una coloración que lo hace especial montado en un aro de oro.
El aire húmedo me trae su perfume, cítricos con un toque maderoso; Neal me abraza con cariño y me besa la mejilla.
- ¿ Cuándo se lo diremos a todos? - comenta al nota mi sortija - no quiero esperar más. Quiero que estemos juntos. Te amo, Annie Britter.
- Pronto, aunque tengo miedo a la reacción de tu familia.
- Ya mi padre lo sabe y nos apoya; y los demás... tendrán que aceptar nuestra decisión.
Recostados, me abraza ppr la espalda y nuestras manos acarician mi vientre aún plano dónde va creciendo el fruto de nuestras dulces noches tormentosas.
Espero que hayan disfrutado esta Fiesta Florida tanto como yo. Es mi segunda vez, algunas cosas se me quedaron en el tintero, espero poder compartirlas después.
Todavía no sé como subir historias en otras plataformas, así que, sólo público aquí y algunos aportes que ha leído T.G. entre sombras en su página.
Nos leemos después.
Para despedirme como se debe de esta Fiesta Florida.
Mi último aporte.
Si, las tormentas siempre me han alterado, ver el despliegue de la fuerza se la naturaleza...es ... impactante.
De niña en el hogar de Ponny, el rugido del viento, la caída del agua, los truenos y relámpago me hacían gritar de miedo. Cada noche de tormenta terminaba compartiendo la cama con Candy.
Pero todo cambió ese verano en Escocia.
TRAVESURA/CONFESION 4
Durante de la fiesta blanca de la Villa Ardlay, empezó a soplar el viento, grandes nubes se acumularon en el cielo. Elisa ya se había retirado después de decir que había visto a Candy y a Terry a solas en la Villa Grandchester. Archie salió furioso y Patty me convenció de tocar el piano.
Patty y Stear se sentaron en un sillón a platicar y yo, me quedé sola. El viento sopló con fuerza y yo, me estremecía, deambulé por la Villa buscando en qué entretenerme y no pensar en la tormenta que estaba a punto de llegar.
Perdí el rumbo y lo.unico que recordaba es el salón blanco está cerca del jardín este... o era oeste?
Desorientada, terminé enfrente de un ventanal con fascinación y miedo, podía ver la tormenta en todo su esplendor... el cielo oscurecido, los relámpagos y el viento que la envió directo a mi. Hipnotizada, pegada en mi lugar, no lo vi llegar.
- ¡Es hermoso!,¿ no lo crees? - preguntó Neal sorprendiendome. Se acercó y notó mi temblor.- ¡Vaya, la niña de Ponny le teme a las tormentas!
No pude contestar, un repentino trueno me hizo gritar y aferrarme a él. Lo saqué de balance y caímos, sonrojada, intenté levantarme con rapidez pero me enrredé en mi vestido y, otro trueno me hizo volver a abrazarlo con fuerza.
Contra lo que esperaba, no salió un comentario hiriente de sus labios. No, su mirada se suavizó y su mano acarició mi espalda mientras con una dulce voz tranquila y pausada me animó.
- Vamos, vamos, respira con calma, y levanta la cara. - fue la primera vez que vi sus ojos, me impactó la calma y protección que vi en ellos.
En realidad, Neal nunca me había dicho o hecho nada a mi. Sabía todo lo que hizo en complicidad de Eliza contra Candy; así que los evitaba al igual que a Terry; pero hoy... Me sentí segura entre sus brazos.
- Ven, te voy a enseñar; - me sentó en su regazo, de frente al ventanal. - observa con atención... primero, el viento, canta a la tierra la llegada de la tormenta, la tierra se prepara, la temperatura cambia, el aire se siente más... especial, un aroma fresco que atrae, la naturaleza entera se prepara para el intercambio que viene.
Me acomodo y toda mi piel se eriza en expectativa, si, es... es hermoso. Asombrada, veo como pequeños y tímidos relámpagos salen de entre los árboles, parecen llamar a las nubes que cargadas de lluvia se acercan.
- ¿Si lo notaste? - preguntó el moreno, - la tierra llama a la lluvia; la atrae, por que sabe que esa tormenta trae lo que ella necesita.- no dejó de hablarme con esa voz suave, sentada en su regazo, escuché otro trueno, pero, no me asustó, vi que era la contestación del cielo a la tierra, y acurrucandome, sonreí y así, inició la tormenta.
No supe cuándo, nuestras manos están entrelazadas, él en silencio, sólo señala el nacimiento de cada rayo. Continuamos observando la tormenta.
Y, sin pensarlo, me giré y lo besé en la mejilla, en agradecimiento por ayudarmecon mi temor. Se sonrió y con una sonrisa de lado, tomó mi barbilla y me rozó los labios.
Nos miramos a los ojos y, nos entregamos en un beso suave y tímido que, tal y como la tormenta que se desataba afuera, cambió por unos más atrevidos y, llevándose en sus brazos, entramos a su habitación.
Con prisa y torpeza, nos desnudamos y, entre besos y caricias, yo fuí en ese momento, la tierra que llama a la tormenta para que la tome y la deje empapada, no me importó nada más. Una tormenta afuera y otra dentro de ésa habitación se desataron con fuerza cambiando, fecundado cada palmo. Terminamos cansados y satisfechos.
Ya de regreso al Colegio, el clima húmedo y gris de Londres, no me molesta más. Me trae gratos recuerdos.
Esta noche, llueve y, dejo mi balcón abierto, mi tormenta viene y lo sé.
De mi cajón saco y observo mi sortija, es bella e imperfecta como él. Un raro diamante con una coloración que lo hace especial montado en un aro de oro.
El aire húmedo me trae su perfume, cítricos con un toque maderoso; Neal me abraza con cariño y me besa la mejilla.
- ¿ Cuándo se lo diremos a todos? - comenta al nota mi sortija - no quiero esperar más. Quiero que estemos juntos. Te amo, Annie Britter.
- Pronto, aunque tengo miedo a la reacción de tu familia.
- Ya mi padre lo sabe y nos apoya; y los demás... tendrán que aceptar nuestra decisión.
Recostados, me abraza ppr la espalda y nuestras manos acarician mi vientre aún plano dónde va creciendo el fruto de nuestras dulces noches tormentosas.
Espero que hayan disfrutado esta Fiesta Florida tanto como yo. Es mi segunda vez, algunas cosas se me quedaron en el tintero, espero poder compartirlas después.
Todavía no sé como subir historias en otras plataformas, así que, sólo público aquí y algunos aportes que ha leído T.G. entre sombras en su página.
Nos leemos después.