Hola!!
Compañeras de batalla, peleadores en solitario y Mi pelotón comando PecoCITA'S:
Les traigo mi quinto aporte, presentando armas por y para mi Biscochin adorado Terryto papacito Grandchester,
es un minific, se llama:
Un amor Indestructible.
Si estan leyendo esto, es porque consegui que llegaran al final,
Goooo Centis!!!
Compañeras de batalla, peleadores en solitario y Mi pelotón comando PecoCITA'S:
Les traigo mi quinto aporte, presentando armas por y para mi Biscochin adorado Terryto papacito Grandchester,
es un minific, se llama:
Un amor Indestructible.
Londres, Inglaterra 1913
Real Colegio San Pablo…
Candy se encontraba sentada en la segunda colina de pony, recordando los momentos que ha compartido con Terry en ese lugar…
Terry… cuantas veces hemos estado aquí sentados admirando el horizonte, escuchando el silencio, sintiendo este corazón latir solo por ti, con las ganas de decirte lo mucho que me gustas, y lo enamorada que estoy de ti… que pasará cuando tengamos que decir adiós, cuando hayamos concluido los estudios aquí en el colegio... ¿tendré el valor algún día para decirte lo que siento?... Dios mío, dame el valor para confesarle mi amor por él, antes de que sea demasiado tarde…
Terry por su parte, estaba cabalgando por los jardines del colegio, pensando en quien, si no en su Pecosa…
Candy… mi Candy… mi pecosa… porque no tengo el valor suficiente para decirte lo que siento, lo mucho que me atormenta que no estés junto a mi, estoy harto de la vida del colegio, del hastío que llena mis sentidos, si tan solo fuera un poco mayor te llevaría conmigo al fin del mundo, para que nada ni nadie nos pudieran alcanzar, y ser felices para siempre, formar contigo el hogar que tanto hemos soñado los dos…
Hotel Savoy, Centro de Londres…
George: Pero es que acaso, William no has pensado, que lo que ella siente por ti: es solo agradecimiento, ella tan solo es una niña y siempre te ha visto como su protector, su amigo incondicional, jamás se imaginaria que tu eres la persona que la adoptó y la trajo a Londres con la finalidad de demostrarle su amor, sé sensato una vez mas, y no arruines la relación que tienes con ella, tu mas que nadie sabe lo que siente ese par de chiquillos, ellos se aman… porque no puedes aceptarlo?
Albert: porque no puedo, ella es la mujer que quiero para mi, es con quien quiero compartir mi vida…
George: pero sabes lo que eso significa, tienes que ir al colegio como William Albert Andrew, presentarte tal quien eres, no crees que eso seria un golpe muy duro para ella, por lo que me has contado a penas se a acoplado a su vida en el colegio, llevártela ahora así sin algún motivo puede hacer que ella se enoje contigo y renuncie al apellido Andrew, deja las cosas así, William, que las cosas tomen su curso normal…
Albert: que no!! George, ella se ira conmigo, no me importa si tengo que hacerlo a la fuerza…
George: esto me confirma mis sospechas, tú no la amas verdaderamente, tu amor es egoísta, déjala que ella decida con quien quiere ser feliz… Sé muy bien que solo soy para ti, tu empleado de confianza, pero te conozco y te quiero como si fueras mi propio hijo, y este arranque para mi, es un berrinche de niño malcriado…
Albert se quedo atónito con las palabras de George, ni siquiera pudo contestarle algo, solo lo vio como se marcho de la habitación, pero él estaba ciego y decidido, esa misma tarde iría por Candy para llevarla a Chicago junto a él…
******
Real Colegio San Pablo…
Hermana Grey: Buenas tardes, en que le puedo servir Sr. Johnson?
Albert: Perdón Hermana, pero no soy el Sr. Johnson, mi nombre es William Albert Andrew, patriarca y tutor de los alumnos Andrew y Cornwall.
HG: Perdone mi error, pero dígame en que le puedo servir?
Albert: he venido por Candice White Andrew, me la llevaré del colegio, partiremos a America, esta misma noche.
HG: Pero? No comprendo, solamente a Candy o también a los demás jóvenes?
Albert: No hermana, solamente a ella, le pido por favor que la llame, y si me lo permite necesito hablar con ella en privado…
HG: En un momento la mando llamar…
*****
Candy: Albert, que sorpresa, pero que haces aquí? La hermana Margaret me Informó que el Sr. Andrew quería verme, acaso piensas hacerte pasar por él?
Albert: No pequeña, necesito que veas algo, y le muestra su identificación como William Albert Andrew…
Candy: pero no entiendo, acaso tú eres quien me adoptó?
