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Tatiana: 
me pase escribe y escribe y tu me dejaste sola mana 
casi lo descubre Odalys.
Mayra:
yo 
Tatiana: Tú si.
Mayra: me sentía un poco enferma,
además escuche que la tía andaba por allí y me dio miedo 
que nos pillara haciendo travesuras.
Tatiana:
tu me metiste en esto. 
Mayra: si pero solo por nuestro galan,
anda ya no te enojes y lanza el siguiente capitulo . 
-¿Albert te quedarás esta semana? Pregunto Annie.
Candy escuchó atenta la respuesta que iba a dar Albert, jamás había sido cohibida con él, siempre era espontanea y alegre, pero desde que había descubierto que no solo era el Sr. Oso, Albert su amigo, Albert sin memoria, Tío abuelo Williams, y en especial el Príncipe de la Colina, no sabía como debía actuar. ¿Cómo podías amar a alguien que tiene tantas personalidades? Se preguntaba pero la respuesta la gritaba su corazón en cada uno de los momentos de su vida, ya sean tristes o alegres, el rubio había hallado el modo de estar a su lado de irse colando de a poco en su vida y en su alma.
-Partiré mañana tengo asuntos pendientes en Chicago.
-Preferible haber sido vagabundo y sin memoria Albert, ahora tienes toda la responsabilidad sobre tus hombros. Rio divertido Archie.
Albert también rio pero que ironía que era exactamente como se sentía todo era mucho más fácil cuando era un ser sin memoria, sin pasado sin familia, allí por lo menos hubiera podido abrirle su corazón a Candy cuando hubiera sanado la herida que le causo el noviazgo con Terry. ¿Ahora se sentía atrapado? Entre la responsabilidad de ser el jefe del clan Andrew y de toda su familia, y el deseo de ser libre para poder amar a Candy sin barreras y limites.
Por mucho que la amara, era injusto que viva esa vida, ella que es tan libre y alegre, al poco tiempo se vería eclipsada y encarcelada entre compromisos, viajes, reuniones, negocios.
Por eso tenía que seguir callando y ser para ella solo su amigo, su protector un hombro en quien apoyarse.
-Si que tiempos aquellos, todo era tan simple entonces. ¿Y tu Candy piensas visitarme? Escuché que viajabas a Chicago por asuntos de la remodelación de la casa Ponny. Sino fuera porque tengo que viajar de urgencia. ¿Lo podríamos hacer juntos?
-Todavía no se, Albert, el Dr. Martin necesita mi ayuda, pero hace falta varias cosas, todavía no se si tenga tiempo de viajar, o si mandaría a alguien.
-¿Házmelo saber con George?
Luego los temas se desviaron a temas menos interesantes la tarde paso divertida recordando las travesuras de Stear, y cuando Albert sufrió en manos de Candy y sus intentos por hacerle recobrar la memoria.
Se despidieron con abrazos y promesas de un próximo encuentro, Archie y Annie irían donde los padres de la muchacha y Patty tenía que viajar, no le gustaba dejar mucho tiempo a su abuela, porque podía meterse en serios problemas.
Una vez que estuvieron solos, y que Albert acompaño a Candy hasta donde la señorita Ponny. Ella lo invito a la colina de Ponny, deseaba pasar un poco mas de tiempo en su compañía, se notaba tan alejado, preocupado, ella sabía que ser el jefe de familia no era fácil para él, que era demasiada carga sobre sus hombros. Deseaba tanto confortarlo y alegrarlo un poco. Ella comenzó a correr y lo invito a una carrera hasta subir la colina.
Albert se dejo llevar y corrió tras ella, ese lugar era mágico pensaba el viento en la cara la libertad, el olor a limpio a naturaleza.
-Te gane le dijo Candy y le sacaba la lengua.
-Pequeña siempre lo haces. Sonrío.
-Es bueno verte reír. Me encanta.
-¿Por qué lo dices?
-Has estado ausente durante el picnic.
El se quedo contemplando un rato el horizonte sin decir nada..
-Es solo problemas… sabes el trabajo, las obligaciones, a veces hubiera querido nunca recuperar la memoria, así por lo menos podría….
Candy se lanzó a sus brazos y se recostó sobre su pecho.
-¡Albert! No digas eso, no lo hagas, no sabes lo que sufrí cuando te vi en ese hospital, sin memoria, sin acordarte de nada ni de mí.
El rubio sintió pequeñas lágrimas mojando su camisa.
