¡Por favor, fanáticas del señorito Neal, no me linchen! Pero está cronista narra la purita verdad, eso que ocurrió en aquel guateque cumpleañero.
Feliz cumple GEZABEL.
En la Mansión Legan, reinaba un gran ambiente, aprovechando que Eliza y los señores Legan se encontraban de viaje, la celebración del cumple de GEZA se llevaba a cabo en ese lujoso recinto.
Todo marchaba a la perfección, viandas y bebidas deleitaban a la muchachada que se encontraba allí, reunidas. música y la música invitaba a mover el bote.
¡Una fiesta perfecta!, hasta el señorito Neal se encontraba de muy buen talente. En cierto momento del convite, alguien tuvo la grandiosa idea de gritar -¡Qué Gezabel abra sus obsequios, qué los abrá, qué los abra!- y las demás, se unieron al coro.
Excepto Neal, quien de semblante sonrojado por el baile y algunas copitas encima, torno a lívido. Y es que al jovencito, le gusta recibir pero no dar, es algo “duro de codo” y precisamente, cuando todas cantaban al unísono por la apertura de regalos, él recordó que no había comprado nada para Geza.
En esas se encontraba cuando una de las invitadas mencionó –Te hubiéramos traído unos strippers para que ambientaran tu fiesta GEZA-
Quien sabe que le cruzaría por la mente al tacaño joven, que se desapareció misteriosamente durante la mayor parte de la noche.
Las chicas siguieron disfrutando de su convivencia, cuando un mayordomo interrumpió el guateque –Señorita Geza, ya está aquí el pastel-
-¿Pastel? Nosotras no lo pedimos, estamos en estricto régimen (régimen de bocadillos y cervezas), ¿Verdad chicas?- mirando extrañadísima a sus compinches.
-¿A lo mejor te lo obsequió un admirador secreto GEZA?-exclamó entusiasmada una.
-Esta bien, hágalo pasar Oswald- Ordenó Geza , al mayordormo.
No tardó mucho en entrar cuatro cargadores, llevando un enorme pastel y colocándolo en el medio de la sala.
-¡Wow qué grande! Adiós dieta- pensaba para sí, GEZA.
Cuando inesperadamente del centro de ese pastelón, sale un chico,
gritando a todo pulmón -¡FELIZ CUMPLE GEZA!-
-¡Ahhhhhh-gritan las chavalas, bien emocionadas-¡Un stripper! Siiiiiiiii¨!
Ante estas porras, el joven, se anima a abandonar por completo de su disfraz de pastel. Y el “Ah” de emoción transmutó a “Ahhhhh” de decepción.
El stripper, todo ñango, sin chiste luce únicamente dos prendas, una corbata de moño y una tanga roja, que no levanta pasión y en cambio, si muestras sus míseras.
Nadie termina por reaccionar, se encuentran estupefactas. Silencio total, sólo la pegajosa música continúa su sonsonete.
Igzell, devoraba un sándwich cuando el “dizque” stripper hizo su teatral aparición y casi se atraganta con un trozo, cuando identificó al “encuerado” -¡SEÑORITO NEAL! No haga desfiguros.
Neal, hacía caso omiso de las suplicas de la joven; al contrario pareciera que le dieran cuerda, y entonces, vino la debacle:
Se puso a bailar frenéticamente, primero mostrando las “tepalhuanas” que el hilo dental no le cubriera. Ante esto, las chicas volvieron a gritar extasiadas -¡Yeah, yeah, yeah!
A Igzel , esto no le hacía gracia, que su señorito se expusiera de esa manera- ¡Neal, por favor compórtate!- tirando de un mantel, intento cubrir el cuerpecito de su jefe. Lo único que logró con esto, fue que el “encuerado” se soltara el pelo, aún más.
Gezabel, había quedado tan aturdida ante este espectáculo que no podía emitir palabra.
Y Neal, baile que baile como guajolote en celo, le arranca el mantel de las manos a Igzel y se lo pasa entre las piernas, intentando ejecutar movimientos sexis, que termina en fracaso.
En ese preciso momento, Gezabel salé de su estupor se pone al frente del perturbado joven, alguien debe poner el orden.
Cuando –Sasquach- cual resortera salen volando los chones impúdicos de Neal, y se van a estampar directo al rostro de la festejada.
-¡Oohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!- Un “Oh” prolongado se hace en el recinto, ignoramos si fue, porque el méndigo calzonazo de Neal en el bello rostro de GEZA o porque se descubrió el secreto mejor guardado de Neal.
