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Buenas noches, es un gusto estar con las chicas Apasionadas compartiendo este Song fic, espero y les guste, lo hice con mucho cariño
Song Fic basado en la canción Quizás sí, Quizás no de Sabú
Candice White Ardlay, estaba casada con Anthony Brower, un chico guapo y tierno, se casaron muy jóvenes porque se enamoraron y eran el uno para el otro, al menos eso era lo que pensaban
Los años transcurrieron y Anthony era muy tierno, pero cuando se trataba de estar en la intimidad, era otro, no aceptaba que Candy le demostrara su amor, decía que eso no era bien visto por la gente decente, ya que una cosa de esas para la sociedad era algo como decir que era una vulgar. La rubia deseaba que Anthony le dijera que la amaba, pero el solo se limitaba a decirle que la quería, ya que era su esposa, ella se moría porque Anthony actuara diferente que entre los dos descubrieran todas las formas de hacer el amor, pero el rubio nunca aceptaba eso y siempre le salía con lo mismo.
-¡Anthony! Por favor, que no te importe el qué dirán, tú y yo somos marido y mujer, no tenemos que decir lo que paso en la intimidad
-¡Candice! Por favor actúas como una cualquiera –la rubia le estampa una cachetada
-¡Anthony! Esto no te lo voy a perdonar, tus palabras me hieren y no soy ninguna cualquiera, ya que lo estoy haciendo contigo
-¡Basta Candice! Fin de la discusión, no haré nada que pueda ofenderte y ofenderme –la rubia se quedó llorando y con sus manos apretadas
-¡Por Dios! Como me pude haber casado con este hombre, no me ama, jamás he escuchado decir que me ama y el hecho de demostrarle mi amor, no significa que sea una cualquiera, tengo ganas de que me haga sentir mujer –se recostó y lloro hasta quedarse dormida
Así pasaron los días, Candy y Anthony cada vez se distanciaban más, el chico entre más tiempo estuviera alejado de ella, sería mejor, ya que no quería que ella le reclamara, él la amaba, pero no quería ser como los demás un chico ofendiendo a su mujer, haciéndola suya hasta satisfacerse. Ya que escuchaba las conversaciones de sus amigos y todos hacían lo mismo con sus esposas, excepto el, a Anthony lo habían educado de diferente manera, como si estuvieran en el siglo pasado, el rubio la trataba como toda una dama, en la intimidad nunca la trataba como a una mujerzuela, eso pensaba el, que al hacerle el amor saciaba sus instintos animales, ya que sus amigos saciaban sus bajos instintos con sus esposas y él no quería eso para Candy, pero lo que el no comprendía es que ella quería sentirse mujer y que él la hiciera vibrar
Una tarde Candy y Anthony discutieron por la misma situación, el chico estaba llegando muy tarde, la rubia sabía muy bien que no la engañaba, pero si la estaba evadiendo, ya no quería esto y esa tarde discutieron y Anthony la ofendió diciéndole que si ya estaba con otro para que le pidiera esas cosas, que con quien se estaba acostando, la rubia no aguanto más, le propino una cachetada, salió de su casa abordo su auto y manejo sin rumbo, iba tan dolida por lo que Anthony le había dicho que no se dio cuenta de lo que había hecho, hasta que sintió que su carro golpeo algo o a alguien, se bajó y vio a un chico tirado en medio de la calle y la gente ya a su alrededor
-¡Por Dios! Que hice –la rubia saco su celular y llamo a emergencias, la ambulancia llego y subieron al chico, la rubia les dice
-Aguarden, yo corro con todos los gastos y quiero ir con él, solo dejen estacionar mi carro, y voy con ustedes
-¡Un momento! –dijo un oficial –usted se va con nosotros, acaba de atropellar a un hombre
-Si iré con ustedes, pero después de que sepa que el señor esta fuera de peligro
-Entonces a su carro se lo llevará la grúa, así usted no se nos escapara –la rubia rodó los ojos y respondió
-En ningún momento he tratado de escapar –una voz los interrumpió
-Dejen de discutir, señorita por favor si va a acompañar al paciente hágalo ya, no ve que no reacciona hay que llevarlo de emergencia, ya que no vuelve en si –la rubia corrió y se subió a la ambulancia y se fueron
-¡Dios! Por favor que no se muera, todo fue mi culpa, por ir pensando en todo lo que me dijo Anthony
-¿Anthony? ¿Quién es Anthony? –se escuchó una voz entre susurros. Al ver de dónde provenía la voz su cara quedó en shock, esa voz era del chico que había atropellado y al verlo no pudo disimular un rubor en su cara, ese chico era el más guapo que sus ojos se hubieran imaginado ver. Esos ojos color azul verdosos y esa sonrisa ladeada, la hicieron caer en tentación
-¡Ay! Me duele todo el cuerpo –dijo el chico con una sonrisa, el paramédico le responde
-¡Señor! por fin reacciono Ya no hable, viene muy golpeado
-Sí, parece que paso un tráiler sobre mí –sonrió y Candy embobada mirándolo
-No fue un tráiler, pero sí estuvo fuerte el golpe y vamos a tener que llevarlo para hacerle unos estudios–dijo el paramédico
2 horas después… En el hospital Santa Juana….