-Pequeña, no llores por favor, he sido un tonto, por decir lo que dije, perdóname, claro que me alegro de recobrar la memoria, cuando te vi en aquel hospital pensé que había muerto y eras un ángel. Pero a veces quisiera olvidar quien soy, solo por un momento.
-¿Sabes lo que significa para alguien como yo tu afecto? He crecido sin hogar, sin padres, sin nombre, sin pasado. Para mi eres…
-Lo se. Soy tu mejor amigo,
Pensó Albert <<<lo que no sabes es que yo quisiera ser por quien tu te desvelas y te desesperas, yo quisiera ser quien tu despertarás ilusionada, yo quisiera que vivieras de mi siempre enamorada>> tu teme quedas viendo y me preguntas.
-¿Te sucede algo Albert?
<<<Candy quisiera decirte lo que yo siento, pero tengo miedo de que me rechaces y que solo en mi mente vivas para siempre>>> reik
-Candy, prométeme que me harás saber sobre cualquier decisión que tomes con respecto a tu vida, yo siempre te apoyare.
La beso en la frente.
-Tengo que irme, Candy si necesitas algo, solo envíame el mensaje con George que de seguro te lo hare llegar. Sea lo que sea.
-Lo único que quisiera es que pasáramos más tiempo juntos, tal vez si hablo con la señorita Ponny y adelanto mi viajo podrías hacerlo juntos.
Candy pensó que para tomar una decisión se lo pensaba demasiado.
-Mmm, no creo que sea posible, mi equipaje esta listo saldré dentro de pocas horas, pero si vas a Chicago anda al departamento de Magnolia tú tienes una llave al igual que yo, me gusta descansar allí cuando llego a la ciudad, me trae gratos recuerdos.
Candy intento sonreír,
-Estaré dándote tanta lata que te volverás igual de gruñon que la tía Elroy. Le saco la lengua.
Albert fingió sentirse ofendido sonrió y dijo que se pasaría despidiendo de la señorita Ponny y la hermana María antes de partir, Candy le dijo que se quedaría allí unos minutos.
-¿Qué ocultará Albert pensó Candy? Tal vez si lograba convencer a George podría darle una gran sorpresa alcanzándolo mañana en el departamento de Magnolia se abrazo así misma, tal vez y me anime a decirle lo que siento.
me pase escribe y escribe y tu me dejaste sola mana casi lo descubre Odalys.Mayra:
yo Tatiana: Tú si.
Mayra: me sentía un poco enferma,
además escuche que la tía andaba por allí y me dio miedo que nos pillara haciendo travesuras.Tatiana:
tu me metiste en esto. Mayra: si pero solo por nuestro galan,
anda ya no te enojes y lanza el siguiente capitulo . CAPITULO II
Se sentaron todos alrededor de una mesa que habían colocado con un mantel de cuadros azules, en la cual habían frutas, sándwiches, hasta un pastel de manzana hecho por Annie.-¿Albert te quedarás esta semana? Pregunto Annie.
Candy escuchó atenta la respuesta que iba a dar Albert, jamás había sido cohibida con él, siempre era espontanea y alegre, pero desde que había descubierto que no solo era el Sr. Oso, Albert su amigo, Albert sin memoria, Tío abuelo Williams, y en especial el Príncipe de la Colina, no sabía como debía actuar. ¿Cómo podías amar a alguien que tiene tantas personalidades? Se preguntaba pero la respuesta la gritaba su corazón en cada uno de los momentos de su vida, ya sean tristes o alegres, el rubio había hallado el modo de estar a su lado de irse colando de a poco en su vida y en su alma.
-Partiré mañana tengo asuntos pendientes en Chicago.
-Preferible haber sido vagabundo y sin memoria Albert, ahora tienes toda la responsabilidad sobre tus hombros. Rio divertido Archie.
Albert también rio pero que ironía que era exactamente como se sentía todo era mucho más fácil cuando era un ser sin memoria, sin pasado sin familia, allí por lo menos hubiera podido abrirle su corazón a Candy cuando hubiera sanado la herida que le causo el noviazgo con Terry. ¿Ahora se sentía atrapado? Entre la responsabilidad de ser el jefe del clan Andrew y de toda su familia, y el deseo de ser libre para poder amar a Candy sin barreras y limites.
Por mucho que la amara, era injusto que viva esa vida, ella que es tan libre y alegre, al poco tiempo se vería eclipsada y encarcelada entre compromisos, viajes, reuniones, negocios.
Por eso tenía que seguir callando y ser para ella solo su amigo, su protector un hombro en quien apoyarse.
