LO QUE PASÓ EN LAS VEGAS, NO SE QUEDÓ EN LAS VEGAS
FIN
El viaje fue de lo más agradable, a pesar del cansancio, no paraban de bromear con el bendito show que dieron los guapos hombres, pero sobre todo con la diarrea que pescó Neil y sus cómplices. Lo mejor era que todo lo tenían grabado y al ver los videos las bromas se incrementaban. De pronto Patty se quedó callada, pensativa, Stear al notarlo le preguntó — ¿Te sucede algo? ¡Enmudeciste! — ¡Ohh! Nada, es sólo que, recordaba que ustedes se aventuraron a bailar para que nosotras no viéramos a otros hombres, pero ¿Albert? — Las miradas se dirigieron al rubio mayor, quien sonrojado no se atrevía a decir nada. — ¡Lo que pasa, es que tenía muy escondida su afición a los espectáculos para mujeres! … Jajaja… — Contestó Terrence — ¡No es verdad! ¡Ustedes me obligaron! — Repeló William aún más ruborizado — Y ¡Tú, ni tardo, ni perezoso! — … Jajaja… — Intervino Candy — ¡No puedo negar que fue una buena experiencia! — ¡Claro y más ahora que se entere Michell! …Jajaja… — Apuntó Anthony — ¡No tiene nada de malo! ¡No le falté en ningún momento! — ¡Tú no! Pero ¡Las devoradoras sí! … Jajaja… — Exclamó Karen — En cuanto llegue hablaré con ella, ¡Ya verán que no se molestará! ¡Es más le hablaré para decirle que vamos en camino! — Así lo hizo, le informó a su esposa que llegarían a Nueva York y que después irían a Chicago a terminar sus vacaciones, ella, aunque extrañada se alegró de que estuvieran todos juntos.
Después de un rato de bromas, todos se fueron quedando dormidos; Michell por su parte seguía el consejo de su mamá, quien le comentó, que debería ir con todos de vacaciones en Chicago, que su lugar era al lado de su esposo, finalmente había estado en el nacimiento de su sobrino y aunque quería quedarse a disfrutarlo más, se decidió a irse a Nueva York, ahí esperaría a su marido, pensó que era una linda sorpresa. El Jet aterrizó sin problemas, había ya dos limusinas esperándolos para trasladarlos en primera instancia a la mansión Ardlay. La desvelada, la resaca por la bebida y la sensación de que todo estaba bien, provocó que, ninguno de los cinco caballeros encendiese sus celulares, no tenían premura, estaban con sus novias y eso era lo que más les importaba.
George al no poder comunicarse con William, optó por dejarle mensaje de voz, esperando que al escucharlo se comunicara inmediatamente con él, sin embargo, el tiempo transcurría, habló al centro turístico de Hawái, enterándose de que ya no estaban ahí, iba a hablar con su secretaria, pero en ese momento ella, le avisó que tenía una llamada del jefe de investigadores privados; de inmediato tomó el auricular y le preguntó al hombre — ¿Qué noticias me tiene? — ¡Señor, tenemos ya los resultados de la investigación de las damas en cuestión! ¡Son situaciones importantes!, ¿Quiere que se los lleve’ — ¡De inmediato! ¡Tome el primer vuelo y venga a las oficinas! — ¡En este momento, señor! — Villers estaba preocupado, aunque no sabía el resultado de las pesquisas, si entendía, que tenía que hacer algo, antes de que los Ardlay llegaran. Esperaba que se hubiesen ido a otra parte, pero no estaba cierto.