-Rápido, hay que hacerle algunos estudios, para ver si no necesita operación trae una pierna fracturada y viene muy golpeado –la enfermera corrió y les dijo a los demás doctores que necesitaba de urgencia hacerle unos estudios al señor
3 horas después …
El galeno salía y llevaba consigo los resultados
-¡Doctor! ¿Cómo salió todo? Que paso esta bien el señor
-Si gracias a Dios solo tiene la pierna fracturada y los golpes sanaran con el tiempo, el señor tendrá que guardar mucho reposo, hay que hablar con él si tiene familiares, porque por algunas semanas va a estar imposibilitado para caminar
-No se preocupe Doctor, yo hablare con el
Candy se dirigía a la habitación del chico, toca la puerta y abre una doctora
-¿Puedo pasar?–dijo la rubia –claro, ¿es usted familiar? –no, pero fui yo la que lo atropello y necesito saber cómo se siente
-Ahorita está durmiendo, le dimos un calmante, ya que no aguanta el dolor de la pierna, pero poco a poco se ira desinflamando y con terapia, se ira curando –respondió la enfermera y salió dejando sola a Candy con el chico
2 horas después…
-El chico despertó y vio a la rubia recostada en el sillón, no dijo nada ni hizo ruido, se quedó contemplando a la rubia, era muy hermosa, cuando entra una enfermera, venía a darle el medicamento. Y con ella un policía. En eso la rubia despierta y se ruboriza al ver al chico observándola
-Perdón, me quede dormida ¿Cómo se siente?
-Ya un poco mejor, y mas si usted está a mi lado –la rubia bajo la mirada, ese chico la estaba poniendo nerviosa
-Perdón, por interrumpir, pero necesito saber si va a levantar cargos contra la señorita –dijo el policía
-No, todo fue mi culpa iba distraído, la señorita no tiene nada que ver, gracias por su atención –dijo el chico y el polcía se retiro
-Disculpe, no me he presentado. Soy Candice White
-Mucho gusto, Terence Granchester –al saludarse la rubia sintió algo que jamás había experimentado, era un revoloteo en su estómago y una sensación de arrojarse a sus brazos, quería sentir en su cuerpo esos brazos fuertes que la apretaran contra su pecho, sacudió la cabeza, se quería quitar esos malos pensamientos
Los días pasaron y Candy seguía viendo a Terry, Anthony empezó a sospechar de ella, ya que ya no le reclamaba nada, ni le pedía que la amara como antes lo hacía, a Candy le daba igual si la amaba o no, ella poco a poco se estaba enamorando de ese chico tan tierno pero a la vez era como un tigre al acecho
Una tarde la rubia visita a Terry para seguir con sus terapias, el castaño dio un mal paso y se cayó, y se llevó consigo a la rubia, cayeron y la rubia cayó sobre el cuerpo de él, quedando así sus caras casi juntas, el castaño no se pudo aguantar y la beso a lo cual ella correspondió. Tenía tantas ganas de que la besara, soñaba con este momento
-¡Pecosa! No sé si sientas lo mismo que yo, pero te amo –la rubia evito la mirada y se puso de pie ayudándolo a levantarse
-¡No Terry! esto no está bien, yo soy casada, y esto se ve mal, dirán que soy una adultera y no quiero eso
-Pero pecosa, con lo que me has contado de tu marido, tienen años de no tener intimidad, por favor, tú no te mereces esto y tampoco te mereces que te haya ofendido, por pedirle que te ame
-¡Terry! hace algún tiempo, antes de conocerte, le pedí el divorcio y me dijo que de seguro ya tenía un amante y me ofendió, no quiero ni pensar lo que me dirá ahora si le vuelvo a pedir el divorcio –lo que la rubia no sabía era que Anthony la había mandado seguir
-Flash Back
-¿Y bien! que noticias me tiene
-En efecto señor Brower su esposa se ve con un joven pero al parecer esta como enfermera, ya que le ayuda a su rehabilitación, su esposa no tiene ningún amante
-Esto tiene que ser un error, usted está en complicidad con ellos, diga cuanto le pagaron para que me dijera eso