-Si que tiempos aquellos, todo era tan simple entonces. ¿Y tu Candy piensas visitarme? Escuché que viajabas a Chicago por asuntos de la remodelación de la casa Ponny. Sino fuera porque tengo que viajar de urgencia. ¿Lo podríamos hacer juntos?
-Todavía no se, Albert, el Dr. Martin necesita mi ayuda, pero hace falta varias cosas, todavía no se si tenga tiempo de viajar, o si mandaría a alguien.
-¿Házmelo saber con George?
Luego los temas se desviaron a temas menos interesantes la tarde paso divertida recordando las travesuras de Stear, y cuando Albert sufrió en manos de Candy y sus intentos por hacerle recobrar la memoria.
Se despidieron con abrazos y promesas de un próximo encuentro, Archie y Annie irían donde los padres de la muchacha y Patty tenía que viajar, no le gustaba dejar mucho tiempo a su abuela, porque podía meterse en serios problemas.
Una vez que estuvieron solos, y que Albert acompaño a Candy hasta donde la señorita Ponny. Ella lo invito a la colina de Ponny, deseaba pasar un poco mas de tiempo en su compañía, se notaba tan alejado, preocupado, ella sabía que ser el jefe de familia no era fácil para él, que era demasiada carga sobre sus hombros. Deseaba tanto confortarlo y alegrarlo un poco. Ella comenzó a correr y lo invito a una carrera hasta subir la colina.
Albert se dejo llevar y corrió tras ella, ese lugar era mágico pensaba el viento en la cara la libertad, el olor a limpio a naturaleza.
-Te gane le dijo Candy y le sacaba la lengua.
-Pequeña siempre lo haces. Sonrío.
-Es bueno verte reír. Me encanta.
-¿Por qué lo dices?
-Has estado ausente durante el picnic.
El se quedo contemplando un rato el horizonte sin decir nada..
-Es solo problemas… sabes el trabajo, las obligaciones, a veces hubiera querido nunca recuperar la memoria, así por lo menos podría….
Candy se lanzó a sus brazos y se recostó sobre su pecho.
-¡Albert! No digas eso, no lo hagas, no sabes lo que sufrí cuando te vi en ese hospital, sin memoria, sin acordarte de nada ni de mí.
El rubio sintió pequeñas lágrimas mojando su camisa.
-Pequeña, no llores por favor, he sido un tonto, por decir lo que dije, perdóname, claro que me alegro de recobrar la memoria, cuando te vi en aquel hospital pensé que había muerto y eras un ángel. Pero a veces quisiera olvidar quien soy, solo por un momento.
-¿Sabes lo que significa para alguien como yo tu afecto? He crecido sin hogar, sin padres, sin nombre, sin pasado. Para mi eres…
-Lo se. Soy tu mejor amigo,
Pensó Albert <<<lo que no sabes es que yo quisiera ser por quien tu te desvelas y te desesperas, yo quisiera ser quien tu despertarás ilusionada, yo quisiera que vivieras de mi siempre enamorada>> tu teme quedas viendo y me preguntas.
-¿Te sucede algo Albert?
<<<Candy quisiera decirte lo que yo siento, pero tengo miedo de que me rechaces y que solo en mi mente vivas para siempre>>> reik
-Candy, prométeme que me harás saber sobre cualquier decisión que tomes con respecto a tu vida, yo siempre te apoyare.
La beso en la frente.
-Tengo que irme, Candy si necesitas algo, solo envíame el mensaje con George que de seguro te lo hare llegar. Sea lo que sea.
-Lo único que quisiera es que pasáramos más tiempo juntos, tal vez si hablo con la señorita Ponny y adelanto mi viajo podrías hacerlo juntos.
Candy pensó que para tomar una decisión se lo pensaba demasiado.
-Mmm, no creo que sea posible, mi equipaje esta listo saldré dentro de pocas horas, pero si vas a Chicago anda al departamento de Magnolia tú tienes una llave al igual que yo, me gusta descansar allí cuando llego a la ciudad, me trae gratos recuerdos.
Candy intento sonreír,
-Estaré dándote tanta lata que te volverás igual de gruñon que la tía Elroy. Le saco la lengua.
Albert fingió sentirse ofendido sonrió y dijo que se pasaría despidiendo de la señorita Ponny y la hermana María antes de partir, Candy le dijo que se quedaría allí unos minutos.
-¿Qué ocultará Albert pensó Candy? Tal vez si lograba convencer a George podría darle una gran sorpresa alcanzándolo mañana en el departamento de Magnolia se abrazo así misma, tal vez y me anime a decirle lo que siento.