Michell aprovechando, que Albert había puesto a su disposición un jet del consorcio, se embarcó directamente a Nueva York, quería llegar antes de que su familia lo hiciera. Una vez en el aeropuerto, no esperó a que un auto de los Ardlay la llevara, tomó un taxi. Al llegar a su casa, tampoco quiso esperar a Anton, subió directamente a su recámara, quería ducharse, ponerse hermosa para su esposo. Nunca se dio cuenta que algunas cosas habían cambiado, los esquicitos floreros con rosas, fueron remplazados por unos enormes y coloridos arreglos florales, la fotografía del día de su boda, no estaba en el pasillo principal, justo donde se encontraban los de todos los antepasados del clan, tampoco se veían, las fotos de todos los sobrinos con sus respectivas novias, que adornaban las mesas de centro del salón principal. Solo le extrañó, que al abrir su closet todo estaba acomodado de diferente manera, sin embargo, dejó su pequeña maleta y se metió al baño, la refrescante ducha le provocó algo de sueño, se recostó en la cama y se quedó dormida.
Lili y sus discípulas llegaron a la mansión, ese fue su segundo día de compras, sin más llegaron botaron los paquetes y llamaron a Anton, hombre se resistía a cumplir con las órdenes, pero espera que llegaran los señores para que decidieran lo que harían con sus invitadas. Lily que no le tenía consideración le ordenó — ¡Tráiganos unos cocteles, quesos y carnes frías! — El mayordomo sin responder se dio la media vuelta, ante ello la mujer le gritó — ¡No siga con esa actitud! ¡Porque le diré a mi ángel que lo corra! — ¡No deberías tratarlo así! ¡Lleva muchos años en la familia! ¡No creo que Albert lo despida! — Intervino Annie — Pues ¡Será el abuelo! Pero ¡A mí me respeta! — ¡Ya Lily! ¡Deja eso! ¡Mejor pongamos música! — Pero ¿Todos los discos que tienen están aburridos! — Comentó Luisa — ¡Ya sé! Por ello compré estos — Contestó Susana, quien sacó unos discos compactos de los artistas del momento, la música era variada, cumbia, salsa, ranchera, etc. cuando una mucama les llevó lo que pidieron, comenzaron a beber, a bailar solas, elevaron el volumen al tal grado que retumbaban los ventanales. Las fuertes risotadas, el bullicio, así como el estruendo musical despertaron a Michell, quien creyó que los chicos ya habían llegado. — ¿Cómo me pude quedar dormida? — Decía al mirarse al espejo — ¡Cielos! ¡Debo de cambiarme para bajar! — La joven buscó un fresco vestido en tonos pasteles para la tarde, el verano estaba en todo su apogeo; se puso unas alpargatas a juego y se levantó el cabello en un rodete, unos accesorios de oro, se miró de nuevo al espejo, satisfecha por su imagen salió de su habitación.
Las limusinas iban entrando por los portales, una a una se estacionaron frente a la entrada principal, cuando todos bajaron les llamó la atención la música a todo volumen. — ¿Tenemos fiesta? — Le preguntó Candy a Albert, quien respondió — ¡Ni idea! Michell no está, ¡Tal vez sean los sirvientes! — ¡Yo creo que sí, ¡Porque esa música no la acostumbramos! — Comentó Anthony — ¡No se molesten con ellos! ¡También tienen derecho a divertirse — Dijo Stear — ¡De todas maneras es extraño, Anton no permitiría algo así! — Intervino Archibald — Pues ¡descubrámoslo! Hay que entrar — Aventuró Terry, quien tenía tomada de la mano a su novia.
Las mujeres de las Vegas habían bebido más de la cuenta, seguían bailando entre ellas, que traían puestos los trajes y accesorios que compraron sobre puestos, mismos que sacaron en cuanto el alcohol comenzó a hacer efecto. La puerta se abrió, las primeras en entrar fueron Karen, Molly y Patty, que perplejas observaban los desfiguros que hacían las intrusas. Terry se quedó parado ante tal escena, ni en sus más locos sueños, pensaría que esas féminas hubiesen llegado a tanto. Stear, Anthony, Albert y Archie, que fueron los últimos en entrar no quisieron avanzar más. Era una imagen de antología, la palidez se veía en los rostros de los caballeros, mientras que las chicas no salían de su estupefacción; al mismo tiempo que Michell miraba desde el punto mas alto de la escalera lo que sucedía en el salón de su hogar.