Feliz cumple GEZABEL.
En la Mansión Legan, reinaba un gran ambiente, aprovechando que Eliza y los señores Legan se encontraban de viaje, la celebración del cumple de GEZA se llevaba a cabo en ese lujoso recinto.
Todo marchaba a la perfección, viandas y bebidas deleitaban a la muchachada que se encontraba allí, reunidas. música y la música invitaba a mover el bote.
¡Una fiesta perfecta!, hasta el señorito Neal se encontraba de muy buen talente. En cierto momento del convite, alguien tuvo la grandiosa idea de gritar -¡Qué Gezabel abra sus obsequios, qué los abrá, qué los abra!- y las demás, se unieron al coro.
Excepto Neal, quien de semblante sonrojado por el baile y algunas copitas encima, torno a lívido. Y es que al jovencito, le gusta recibir pero no dar, es algo “duro de codo” y precisamente, cuando todas cantaban al unísono por la apertura de regalos, él recordó que no había comprado nada para Geza.
En esas se encontraba cuando una de las invitadas mencionó –Te hubiéramos traído unos strippers para que ambientaran tu fiesta GEZA-
Quien sabe que le cruzaría por la mente al tacaño joven, que se desapareció misteriosamente durante la mayor parte de la noche.
Las chicas siguieron disfrutando de su convivencia, cuando un mayordomo interrumpió el guateque –Señorita Geza, ya está aquí el pastel-
-¿Pastel? Nosotras no lo pedimos, estamos en estricto régimen (régimen de bocadillos y cervezas), ¿Verdad chicas?- mirando extrañadísima a sus compinches.
-¿A lo mejor te lo obsequió un admirador secreto GEZA?-exclamó entusiasmada una.
-Esta bien, hágalo pasar Oswald- Ordenó Geza , al mayordormo.
No tardó mucho en entrar cuatro cargadores, llevando un enorme pastel y colocándolo en el medio de la sala.
-¡Wow qué grande! Adiós dieta- pensaba para sí, GEZA.
Cuando inesperadamente del centro de ese pastelón, sale un chico,
gritando a todo pulmón -¡FELIZ CUMPLE GEZA!-
-¡Ahhhhhh-gritan las chavalas, bien emocionadas-¡Un stripper! Siiiiiiiii¨!
Ante estas porras, el joven, se anima a abandonar por completo de su disfraz de pastel. Y el “Ah” de emoción transmutó a “Ahhhhh” de decepción.
El stripper, todo ñango, sin chiste luce únicamente dos prendas, una corbata de moño y una tanga roja, que no levanta pasión y en cambio, si muestras sus míseras.
Nadie termina por reaccionar, se encuentran estupefactas. Silencio total, sólo la pegajosa música continúa su sonsonete.
Igzell, devoraba un sándwich cuando el “dizque” stripper hizo su teatral aparición y casi se atraganta con un trozo, cuando identificó al “encuerado” -¡SEÑORITO NEAL! No haga desfiguros.
Neal, hacía caso omiso de las suplicas de la joven; al contrario pareciera que le dieran cuerda, y entonces, vino la debacle:
Se puso a bailar frenéticamente, primero mostrando las “tepalhuanas” que el hilo dental no le cubriera. Ante esto, las chicas volvieron a gritar extasiadas -¡Yeah, yeah, yeah!
A Igzel , esto no le hacía gracia, que su señorito se expusiera de esa manera- ¡Neal, por favor compórtate!- tirando de un mantel, intento cubrir el cuerpecito de su jefe. Lo único que logró con esto, fue que el “encuerado” se soltara el pelo, aún más.
Gezabel, había quedado tan aturdida ante este espectáculo que no podía emitir palabra.
Y Neal, baile que baile como guajolote en celo, le arranca el mantel de las manos a Igzel y se lo pasa entre las piernas, intentando ejecutar movimientos sexis, que termina en fracaso.
En ese preciso momento, Gezabel salé de su estupor se pone al frente del perturbado joven, alguien debe poner el orden.
Cuando –Sasquach- cual resortera salen volando los chones impúdicos de Neal, y se van a estampar directo al rostro de la festejada.
-¡Oohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!- Un “Oh” prolongado se hace en el recinto, ignoramos si fue, porque el méndigo calzonazo de Neal en el bello rostro de GEZA o porque se descubrió el secreto mejor guardado de Neal.