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** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry **

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Lady Lyuva

Lady Lyuva
Niño/a del Hogar de Pony
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** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 2qd1ob4

** Musas Ardley ** Getsemaní (del musical Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** Songfic **

Los personajes pertenecen a Mizuki e Igarashi, el musical es original de Andrew Lloyd Weber, y la versión que tomé es interpretada por Camilo Sesto. Universo Alterno.


Getsemaní (De Jesucristo Superestrella, versión Camilo Sesto)


Yo quiero decir
si puedo pedir
que apartes de mí este cáliz
ya no deseo su amargura,
ahora quema y yo he cambiado
y no sé por qué he empezado.

“Terry Graham, el renombrado y reconocido actor de Brodway, en una magistral actuación y en su debut como cantante.”

El muchacho de ojos azules miró el encabezado del artículo periodístico con cierto dejo de tristeza, muy diferente al aire siempre cínico que hasta hacía un lustro le acompañaba. ¿Qué había sucedido para perder ese aire que le caracterizaba y le ganaba las simpatías femeninas? Su rompimiento con Candy White Andley, el conocimiento de un próximo enlace entre el encumbrado magnate William A. Andley y su antigua novia, y su matrimonio con Susanna Marlowe, más la muerte de la exactriz. Lo único que continuaba sin cambio en su vida, era su carrera actoral.

Como alguna vez lo había dicho su madre, llevaba el teatro en la sangre, y a la muerte de Susanna, Terry se dedicó a perfeccionarse como actor, a fin de evitar la tentación de caer en el alcoholismo. Y aquí estaba, en su primer rol como cantante, en una ópera rock del afamado Andrew Lloyd Weber. El, que no era creyente ni practicante, representaba el papel del “redentor del mundo”, como había escuchado llamar pomposamente a una de las modistas encargadas de los trajes, quien estaba emocionada por ver el próximo estreno de la compañía Strafford.

Terry había pasado por dolorosos momentos en su vida, prácticamente desde su primera infancia, cuando su padre lo arrebató del lado de su madre, a quien incluso olvidó por años, hasta que descubrió su origen y decidió buscarla. Todo para qué, ella no lo reconoció como hijo, tal vez por la sorpresa, tal vez porque ya se había acostumbrado a vivir de su propia fama. El caso es que él regresó a la casa paterna derrotado y dolido. Tal como su personaje clamaba en las primeras estrofas de la canción culmen de la obra “Jesucristo Superestrella”.

Yo tenía fe
cuando comencé
ahora estoy triste y cansado
mi camino de tres años
me parece que son treinta
¿y qué más puede un hombre hacer?

Esta estrofa le hizo pensar en su propia vida ¿qué más podía él hacer? Cuando Susanna le empujó fuera de la tramoya que caía estrepitosamente, pareció que perdió la vida en lugar de ganarla. Susanna perdió no sólo una pierna, sino sus ilusiones y su vida a lo largo del tiempo que siguió. Y él se asustó por el compromiso que se le vino encima como una avalancha. Nunca pidió ser salvado; y menos por una mujer. Algunos de sus compañeros parecían mirarlo con reproche y otros con burla. Terry trató de convencerse que era su imaginación que le jugaba malas pasadas.

-Mi imaginación o mi consciencia –musitó alguna vez, todavía presa del licor.

Sí, durante esos difíciles meses que siguieron al accidente y hasta que su madre apareció en Rockstown a fin de brindarle la ayuda que tanto necesitaba, Terry sufrió con las malas decisiones que tomó y que orillaron a Candy a ser ella quien rompiera su incipiente noviazgo. Cuando se dio cabal cuenta de que la chica estaba dispuesta a seguir adelante sin él, clamó al cielo y sintió como su alma se desgarraba.

Si he de morir
que se cumpla todo lo que tú quieres de mí,
deja que me odien, que me claven en su cruz.