Albert dio un paso al frente, tenia que enfrentar a esas mujeres de una vez, no obstante, Lily miró a la puerta descubriendo la imponente figura de él, de inmediato salió corriendo con los brazos extendidos para abrazarlo — ¡Ohhh! ¡Mí adorado ángel! ¡Por fin has llegado! — El rubio la sujetó de las manos para evitar que se colgara de su cuello, pero la mujer no dejaba de pegarse al cuerpo de el — ¡Basta! ¿Quién es usted? — ¡Por favor, amorcito! ¡No me digas que no recuerdas nuestras noches de amor! — Michell que bajaba despacio los escalones, se sentía turbada, no entendía, la decepción se iba dibujando en su rostro, cuando llegó al centro de la sala se dirigió de inmediato a apagar el aparato de sonido. El silencio fue lo único que se escuchaba, además de las risotadas de las mujercitas que, bebidas decían incoherencias.
En su interior Michell se sentía devastada, pero no sería el hazmerreír de esas mujerzuelas, se acercó a su esposo, con una mirada fría y la voz más dura, apuntó — ¡Amor! ¡Que bueno que regresaste!, ¡Me presentas a tus invitadas! — Lily que no despegaba de los brazos de Albert se volteó para ver quién le hablaba así a su adorado ángel — ¿Quién es está, ángel? — El momento era sumamente irreal, Karen se volvió para mirar a su novio, pero él estaba atontado, el único que se había movido de lugar era Stear, quien acercándose a los sillones tomó una bolsa de las compras de las intrusas para colocársela en la cabeza y cubrir su cara. Archie quería hacer lo mismo, pero Molly le apretaba muy fuerte la mano, parecía que quería rompérsela, no dejaba de ver desafiante a Annie Britter, quien se tambaleaba por los estragos del alcohol. Susana que notó la presencia de Terrence, iba en su dirección, pero con una voz potente, Terrence le sentenció — ¡Ni un paso mas Susana! ¡No te nos acerques! ¡Esta vez no nos envolverás con tus embustes! — ¡Terry! — La chica se quedó parada, pero su mente no daba tregua al rencor que anidó por muchos años, sin embargo, en esta ocasión no perdería la oportunidad de desquitarse de todos los rechazos del castaño, más de la que consideraba su rival, la odiaba por simple, porque a pesar de sus encantos ella no pudo conquistar al inglés, que solo se desvivía por ella — ¡Querido! ¿Desde cuándo se considera embuste al amor? ¡Las noches que pasamos en las Vegas, ya se te olvidaron? — Annie dando tumbos comento arrastrando la lengua ¡Creo que a todos se les ha olvidado, o ¿No? ¡Archie! — El menor de los Cornwell sintió como el color subía por sus mejillas. — Luisa buscaba con ojos titilantes a Stear, pero no lo veía y es que el inventor se fue a sentar al lado de uno de los sillones con la cabeza tapada por la bolsa de papel.
— ¿Pueden decirnos qué es lo que está pasando? — Cuestiono Candy, mirando a su alrededor, un pinchazo fue lo que sintió al ver a Susana, siempre había pretendido a Terrence, pero él, nunca le hizo caso, que ella estuviera ahí, no le gustaba para nada. — Albert, que por fin se soltó del agarre de Lily se acercó a Michell y explicó — ¡Esto es una burla de estas mujeres! ¡Nosotros no hemos estado con ellas! — Parecía que la situación iba a aclararse, pero, como si hubiese sido invocada llego Elisa, quien, motivada por su hermano, fue a hablar con Lily para que juntas hicieran algo para vengar la burla de la que fue objeto. Al ver a todos y todas ahí, quiso dar marcha atrás, pero Annie la detuvo, si, no nos creen, aquí esta Elisa que puede constatar lo que decimos. Ellos estuvieron con nosotras en las Vegas, después de unas noches de pasión nos prometieron un mundo lleno de cosas bellas. Incluso Anthony después de tomarte te lo prometió o ¿No Elisa? — La pelirroja titubeo, no entendía a qué se refería la Britter, pero se aventuró a formar parte de su equipo — ¡Es verdad! Desde que estábamos en el antro, donde los encontramos, Anthony comenzó a toquetear mis senos. — Al decir eso Karen se le fue encima, estaba a punto de asestar un golpe en su nariz, cuando sintió que su novio la sujetaba por la cintura. — ¡Suéltame! ¡Deja que le quite esa sonrisa burlona! — ¡Calma, amor! ¡Calma! ¡No caigamos en su juego! — Decía Tonny sujetándola con mayor fuerza.
