Se encontraban reunidas en el establo todas las chicas Leagan listas para poner en marcha su plan.
-Déjenmela a mí -levantó la voz la mismísima condesa Rubí ataviada con sus inseparables lentes oscuros- nomás le voy a dar una probadita con " la dolorosa" y la remato con la "tartamuda".
-No -exclamó el ama de llaves con esos ojos azúles profundos y prenetrantes que ponían en orden a cualquiera que se quisiera salir del redil, sólo con la mirada- Sólo vamos a "disuadirla". Nuestros datos recabados por la unidad de inteligencia de la Trinchera Leagan, los 90210 aquí presentes, que la pecas planea pasar unos días entre nosotras y eso no podemos permitirlo -dijo Raelana mientras señalaba a los tres petimetres que estaban muy sentaditos con las orejas paradas-
-¿Inteligencia? ¿Este trío de tres? -se oyó una voz por lo bajo en gayola-
La chef levantó con dificultad su amado cuchillo cebollero para acallar a la que se atrevió a dudas de sus pin... ayudantes.
-Ahhhhh!!!!!
Se escuchó un grito desgarrador
-¿Qué te pasa? -preguntó Gezabel poniendo su puñal de calavera entre los dientes mientras sacudía por los hombros a la flaquita miau, que se cubría el rostro con ambas patas-
-¡Me voy a quedar ciega! -repetía angustiada la esbelta mucama de la trinchera- !Lo que he visto me va a dejar ciega!
-Pues ¿Qué vistes? -preguntó Rubí mientras con dificultad trataba de apuntar con "la dolorosa" al lugar donde señalaba temblorosa Laurie Miau- ah estas malditas uñas curvas no me dejan agarrar bien mi arma y menos apretar el gatillo.
De pronto se abrió paso entre las Leagan la mismísima condesa Wendolyn quién abanicándose con frenesí se acercó al oscuro rincón del establo, la piel cálico que traía encima la Wen era hermosa y brillaba con el sol que se colaba por la ventana del establo.
Todas la miraron espectantes y de pronto la condesa volvió con cara de asco sin poder contener la nausea se sostuvo de la chef que toda se atragantó de pelos en la garganta.
Las chicas corrieron al susodicho rincón oscuro y... ahí merito estaba García con la pata levantada a todo lo alto en actitud de asearse con frenesí sus "cositas". Algunas ladearon la cabeza sorprendidas ante la agilidad del panzón bigotón quién nunca había dado muestras de esa elasticidad digna de un gimnasta ruso.
-¡qué haces desdichado! -gritó a todo pulmón Gigi quién ostentaba unos largos bigotes de pez gato -!Aquaman! vente y avienta a este peludo fuera de la trinchera.
El aludido al verse sorprendido, les lanzó una mirada leonina a las curiosas espectadoras y se le levantó caminando muy orondo con la cola parada para que todas pudieran ver su majestuosidad peluda. Sonriendo satisfecho dejó ver su colmillo de oro que brilló con el sol de la mañana.
-Bueno ya!!! -exclamó Alice Miau fastidiada azomandose por la puerta- ¡Ahí viene!
-!Agazápate Mimi! -le dijo la Miss Condesa Wendolyn a la chef que se quedó parada en medio cual salero cuando las chicas se amonatoron en la entrada para saltarle encima a la pecas- ¡Ah no! no me voy a convertir en sapo... eso nunca!!!!
-¡Que te agaches mensa! -gritaron las demás al ver pasar unos pelos güeros por la ventana-
- ¡A ella!
Las Leagan se lanzaron para pescar a la pecas quién venía acompañada nada menos que del Wero Bello. Alice se lanzó con furia a la pecas que le andaba queriendo bajar el cariño de su adorado galán. El wero sólo alcanzó a cargar a la pecas para alejarla de las Leagan.
Laurie ni tarda ni perezosa se dedicó a chuparle la orejita al wero que sonreía sin poder parar. Las chicas amotonadas trataron de impedir el paso al par de weros, pero no pudieron hacer mucho pues... estando transformadas en gatos lo único que lograron fue hacerlos sonreír.
Perdieron las pistolas, el batidor, los encajes, los cascabeles y los plumeros pero eso sí... el glamour nunca!!!!
