Capítulo 8
Albert trago saliva y miró a Dorothy, por alguna razón sus ojos se iluminaban de tan solo verla, cosa que en su momento no le tomó tanta atención Neil.
—Nada estaba sucediendo en la oficina de Albert —se atrevió a decir Blair—.
Desde que llegué a América Albert ha sido para mí cómo un hermano. Eres una persona que da por sentado lo que pasa, te aseguro que si preguntaras las cosas directamente a las personas te ahorrarás muchos dolores de cabeza, pero creo te gusta ser un cabeza dura —ella se dio la media vuelta indignada y subió las escaleras de la mansión deprisa para dirigirse a su habitación.
Albert y Dorothy soltaron una pequeña risita al escucharla decirle cabeza dura a Neil y el solo abrió sus ojos sorprendido y masculló —creo que tiene carácter.
—Anda vayamos al despacho necesitas saber un par de cosas. —declaró Albert.
—Quiere que mande algo de comer al despacho para ustedes señor Albert. —preguntó Dorothy.
—Me parece perfecto Dorothy, pero por favor te lo he pedido muchas veces que solo me llames Albert. —le sonrió.
Ambos se dirigieron al despacho y ya estando ahí Neil se animó a preguntar sin rodeos.
—Es mi imaginación mia o algo está pasando contigo tio?
—De qué hablas Neil, no te entiendo —Vi la forma en que miras a Dorothy.
Albert solo carraspeó y se dirigió hacia la mesita de su despacho donde se encontraba una licorera, sirvió en dos vasos de cristal whisky, y le entregó un vaso a su sobrino.
—Neil, no estamos aquí para hablar de mí. —No respondiste un “NO” entonces algo está pasando y si es lo que estoy imaginando, es muy descarado que estuvieras abrazando a Blair no lo crees, yo los vi, es por eso que no quise interrumpir y mejor quise irme.
—No voy a responder esa pregunta sobre Dorothy, lo que tengo que decirte se que te interesara —dio un trago a su whisky.
—Claramente Blair y tú sienten lo mismo uno por el otro, pero como te ha dicho ella hace unos momentos eres un cabeza dura por llamarlo de una manera tierna. —¡Tío!
—No está comprometida. Ella rechazó ese matrimonio razón por la cual su padre en enojo le confesó no ser hija legítima y salió huyendo hacia América. Mi padre y su padre fueron muy amigos y se sintió con la confianza de mandar un telegrama para cuidarla. El está muy arrepentido y es por eso que Blair vuelve, quiere arreglar las cosas con su padre, ella es una buena chica y claramente tiene sentimientos hacia ti.
A pesar que la familia Campbell la rechazó; el que era el prometido no está conforme con eso y viajó hasta aquí para amedrentar y forzarla a casarse con él.
— Pues si no lo ama, que no se case qué tan difícil puede ser eso.
—Las cosas no son tan fáciles Neil, parece que hay un acuerdo de hace años. Si algún clan rompe el acuerdo, la fortuna de la familia que se niegue a casar pasará a manos del otro. Pero el padre de Edwin no está de acuerdo con esa boda entonces mandé a George unos días antes de partir nosotros para que indague qué es lo que sucede y me mande un telegrama.
—¡La quiere forzar! —Así es.
Terry también se marchó a Londres junto con George.
—Lo sabía ese estúpido no busco a Candy.
—No es por lo que piensas su padre el Duque de Granchester está falleciendo y tú mejor que nadie sabe que por muy mal que se haya comportado un padre con uno debemos cumplir por lo menos con esa última voluntad.
Así que mañana es la boda de Archie te pido no menciones nada sobre que Terry estuvo aquí. Y pasado mañana partimos a Londres y después a Escocia.
—¡Estás loco! Que vamos hacer junto con los novios ellos van a su luna de miel.
—Mira Neil si no quieren salir del camarote no me importa —Se rieron ambos y añadió—: cada quien viajará en camarotes distintos.
—Tío estás loco, tengo muchas cosas pendientes, yo no puedo hacer un viaje tan lejos.
—No hay pero que valga, hace cuatro años murió la tía abuela y no he cumplido su última voluntad, es esparcir sus cenizas en la tierra de sus ancestros, es hora de hacerlo y qué mejor que este viaje de negocios que se convertirá en familiar. Candy va ir ya pidió sus vacaciones en el hospital y ha entendido que esto es algo que no podemos postergar más.
—Tu lo que quieres es que Terrence y Candy se reencuentren en Escocia, vaya plan el tuyo eh… y si las cosas van a ser así, porque no llevamos a Dorothy, tu sabes que la tía abuela después de la muerte de Stear le tomó mucho cariño recuerdo haberla escuchado decir que era como la hija que nunca tuvo, la quiso tanto que le heredó la mitad de su fortuna y ve, es para que a estas fecha ella debiera estar casada y con hijos yo creo que no es justo que siga trabajando para nosotros.