Albert: así es pequeña, estoy aquí porque quiero que me acompañes de ahora en adelante, te parecerá un poco extraño, pero quiero que sepas que desde nuestro primer encuentro en la colina, me enamore de ti, y cuando tuve la oportunidad de hacerte formar parte de la familia, me emocione muchísimo y es por eso que estoy aquí, porque quiero tomarte como mi esposa, quiero que sea tu compañía la q este junto a mi, cuando me presente en Chicago y tome mi posición como patriarca de la familia, pequeña me harías el honor de ser mi esposa? Diciendo esto saco de entre sus ropas un precioso anillo de compromiso y trato de ponerlo en el dedo anular de ella…
Candy se sentía confundida, y no podía pensar bien, solo pudo decir pero que has dicho? Albert, quien eres tú? Acaso ya no eres mi mejor amigo, mi confidente, mi protector, la persona que esta junto a mí cuando mas lo necesito? Te has vuelto loco?, esto es una broma verdad? Dime que esto es una broma…
Candy no sabia si sentirse ofendida o halagada, pero lo único cierto es que el amor que ella sentía por Albert, era una profunda amistad, jamás se imagino los sentimientos que él tenia para ella…
Albert: con el tiempo pequeña, me llegaras a amar, con el tiempo, ahora prepara tus cosas que nos vamos esta noche…
Candy: si que te has vuelto loco por completo, para empezar yo no me puedo ir contigo, no en los términos que tu quieres, discúlpame Albert, pero yo no estoy enamorada de ti, tú bien sabes quien ocupa mi corazón y mis sentimientos, tantas veces te hable de él, y así aun conociendo la verdad quieres que yo acepte ser tu esposa y crees en la posibilidad de que te ame algún día?, lo siento Albert, pero no me puedo ir contigo, no así,
Albert: pues te iras conmigo de todas maneras!! Es una orden como patriarca de la familia… estaba molesto, porque las cosas no salían como él estaba esperando…
Candy: me iré si es tu decisión, pero llegando a Chicago, me iré al hogar de Pony, y renunciaré al apellido Andrew, como comprenderás no puedo seguir formando parte de tú familia…
Sin dejar que Albert dijera nada mas, salio de la oficina, corrió hacia su habitación, Terry, Terry en donde estas? Necesito verte y decirte antes de partir lo mucho que te amo y que he de amarte hasta el último día de mi vida…
El equipaje estuvo listo, el Sr. Andrew hablo con la hermana Grey, pidiendo absoluta discreción en cuanto a llevarse a Candy del colegio, un tiempo después mandaría por los demás, sobre todo con los rumores de una posible guerra…
Albert y Candy abandonaron el colegio, en total silencio, ella abrazaba a Klin, una gran desolación le invadió el cuerpo, solo esperaba que Terry viera la nota que dejo en su habitación… La misma que llevo lanzándose entre los árboles como siempre lo hacia cuando visitaba a Archie y Stear, La misiva decía lo siguiente:
Terry:
Mi amor, te dejo esta nota, fiel testigo del sentimiento mas maravilloso que me inspiras, el mismo que creció en mi interior desde el día que te conocí, ha venido el mismísimo Tío Abuelo por mi, para llevarme a America, partimos esta noche, pero antes de irme quiero que sepas que te amo y te amaré siempre,
Dios, nunca antes me atreví a decírtelo, pero quiero que sepas que siempre estarás en mi corazón ojala algún día podamos encontrarnos,
Tuya para siempre:
Candy W. A.
Terry encontró la nota y salio corriendo hacia el puerto de Southampton, no era posible que esto estuviera pasando, lucharía contra quien fuese para que su Pecosa se quedara con él, no era justo que este amor sin comenzar terminara así, sin despedidas, no, no, no, él no era muy religioso, pero en ese momento solo podía pensar en un milagro, señor solo un milagro, déjame alcanzarla, por favor…
Puerto Southampton, Inglaterra…
Terry Subió a su coche, ese que estaba estacionado siempre en el garage del colegio y que tenia a su disposición por órdenes del Duque de Grandchester, manejo como un loco para llegar, cuando por fin vio a lo lejos el puerto, Terry sentía que el corazón se le saldría del pecho al mirar a la gente abordar el barco, Candy, Candy, su Candy se iba y se sentía morir al creer que no alcanzaría… bajo del auto y corrió hacia donde la gente estaba abordando, pero su corazón se detuvo un momento al mirar a lo lejos a la dueña de esas esmeraldas que eran su delirio, cada poro de su piel le gritaba el amor que sentía por ella, pero… ella estaba con… Albert? Que hacia él ahí? Como su mejor amigo se enteró de lo que estaba por suceder?