-No señor, no me ofenda, yo soy un investigador intachable y no me presto para eso, si no le gusta lo que le digo, entonces busque a otro que le mienta y le diga, que su esposa tiene un amante, por mí, hasta aquí llegaron mis servicios
-Fin del Flash Back
Días después, Anthony se las había ingeniado para seguirla y vio que si era cierto que Candy solo ayudaba a ese chico , pero al verlos así tan alegres, supuso que él se había enamorado de ella, se le veía como la miraba y la trataba, eso no lo permitiría y hablaría con ella
Los meses pasaron y por fin Terry pudo caminar sin muletas, Candy se sentía feliz
Una tarde, la rubia llega a su casa y Anthony la esperaba
-¡Vaya! Por fin llegas
-¡Anthony! Que susto me has dado
-¡Candy! Necesito que hablemos, estoy dispuesto a cambiar y hacer lo que tú quieres –Anthony se le fue acercando y le dice
-Quieres que te haga sentir mujer, quieres que te trate como a una mujer de la calle, pues eso haré –la rubia sintió un pánico al verlo como estaba, su rostro se transfiguro, tenía una mirada maquiavélica, la toma del brazo y la avienta a la cama
-Eso es lo que quieres, pues eso tendrás
-¡Anthony! ¡Por dios! Me estas lastimando
-Eso es lo que querías, que te hiciera el amor, que te hiciera vibrar, pues entonces no te quejes
-Suéltame Anthony, me estas lastimando –a como pudo la rubia se soltó de su amarre y salió corriendo de su casa, se dirigió al departamento de Terry
El castaño se encontraba bañándose, cuando escucha unos golpes en la puerta muy fuertes y escucha la voz de Candy
-Terry, abre por favor –el castaño se apresura y se pone solo una toalla en la cintura y se dirige a abrir la puerta
-¡Pecosa! ¿Qué te pasa? ¿Por qué vienes tan agitada? – la rubia se avienta a sus brazos y comienza a llorar
-Es Anthony, se ha vuelto loco y casi me viola
-¿Qué has dicho? Eso no se lo voy a permitir, deja vestirme y voy a hablar con el
-Aguarda Terry, no vayas, si no va a ser peor
-No me importa, deja decirle unas cuantas cosas que necesita saber
-No Terry, no lo hagas –cuando el castaño la abraza, la rubia siente algo que la toalla no podía ocultar, pues tenerla así de cerca, había hecho que algo en el despertara. El castaño la empezó a besar y la condujo a su alcoba, quería hacerle el amor, pero esperaría a que ella estuviera lista, la depositó en la cama y la comienza a besar, ella corresponde y sin saber cómo el chico la empezó a desvestir, de repente hizo una pausa, la ve fijamente y le dice
-¡Pecosa! Quieres que siga o me detengo –la rubia en un susurro le responde
-Por favor, no te detengas, Terry te amo –el castaño le sonrió y la empezó a besar y prosiguió desvistiéndola, se quitó la toalla y quedo desnudo ante ella, la chica estaba ruborizada y él le dice
-Pecosa, que no te de pena, es normal, yo te amo y tú me amas –ella sonrió y correspondió a todas las caricias que él le dio. Estaba feliz, por fin se sentía mujer, no tenía vergüenza, pues lo que hicieron fue sincero, un amor puro, que comenzaba a nacer entre ellos. Hicieron el amor y después recostados ella en el pecho de él. La chica se endereza y le dice
-¡Terry! que voy a hacer, como le diré a Anthony que hace mucho deje de amarlo, tengo miedo de su reacción
-No te preocupes pecosa, si quieres yo hablo con el
-¡No Terry! esto lo tengo que solucionar yo, le pediré el divorcio y no me importa lo que diga su familia, si me tachan de adultera o de mujerzuela
-¡Pecosa! Tú no eres nada de eso, tu solo eres mía y de nadie más, así que no eres nada de eso –la chica sonrió , que diferente era Terry de Anthony
3 días después.. Candy estaba esperando a Anthony, quería pedirle el divorcio
-¡Anthony! Quisiera hablar contigo
-¿De qué? Ya recapacitaste y sabes que eso no está bien, que eso es ser una mujerzuela –la rubia estalla y dice
-¡Basta ya Anthony! Quiero el divorcio, me quiero separar de ti, mandare a mi abogado para que se pongan de acuerdo con el tuyo –el rubio lanza una carcajada
-¿Y con qué dinero, piensas pagarle?