Era verdad, todos sabían como se las gastaba la hija de los Leagan, en muchas ocasiones, la descubrieron inventando embustes, sobre una relación con Anthony, después con Terrence, así que era poco creíble lo que aseguraba, sin embargo, Molly no estaba tan segura, sobre todo porque la relación entre Annie y su prometido duró muchos años, aunque sabía la forma en la que termino todo, un dejo de inseguridad se filtraba por sus pensamientos. — ¡Lo que pasa es que son unos cobardes! — Refutó Susana — ¡No se quieren hacer responsables de nosotras! ¡Solo jugaron con nuestros sentimientos! — Al decir esto, gruesas lagrimas brotaban de sus ojos, efectuando así el papel, que ella consideraba el mas importante de su vida. — ¡Un momento! — Habló Lily — ¡Yo no estoy dispuesta a que nadie se burle de mí! ¡Tú me prometiste matrimonio! ¡Dejé todo lo que tenía en las Vegas! ¡Ahora me cumples! — ¡Sucede que eso no puede ser! ¡Porque Albert está casado conmigo! ¡Es imposible que te haya prometido algo de esa naturaleza! — Intervino Michell — ¡Tú no me vas a hablar así! — Respondió iracunda la mujer, que levantó la mano para darle una bofetada a la señora Ardlay, pero los reflejos de Albert impidieron que lo lograra, ya que tomó su brazo al vuelo aventándola contra el respaldo de uno de los sillones.
Lily fingiendo que la había lastimado comenzó a gritar — ¡Tú no te burlaras de mí! ¡Esto lo pagarás muy caro! — Luisa acudió a socorrerla, pero ella la aventó para ponerse de pie y decir — ¡Sí piensas que me harás a un lado, estas muy equivocado! Y ¡Óyelo bien! ¡Te costarán millones de dólares sacarme de aquí! — … Jajaja... ¡Mira lo que son las cosas! ¡Prefiero perder millones, que tenerte aquí! ¡Nunca! ¡Óyelo tú, también! ¡No pude pedirte matrimonio, simplemente porque amo a mi esposa! — ¡Será como quieras, querido! ¡Nosotras no, nos iremos de aquí! Y ¿Ustedes? — Dijo mirando a los demás jóvenes — ¡Váyanse preparando! Porque, ¡Tampoco se desharán de ellas! — Lo dicho descontroló a las chicas, que juntas se preparaban para recibir cualquier ataque, por lo que no se dieron cuenta cuando Annie se fue acercando a Archie con un tenedor en la mano, en un abrir y cerrar de ojos, el menor de los Cornwell fue envestido por la chica, quien loa amagó de la cabeza encajando el cubierto cerca de uno de sus ojos. Nadie se percataba de ello, las intrusas seguían inmersas en su discusión.