Solo pudo verla y esa mirada le basto para confirmar lo que en la nota le había dicho ella… cuando ella se dio cuenta de que Terry había llegado al puerto corrió a su encuentro, jamás ni en esta vida, ni en las próximas veinte dejaría de sentir el amor que en ese momento se le desbordaba por el pecho y el cuerpo, la zozobra de saber que no lo vería mas, de saber que nunca mas se pelearían, de que nunca mas se vería en sus ojos azul como el mar… sin pensarlo dos veces ella se lanzo a sus brazos, y él la lleno de besos en la cara, mi amor, mi amor, te amo, te amo tanto, perdóname por no habértelo dicho antes, perdóname por desperdiciar tanto tiempo lejos de ti, perdóname, no puedes irte, yo te amo, no puedes dejarme, pediré tu mano y mi padre nos dejará casarnos estoy seguro, mi amor, no te vayas te lo ruego, quédate conmigo, formemos un hogar y seamos felices, mi amor mi dulce amor, no te vayas…
Lenguaje mudo del amor, una larga espera, una dulce llegada, Candy y Terry, dos seres que se aman, mas allá de las palabras y de los obstáculos, él busco sus labios, era la segunda vez que seria besada por él, pero éste era su primer beso de amor, cerrando un poco sus ojos, ella entreabrió sus labios, el beso fue tímido y calido, seguro y cargado de amor, besarla ahí en medio de tanta gente era una experiencia nueva, pero en su corazón la llama de la esperanza y el amor estaban encendidas con una fuerza que le llenaba los sentidos…
Albert observaba la escena, sintiendo que el corazón se le rompía en mil pedazos, pero había una gran verdad, ella jamás lo vería como a él, porque sencillamente nunca podría ser él, comprendió las palabras de George, “deja que ella decida con quien quiere ser feliz”… sin pensarlo mas, se acerco a la pareja de enamorados que estaban fundidos en un abrazo… su corazón estaba lleno de coraje y rencor en ese momento…
Albert: Candy… ¿Cómo puedes hacerme esto?, ¿Cómo se te ocurre comportarte de esta manera delante de la gente?
Candy: se separo de Terry, un tanto avergonzada de lo que estaba pasando, pero jamás separó del todo de él… lo siento Tío Abuelo, pero no podía irme sin despedirme de Terry…
Terry no entendía ni la actitud, ni de que rayos hablaba Albert, pero el saber que su pecosa lo amaba, para el era mas que suficiente, y recordó la nota, Pecas dime que no te iras, dime que el Tío Abuelo te dejara casarte conmigo… Pecosa, por favor dime, porque si tu te vas… me iré contigo…
Albert: Tú no puedes venir con nosotros, no lo permitiré…
Terry: de que hablas, Albert? Te desconozco, que te sucede… si tu bien sabes el amor que siento por ella…
Albert: yo soy nada más y nada menos que William Albert Andrew, y he venido por Candy para llevarla a Chicago y hacerla mi esposa, mi mujer…
Terry: que te vas a llevar a quien? Si eso yo lo permito!!
Albert: no necesito de tus permisitos, esto lo dijo con un tono de soberbia y superioridad
Candy: te desconozco Albert, no se en realidad quien eres, donde quedo la persona que yo conocí… dijo esto con una voz tan cargada de nostalgia y dolor que empezó a derramar amargas lagrimas…
Terry abrazo a Candy, pero Albert lo aparto de un empujón…
Albert: Terry, quiero que te vayas… desaparece de nuestras vidas, ella se irá conmigo así tenga que llevármela a la fuerza, recuerda que soy su padre adoptivo y tengo el derecho…
Terry: no hagas que te pierda el respeto que te tengo, Albert, deja de compórtate así…
Albert: pues ni tu ni nadie puede decirme que hacer o decir… se da media vuelta y jala del brazo a Candy para que lo siga…
Ella se separo de Terry, solo pudo decirle, TE AMO MI AMOR, PASE LO QUE PASE, SIEMPRE SERA ASI… TERRY TE AMO…
Terry por un momento se quedo petrificado, viendo como Albert jalaba a Candy para abordar el barco, sin dudarlo un segundo, los siguió… No, esta vez no voy a permitir que nos separen, no permitiré que me alejen de lo único que dios me ha regalado, por favor señor, no permitas que ella se vaya, te lo imploró por favor…
Candy iba sumida en su llanto, no podía decir nada, sentía que su alma y corazón habían sido arrancadas de tajo, subió el barco, una vez más subía a uno con el corazón destrozado…
Albert iba en silencio, con el corazón desbocado, ¿porque sentía esa opresión en el pecho?, ¿acaso estaba haciendo algo mal? Nuevamente las palabras de George retumbaron en su mente: “Deja que ella decida con quien quiere ser feliz…”, acaso en esa frase se encontraba escrito su destino, nuevamente el tendría que perderlo todo, ¿pero que es lo que el tenia? El cariño de Candy, CARIÑO, NO AMOR, y él quería que ella lo amará, pero al verla así, llorando y enmudecida, sabia que al llegar a Chicago, ella se iría, había sido muy clara, renunciaría al apellido y se marcharía al Hogar de Pony… en realidad es lo que él estaba buscando?