-Tengo algo guardado
-No será que tu amante te está pagando los favores –la rubia le estampa una cachetada y sale de la casa
-¡Candy! –grita Anthony, pero la rubia ya no lo escucho, Anthony se desploma en el sofá y empieza a sollozar y a decir
-Me dirá "¡Basta ya"! y se irá de mi lado. Yo la vi junto a el. comprendí que había perdido
-Que estúpido fui, no debí tratarla así –Anthony corrió tras de ella y la siguió , vio que se detuvo en un Departamento y entro, desde donde estaba pudo ver que Candy abrazaba al chico y el comienza a besarla, desde ahí pudo ver que Candy ya no lo amaba, que amaba a otro , al ver como ella miraba al chico junto a ella y de repente voltea y ve a Anthony y con la mirada le dice todo
Ama a Terry –Anthony triste empieza a decir
Sus ojos le gritaban que lo amaba, como hace mucho que no hace conmigo, me mira hoy con pena porque sabe que la amo locamente como ayer, recuerdo aquella luna en su cuarto y el viento acariciándole la cara, cuando eramos felices de estar juntos, y ahora otros sueños nos separan
Anthony se retira del lugar
Horas más tarde, llega Candy, sabía que Anthony le reclamaría, pero ella ya no mentiría más, amaba a Terry y esta vez sería feliz aunque la tacharan de indecente
-¡Candy! No me digas nada, no vi nada
Llorare, quizás sí, quizás no, si no lloras tu
Escribiré, quizás si, quizás no, si me escribes tu
miénteme, no me importa creeré lo que digas tu
olvidare, no te he visto con él, si lo juras tú
No ves que estoy llorando como un niño, como un mendigo pido tu cariño
No tengo dignidad, ni tengo orgullo, porque te amo mucho mas que eso
Como a Dios mismo, te estoy rogando
Tu eres mi vida, no me abandones
-Lo siento Anthony, ya es muy tarde, amo a otra persona, cuando quede divorciada de ti, me casare con el hombre que amo, con el que me hace sentir viva
Lloraré, quizás si, quizás no, si no lloras tu
Escribiré, quizás si, quizás no, si me escribes tu
Miénteme, no me importa creeré lo que digas tu
Olvidaré, no te he visto con el si lo juras tú
–Anthony se desploma en el sillón y queda devastado y Candy salió de la casa llevándose consigo solo lo necesario, se iría al Departamento de su amiga Patty
Los meses pasaron y por fin salió la sentencia de divorcio. Candy y Terry fueron a celebrar su divorcio, el castaño la llevo a un restaurante donde aparto una mesa donde nadie los molestara. El castaño le tapo los ojos con una mascada y la llevo hasta esa mesa
-¡Terry! ya déjame ver –decía la pecosa, el castaño reía
-Ya pecosa, ya casi llegamos –por fin le quito la mascada y Candy quedo maravillada, la mesa estaba adornada de muchos narcisos y en medio una canasta llena de bocadillos
-¡Terry! mi amor, que bello esta todo –el castaño le da un beso le pone la silla y la rubia se sienta, empezaron a degustar, a Candy todo le gusto
Horas más tarde…
Los chicos se retiraron del lugar, Terry llevaría a Candy al Departamento de Patty, pero antes pasarían al departamento de Terry porque le tenía otra sorpresa
-Pasa pecosa –al abrir la puerta la rubia se encuentra con una hermosa fuente, con narcisos flotando y a la vez una cascada
-Que hermosa es –se dirige hacia Terry y le da un beso –y ¿cómo me la voy a llevar?
-No te preocupes pecosa, te la mandare con un mensajero él se encargara de que llegue bien al departamento
-Gracias mi amor –el castaño la besa y la empieza a acariciar, la rubia sentía una corriente eléctrica recorrer todo su cuerpo, sentía que se quemaba, el chico comenzó a desvestirla y Candy no se pudo resistir, lo amaba y quería ser de él nuevamente
Un año después Candy y Terry se casaban, por fin se había llegado el día tan anhelado
La rubia se veía muy hermosa y el castaño era todo un galán
La ceremonia había terminado, cuando se escucha un grito
-¡Candy! No te cases, yo te amo –gritaba un chico rubio
No ves que estoy llorando como un niño (Quizás si, quizás no)
Como un mendigo pido tu cariño
No tengo dignidad, ni tengo orgullo (Quizás si, Quizás no)
Porque te amo mucho mas que eso
No ves que estoy llorando como un niño(Quizás si, quizás no)
Como un mendigo pido tu cariño
No tengo dignidad, ni tengo orgullo (quizás si, quizás no)....
