¿Actuamos solos? ¿Ó alguien nos orilla a cometer locuras?
FIN
Lady Supernova
Cosa Nostra Mafia Negra Grandchester
La noche era fría y ruidosa, el viento no daba tregua. Las ramas de los árboles crujían y una tormenta se acercaba. Helena Duquesa de Grandchester miraba a través de la ventana de su enorme recámara, los jardines del palacio lucían tétricos, completamente desolados...ni una sola luz los alumbraba.
Había pasado las peores semanas de su vida, fenómenos extraordinarios habían puesto sus nervios al limite y Richard la había dejado abandonada después de hartarse de sus "infantiles" actitudes, el Duque tomó a sus hijos y se los llevó a la Villa de Escocia sin siquiera detenerse a pensar.
—Estas actuando como una demente...— le dijo con severidad mientras recogía los restos del jarrón que fuera el consentido de su madre, el mismo que Helena en su histeria hizo trizas.
—Había una serpiente... Richard... Te lo juro ¡Había una serpiente en la cama!
—Helena por favor... Deja de decir tonterías, hemos revisado toda la habitación y no hay nada, debiste imaginarlo mujer... — Richard salió del elegante cuarto mientras ella lloraba y se repetía así misma que no había sido un invento.
Un espantoso trueno hizo que regresara al presente, jamás en su vida había tenido tanto miedo como lo tenía en los últimos días... Cosas raras e inexplicables la perseguían día y noche, su tranquilidad pendía de un hilo y Richard no lo soportaba.
—Helena, debes controlarte...
—Querido... No puedo... Es que simplemente ¡No puedo encontrar una explicación a lo que me sucede! escucho voces, imagino cosas... Richard... Tengo miedo...
—Convendría que visitaras al Médico...
—¡Un Médico no va solucionar nada!
—Nunca lo sabrás si no lo intentas....
Aquello fue la gota que derramó el vaso, Richard empacó y se llevó a sus hijos con él, mientras que Helena se quedó sola, desamparada y a merced de sus incomprensibles alucinaciones. La servidumbre del palacio era discreta y a petición del Duque trataron de no molestar a la Duquesa, la orden fue dejarla descansar, ademas ninguno se atrevía a preguntarle sobre su estado de animo, se limitaban a servirle por el día y dejarla dormir por las noches.
La tormenta se desató y Helena horrorizada se cubrió los oídos con sus manos, los truenos eran continuos y el viento movía todo a su paso... Eran comunes las tormentas, pero el miedo que esa noche sentía se había apoderado de ella.
La actividad del fenómeno natural propició que la electricidad comenzara a fallar, el interior del palacio quedo oscuro en cuestión de segundos y Helena entro en pánico... El recuerdo de aquellas voces mientras dormía, la serpiente en su cama, los ruidos detrás de las paredes y la serie de eventos que vivía día con día termino por desesperarla, su mente comenzó a jugar con ella, la presión que sintió al ver que entraba en terrenos desconocidos la hizo cometer la mas grande de las locuras, Helena Grandchester tomo el arma que guardaba bajo su almohada y así puso fin a sus miedos... La Duquesa de Grandchester se suicidó...
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El Palacio de Grandchester se vistió de luto, Richard, sus hijos y algunos miembros de la realeza estuvieron presentes durante los funerales. Lidiar con la prensa había sido todo un reto, pero no había modo de ocultar lo obvio, Richard Grandchester lo sabia y por tanto no hizo intentos por desmentir la realidad... Helena Duquesa de Grandchester se había suicidado...
—Debo decir... Querida... Que... No esperaba esto...— dijo el enigmático Duque mientras se servia una copa de vino espumoso —Creí que tu tolerancia no tenía limite... En fin... ¡Me equivoqué!
Richard Grandchester camino hacia el retrato de Helena, la miro y entonces sonrió... El recuerdo de Terry llamándola "Cara de Cerdo" era algo que le resultaba altamente gracioso, Terry... Tenía tanta razón... Helena era horrible.
—Me alegra que me hayas puesto las cosas así de fáciles, me ahorraste un montón de sorpresas mas, realmente mis habilidades estaban escaseando— Richard sirvió otra copa de vino y se dirigió al sofá —Si me preguntas que fue lo mas difícil, contestaría que la serpiente... Me costó el valioso jarrón de mi madre, pero pienso que fue clave para coronar las otras cosas que ya te había preparado,
El hombre sonrió de nuevo al recordar que hasta la naturaleza se puso de su lado... El sabia que habría tormenta, pero no una tan espectacular
—Soy libre y no tuve que mancharme las manos...— sacó el retrato de Eleanor Baker y sus ojos brillaron —Lo hice por ti Ellie... Estaré contigo muy pronto, me aceptaras aunque deba obligarte.
La ventana del estudio se abrió de repente, el viento soplo llevándose el papeleo que el Duque había apilado con especial dedicación y un horroroso estruendo se hizo presente... Siempre sintió que no actuaba solo, se convertía en otro cuando de Helena se trataba y esa fue la respuesta a su duda... Estaba seguro de que cuando muriera que al mismo infierno iría a parar, pero ¿Que importaba? Eleanor Baker valía eso y cualquier castigo mas... —Hasta nunca Helena...— dijo mientras arrojaba al fuego el retrato de su esposa, sonriendo débilmente, consiente de que todo tiene un precio y que el lo pagaría sin miramientos.