Albert, se sentía confundido había desviado su mirada hacia el horizonte, y al regresarla hacia el corredor del barco vio entonces a un par de chiquillos que corrían a abrazarse, no supo en que momento Terry había subido a abordo el barco, aun faltaban algunos minutos para que el barco saliera a altamar, nuevamente sintió como el corazón se rompía, pero el brillo de la cordura y la certeza se hicieron presentes con mas fuerza nuevamente…
Vio como con desesperación y angustia se abrazaron, con que ternura él tomo entre sus manos el rostro de ella y la beso, cuan largo y agridulce era el beso de la despedida, cuan inmenso era el amor que ellos sentían el uno por el otro, vio la mirada que ella le regalo cuando se separaron sus labios, como él le lleno el rostro de besos, y entre te amos y nunca te olvidare se separaban una vez mas… él le pidió: Espérame en America, iré por ti, no me importa lo que tenga que hacer, no me importa con quien tenga que luchar, pero iré por ti, espérame mi amor… Te Amo, y guárdate para mi… mi dulce amor… Candy… TE AMO y te Amare siempre aun después de la muerte… y sin mirar atrás bajo del barco custodiado por el personal.
Candy al mirar como se alejaba de ella, se arrodillo y lloró, imploró con todas sus fuerzas que no se lo llevaran, para que él no la dejará… pero fue inútil, nadie la escucho, nadie la ayudó… aun de rodillas y con toda la fuerza de sus pulmones gritó: TE ESPERARÉ MI AMOR, TE LO JURO, NO ME CASARÉ CON NADIE, PORQUE SOY DE TI Y PARA TI, TERRY, MI AMOR TE AMO Y ASI SERÁ PARA SIEMPRE… señor… ay dios! Que voy a hacer sin ti… ya no saldrá el sol, ya no tendré alegría, porque mi alma y mi corazón se quedan junto a ti, me oyes junto a ti… gruesas lagrimas corrían por sus mejillas…
Albert al verla así, en ese estado, fue como una bofetada para él, solo él era el causante de su desdicha, y ella no seria feliz a su lado, el amor que ellos se tenían era una cruda realidad para él… lo que estaba pasando en esos momentos era algo tan lejano y diferente a lo que soñó… pero eso era un sueño para él, porque aun sabiendo que ella amaba a otro, se encapricho con hacerla su esposa, su mujer, y de que serviría llevarla al altar y tener su cuerpo, si su alma la había entregado muchísimo tiempo antes…
Pequeña yo no te puedo obligar a que me ames, Terry, amigo perdóname por tratar de robarte lo que por amor te pertenece… me han demostrado que contra el amor no se puede hacer nada…
Este sentimiento le embargo el corazón, dirigió sus pasos hacia donde estaba ella, la trato de levantar, pero ella no quería que la tocará…
Candy: ¡¡Déjame!! No me toques, no quiero que te me acerques, déjame, déjame con mi dolor, te odio me escuchas, te odio…
Albert: al oír estas duras palabras, solo pudo decir: pequeña… perdóname, perdóname por favor… yo no soy nadie para causarte esta pena, vamos aun estamos a tiempo de alcanzarlo…
Candy se levantó y corrió hacia la salida del barco, éste estaba apunto de partir, no, ella no podía irse a America y dejar ahí su corazón,
Candy: Terry!! Terry!! Mi amor… espérame no te vayas… me iré contigo… la visión que tenia era muy borrosa a causa de las lagrimas que sus ojos derramaban, pero aun así siguió adelante…
Terry por su parte miraba fijamente a la chiquilla que corría a sus brazos, su vista se nublo al comprender que ella se dirigía a donde él se encontraba…
Una vez más se fundieron en un abrazo, las lágrimas de ambos corrían por sus mejillas…
Albert llegó hasta donde ellos se encontraban… Terry amigo, perdóname por causarte tanto dolor y por querer llevarme a Candy… Candy… pequeña mi pequeña, en que momento creciste y te hiciste una mujer… yo no puedo separarlos, no puedo… Terry hablaremos con tu padre y pediré su autorización para que puedan casarse… pero vamos ya no lloren, están juntos ahora… estamos juntos como siempre… su corazón se desgarro al decir estas ultimas frases, pero comprendió que estaba haciendo lo mejor…
George que había visto todo, que había sido testigo mudo de todo lo que había pasado, solo pudo posar su mano en el hombro de Albert, para transmitirle su apoyo, sin duda Albert era un hombre cabal y honesto, por fin había entendido que la felicidad de uno mismo, radica en la felicidad que irradian la persona o las personas amadas…
******
Castillo Grandchester, Inglaterra…
Cuando Terry llegó a hablar con su papá, el Gran Duque de Grandchester para pedirle su autorización de poder casarse con Candy y así mismo pedir la mano de ella al Tío Abuelo William, sabia que no seria nada sencillo, pero aun así la llama del amor y la esperanza le daban valor para enfrentarlo todo…
Terry: Papá, estoy aquí para pedirte un favor muy especial…
Duque: Dime, Terruce, que te pasa? En que te puedo servir?
Terry: quiero casarme padre, amo a una mujer…
Duque: Casarte?! Te has vuelto loco?
Terry: No papá, como crees, lo que pasa es estoy enamorado, la amo intensamente… ella es dulce y hermosa, valiente, delicada, sincera, optimista, trabajadora, no dudo que llegara a ser una gran mujer y madre… esto ultimo reflejó un dejo de tristeza en su voz,
Duque:… su voz sonaba cargada de confusión y alegría al mismo tiempo, su hijo se estaba convirtiendo en un hombre… Pero, ¿en donde la conociste? ¿Qué clase de chica es?