La rubia se le acerca a Anthony y le dice
-Lo siento mucho, amo a Terry –se alejó del rubio dejándolo con el corazón destrozado
Los recién casados subieron al auto y partieron rumbo a su nueva vida
Llegaron al Departamento de Terry, el chico la cargo y entro con ella en brazos, la rubia se sentía la mujer más feliz del mundo, tenía un hombre que la amaba de verdad y si ella le demostraba lo mucho que lo amaba, el jamás pensaría mal de ella
-¡Pecosa! Por fin eres mía, y jamás nos separaremos –el castaño la fue desvistiendo lentamente, quería que ella gozará también, ella se sentía dichosa, lo amaba de verdad, ahora si sabía que era amar de verdad. Hicieron el amor toda la noche hasta quedarse dormidos semidesnudos y sus cuerpos entrelazados
Fin
Song Fic basado en la canción Quizás sí, Quizás no de Sabú
Candice White Ardlay, estaba casada con Anthony Brower, un chico guapo y tierno, se casaron muy jóvenes porque se enamoraron y eran el uno para el otro, al menos eso era lo que pensaban
Los años transcurrieron y Anthony era muy tierno, pero cuando se trataba de estar en la intimidad, era otro, no aceptaba que Candy le demostrara su amor, decía que eso no era bien visto por la gente decente, ya que una cosa de esas para la sociedad era algo como decir que era una vulgar. La rubia deseaba que Anthony le dijera que la amaba, pero el solo se limitaba a decirle que la quería, ya que era su esposa, ella se moría porque Anthony actuara diferente que entre los dos descubrieran todas las formas de hacer el amor, pero el rubio nunca aceptaba eso y siempre le salía con lo mismo.
-¡Anthony! Por favor, que no te importe el qué dirán, tú y yo somos marido y mujer, no tenemos que decir lo que paso en la intimidad
-¡Candice! Por favor actúas como una cualquiera –la rubia le estampa una cachetada
-¡Anthony! Esto no te lo voy a perdonar, tus palabras me hieren y no soy ninguna cualquiera, ya que lo estoy haciendo contigo
-¡Basta Candice! Fin de la discusión, no haré nada que pueda ofenderte y ofenderme –la rubia se quedó llorando y con sus manos apretadas
-¡Por Dios! Como me pude haber casado con este hombre, no me ama, jamás he escuchado decir que me ama y el hecho de demostrarle mi amor, no significa que sea una cualquiera, tengo ganas de que me haga sentir mujer –se recostó y lloro hasta quedarse dormida
Así pasaron los días, Candy y Anthony cada vez se distanciaban más, el chico entre más tiempo estuviera alejado de ella, sería mejor, ya que no quería que ella le reclamara, él la amaba, pero no quería ser como los demás un chico ofendiendo a su mujer, haciéndola suya hasta satisfacerse. Ya que escuchaba las conversaciones de sus amigos y todos hacían lo mismo con sus esposas, excepto el, a Anthony lo habían educado de diferente manera, como si estuvieran en el siglo pasado, el rubio la trataba como toda una dama, en la intimidad nunca la trataba como a una mujerzuela, eso pensaba el, que al hacerle el amor saciaba sus instintos animales, ya que sus amigos saciaban sus bajos instintos con sus esposas y él no quería eso para Candy, pero lo que el no comprendía es que ella quería sentirse mujer y que él la hiciera vibrar
Una tarde Candy y Anthony discutieron por la misma situación, el chico estaba llegando muy tarde, la rubia sabía muy bien que no la engañaba, pero si la estaba evadiendo, ya no quería esto y esa tarde discutieron y Anthony la ofendió diciéndole que si ya estaba con otro para que le pidiera esas cosas, que con quien se estaba acostando, la rubia no aguanto más, le propino una cachetada, salió de su casa abordo su auto y manejo sin rumbo, iba tan dolida por lo que Anthony le había dicho que no se dio cuenta de lo que había hecho, hasta que sintió que su carro golpeo algo o a alguien, se bajó y vio a un chico tirado en medio de la calle y la gente ya a su alrededor
-¡Por Dios! Que hice –la rubia saco su celular y llamo a emergencias, la ambulancia llego y subieron al chico, la rubia les dice
-Aguarden, yo corro con todos los gastos y quiero ir con él, solo dejen estacionar mi carro, y voy con ustedes
-¡Un momento! –dijo un oficial –usted se va con nosotros, acaba de atropellar a un hombre
-Si iré con ustedes, pero después de que sepa que el señor esta fuera de peligro
-Entonces a su carro se lo llevará la grúa, así usted no se nos escapara –la rubia rodó los ojos y respondió
-En ningún momento he tratado de escapar –una voz los interrumpió
-Dejen de discutir, señorita por favor si va a acompañar al paciente hágalo ya, no ve que no reacciona hay que llevarlo de emergencia, ya que no vuelve en si –la rubia corrió y se subió a la ambulancia y se fueron
-¡Dios! Por favor que no se muera, todo fue mi culpa, por ir pensando en todo lo que me dijo Anthony
-¿Anthony? ¿Quién es Anthony? –se escuchó una voz entre susurros. Al ver de dónde provenía la voz su cara quedó en shock, esa voz era del chico que había atropellado y al verlo no pudo disimular un rubor en su cara, ese chico era el más guapo que sus ojos se hubieran imaginado ver. Esos ojos color azul verdosos y esa sonrisa ladeada, la hicieron caer en tentación
-¡Ay! Me duele todo el cuerpo –dijo el chico con una sonrisa, el paramédico le responde
-¡Señor! por fin reacciono Ya no hable, viene muy golpeado
-Sí, parece que paso un tráiler sobre mí –sonrió y Candy embobada mirándolo
-No fue un tráiler, pero sí estuvo fuerte el golpe y vamos a tener que llevarlo para hacerle unos estudios–dijo el paramédico
2 horas después… En el hospital Santa Juana….