-Déjenmela a mí -levantó la voz la mismísima condesa Rubí ataviada con sus inseparables lentes oscuros- nomás le voy a dar una probadita con " la dolorosa" y la remato con la "tartamuda".
-No -exclamó el ama de llaves con esos ojos azúles profundos y prenetrantes que ponían en orden a cualquiera que se quisiera salir del redil, sólo con la mirada- Sólo vamos a "disuadirla". Nuestros datos recabados por la unidad de inteligencia de la Trinchera Leagan, los 90210 aquí presentes, que la pecas planea pasar unos días entre nosotras y eso no podemos permitirlo -dijo Raelana mientras señalaba a los tres petimetres que estaban muy sentaditos con las orejas paradas-
-¿Inteligencia? ¿Este trío de tres? -se oyó una voz por lo bajo en gayola-
La chef levantó con dificultad su amado cuchillo cebollero para acallar a la que se atrevió a dudas de sus pin... ayudantes.
-Ahhhhh!!!!!
Se escuchó un grito desgarrador
-¿Qué te pasa? -preguntó Gezabel poniendo su puñal de calavera entre los dientes mientras sacudía por los hombros a la flaquita miau, que se cubría el rostro con ambas patas-
-¡Me voy a quedar ciega! -repetía angustiada la esbelta mucama de la trinchera- !Lo que he visto me va a dejar ciega!
-Pues ¿Qué vistes? -preguntó Rubí mientras con dificultad trataba de apuntar con "la dolorosa" al lugar donde señalaba temblorosa Laurie Miau- ah estas malditas uñas curvas no me dejan agarrar bien mi arma y menos apretar el gatillo.
De pronto se abrió paso entre las Leagan la mismísima condesa Wendolyn quién abanicándose con frenesí se acercó al oscuro rincón del establo, la piel cálico que traía encima la Wen era hermosa y brillaba con el sol que se colaba por la ventana del establo.
Todas la miraron espectantes y de pronto la condesa volvió con cara de asco sin poder contener la nausea se sostuvo de la chef que toda se atragantó de pelos en la garganta.
Las chicas corrieron al susodicho rincón oscuro y... ahí merito estaba García con la pata levantada a todo lo alto en actitud de asearse con frenesí sus "cositas". Algunas ladearon la cabeza sorprendidas ante la agilidad del panzón bigotón quién nunca había dado muestras de esa elasticidad digna de un gimnasta ruso.
-¡qué haces desdichado! -gritó a todo pulmón Gigi quién ostentaba unos largos bigotes de pez gato -!Aquaman! vente y avienta a este peludo fuera de la trinchera.
El aludido al verse sorprendido, les lanzó una mirada leonina a las curiosas espectadoras y se le levantó caminando muy orondo con la cola parada para que todas pudieran ver su majestuosidad peluda. Sonriendo satisfecho dejó ver su colmillo de oro que brilló con el sol de la mañana.
-Bueno ya!!! -exclamó Alice Miau fastidiada azomandose por la puerta- ¡Ahí viene!
-!Agazápate Mimi! -le dijo la Miss Condesa Wendolyn a la chef que se quedó parada en medio cual salero cuando las chicas se amonatoron en la entrada para saltarle encima a la pecas- ¡Ah no! no me voy a convertir en sapo... eso nunca!!!!
-¡Que te agaches mensa! -gritaron las demás al ver pasar unos pelos güeros por la ventana-
- ¡A ella!
Las Leagan se lanzaron para pescar a la pecas quién venía acompañada nada menos que del Wero Bello. Alice se lanzó con furia a la pecas que le andaba queriendo bajar el cariño de su adorado galán. El wero sólo alcanzó a cargar a la pecas para alejarla de las Leagan.
Laurie ni tarda ni perezosa se dedicó a chuparle la orejita al wero que sonreía sin poder parar. Las chicas amotonadas trataron de impedir el paso al par de weros, pero no pudieron hacer mucho pues... estando transformadas en gatos lo único que lograron fue hacerlos sonreír.
Perdieron las pistolas, el batidor, los encajes, los cascabeles y los plumeros pero eso sí... el glamour nunca!!!!
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