Unos días habían pasado desde la última vez que se habían visto y su última pelea virtual.
Ninguno había actualizado su blog, y ambos estaban decididos en algo.
Terry deseaba hablar con la loca del supermercado e intentar ser su amigo, pero a la vez no quería volver a la rutina de las peleas y desacuerdos.
Por otra parte Candy estaba un cincuenta por ciento decidida a no volver a ver a ese loco del supermercado.
Claro que el otro cincuenta pertenecía a cada vez que se descubría a sí misma pensando en aquel chico.
Sabia que estaba perdiendo el debate lentamente. Y que tarde o temprano, lo quisieran o no. Cupido o el destino, harían injerencias en sus apestosas vidas amorosas.
Candy caminaba a paso lento por la ciudad. Iba pensando en las próximas evaluaciones que tendría que presentar.
Mientras que Terry, muy despistado, iba regañando a Snoopy.
No puedes permitir que los perros grandes te controlen, pequeño. Un ligero sollozo por parte de su cachorro lo hizo suspirar para después asentir. Lo sé, se que no tienes mucha confianza en ti, pero créeme cuando te digo que eres un perro más guapo que haya visto, y no porque yo sea tu dueño y te bañe con shampoo y acondicionador, ¿eh? Snoopy se alegro ladrando. Exacto, todo es cuestión de . . . Actitud. Se quedó enmudecido al ver a la persona que gusto venía hacia él con la mirada baja.
¿Será que el destino existía? ¿Cuántas veces nos habíamos topado con una persona desconocida que en algún momento pasaría a ser alguien en tu vida? No lo sabríamos nunca.
- Hola, dijo con una sonrisa adornándole el rostro, se sintió incómodo al ver que había logrado llamar su atención y borro su sonrisa sin saber que haría ahora. Hola, - murmuro
Candy ladeó su cabeza haciendo una mueca.
La mente tiene poder, pensó en cuanto lo vio.
- Hola, respondió cruzándose de brazos.
Snoopy, como si pudiera sentir la incomodidad, comenzó a ladrar repetidas veces obteniendo la atención de Candy.
- Hola, pequeño, nos volvemos a ver. Se agachó para poder acariciarlo.
-Pensé que no te gustaban los perros. Confesó Terry captando su atención.
-No los odio, ¿Por Que. . ?
El día que estuviste en casa parecía que querías patearlo.
Lo siento, digamos que no me sentía bien .
-Siento mucho a verte dejado en en el hospital sin despedirme de ti Terry.
- se me hace extraño que me llames por mi nombre.
-Y tu que me llames Ca, o loca del supermercado,
Pero, ¿por que no me dices tu nombre ? ¿Que dices? O te apodaré Pecosa, hasta que sepa tu nombre .
Candy soltó una carcajada por las ocurrencias del castaño .
Se detuvieron frente a una fuente que se encontraba en medio de la plaza.
Entonces. . .
Entonces . . . Lo emitió Candy
¿Serás Pecosa? Candy asintió sonriendo. Terry le devolvió la sonrisa.
De repente, Candy comenzó a recriminarse mentalmente al sentir ciertas mariposas intrusas.
Continuará . . .