Terry: es una compañera del colegio… ella es la luz de mis días, sin ella todo lo soy y todo lo puedo, quieren llevársela a America, pero yo no lo permití, es por eso que estoy aquí pidiendo tu ayuda y apoyo, por favor papá, verdad ¿que me ayudarás?
Duque: Aun confundido, pero el hecho que Terry estuviera pidiendo su ayuda, era muy significativo para él, Claro que si hijo mío, pero primero tendremos que hablar con su familia…
Terry: Gracias papá, muchas gracias, sabia que podía contar contigo, tenia un poco de dudas, pero sé que eres una gran persona, y se lanzó a sus brazos como un niño pequeño…
El duque abrió los brazos para recibirlo gustoso, te amo mi niño… si alguna vez te fallé, perdóname…
Duque: y bueno al menos dime como se llama esa chiquilla,
Terry: Candy… Candice White Andrew.
Duque: un dulce nombre… supongo que ella también lo es…
Terry: si papá, cuando la conozcas sabrás porque la quiero tanto…
Duque: Espera un momento, Andrew? Dijiste que es una Andrew, los Andrew de Escocia?
Terry: bueno, si pertenece a la familia, pero ella es hija adoptiva del patriarca de la familia…
El duque, sintió un poco de desazón en su corazón, pero con lo que había pasado tiempo atrás con Eleanor y su padre, se había prometido a si mismo, que nunca emitiría un juicio sin darle la oportunidad a la otra persona de defenderse… Esta bien, hijo, me pondré en contacto con el Sr. Andrew para finiquitar los detalles del enlace…
Catedral de San Pablo, Londres…
Las campanas de la catedral repicaban en todo su esplendor, una boda se celebraría a las 6:00 PM, dos familias importantísimas de la sociedad londinense estaban por unirse…
Una de ellas, la emblemática e importante: Los Grandchester, milenaria familia con títulos nobiliarios, actualmente, el Gran Duque Richard G. Grandchester era uno de los hombres mas respetados en la urbe, su carácter y su mirada fría en los negocios, le abrían muchísimas puertas, su prestigio se lo había ganado a pulso, aunado a ello, la excelente relación con la familia real…
Por otra parte, los Andrew un clan escocés, con la mayor parte de sus negocios en America, una de las familias mas poderosas, pero a su vez, contaban con el respaldo de la familia real en los negocios en Europa.
Ahora ambas familias estarían unidas por el matrimonio de sus hijos…
Terruce G. Grandchester y Candice W. Andrew
Para todos había sido una sorpresa cuando avisaron que se casarían, para algunos alegría y felicidad, para otros suspicacias porque ambos eran muy jóvenes, 17 y 16 años respectivamente, para algunos mas envidia y coraje, y para dos personas en especial les dejo el corazón roto, sin embargo no fue impedimento para presenciar y compartir con ellos en la llamada boda del siglo…
Candy le había pedido a Annie y Patty que fueran sus damas de honor, y Archie y Stear sus parejas.
Todo estaba listo, en el altar estaba él, con un impecable traje negro, chaleco y corbatín que hacían juego con el blanco del vestido de la novia, el azahar de su solapa era una hermosa rosa blanca, de un diseño único elaborada para la ocasión con destellos de diamantes y oro blanco, el cabello engomado que resaltaba sus facciones aristocráticas, enmarcaban su rostro, que a mas de una le robó el aliento, pero lo que mas resaltaba era el brillo en esa mirada azul zafiro como el mar, estaba nervioso y lleno de felicidad, en unos momentos más, la dueña de su vida seria su esposa, jamás se imagino tanta alegría, tanto amor…
Los acordes de la marcha nupcial comenzaron a escucharse, ella entro del brazo de su padre, el tan famoso Tío Abuelo William, llevaba un vestido blanco impecable, corte princesa y sujeto por unos delgados tirantitos de oro blanco, la falda era amplia que acentuaba su delgada cintura, adornado con algunas rosas y cristal stravosky, la tiara de diamantes que sujetaba el velo era un regalo del duque, los pendientes como una rosa, fue regalo de Archie y Stear, y en el cuello llevaba el crucifijo que la Hermana María le había regalado tiempo atrás, en sus manos llevaba un ramo de Dulces Candy.
Ella se sentía flotar entre nubes, al final del trayecto se encontraba la luz de su vida, su corazón latía a mil por hora, apretó el brazo de Albert, y casi en un susurro atino a decir: Muchas gracias Albert, por darme esta felicidad, y por dejarme casar con Terry, soy tan feliz… una lágrima resbaló por su mejilla y Albert la limpio con ternura.