Susana iba y venía de un lado para otro, no estaba segura de que el plan funcionara, sin embargo, era más su odio por Terry y Candy, que ya le daba igual, entendía que a los ricos no les gustaban los escándalos, así que algo bueno sacaría de todo esto. Elisa por su parte, se sentó en uno de los sillones, le daba risa lo que sucedía, le divertía ver la cara de sus familiares en estado catatónico, pensaba que al final no la podrían involucrar, no tenía nada que perder, por lo menos haría pasar un muy mal rato a Anthony y Karen. Lo único que lamentaba era no poder vengar la afrenta de su hermano, pero se suspendían las bodas, se daría por bien servida. Luisa nerviosa, no atinaba a decir nada, sus pensamientos se fueron al desprestigio que un escándalo significaría para su de por sí devastada familia.
A pesar de que Terrence no quería dejar sola a su novia, ella se soltó para ir con sus amigas, todo era muy extraño. Junto con Karen, Molly y Patty buscaron acercarse a Michell para darle su apoyo, fue en ese momento que Susana agarró a Candy de los cabellos, el grito de la rubia fue tal, que Karen no necesitó más que unos pasos para lanzarse sobre la Marlow, seguida por Patty, no obstante, fue el chillido de Annie lo que se escuchó — ¡Cállense todos! ¡A mí no me importa lo que hagan ustedes! En este momento me largo con Archie, ¡No, nos volverán a ver! ¿Verdad querido? — Decía, al tiempo que enterraba el tenedor en la tersa piel del chico. Él no quería decir nada, cualquier cosa alteraría a su ex novia, pero Molly no, ella dio unos pasos, pero la voz de la Britter la detuvo — ¡No te acerques! ¡Si lo haces, le sacaré los ojos para que no vuelva a verte jamás! — La joven no prosiguió, la mirada de esa mujer, le hizo temer que cumpliera con su amenaza, pero no perdía contacto visual con su novio, que la miraba suplicante para que no hiciera nada tonto.
Fue en ese momento que, aprovechando la distracción provocada por Annie, Terrence tomó a Susana de los brazos para que soltara a su pecosa, ella no quería, pero Stear, sin ser visto, gateando llegó hasta ellos tomó a la muchacha de un tobillo y la mordió, ella soltó a la rubia para caer sobre el inventor, que solo se cubría la cara para que no lo rasguñara, Patricia al ver que su novio era atacado se fue de inmediato a defenderlo; Elisa vio lo que estaba sucediendo, no quería tentar a su suerte y recibir alguna reprimenda de su tío abuelo, decidió irse, esperando que nadie la viera se acercó a la puerta, sin embargo, Karen que percibió sus intenciones le dio alcance jalándola por el hombro — ¡No! ¡Tú no te me escapas! — Al decir esto, le propinó tremenda bofetada, la pelirroja, dio dos pasos para atrás, tropezándose con Luisa, que asustada a gatas intentaba salir del lugar. Elisa cayó al suelo, donde Karen montada sobre ella, seguía golpeándola, al tiempo que le decía — ¡Esto es por entrometida! ¡Esto por querer seducir a mi novio! Y ¡Esto porque ya te traía ganas! — Anthony logró levantarla, pero su fiera realmente no se calmaba, al contrario, estaba furiosa — ¡Suéltame Anthony! ¡Estas advenedizas me la pagarán! ¿Cómo se atreven a invadir de esta manera! Y ¡Tú! ¡Después me las arreglaré contigo! ¡Primero le doy su merecido a estas trepadoras! — ¡Calma, Karen! — Le pedía el rubio menor, mientras la cargaba tomándola por la cintura para que no se soltara — Lily al ver la campal que se estaba armando, tomó una botella estrellándola contra una mesita, la empuñó para lastimar a Michell, al ver eso Molly se apresuró a detenerla, a pesar de que Albert ya la estaba cubriendo con su cuerpo; Lily se sintió acorralada, presentía que todos sus sueños se esfumarían por los arrebatos de sus amigas. — ¡No, querido! ¡No será tan fácil! ¡Aquí