-Rápido, hay que hacerle algunos estudios, para ver si no necesita operación trae una pierna fracturada y viene muy golpeado –la enfermera corrió y les dijo a los demás doctores que necesitaba de urgencia hacerle unos estudios al señor
3 horas después …
El galeno salía y llevaba consigo los resultados
-¡Doctor! ¿Cómo salió todo? Que paso esta bien el señor
-Si gracias a Dios solo tiene la pierna fracturada y los golpes sanaran con el tiempo, el señor tendrá que guardar mucho reposo, hay que hablar con él si tiene familiares, porque por algunas semanas va a estar imposibilitado para caminar
-No se preocupe Doctor, yo hablare con el
Candy se dirigía a la habitación del chico, toca la puerta y abre una doctora
-¿Puedo pasar?–dijo la rubia –claro, ¿es usted familiar? –no, pero fui yo la que lo atropello y necesito saber cómo se siente
-Ahorita está durmiendo, le dimos un calmante, ya que no aguanta el dolor de la pierna, pero poco a poco se ira desinflamando y con terapia, se ira curando –respondió la enfermera y salió dejando sola a Candy con el chico
2 horas después…
-El chico despertó y vio a la rubia recostada en el sillón, no dijo nada ni hizo ruido, se quedó contemplando a la rubia, era muy hermosa, cuando entra una enfermera, venía a darle el medicamento. Y con ella un policía. En eso la rubia despierta y se ruboriza al ver al chico observándola
-Perdón, me quede dormida ¿Cómo se siente?
-Ya un poco mejor, y mas si usted está a mi lado –la rubia bajo la mirada, ese chico la estaba poniendo nerviosa
-Perdón, por interrumpir, pero necesito saber si va a levantar cargos contra la señorita –dijo el policía
-No, todo fue mi culpa iba distraído, la señorita no tiene nada que ver, gracias por su atención –dijo el chico y el polcía se retiro
-Disculpe, no me he presentado. Soy Candice White
-Mucho gusto, Terence Granchester –al saludarse la rubia sintió algo que jamás había experimentado, era un revoloteo en su estómago y una sensación de arrojarse a sus brazos, quería sentir en su cuerpo esos brazos fuertes que la apretaran contra su pecho, sacudió la cabeza, se quería quitar esos malos pensamientos
Los días pasaron y Candy seguía viendo a Terry, Anthony empezó a sospechar de ella, ya que ya no le reclamaba nada, ni le pedía que la amara como antes lo hacía, a Candy le daba igual si la amaba o no, ella poco a poco se estaba enamorando de ese chico tan tierno pero a la vez era como un tigre al acecho
Una tarde la rubia visita a Terry para seguir con sus terapias, el castaño dio un mal paso y se cayó, y se llevó consigo a la rubia, cayeron y la rubia cayó sobre el cuerpo de él, quedando así sus caras casi juntas, el castaño no se pudo aguantar y la beso a lo cual ella correspondió. Tenía tantas ganas de que la besara, soñaba con este momento
-¡Pecosa! No sé si sientas lo mismo que yo, pero te amo –la rubia evito la mirada y se puso de pie ayudándolo a levantarse
-¡No Terry! esto no está bien, yo soy casada, y esto se ve mal, dirán que soy una adultera y no quiero eso
-Pero pecosa, con lo que me has contado de tu marido, tienen años de no tener intimidad, por favor, tú no te mereces esto y tampoco te mereces que te haya ofendido, por pedirle que te ame
-¡Terry! hace algún tiempo, antes de conocerte, le pedí el divorcio y me dijo que de seguro ya tenía un amante y me ofendió, no quiero ni pensar lo que me dirá ahora si le vuelvo a pedir el divorcio –lo que la rubia no sabía era que Anthony la había mandado seguir
-Flash Back
-¿Y bien! que noticias me tiene
-En efecto señor Brower su esposa se ve con un joven pero al parecer esta como enfermera, ya que le ayuda a su rehabilitación, su esposa no tiene ningún amante
-Esto tiene que ser un error, usted está en complicidad con ellos, diga cuanto le pagaron para que me dijera eso
