SEDUCIENDO AL VILLANO
GIANNY 17
CAPÍTULO 9
GIANNY 17
CAPÍTULO 9
---Señor Arlington ¿está seguro de lo que piensa hacer? - Preguntó Frederick al recibir la carta del conde.
---El emperador no piensa escucharme y obligara a mi hija a casarse con ese infame, sino tengo su apoyo tendré que buscar ayuda en otra parte.
El mayordomo miro a su amo y asintiendo se retiró del enorme estudio.
Carlos Arlington se quedó observando la puerta cerrada y suspirando abrió el cajón de su escritorio para tomar el pequeño cuadro, donde se podía ver a su querida hija pequeña junto a Pauma, su bella esposa, acaricio la imagen con cierta melancolía y depositó un beso en ella para posteriormente volver a guardarla en su lugar.
---Señor.- Frederick habló del otro lado.
---Pasa. - El hombre ingresó y lo miró que actuaba con cierto nerviosismo. - ¿Qué sucede ahora?
---Afuera se encuentra el duque de Grandchester y desea tener una audiencia con usted?
---¿El duque?.- La frente del conde se contrajo.- ¿Qué quiere ese hombre conmigo?
---¿Será por la señorita? .- Los ojos del conde se estrecharon.
---¡MALDICIÓN! – Apretó los puños. - Esa maldita familia no piensa dejarnos en paz.
---Señor.
---Déjelo pasar.
---Si señor. - Haciendo una reverencia se fue a cumplir la orden.
Al poco rato a puerta se abría y la imponente figura de Terrence se hacía presente, se podía ver a leguas la dignidad imperial que exudaba su presencia, por más que intentaran opacar su digno origen, era claro su real nacimiento.
---Su excelencia.- El conde se inclinó ante el joven hombre que tenía presente y a regañadientes lo invitó a sentarse.- Tome asiento duque. - Terrence que miraba distraídamente el lugar se sentó frente a él.- Dígame ¿A qué debo el honor de su visita?.
Terrence lo miró al fin y enderezando su postura soltó.
---Iré de frente al grano.- Su voz sonaba decidida.- He venido a prestar mi ayuda al conde para que pueda romper el compromiso de su hija con el marqués.
Carlos que lo miraba sin expresión alguna guardo silencio por un momento, sin comprender que es lo que estaba pasando, el hombre que tenía al frente era conocido por su crueldad y aunque era joven también era muy astuto, ególatra y un asesino, no quería que su hija tuviera que ver con él. Cuando al fin pudo ordenar las ideas en su cabeza habló.
---¿Por qué haría eso su excelencia? .- La sonrisa burlona de Terrence se pintó en su rostro.
--- No piense que es por su hija conde.- Habló mientras se acomoda en el sillón.- La señorita Arlington es hermosa, ciertamente, pero tengo otros intereses más grandes en donde usted interviene.- Los dientes del conde se apretaron al igual que sus puños. – Además, digamos que tengo una deuda personal con el marqués que necesita ser cobrada.
---Su excelencia. - El conde intentó hablar, pero fue cortado antes que pudiera hacerlo.
---Si su temor es que yo le haga algo a su hija por los rumores que se han corrido, quédese tranquilo.- Terrence lo miró con calma.- Fue con la mera intensión de fastidiar al marqués y de paso a mi tío.
---Su intensión terminó lastimando a mi hija.
La expresión de Terry se tornó seria por un momento pero después de un segundo volvió a cambiar.
---Me entere y me disculpo con usted…no sabía lo del compromiso y no imagine que el marqués reaccionara de esa forma con la dama.
---Mi hija no es un medio para su venganza.- El duque lo fulminó con la mirada.- Y menos su juguete.
---Nunca la considere de esa forma.
---¿Entonces como la considero con todo ese teatro que armo?