me tendrás! ¡Te demandaré! ¡Armaré un escándalo tan grande que saldrás muy perjudicado! — En ese momento, entró Anton, que al escuchar el bullicio se dirigió a la sala, su rostro palideció al ver a las mujeres peleando, cuando Lily estaba por lastimar a William, tomó un cojín de los sillones para estamparlo en la cabeza de la mujer, quien se fue de bruces, acto seguido el mayordomo exclamó — ¡Para servirle madame! — En el forcejeo entre Susana, Candy y Patricia no paraba, Stear y Terry las separaban, pero sus novias retornaban para seguir golpeando a Susana, quién a pesar de la golpiza que le estaban dando, se atrevió a decir — ¡Solamente así puedes retener a un hombre! ¡Siempre has sido tan simple, Candy! — ¡Mira lo simple que soy! — Al pronunciar esto la rubia zafándose de su novio le asestó un fuerte golpe en la nariz — ¡Así, así es como soy de simple! — Le gritó la joven a Susana que se tocaba la cara — ¡Me has roto la nariz! — ¡Y me faltó la boca, para que ya no sigas hablando, víbora! — ¡Calma cariño! — Le decía el inglés — ¡Suéltame! ¡Que ya hablaremos tú y yo! — Terrence se quedó callado. Luisa no quería que la vieran, sólo ansiaba largarse de ahí. Entre tanto alboroto, nadie se percató de que Annie se había llevado a Archie. — ¡Suéltame Annie! ¡No empeores tú situación! — ¿Mí situación esta resuelta, querido! ¡Nos iremos a otro país, nos casaremos y viviremos felices! ¡Sé que me sigues amando! ¡Esa mujer no representa lo que hemos vivido durante nuestro noviazgo! — ¿Te das cuenta de que me estás lastimando? — ¡No quiero hacerlo! Pero ¡No me dejaste alternativa! —
Por un momento todo paró, el silencio dejó escuchar las sirenas de patrullas, acercándose, fue cuando Molly dijo — ¡Archie no está! ¡Se lo ha llevado Annie! — ¡Vamos a buscarlos! ¡No deben estar muy lejos! — Apuntó Terry, quien soltando a Candy se dirigía a los jardines de la casa, solo bastaron esos segundos para que Susana le asestara un fuerte golpe a la pecosa con un jarrón que tomó del salón, la rubia cayó desmayada — ¡Noooo! Pero ¿Qué hiciste? — Exclamó el castaño, hincándose para tomar a su novia entre sus brazos, Susana solo se limitó a contestar — ¡Nada! ¡Solo desquitarme por tantas ofensas de tu parte! — Él recostó a su prometida en uno de los sillones, con la mandíbula apretada, dio pasos firmes hasta la Marlow, quien mantenía una sonrisa triunfal, pero al observar la fiereza con que la miraba el que seguía siendo su obsesión retrocedió, no quería enfrentarlo. Lily no quería tener problemas con la policía, así que intentaba levantarse, pero la cabeza le daba vueltas, cuando por fin se reincorporó, los silbidos de los uniformados inundaron la mansión.
Junto con los policías entraba George con Annie sujetada del brazo y Archie con algunas gotas de sangre que brotaban de su sien derecha. Molly al verlo corrió a sus brazos. Los agentes apresaron de inmediato a las mujeres de las Vegas, Lily forcejeaba — ¡A mí no me pueden detener! Albert Ardlay te hundiré! ¡Lo juro! — Luisa lloraba, Susana se cubría con un pañuelo la naríz que seguía sangrando, Karen, Anthony, Stear, Patty, Terry y Candy parados junto con Albert, que abrazaba a Michell, miraban interrogantes a Villers.
Los agentes llevaban detenidas a las mujeres, George esperaba a que salieran para hablar con sus amigos de lo acontecido. El comandante que iba a cargo, se dirigió a Villers, éste le dijo que los abogados de la familia ya estaban en la comandancia para hacerse cargo de todos los aspectos legales, además que ya contaban con todas las pruebas para que se procediera judicialmente. Anton ordenó a la servidumbre que limpiaran todo, en tanto todos se trasladaron a la biblioteca para enterarse por fin que originó todo el embrollo.