-No señor, no me ofenda, yo soy un investigador intachable y no me presto para eso, si no le gusta lo que le digo, entonces busque a otro que le mienta y le diga, que su esposa tiene un amante, por mí, hasta aquí llegaron mis servicios
-Fin del Flash Back
Días después, Anthony se las había ingeniado para seguirla y vio que si era cierto que Candy solo ayudaba a ese chico , pero al verlos así tan alegres, supuso que él se había enamorado de ella, se le veía como la miraba y la trataba, eso no lo permitiría y hablaría con ella
Los meses pasaron y por fin Terry pudo caminar sin muletas, Candy se sentía feliz
Una tarde, la rubia llega a su casa y Anthony la esperaba
-¡Vaya! Por fin llegas
-¡Anthony! Que susto me has dado
-¡Candy! Necesito que hablemos, estoy dispuesto a cambiar y hacer lo que tú quieres –Anthony se le fue acercando y le dice
-Quieres que te haga sentir mujer, quieres que te trate como a una mujer de la calle, pues eso haré –la rubia sintió un pánico al verlo como estaba, su rostro se transfiguro, tenía una mirada maquiavélica, la toma del brazo y la avienta a la cama
-Eso es lo que quieres, pues eso tendrás
-¡Anthony! ¡Por dios! Me estas lastimando
-Eso es lo que querías, que te hiciera el amor, que te hiciera vibrar, pues entonces no te quejes
-Suéltame Anthony, me estas lastimando –a como pudo la rubia se soltó de su amarre y salió corriendo de su casa, se dirigió al departamento de Terry
El castaño se encontraba bañándose, cuando escucha unos golpes en la puerta muy fuertes y escucha la voz de Candy
-Terry, abre por favor –el castaño se apresura y se pone solo una toalla en la cintura y se dirige a abrir la puerta
-¡Pecosa! ¿Qué te pasa? ¿Por qué vienes tan agitada? – la rubia se avienta a sus brazos y comienza a llorar
-Es Anthony, se ha vuelto loco y casi me viola
-¿Qué has dicho? Eso no se lo voy a permitir, deja vestirme y voy a hablar con el
-Aguarda Terry, no vayas, si no va a ser peor
-No me importa, deja decirle unas cuantas cosas que necesita saber
-No Terry, no lo hagas –cuando el castaño la abraza, la rubia siente algo que la toalla no podía ocultar, pues tenerla así de cerca, había hecho que algo en el despertara. El castaño la empezó a besar y la condujo a su alcoba, quería hacerle el amor, pero esperaría a que ella estuviera lista, la depositó en la cama y la comienza a besar, ella corresponde y sin saber cómo el chico la empezó a desvestir, de repente hizo una pausa, la ve fijamente y le dice
-¡Pecosa! Quieres que siga o me detengo –la rubia en un susurro le responde
-Por favor, no te detengas, Terry te amo –el castaño le sonrió y la empezó a besar y prosiguió desvistiéndola, se quitó la toalla y quedo desnudo ante ella, la chica estaba ruborizada y él le dice
-Pecosa, que no te de pena, es normal, yo te amo y tú me amas –ella sonrió y correspondió a todas las caricias que él le dio. Estaba feliz, por fin se sentía mujer, no tenía vergüenza, pues lo que hicieron fue sincero, un amor puro, que comenzaba a nacer entre ellos. Hicieron el amor y después recostados ella en el pecho de él. La chica se endereza y le dice
-¡Terry! que voy a hacer, como le diré a Anthony que hace mucho deje de amarlo, tengo miedo de su reacción
-No te preocupes pecosa, si quieres yo hablo con el
-¡No Terry! esto lo tengo que solucionar yo, le pediré el divorcio y no me importa lo que diga su familia, si me tachan de adultera o de mujerzuela
-¡Pecosa! Tú no eres nada de eso, tu solo eres mía y de nadie más, así que no eres nada de eso –la chica sonrió , que diferente era Terry de Anthony
3 días después.. Candy estaba esperando a Anthony, quería pedirle el divorcio
-¡Anthony! Quisiera hablar contigo
-¿De qué? Ya recapacitaste y sabes que eso no está bien, que eso es ser una mujerzuela –la rubia estalla y dice
-¡Basta ya Anthony! Quiero el divorcio, me quiero separar de ti, mandare a mi abogado para que se pongan de acuerdo con el tuyo –el rubio lanza una carcajada
-¿Y con qué dinero, piensas pagarle?