Terrence se quedó callado ante la pregunta del conde
---¿Por qué invitó a mi hija a bailar, cenar y después visitar su casa?.- Carlos lo miro con desprecio.- Usted y yo somos hombres y ambos sabemos lo que esta sociedad haría con ella, como intentarían destruirla y rebajarla a su antojo por el simple hecho de que usted fijara su atención en ella.
---Me disculpo nuevamente, mis acciones no fueron las más acertadas.
---No, claro que no fueron.
Terrence se dio cuenta que el conde no aceptaría su ayuda y antes de recibir un rechazo uso su última carta.
---Soy el único que puede ayudar al conde. - Lo miro con determinación. - ¿Cree usted que algún hombre o familia en todo el imperio o fuera de él, quisiera enfrentarse al poder del emperador?
El conde se estremeció ante sus palabras que guardaban una verdad irrefutable.
---No.- Dijo con una sonrisa.- Soy el único que no le teme y al que sabemos no puede hacerle nada por ser el único pariente de sangre directa que tiene.
---Su excelencia…¿Se va a enfrentar a su tío por mi hija? .- En conde se burlo de Terrence.
---No es por su hija, conde.- Terry habló cómodamente.- Es por un asunto más personal…más familiar…en donde claro también está metido el marqués.
---¿Qué me asegura que el emperador no buscará desquitarse con mi hija o conmigo?
---Puedo darle mi palabra que eso no pasará, desde el momento en que usted acepte mi ayuda, el condado de Arlington pasará a mi protección.
Una sonrisa burlona apareció en el rostro del conde y poniéndose de pie se dirigió hacia la ventana.
---¿Y que desea a cambio su excelencia?...Porque usted no estaría ofreciendo su apoyo sin algo a cambio…¿Qué es lo que desea pedir?
---¡Oh! es horrible que usted malinterprete mi buen corazón.- Su claro tono actuado sonó muy evidente.- Pero si, tiene razón.- El duque se puso de pie y caminó hasta una de las paredes del estudio donde se hallaba un enorme mapa.- A cambio de mi ayuda, protección y todo lo que ello implique, usted me cederá una de sus tierras.
El claro malestar en la cara del conde se hizo presente y Terrence lo notó.
---Pero no se preocupe, tal transacción solo se hará efectiva cuando el compromiso de su hija se haya roto…¿no le parece justo?
---La reputación de mi hija se verá afectada.
---A la señorita Arlington poco le importa su reputación. - Terrence lo miro divertido. - Además usted sabe que roto el compromiso que el emperador aprobó, es casi nula la oportunidad que ella tenga para poder encontrar una pareja…confórmese con que será libre, feliz y lógico estará viva.
El conde parecía abatido y con muchos pensamientos en la cabeza, Terrence suspiró y tentando una vez más su suerte soltó.
---Dejaré que lo piense tranquilamente, pero necesito su respuesta lo más pronto posible.- y apretando los puños dijo.- Reconsidérelo, nadie más va a ofrecerle la mano de la forma que yo lo hago, soy el único que puede lograr que ese compromiso no se dé.- El conde lo miro a los ojos.- Ambos ganamos en este trato, usted recupera a su heredera y yo obtengo un pago justo por mi apoyo.
---Quedarse con mis tierras.
---O es a mí por las buenas o es al emperador y marqués cuando se las arrebaten a la fuerza.
El conde respiro profundo y miro con fastidio al joven que tenía al frente.
---Creo que es momento que se vaya.
---Me gustaría pedir un tiempo a solas con la señorita Arlington.- Soltó Terry de improviso logrando que el conde apretará los puños con fuerza.
---No.
---Conde.
---Dije que no.- Carlos Arlington le lanzó una mirada de enojo y Terrence no tuvo otra alternativa que asentir.
---Entonces espero su respuesta.
Con una reverencia Terrence se retiró del estudio.
---Por aquí su excelencia. - Frederick lo guio apenas salió del estudio.
---¿La señorita Arlington que disfruta hacer a estas horas? - Preguntó sin mucho interés.