La ceremonia comenzó sin contratiempos, por un pedido especial del Duque de Grandchester, el obispo permitió que Terry dijera sus votos a Candy después de aceptarla como esposa:
Terry: Pecosa, desde aquella noche en medio de la bruma cuando te conocí, me enamore de ti, Dios es de testigo que desde ese día te entregue mi amor y mi alma, ahora mi único deseo es que formemos una familia, un hogar, quiero caminar, reír, soñar, ser feliz, envejecer contigo, y criar a nuestros hijos, desde hoy me entrego a ti en cuerpo y alma, con el único mandato de hacerte feliz todos los días de nuestra vida, te amo mi pecosa… Te Amo…
Todos se quedaron mudos ante las palabras de Terry, Candy derramo dulces lagrimas, las cuales Terry limpio con toda la ternura que tenia en el pecho y sello su unión con un beso.
Cuando el padre les dio la bendición y la eucaristía había terminado, salieron del recinto de la catedral, el repique de campanas y el vuelo de palomas blancas presagiaron el futuro de Terry y Candy, la mayor felicidad seria alcanzada y no podría ser destruida ni con el paso del tiempo…
Nuestro amor es tan grande que ni la mas cruel de las adversidades terminaría con él, nuestro amor es inmenso, infinito, inmortal, palabras repetidas por ambos frente a frente antes de regalarles a todos la alegría de un beso…
Fin
Real Colegio San Pablo…
Candy se encontraba sentada en la segunda colina de pony, recordando los momentos que ha compartido con Terry en ese lugar…
Terry… cuantas veces hemos estado aquí sentados admirando el horizonte, escuchando el silencio, sintiendo este corazón latir solo por ti, con las ganas de decirte lo mucho que me gustas, y lo enamorada que estoy de ti… que pasará cuando tengamos que decir adiós, cuando hayamos concluido los estudios aquí en el colegio... ¿tendré el valor algún día para decirte lo que siento?... Dios mío, dame el valor para confesarle mi amor por él, antes de que sea demasiado tarde…
Terry por su parte, estaba cabalgando por los jardines del colegio, pensando en quien, si no en su Pecosa…
Candy… mi Candy… mi pecosa… porque no tengo el valor suficiente para decirte lo que siento, lo mucho que me atormenta que no estés junto a mi, estoy harto de la vida del colegio, del hastío que llena mis sentidos, si tan solo fuera un poco mayor te llevaría conmigo al fin del mundo, para que nada ni nadie nos pudieran alcanzar, y ser felices para siempre, formar contigo el hogar que tanto hemos soñado los dos…
Hotel Savoy, Centro de Londres…
George: Pero es que acaso, William no has pensado, que lo que ella siente por ti: es solo agradecimiento, ella tan solo es una niña y siempre te ha visto como su protector, su amigo incondicional, jamás se imaginaria que tu eres la persona que la adoptó y la trajo a Londres con la finalidad de demostrarle su amor, sé sensato una vez mas, y no arruines la relación que tienes con ella, tu mas que nadie sabe lo que siente ese par de chiquillos, ellos se aman… porque no puedes aceptarlo?
Albert: porque no puedo, ella es la mujer que quiero para mi, es con quien quiero compartir mi vida…
George: pero sabes lo que eso significa, tienes que ir al colegio como William Albert Andrew, presentarte tal quien eres, no crees que eso seria un golpe muy duro para ella, por lo que me has contado a penas se a acoplado a su vida en el colegio, llevártela ahora así sin algún motivo puede hacer que ella se enoje contigo y renuncie al apellido Andrew, deja las cosas así, William, que las cosas tomen su curso normal…
Albert: que no!! George, ella se ira conmigo, no me importa si tengo que hacerlo a la fuerza…
George: esto me confirma mis sospechas, tú no la amas verdaderamente, tu amor es egoísta, déjala que ella decida con quien quiere ser feliz… Sé muy bien que solo soy para ti, tu empleado de confianza, pero te conozco y te quiero como si fueras mi propio hijo, y este arranque para mi, es un berrinche de niño malcriado…
Albert se quedo atónito con las palabras de George, ni siquiera pudo contestarle algo, solo lo vio como se marcho de la habitación, pero él estaba ciego y decidido, esa misma tarde iría por Candy para llevarla a Chicago junto a él…
******
Real Colegio San Pablo…
Hermana Grey: Buenas tardes, en que le puedo servir Sr. Johnson?
Albert: Perdón Hermana, pero no soy el Sr. Johnson, mi nombre es William Albert Andrew, patriarca y tutor de los alumnos Andrew y Cornwall.
HG: Perdone mi error, pero dígame en que le puedo servir?
Albert: he venido por Candice White Andrew, me la llevaré del colegio, partiremos a America, esta misma noche.
HG: Pero? No comprendo, solamente a Candy o también a los demás jóvenes?
Albert: No hermana, solamente a ella, le pido por favor que la llame, y si me lo permite necesito hablar con ella en privado…
HG: En un momento la mando llamar…
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Candy: Albert, que sorpresa, pero que haces aquí? La hermana Margaret me Informó que el Sr. Andrew quería verme, acaso piensas hacerte pasar por él?