De rodillas y mientras cantaba sobre la cruz, Terry pensó que entendía muy bien lo que Jesús había sentido en esos momentos antes de ser condenado a muerte por el procurador romano y por su propio pueblo. Como un pelele, de quien todos dispusieron.

-Yo no deseo casarme con Susanna –expresó alguna vez.

¿Por qué lo hizo? Porque se dio cuenta de que la mujer que había dado su vida por él no merecía su desamor. Y los pocos años que pasaron como esposos dieron su fruto en un cariño que sin embargo, nunca se convirtió en el amor que un hombre debe sentir hacia su esposa. Dejó de mirar a las demás y se volcó sobre Susanna, quien se consumía día a día, demasiado débil y deprimida para luchar por su salud.

Su madre estuvo cerca de él desde entonces, y ese cariño de otra mujer rubia hacia él, fue el que le dio la fuerza suficiente para cumplir el destino que él aceptó.

Yo quiero ver, yo quiero ver, ¡Mi Dios!
Yo quiero ver, yo quiero ver, ¡Mi Dios!
Quiero saber, quiero saber, ¡Señor!
Quiero saber, quiero saber, ¡Señor!

Durante muchas noches, ese fue su ruego, aunque hasta que empezó a ensayar la obra musical, nunca lo dirigió a Dios, sino al aire, incluso al alcohol, ¿por qué él? ¿para qué? ¿Qué debía hacer? Para todos los que lo rodeaban, lo lógico era casarse y permanecer al lado de Susanna, y él acabó por aceptar. Cuando se casaron, ni siquiera tomó en cuenta la posible viudez que ahora le acompañaba.

Aprendió a querer a Susanna y deploró su muerte y acabó por darse cuenta que ya no era el chiquillo egoísta e inconsciente que creció en un internado en Londres, haciendo de la vida de las pobres monjas un infierno, enojado contra el mundo por las injusticias que vivía.

Si he de morir
dime si es por qué he de ser mejor de lo que fui
dime si mi vida con la muerte he de cumplir.

Terry comenzó a sentir cómo los ojos se le humedecían mientras cantaba con toda su alma; él quería ser mejor de lo que había sido durante años. Quería ser todo un hombre, que su vida fuera realmente provechosa y generosa para quienes le rodeaban. Sin embargo, el enterarse del compromiso matrimonial de la única mujer que había amado en su vida, le había llenado de una angustia mortal. Podía entender muy bien lo que el Jesús de Weber sentía al verse empujado a cumplir un destino que no deseaba. El había arrancado a Candy la promesa de ser feliz; pero ahora, a varios años de ese momento, entendió que lo había hecho bajo el dolor y la impotencia ante la partida de Candy. Ahora, Terry se daba cuenta de que deseaba que ella fuera feliz a su lado, con nadie más. Tenía que reconocer que estaba celoso por Candy y por quien fuera su amigo: William Albert Andley.

Yo quiero ver, yo quiero ver, ¡Mi Dios!
Yo quiero ver, yo quiero ver, ¡Mi Dios!
Quiero saber, quiero saber, ¡Señor!
Quiero saber, quiero saber, ¡Señor!

Tenía que ser honesto, franco, valiente consigo mismo. Terry Graham no deseaba que Candy White se casara con nadie que no fuera él. Durante años, sintió que no vivía, puesto que había perdido el amor. Cuando recordaba sus primeros años en su carrera como actor, Terry no podía dejar de comparar al muchacho lleno de ilusiones que se presentó a rendir examen en la compañía Strafford, esperanzando en casarse algún día con la chica rubia de coletas, ojos verdes y pecas en el rostro, que permanecía resguardada en el austero colegio inglés, con el hombre que hoy era: forjado en el trabajo, el dolor y por el esfuerzo de mantenerse a flote. El joven del ayer y el hombre del ahora compartían solamente el amor por el teatro y el amor por la misma mujer: Candy.

Con morir, qué voy a conseguir
al morir que voy a conseguir,
¡quiero saber, quiero saber, Señor!
¡quiero saber, quiero saber, Señor!