Antes de que George hablara, Terrence tomó la palabra para comentar lo sucedido en las Vegas, las chicas escucharon hasta que el castaño terminó su relato, pero ninguna comentó nada, fue Karen la que rompió el silencio. — ¡Quiero entender que ustedes nos pidieron explicaciones por algo que fue premeditado por nosotras para escarmentar a unos vándalos! Pero ¡¿No fueron capaces de confiarnos lo que sucedió en los primeros días de sus vacaciones?! — Y ¡Todavía se atreven a interrumpir nuestros planes! ¿Por sus inseguridades? — Exclamó Candy — ¡Esto es inaudito! — Murmuró Patty, observando a Stear que silbaba haciéndose el disimulado. — ¿Cómo es posible que nos juzgaran, cuando ustedes pasaron algo similar? — Comentó Molly. Michell, que ahora entendía todo, se separó de su esposo y le dijo — Y ¿Tú, querido? ¡No fuiste capaz de contarme lo que pasó! ¡Nuestro pacto de confianza! ¿Dónde quedó? — Esperen, ¡Nos están atribuyendo cosas que nosotros no hicimos! — Refutó Terry — ¡Si no lo comentamos fue porque no pensamos que pasara a mayores, mucho menos pensaríamos que esas mujeres se hubiesen alojado aquí! ¡No se me hace justa su postura! — Los hombres asintieron. George que hasta el momento no se atrevió a interrumpir carraspeo para que le pusieran atención — ¡Si me permiten comentar los resultados de las investigaciones, creo que modificarán sus conclusiones!
El grupo guardó silencio para escuchar lo que tenía que decir la mano derecha de los Ardlay — Bien, todos saben ahora lo que sucedió tanto en las Vegas, como en Hawái, pero déjenme decirles, que derivado de los vídeos que mandaron el señorito Neil y sus cómplices se pudo investigar a las damas que conocieron hoy. Uno de los números investigados fue el de la señorita Elisa, de ahí se desprendieron diferentes pesquisas que dieron como resultado el saber que, ese grupo de damiselas se dedicaban a robar y extorsionar a los caballeros que caían en sus encantos, con esto no quiero decir que los caballeros aquí presentes hayan sido presa de ellas, por el contrario, al negarse a mantener cualquier tipo de relación, las susodichas los acosaron y robaron sus móviles, además de la agenda de William, de ahí obtuvieron la dirección y supieron que era la cabeza de los Ardlay, por si eso fuera poco, Luisa, Annie y Susana ya eran conocidas suyas desde el colegio en Londres, eso no lo sabía Lily, ella sólo quería casarse con un hombre millonario, las otras mujeres también, pero ya tenían a sus elegidos desde hace mucho tiempo. Con las pruebas que se tienen, así como por las videograbaciones obtenidas de los diferentes casinos, se les ha identificado, por lo que creo que permanecerán un tiempo en la cárcel. Salvo la señorita Elisa, qué desconozco, lo que pretende hacer Albert al respecto. — Correrá la misma suerte, que las demás, ¡Quería una doble vida! Pues ¡Ahí la tiene! En cuanto a Neil, suspende todos préstamos que le hemos hecho. Reitérale que no volveremos a negociar con los Leagan.
Todos quedaron conformes con las explicaciones que dio George, no quisieron saber cómo terminó el juico que se llevó a cabo a las mujeres de las Vegas, tampoco quisieron enterarse de la suerte de Neil y sus amigos. Sin embargo, nadie pudo negar que esas fueron unas vacaciones surrealistas, que para colmo terminaron en un antro de Chicago. Esas vacaciones fueron motivo de bromas constantes durante los siguientes meses, aunque habían sido un tanto tensas, no había día que las chicas no pidieran un show solo para mujeres.
Fin.
Última edición por Adry Grandchester el Sáb Mayo 14, 2022 3:37 pm, editado 2 veces