-Tengo algo guardado
-No será que tu amante te está pagando los favores –la rubia le estampa una cachetada y sale de la casa
-¡Candy! –grita Anthony, pero la rubia ya no lo escucho, Anthony se desploma en el sofá y empieza a sollozar y a decir
-Me dirá "¡Basta ya"! y se irá de mi lado. Yo la vi junto a el. comprendí que había perdido
-Que estúpido fui, no debí tratarla así –Anthony corrió tras de ella y la siguió , vio que se detuvo en un Departamento y entro, desde donde estaba pudo ver que Candy abrazaba al chico y el comienza a besarla, desde ahí pudo ver que Candy ya no lo amaba, que amaba a otro , al ver como ella miraba al chico junto a ella y de repente voltea y ve a Anthony y con la mirada le dice todo
Ama a Terry –Anthony triste empieza a decir
Sus ojos le gritaban que lo amaba, como hace mucho que no hace conmigo, me mira hoy con pena porque sabe que la amo locamente como ayer, recuerdo aquella luna en su cuarto y el viento acariciándole la cara, cuando eramos felices de estar juntos, y ahora otros sueños nos separan
Anthony se retira del lugar
Horas más tarde, llega Candy, sabía que Anthony le reclamaría, pero ella ya no mentiría más, amaba a Terry y esta vez sería feliz aunque la tacharan de indecente
-¡Candy! No me digas nada, no vi nada
Llorare, quizás sí, quizás no, si no lloras tu
Escribiré, quizás si, quizás no, si me escribes tu
miénteme, no me importa creeré lo que digas tu
olvidare, no te he visto con él, si lo juras tú
No ves que estoy llorando como un niño, como un mendigo pido tu cariño
No tengo dignidad, ni tengo orgullo, porque te amo mucho mas que eso
Como a Dios mismo, te estoy rogando
Tu eres mi vida, no me abandones
-Lo siento Anthony, ya es muy tarde, amo a otra persona, cuando quede divorciada de ti, me casare con el hombre que amo, con el que me hace sentir viva
Lloraré, quizás si, quizás no, si no lloras tu
Escribiré, quizás si, quizás no, si me escribes tu
Miénteme, no me importa creeré lo que digas tu
Olvidaré, no te he visto con el si lo juras tú
–Anthony se desploma en el sillón y queda devastado y Candy salió de la casa llevándose consigo solo lo necesario, se iría al Departamento de su amiga Patty
Los meses pasaron y por fin salió la sentencia de divorcio. Candy y Terry fueron a celebrar su divorcio, el castaño la llevo a un restaurante donde aparto una mesa donde nadie los molestara. El castaño le tapo los ojos con una mascada y la llevo hasta esa mesa
-¡Terry! ya déjame ver –decía la pecosa, el castaño reía
-Ya pecosa, ya casi llegamos –por fin le quito la mascada y Candy quedo maravillada, la mesa estaba adornada de muchos narcisos y en medio una canasta llena de bocadillos
-¡Terry! mi amor, que bello esta todo –el castaño le da un beso le pone la silla y la rubia se sienta, empezaron a degustar, a Candy todo le gusto
Horas más tarde…
Los chicos se retiraron del lugar, Terry llevaría a Candy al Departamento de Patty, pero antes pasarían al departamento de Terry porque le tenía otra sorpresa
-Pasa pecosa –al abrir la puerta la rubia se encuentra con una hermosa fuente, con narcisos flotando y a la vez una cascada
-Que hermosa es –se dirige hacia Terry y le da un beso –y ¿cómo me la voy a llevar?
-No te preocupes pecosa, te la mandare con un mensajero él se encargara de que llegue bien al departamento
-Gracias mi amor –el castaño la besa y la empieza a acariciar, la rubia sentía una corriente eléctrica recorrer todo su cuerpo, sentía que se quemaba, el chico comenzó a desvestirla y Candy no se pudo resistir, lo amaba y quería ser de él nuevamente
Un año después Candy y Terry se casaban, por fin se había llegado el día tan anhelado
La rubia se veía muy hermosa y el castaño era todo un galán
La ceremonia había terminado, cuando se escucha un grito
-¡Candy! No te cases, yo te amo –gritaba un chico rubio
No ves que estoy llorando como un niño (Quizás si, quizás no)
Como un mendigo pido tu cariño
No tengo dignidad, ni tengo orgullo (Quizás si, Quizás no)
Porque te amo mucho mas que eso
No ves que estoy llorando como un niño(Quizás si, quizás no)
Como un mendigo pido tu cariño
No tengo dignidad, ni tengo orgullo (quizás si, quizás no)....
La rubia se le acerca a Anthony y le dice
-Lo siento mucho, amo a Terry –se alejó del rubio dejándolo con el corazón destrozado
Los recién casados subieron al auto y partieron rumbo a su nueva vida
Llegaron al Departamento de Terry, el chico la cargo y entro con ella en brazos, la rubia se sentía la mujer más feliz del mundo, tenía un hombre que la amaba de verdad y si ella le demostraba lo mucho que lo amaba, el jamás pensaría mal de ella
-¡Pecosa! Por fin eres mía, y jamás nos separaremos –el castaño la fue desvistiendo lentamente, quería que ella gozará también, ella se sentía dichosa, lo amaba de verdad, ahora si sabía que era amar de verdad. Hicieron el amor toda la noche hasta quedarse dormidos semidesnudos y sus cuerpos entrelazados
Fin
