-¡Cuándo dejamos de percibir con la óptica infantil? ¿Por qué nos permitimos perder esa capacidad en la adultez? ¿Por qué perdemos el gusto por jugar con lodo, tumbarnos sobre el césped, disfrutar el olor a tierra húmeda?, ¿Cuándo dejamos de jugar? ¿Descubrir en las nubes figuras fantásticas?, ¿Sorprendernos ante la inmensidad e intensidad del cielo, abrir los brazo y girar para recibir con gozo las gotitas de lluvias? ¿Cuándo dejamos de disfrutar las cosas simples de la vida? ¿En qué momento dejamos sonreír con la natural espontaneidad de un niño?
¡De cierto, no lo sé! La única certeza es, que cuando estoy a su lado, vuelvo a ser niño! Con ella a mi lado, todo es felicidad-
La veo acercarse y en su carita salpicada de pecas, se corona una pícara sonrisa, seguramente tramando hacerme víctima de una nueva travesura.
-¡Albert, Feliz Día del Niño!- Regalándome la mas hermosa de las sonrisas y una flor.
NOTA. LA IMAGEN QUE ILUSTRA ES OBRA INTELECTUAL DE DAIKIKUN.