Con las exclamaciones que formaban parte de la canción, Terry sentía que sus entrañas eran taladradas. Durante años, se preguntó por qué su vida había sido tan accidentada: había cargado durante la mayor parte de su vida con el estigma de “bastardo”, así como el desamor de su padre, quien antepuso siempre su título nobiliario a su hijo primogénito y al amor de Eleanor Baker; también cayó como una losa a sus espaldas el nombre y la fama de su madre, pues era un grito a voces que era el “hijo secreto” de una famosa actriz. Y a esas cargas, se sumó la mujer a la cual jamás amó, y por la cual sintió apenas un cariño relativamente fraternal: Susanna Marlowe. Hubo momentos donde deseó haber sido él quien perdiera una pierna en aquel accidente, y hubo momentos donde deseó la muerte.

¡¡¡Ah!!!
¿Por qué he de morir?
¿Por qué?

El grito que enmarcaba esta parte de la escena le ganó el aplauso de la audiencia, porque salió de lo profundo de su alma. Un doliente y angustiado grito que clamó por su vida, la cual parecía salirse de su control, tal como siempre había sido. Desde que era un niño, otros habían jugado con su destino. Y ya estaba cansado de esa situación, quería que su vida le perteneciera por completo, ser dueño y señor de lo que viniera de ahora en adelante.

¡Dime por qué quieres que me claven en su cruz!
¡Muéstrame el motivo, dame un poco de tu luz!
¡Di que no es inútil tu deseo y moriré!
¡Me enseñaste el cómo, el cuándo, pero no el por qué!

Las lágrimas le humedecieron los ojos, y el sentimiento le hizo temblar la voz, mientras clamaba las respuestas. Los ojos azules, brillantes por el dolor, le lograron un aplauso aún más estruendoso. Hasta las mujeres que trabajaban con él desde hacía años, le miraban embelesadas. El corazón le latía a mil por hora, las manos le hormigueaban de emoción, y el sudor perlaba la frente de Terry, mientras reclamaba de Dios respuestas a su próxima muerte.

Jamás, como en ese momento, Terry entendió que todo lo sucedido hasta ese momento con su vida, era producto de su propia indecisión y su miedo a luchar por lo que deseaba: a Candy y el teatro. ¿Qué importaban las habladurías y los dictados de la sociedad? El había sacrificado lo más preciado de sí mismo, tratando de pagar una deuda que no había sido contraída por él.

Durante años, la culpa de lo sucedido con Susanna le carcomió, y ahora estaba entendiendo, al personificar a un hombre que cargaba con los pecados de la humanidad entera, que él no tenía por hacer lo mismo.

¡¡¡Ah!!!
Muy bien, yo moriré, /size]
pero, pero por favor,
cuando muera, cuando muera, mírame,
por favor, mira mi muerte.

El sudor, el calor, las lágrimas, el mismo malestar que sentía, tuvieron el saludable fin de llevarse esa culpa que él no tenía, que todos le habían echado encima desde ese fatídico día en que Susanna le salvó. Y entendió que cometió un terrible error al dejar marchar a Candy. Era tanta su desesperación por lo que sucedería con Susanna, que ni siquiera cedió a la liberación que ella le había dado: “Ve tras ella”, le había dicho. Pero él supo, o creyó saber que Candy no regresaría a su lado. Generosa como era, Candy sacrificó su propia felicidad por la de Susanna.

Terry entendió que jamás pudo amar a Susanna porque amaba a Candy, tal como era: impulsiva, traviesa, complementándose a su carácter. La prueba la tuvo en Rockstown, aunque ninguno de los dos se encontró frente a frente, el sonido de la voz dulce y a la vez enérgica de Candy tuvieron la virtud de restaurar su dignidad. Agradecía a su madre, quien no le abandonó desde ese día, pero sabía que había sido Candy quien había logrado el milagro. Regresó a Nueva York, retomó las riendas de su vida y de su carrera; pero aún cometió errores, se casó con Susanna y trató de olvidar a Candy, convencido de que era lo que debía hacer.