Había pasado las peores semanas de su vida, fenómenos extraordinarios habían puesto sus nervios al limite y Richard la había dejado abandonada después de hartarse de sus "infantiles" actitudes, el Duque tomó a sus hijos y se los llevó a la Villa de Escocia sin siquiera detenerse a pensar.
—Estas actuando como una demente...— le dijo con severidad mientras recogía los restos del jarrón que fuera el consentido de su madre, el mismo que Helena en su histeria hizo trizas.
—Había una serpiente... Richard... Te lo juro ¡Había una serpiente en la cama!
—Helena por favor... Deja de decir tonterías, hemos revisado toda la habitación y no hay nada, debiste imaginarlo mujer... — Richard salió del elegante cuarto mientras ella lloraba y se repetía así misma que no había sido un invento.
Un espantoso trueno hizo que regresara al presente, jamás en su vida había tenido tanto miedo como lo tenía en los últimos días... Cosas raras e inexplicables la perseguían día y noche, su tranquilidad pendía de un hilo y Richard no lo soportaba.
—Helena, debes controlarte...
—Querido... No puedo... Es que simplemente ¡No puedo encontrar una explicación a lo que me sucede! escucho voces, imagino cosas... Richard... Tengo miedo...
—Convendría que visitaras al Médico...
—¡Un Médico no va solucionar nada!
—Nunca lo sabrás si no lo intentas....
Aquello fue la gota que derramó el vaso, Richard empacó y se llevó a sus hijos con él, mientras que Helena se quedó sola, desamparada y a merced de sus incomprensibles alucinaciones. La servidumbre del palacio era discreta y a petición del Duque trataron de no molestar a la Duquesa, la orden fue dejarla descansar, ademas ninguno se atrevía a preguntarle sobre su estado de animo, se limitaban a servirle por el día y dejarla dormir por las noches.
La tormenta se desató y Helena horrorizada se cubrió los oídos con sus manos, los truenos eran continuos y el viento movía todo a su paso... Eran comunes las tormentas, pero el miedo que esa noche sentía se había apoderado de ella.
La actividad del fenómeno natural propició que la electricidad comenzara a fallar, el interior del palacio quedo oscuro en cuestión de segundos y Helena entro en pánico... El recuerdo de aquellas voces mientras dormía, la serpiente en su cama, los ruidos detrás de las paredes y la serie de eventos que vivía día con día termino por desesperarla, su mente comenzó a jugar con ella, la presión que sintió al ver que entraba en terrenos desconocidos la hizo cometer la mas grande de las locuras, Helena Grandchester tomo el arma que guardaba bajo su almohada y así puso fin a sus miedos... La Duquesa de Grandchester se suicidó...
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El Palacio de Grandchester se vistió de luto, Richard, sus hijos y algunos miembros de la realeza estuvieron presentes durante los funerales. Lidiar con la prensa había sido todo un reto, pero no había modo de ocultar lo obvio, Richard Grandchester lo sabia y por tanto no hizo intentos por desmentir la realidad... Helena Duquesa de Grandchester se había suicidado...
—Debo decir... Querida... Que... No esperaba esto...— dijo el enigmático Duque mientras se servia una copa de vino espumoso —Creí que tu tolerancia no tenía limite... En fin... ¡Me equivoqué!
Richard Grandchester camino hacia el retrato de Helena, la miro y entonces sonrió... El recuerdo de Terry llamándola "Cara de Cerdo" era algo que le resultaba altamente gracioso, Terry... Tenía tanta razón... Helena era horrible.
—Me alegra que me hayas puesto las cosas así de fáciles, me ahorraste un montón de sorpresas mas, realmente mis habilidades estaban escaseando— Richard sirvió otra copa de vino y se dirigió al sofá —Si me preguntas que fue lo mas difícil, contestaría que la serpiente... Me costó el valioso jarrón de mi madre, pero pienso que fue clave para coronar las otras cosas que ya te había preparado,
El hombre sonrió de nuevo al recordar que hasta la naturaleza se puso de su lado... El sabia que habría tormenta, pero no una tan espectacular
—Soy libre y no tuve que mancharme las manos...— sacó el retrato de Eleanor Baker y sus ojos brillaron —Lo hice por ti Ellie... Estaré contigo muy pronto, me aceptaras aunque deba obligarte.
La ventana del estudio se abrió de repente, el viento soplo llevándose el papeleo que el Duque había apilado con especial dedicación y un horroroso estruendo se hizo presente... Siempre sintió que no actuaba solo, se convertía en otro cuando de Helena se trataba y esa fue la respuesta a su duda... Estaba seguro de que cuando muriera que al mismo infierno iría a parar, pero ¿Que importaba? Eleanor Baker valía eso y cualquier castigo mas... —Hasta nunca Helena...— dijo mientras arrojaba al fuego el retrato de su esposa, sonriendo débilmente, consiente de que todo tiene un precio y que el lo pagaría sin miramientos.
FIN
Lady Supernova
Cosa Nostra Mafia Negra Grandchester