Albert: No pequeña, necesito que veas algo, y le muestra su identificación como William Albert Andrew…
Candy: pero no entiendo, acaso tú eres quien me adoptó?
Albert: así es pequeña, estoy aquí porque quiero que me acompañes de ahora en adelante, te parecerá un poco extraño, pero quiero que sepas que desde nuestro primer encuentro en la colina, me enamore de ti, y cuando tuve la oportunidad de hacerte formar parte de la familia, me emocione muchísimo y es por eso que estoy aquí, porque quiero tomarte como mi esposa, quiero que sea tu compañía la q este junto a mi, cuando me presente en Chicago y tome mi posición como patriarca de la familia, pequeña me harías el honor de ser mi esposa? Diciendo esto saco de entre sus ropas un precioso anillo de compromiso y trato de ponerlo en el dedo anular de ella…
Candy se sentía confundida, y no podía pensar bien, solo pudo decir pero que has dicho? Albert, quien eres tú? Acaso ya no eres mi mejor amigo, mi confidente, mi protector, la persona que esta junto a mí cuando mas lo necesito? Te has vuelto loco?, esto es una broma verdad? Dime que esto es una broma…
Candy no sabia si sentirse ofendida o halagada, pero lo único cierto es que el amor que ella sentía por Albert, era una profunda amistad, jamás se imagino los sentimientos que él tenia para ella…
Albert: con el tiempo pequeña, me llegaras a amar, con el tiempo, ahora prepara tus cosas que nos vamos esta noche…
Candy: si que te has vuelto loco por completo, para empezar yo no me puedo ir contigo, no en los términos que tu quieres, discúlpame Albert, pero yo no estoy enamorada de ti, tú bien sabes quien ocupa mi corazón y mis sentimientos, tantas veces te hable de él, y así aun conociendo la verdad quieres que yo acepte ser tu esposa y crees en la posibilidad de que te ame algún día?, lo siento Albert, pero no me puedo ir contigo, no así,
Albert: pues te iras conmigo de todas maneras!! Es una orden como patriarca de la familia… estaba molesto, porque las cosas no salían como él estaba esperando…
Candy: me iré si es tu decisión, pero llegando a Chicago, me iré al hogar de Pony, y renunciaré al apellido Andrew, como comprenderás no puedo seguir formando parte de tú familia…
Sin dejar que Albert dijera nada mas, salio de la oficina, corrió hacia su habitación, Terry, Terry en donde estas? Necesito verte y decirte antes de partir lo mucho que te amo y que he de amarte hasta el último día de mi vida…
El equipaje estuvo listo, el Sr. Andrew hablo con la hermana Grey, pidiendo absoluta discreción en cuanto a llevarse a Candy del colegio, un tiempo después mandaría por los demás, sobre todo con los rumores de una posible guerra…
Albert y Candy abandonaron el colegio, en total silencio, ella abrazaba a Klin, una gran desolación le invadió el cuerpo, solo esperaba que Terry viera la nota que dejo en su habitación… La misma que llevo lanzándose entre los árboles como siempre lo hacia cuando visitaba a Archie y Stear, La misiva decía lo siguiente:
Terry:
Mi amor, te dejo esta nota, fiel testigo del sentimiento mas maravilloso que me inspiras, el mismo que creció en mi interior desde el día que te conocí, ha venido el mismísimo Tío Abuelo por mi, para llevarme a America, partimos esta noche, pero antes de irme quiero que sepas que te amo y te amaré siempre,
Dios, nunca antes me atreví a decírtelo, pero quiero que sepas que siempre estarás en mi corazón ojala algún día podamos encontrarnos,
Tuya para siempre:
Candy W. A.
Terry encontró la nota y salio corriendo hacia el puerto de Southampton, no era posible que esto estuviera pasando, lucharía contra quien fuese para que su Pecosa se quedara con él, no era justo que este amor sin comenzar terminara así, sin despedidas, no, no, no, él no era muy religioso, pero en ese momento solo podía pensar en un milagro, señor solo un milagro, déjame alcanzarla, por favor…
Puerto Southampton, Inglaterra…
Terry Subió a su coche, ese que estaba estacionado siempre en el garage del colegio y que tenia a su disposición por órdenes del Duque de Grandchester, manejo como un loco para llegar, cuando por fin vio a lo lejos el puerto, Terry sentía que el corazón se le saldría del pecho al mirar a la gente abordar el barco, Candy, Candy, su Candy se iba y se sentía morir al creer que no alcanzaría… bajo del auto y corrió hacia donde la gente estaba abordando, pero su corazón se detuvo un momento al mirar a lo lejos a la dueña de esas esmeraldas que eran su delirio, cada poro de su piel le gritaba el amor que sentía por ella, pero… ella estaba con… Albert? Que hacia él ahí? Como su mejor amigo se enteró de lo que estaba por suceder?