Yo tenía fe
cuando comencé
ahora estoy triste y cansado
mis tres años ya son miles
¿por qué entonces tengo miedo
de que ya todo termine?

Así sentía Terry, mientras permanecía de rodillas, escuchando los aplausos que la multitud le dedicaba. Triste, cansado de lo que sucedía en su vida. Era viudo, su carrera iba en ascenso, y sin embargo, nada de esto le proporcionaba la paz interior que tanto necesitaba. El sabía que jamás la lograría mientras se mantuviera fuera de un par de ojos verdes. La felicidad para él estaba en Chicago, dentro del cuerpo menudo de una rubia de rizos rebeldes y de pecas que le habían causado gracia desde que la sorprendiera tratando de escabullirse en la cubierta del Mauritania, a fin de no molestarle en su solitario llanto. Si él hubiera confesado esa vez que lloraba por el rechazo de su madre habría recibido el consuelo cariñoso de una niña dulce y generosa, ahora lo sabía.

Pero no perdería más el tiempo, ya no…

Dios, yo no empecé
fue tu voluntad
dame el cáliz de amargura
[¡]Clava, azota, rompe, mata![/i]
Pero pronto, hazlo pronto, o yo
me voy a arrepentir.

El no era Jesucristo, no tenía que ser crucificado para salvar a la humanidad. Era Terry Graham, un hombre que se había equivocado durante muchos años al alejarse de la mujer amada, de la única y la elegida de su corazón.

¡Al diablo con todo! Mientras se ponía de pie, y terminaba la última estrofa con voz trémula, bañado en sudor, el corazón batiente y las lágrimas derramándose por sus mejillas, decidió que él no cumpliría el destino al cual se habían empujado tanto él como Candy. Ya podría la pecosa reclamar que esa había sido una promesa sagrada y que habían jurado no amarse; ya podía estar comprometida con un encumbradísimo magnate de América, reconocido también en Europa, Terry Graham no contaba con la inmensa fortuna de la familia Andley, y si fuera necesario, de considerar a Albert como un hermano, se convertiría en su acérrimo enemigo debido al amor de una mujer.

¡No importaba! Mientras los aplausos amenazaban con derribar el techo del teatro, mientras las últimas notas de “Getsemaní” sonaban para dar paso a la siguiente escena, Terry decidió que marcharía a Chicago y confesaría a Candy White que la amaba, no importaba si ya se había comprometido con William A. Andley, incluso no importaba si ya estaba casada con él.

Candy White sería para él, así de sencillo.

-No soy el Hijo de Dios que debe cumplir con la voluntad del Padre –murmuró para sí, preparándose para su siguiente intervención en la obra musical-. Serás mía, Candy White, por sobre todas las cosas.

***FIN***



Última edición por Lady Lyuva el Miér Abr 08, 2015 6:12 pm, editado 1 vez

marce andrew

marce andrew
Niño/a del Hogar de Pony
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Me encanta "Jesucristo superestrella"...
Enlazaste muy bien la canción con la vida triste de Terry, precioso aporte

Tzitziki Janik

Tzitziki Janik
Niño/a del Hogar de Pony
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Excelente!!!!
mezclaste perfectamente las dos historias creando
una trama llena de dolor y redencion.

Felicitaciones Lady.

Clau Agvel

Clau Agvel
Niño/a del Hogar de Pony
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Mis respetos mi querida Lady, me encantó ver a este Terry buscando su redención pero a la vez su liberación, el Terry que por fin ae confronta y enfrenta sus miedos y decide hacer algo por él mismo. Nunca pensé que esta canción que me encantQ de una de mis obras musicales favoritas, se pudiera fusilar tan perfectamente con la trisre existencia de Terry. Sabes que tienes todo mi respeto y admiración y con esto tocayis lo rectifico aun más.