—Te equivocas ella no trabaja para nosotros es como de la familia, simplemente me pidió hacer el trabajo de cuidar la casa y a mi.
—Y dices que malinterpreto las cosas, vamos tío abre los ojos es una bella mujer la abuela le enseñó a ser refinada y elegante es hora de que actúes o la dejes ser libre y se vaya a formar una familia.
—En lo primero tienes razón, ella debe ir con nosotros, la tía abuela lo hubiese querido así, pero de lo otro estás equivocado yo no siento nada por ella, solo la veo como a una hermana.
—Ay ya no voy a decirlo nuevamente tio, si tu te quieres mentir esta bien, esta copa de whisky nos hizo hablar de mas, me ire alistar todo para poder dejar en manos de mi asiste las cosas que tengo a cargo.
Albert se dejó caer en el sillón de cuero de su despacho y suspiro pensando, acaso su sobrino tenía razón en sus palabras. “No, yo siempre la he visto como a una hermana, no me gusta de ese modo” pensó sin antes recordar sus ojos color miel, su cabello castaño y sus labios rosados. Sacudió su cabeza ante esa imagen.
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La boda transcurrió al otro día como había sido planeada, en la página principal de los diarios había una reseña sobre el enlace de la señorita Anie Britter y Archibald Cornwell. hablaba sobre el buen gusto y refinamiento de todo el evento.
—No se podía esperar menos de mi primo —le dio un codazo a Archie en el tren que viajaban a New York para de ahí tomar un barco rumbo a Londres.
—Todo salió perfecto, —se enorgulleció al decirlo.
Las chicas se encontraban en el comedor tomando un té.
—Lo siento que tengamos que ir todos junto con ustedes, esta es tu luna de miel y mi tio decidio este tonto plan.
No te preocupes Neil nosotros estaremos a solas en Londres por unas semanas y después los alcanzaremos en la villa de Escocia, yo estoy de acuerdo con este viaje debemos cumplir la última voluntad de la tía abuela es algo que le debemos por gratitud. Ella siempre fue muy exigente con todos nosotros pero lo cierto es que nos cuido como hijos, la muerte de Stear la cambió mucho para muestra su relación con Dorothy, situación por la que tu madre la acabo odiando.
—Tu sabes que Sarah no es mi madre, esa mujer solo es una interesada, quería toda la fortuna de la tía abuela y oh gran sorpresa solo le dejo una pequeña mensualidad al igual que Eliza hasta que se casara. Ellas solas se alejaron de los Ardlay. La tía abuela encontró en Dorothy la hija que alguna vez pensó tener en Sarah ya que descubrió su verdadera cara, es una mujer mala y avariciosa. Pero bueno no vale la pena hablar de ellas. Yo quiero preguntarte una cosa y quiero que seas totalmente sincero conmigo. ¿Has visto la forma en que Albert mira a Dorothy? Oh soy yo, no es mi imaginación pero él la mira no como una hermana.
—¡Qué dices! no he prestado atención a eso, será que estuve tan estresado con todo lo de la boda, pero si fuera así, serían una linda pareja, ambos son personas muy nobles.
—Callate que ahí viene el tío —ambos fingieron hablar de otra cosa.
Lo observaron sentarse frente a ellos totalmente pensativo, ambos chicos se miraron a los ojos y encogieron los hombros sin entender qué es lo que le pasaba a su tío. Lo que no sabían es que sin que las chicas lo vieran escucho la platica entre Annie, Candy, Blair y Dorothy.
En la conversación Dorothy comentó que probablemente al terminar el año volvería a su ciudad natal. Escuchar esa noticia lo hizo tener una extraña sensación.
El viaje en RMS Carpathia había sido muy placentero para todos, Candy se sentía muy emocionada de volver a Escocia después de muchos años pero a la vez observaba los atardeceres con nostalgia pues estar de ese modo le traía recuerdos de cuando volvió América llena de ilusión, de tal vez algún día reunirse con Terry.
Había aprendido que a veces no todo lo que deseamos se puede hacer realidad.
Albert compartió más tiempo con Dorothy, solían caminar en las tarde por la cubierta del barco y descubrió que no no quería que se marchara, haría todo lo posible por confesar sus sentimientos que recién había descubierto aceptó estaban ahí en su corazón desde hace mucho tiempo.
Por el Contrario Neil evitó los más que pudo convivir con Blair, sabía que ella estaba dispuesta a casarse y tener un acercamiento con ella haría más difíciles las cosas.
Quería llegar a Escocia y averiguar qué había investigado George referente a la familia Campbell.
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Ya en Escocia Albert le pidió a su sobrino que lo acompañara a ver al señor Arnold.
Al llegar a la casa de Blair, se sorprendieron al escuchar la discusión entre Edwin Campbell y el Señor Arnold padre de Blair.
—Ya te dije que mi hija Blair no se va a casar contigo.
—Pues entonces tendrá que cederme gran parte de su fortuna y ella no será capaz de eso, dejarlos en la calle y manchar el nombre de tan prestigioso Clan.