---Nuestra señorita disfruta del té y leer algún libro su excelencia.
---¿Dónde?
---¿Disculpe?
---¿Qué donde está ahora?.- La mirada de Terrence se volvió feroz haciendo el empleado bajara la cabeza temeroso.
“¿Señorita Candence por qué tuvo que enredarse con estos monstruos?”
Pensó asustado el pobre empleado.
---En el invernadero, en el jardín trasero.
---Gracias.
---¡Duque!
Frederick caminó detrás de él sin poder detenerlo y mientras el duque atravesaba las enormes puertas de cristal del salón que daban al jardín, el mayordomo empezó a sudar ante la posible reacción que tendría su amo al descubrir que había dejado pasar al duque.
Terrence caminó por el verde césped del jardín y logro ver el invernadero que menciono el mayordomo antes, apresurando el paso llegó hasta el y mirando al preocupado hombre advirtió.
---Deseo hablar a solas con la dama, así que desaparece.
--Pero su excelencia. - De nada sirvió intentar decir algo ya que tan pronto como abrió las puertas, el duque ingreso y las cerró.
---El conde va a matarme. - Frederick sacó un pañuelo y se secó el sudor que había empezado a formarse en su frente.
Por otro lado, dentro del invernadero el delicioso aroma de flores se sentía a cada paso que Terrence daba, a los pocos metros caminados pudo ver la hermosa mesa con el té y los bocadillos sobre ella.
Candy que se hallaba de pie oliendo una de las flores del lugar no se percató de la presencia del duque.
Terry se detuvo por un momento hipnotizado por la imagen, pero al cabo de un rato sacudió la cabeza y tosió para hacerse notar.
---¿Su excelencia?.- Candy se sorprendió a verlo de pie frente a ella. - ¿Qué hace aquí? - Miró detrás suyo como buscando a alguien.
Las marcas aún estaban en su hermoso rostro y algo dentro de Terrence se contrajo y mientras se acercaba a ella vio como Candy abría los ojos y retrocedía algo temerosa.
---“A ti”, dijiste que podría tenerte a ti si aceptaba ayudarte a romper el compromiso.- Los ojos de Candy temblaron.- Bien, acepto.- Los pasos de Terrence se detuvieron muy cerca de ella.- Serás mía mientras dure este circo.
---¿Me ayudara?
---Hice mi parte con el conde, ahora es turno tuyo convencerlo a que acepté el trato.
---¿Hablo con mi padre?.- Candy se llevó las manos a los labios para evitar gritar del pánico.- ¿Por qué lo hizo?
---Porque soy un hombre de negocios señorita Arlington, si hago esto, tengo que ganar algo.
---No tenía que hacer algo así.
---Si vamos a jugar, jugaremos con mis reglas.
Ambos se miraron a los ojos con cierto recelo y ante el súbito calor que empezó a sentir Candy, tuvo que ser ella la primera en desviar la mirada.
---Hable con su padre y convénzalo de aceptar mi ayuda.
---Lo haré.
---Pronto estaré enviándole una invitación, así que procure recuperarse para ese momento.
---Está bien.
---Evite encontrarse con el marqués, no me gusta que otros toquen lo que es mío.
---Bien
Las respuestas cortantes de Candy fastidiaron a Terrence pero antes de responder decidido dar la vuelta y retirarse.
Afuera estaba el mayordomo que nervioso retorcía su pañuelo.
---No es necesario que el conde se entere de esto ¿verdad?.- Mencionó mientras se colocaba los guantes.- Descubrir que sus empleados no pueden detener a que alguien se reúna con la única heredera de Arlington sin su autorización sería muy …vergonzoso.- Palmeando su hombro con un par de golpes lo pasó.- Así que mantengamos esto en secreto.
Sin decir más el duque de Grandchester se retiró de la propiedad del conde.
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Última edición por gianny17 el Lun Abr 24, 2023 4:10 pm, editado 1 vez