Lady Lyuva

Lady Lyuva
Niño/a del Hogar de Pony
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Gracias por sus comentarios! No olviden pedir su firmita.

Friditas

Friditas
Niño/a del Hogar de Pony
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¡bravo, Lady! Es maravilloso ver la redención de Terry, la aceptación de su vida, pese al dolor, y sobre todo, el despertar. Un despertar adulto, maduro, que le hace abrir los ojos ver hacia su pasado, y trazar lo que desea de su futuro.
Brillante trabajo. Con un final emocionante en el cúlmen de la canción, elevando al lectoe junto al protagonista, anhelando que consiga su objetivo.
Juegas con mis sentimientos, Lady.
Un trabajo asombroso y genial. Felicidades

Chiquita Andrew

Chiquita Andrew
Niño/a del Hogar de Pony
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TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 TÍA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452

ME GUSTO MUCHO, FELICIDADES TÍA, ME GUSTARIA LEER CONTINUACION YA QUE ESO SERIA MUY BUENO VER COMO REACCIONA CANDY Y ALBERT JAJAJAJAA

GEZABEL

GEZABEL
Guerrera de Lakewood
Guerrera de Lakewood

el fic es genial... me encanto...

Lady Lyuva

Lady Lyuva
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Tengo qué editar! Salieron errores!

** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 808200 ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 808200 ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 808200 ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 808200

Lilianarodas

Lilianarodas
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Excelente fic Lady, y me anoto para la firma ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 463717

Invitado


Invitado

Excelente analogía entre el tema musical y el sufrimiento de Terry, felicidades

Ikebana

Ikebana
Niño/a del Hogar de Pony
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** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 498689 ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 498689 ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 498689

Un trabajo reflexivo, profundo y... hermoso. Felicidades.

https://www.fanfiction.net/u/4785954/Stear-s-Girl

Nadia M Andrew

Nadia M Andrew
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Un verdadero rebelde, sin resentimientos ni berrinchitos infantiles, un rebelde con la válida causa de renegar, enfrentar y cambiar su destino. Aceptó y reconoció sus errores, no los puede cambiar pero si aprender de ellos, ¡Ahora va por todo hacía Candy! Tiene razón Chiquita, Lady, seria bueno una continuación.

Nadia M Andrew

Nadia M Andrew
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Listado para obtener la firma

1.- Marce
2.- Janik
3.- Clau
4.- Lady (Anoté a la autora)
5.- Friditas
6.- Chiquita
7.- Gezabel
8.- Lili
9.- Eiffel
10.- Elisa
11.- Nadia

Sabrina Cornwell

Sabrina Cornwell
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

¡¡¡Eso es todo!!! Terry ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 Terry ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452 RA RA RA ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 189452

Cuéntame, ¿logra su objetivo mi Terry?

Este songfic me encantó, más al ser yo una estrella frustrada de teatro musical, como siempre hilaste fabulosamente la canción con el relato.

Por cierto, ¿no te gusta la obra de José, el soñador? Es mi favorita.

Lady Lyuva

Lady Lyuva
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

La verdad, José el soñador no la vi. ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 808200

Pero de Weber adoro Jesucristo Superestrella, y El Fantasma de la Opera.

Y estoy en la lista! Alcancé lugar! ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 971718

Lady Supernova

Lady Supernova
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Me gusta leer a un Terry más decidido y menos abnegado... Me ha encantado la canción y como encajó perfectamente a lo que vivía Terry ** Musas Ardley ** Getsemaní (de Jesucristo Superestrella) ** Apología No. 5 para Terry ** 162544
Estupendo song fic!

https://www.fanfiction.net/u/2786408/Lady-Supernova

Friditas

Friditas
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

ya vine a anotarme para la bella firma, no sea que no me toque

ladylore

ladylore
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Que hermoso escrito....
no habia escuchado la cancion.
me encanto.... espero q gane el amor de candy. Bellisimo
besos
lady lore

ladylore

ladylore
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Casi me olvido.... yo tambien quiero esa hermosa firma
lady lore

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