—Maldita la hora en la que falleció tu padre, él no quería que contrayeras nupcias con mi hija; porque no cumples su última voluntad.
—Blair será mi esposa y nos casamos en una semana.
—Se equivoca señor Edwin, usted no se casará con la señorita Blair. —Anunció George.
Usted está presionado a la familia Arnold, por un contrato existente de hace varios años pero hay un anexo a este contrato con letras muy pequeñas y estipula que sí alguno de las personas implicadas en el compromiso deciden anularlo, los herederos tendrán que pagar con la la herencia que les dejen sus padres.
—Sí, pero resulta que ella no es una legítima Arnold y no puede tocar parte del dinero de su padre. Así que no hay manera que ella pague esa cantidad de dinero si no tiene dote.
—Te equivocas yo pagaré la deuda de Blair, hacia tu familia por el rompimiento del compromiso.
—¡Y tú quién diablos eres! —espetó molesto Edwin.
—Soy un Lagan Ardlay, y ella será mi esposa.
Todos en la habitación abrieron más los ojos ante su declaración al escucharlo. En el mismo documento dice que si llegaran a enamorarse de otra persona este estará en la obligación de pagar y yo pagaré por ella.
—¡No! Eso no es posible buscaré a mi abogado.
—No te molestes en volver a esta casa —mencionó el padre de Blair, ya sabes dónde está la salida y añadió volteando a ver a Neil—: ¿Así que tu amas a mi hija?
—Si me ama o no, no es la cuestión —declaró Blair entrando al despacho donde se encontraban todos los caballeros.
—Él ni siquiera me ha preguntado qué es lo que siento por él —se quebró su voz y sus lágrimas empezaron a brotar por sus bellos ojos. Su padre se dio cuenta que lejos de estar molesta estaba herida al no sentirse amada por el hombre que estaba dispuesto a dar toda su fortuna por ella—. No pienso casarme con nadie, no soy una oveja a la que cambian de un dueño a otro, me entiendes Neil Lagan.
—Blair retírate —ordenó su padre. —¡Pero padre!
—Ve a tu habitación, hablaré contigo más tarde.
La chica salió corriendo por los pasillos de la mansión, hasta llegar a la salida y corrió por varios minutos hasta encontrarse frente al lago. “Te odio Neil Lagan” pensó llorando.
Albert y Neil explicaron todo lo sucedido al padre de Blair.
—Yo amo a su hija —Declaró Neil y por inercia tocaba el reloj de su muñeca.
El reconoció el reloj y supo que si ese chico tenía aquel reloj, sabía que era una señal de su difunta esposa Alba. No se opuso al matrimonio. Los preparativos se llevaron a cabo en tan solo unos días.
—Así que te casas —le preguntaba Terry en la biblioteca de la villa Granchester, al enterarse de todo lo sucedido por Albert. El invitó a Neil a pasar una tarde en la villa Granchester.
Neil aceptó, era mejor eso, que dejar que sus pensamientos lo volvieran loco pensando si estaba haciendo lo correcto, ir con Terry le serviría para pensar en otra cosa pues se sentía muy nervioso había tratado de hablar con Blair, pero ella se había negado en cada intento hecho por él.
—Así es me caso en dos días y para ser sincero me muero de miedo —tomó de un trago todo el whisky de su vaso y se puso de pie admirando todas las pinturas y libros. Vaya colección de libros de Shakespeare tienes.
—Si, son mi gran tesoro.
¿Y ella quien es? —preguntó Neil observando a dos hombres a la par de una mujer. En una gran pintura.
—Ella es mi tía, fue la hija ilegítima de mi abuelo es lo que me contó mi padre alguna vez, mi abuelo la amaba, aunque es un amor que no entiendo fue concebida por una mujer de la india, mi padre recuerda que le profesaba más amor que a los varones que son ellos dos mi padre y su hermano, pero pienso que es una amor con hipocresía, siempre la escondió ante la sociedad ya sabes las tonterías de la realeza y estatuas sociales. Neil miró y vio que era una hermosa mujer y llamó mucho la atención el collar que llevaba puesto. Me encantaría conocerle, ese collar… Terry no le dejó finalizar la frase y declaró: —Ella murió hace muchos años
Mis recuerdos son muy borrosos, casi nulos, yo tenía tres años fue la época en la que mi padre me arrebató de los brazos de mi madre y la recuerdo a ella cantarme al dormir.
—Falleció, como lo siento. ¿Cómo fue? —se animó a preguntar. Pues te diré que esa es una historia que solo mi padre conoce y con la nula comunicación que he tenido con él en tantos años no lo sé.
—Pero hombre no viniste para que hablemos de mi aristócrata y estirada familia, te he invitado para felicitarte pronto serás un hombre casado.
Continuara...
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Última edición por Saadesa el Lun Abr 22, 2024 4:00 pm, editado 2 veces