Solo pudo verla y esa mirada le basto para confirmar lo que en la nota le había dicho ella… cuando ella se dio cuenta de que Terry había llegado al puerto corrió a su encuentro, jamás ni en esta vida, ni en las próximas veinte dejaría de sentir el amor que en ese momento se le desbordaba por el pecho y el cuerpo, la zozobra de saber que no lo vería mas, de saber que nunca mas se pelearían, de que nunca mas se vería en sus ojos azul como el mar… sin pensarlo dos veces ella se lanzo a sus brazos, y él la lleno de besos en la cara, mi amor, mi amor, te amo, te amo tanto, perdóname por no habértelo dicho antes, perdóname por desperdiciar tanto tiempo lejos de ti, perdóname, no puedes irte, yo te amo, no puedes dejarme, pediré tu mano y mi padre nos dejará casarnos estoy seguro, mi amor, no te vayas te lo ruego, quédate conmigo, formemos un hogar y seamos felices, mi amor mi dulce amor, no te vayas…
Lenguaje mudo del amor, una larga espera, una dulce llegada, Candy y Terry, dos seres que se aman, mas allá de las palabras y de los obstáculos, él busco sus labios, era la segunda vez que seria besada por él, pero éste era su primer beso de amor, cerrando un poco sus ojos, ella entreabrió sus labios, el beso fue tímido y calido, seguro y cargado de amor, besarla ahí en medio de tanta gente era una experiencia nueva, pero en su corazón la llama de la esperanza y el amor estaban encendidas con una fuerza que le llenaba los sentidos…
Albert observaba la escena, sintiendo que el corazón se le rompía en mil pedazos, pero había una gran verdad, ella jamás lo vería como a él, porque sencillamente nunca podría ser él, comprendió las palabras de George, “deja que ella decida con quien quiere ser feliz”… sin pensarlo mas, se acerco a la pareja de enamorados que estaban fundidos en un abrazo… su corazón estaba lleno de coraje y rencor en ese momento…
Albert: Candy… ¿Cómo puedes hacerme esto?, ¿Cómo se te ocurre comportarte de esta manera delante de la gente?
Candy: se separo de Terry, un tanto avergonzada de lo que estaba pasando, pero jamás separó del todo de él… lo siento Tío Abuelo, pero no podía irme sin despedirme de Terry…
Terry no entendía ni la actitud, ni de que rayos hablaba Albert, pero el saber que su pecosa lo amaba, para el era mas que suficiente, y recordó la nota, Pecas dime que no te iras, dime que el Tío Abuelo te dejara casarte conmigo… Pecosa, por favor dime, porque si tu te vas… me iré contigo…
Albert: Tú no puedes venir con nosotros, no lo permitiré…
Terry: de que hablas, Albert? Te desconozco, que te sucede… si tu bien sabes el amor que siento por ella…
Albert: yo soy nada más y nada menos que William Albert Andrew, y he venido por Candy para llevarla a Chicago y hacerla mi esposa, mi mujer…
Terry: que te vas a llevar a quien? Si eso yo lo permito!!
Albert: no necesito de tus permisitos, esto lo dijo con un tono de soberbia y superioridad
Candy: te desconozco Albert, no se en realidad quien eres, donde quedo la persona que yo conocí… dijo esto con una voz tan cargada de nostalgia y dolor que empezó a derramar amargas lagrimas…
Terry abrazo a Candy, pero Albert lo aparto de un empujón…
Albert: Terry, quiero que te vayas… desaparece de nuestras vidas, ella se irá conmigo así tenga que llevármela a la fuerza, recuerda que soy su padre adoptivo y tengo el derecho…
Terry: no hagas que te pierda el respeto que te tengo, Albert, deja de compórtate así…
Albert: pues ni tu ni nadie puede decirme que hacer o decir… se da media vuelta y jala del brazo a Candy para que lo siga…
Ella se separo de Terry, solo pudo decirle, TE AMO MI AMOR, PASE LO QUE PASE, SIEMPRE SERA ASI… TERRY TE AMO…
Terry por un momento se quedo petrificado, viendo como Albert jalaba a Candy para abordar el barco, sin dudarlo un segundo, los siguió… No, esta vez no voy a permitir que nos separen, no permitiré que me alejen de lo único que dios me ha regalado, por favor señor, no permitas que ella se vaya, te lo imploró por favor…
Candy iba sumida en su llanto, no podía decir nada, sentía que su alma y corazón habían sido arrancadas de tajo, subió el barco, una vez más subía a uno con el corazón destrozado…
Albert iba en silencio, con el corazón desbocado, ¿porque sentía esa opresión en el pecho?, ¿acaso estaba haciendo algo mal? Nuevamente las palabras de George retumbaron en su mente: “Deja que ella decida con quien quiere ser feliz…”, acaso en esa frase se encontraba escrito su destino, nuevamente el tendría que perderlo todo, ¿pero que es lo que el tenia? El cariño de Candy, CARIÑO, NO AMOR, y él quería que ella lo amará, pero al verla así, llorando y enmudecida, sabia que al llegar a Chicago, ella se iría, había sido muy clara, renunciaría al apellido y se marcharía al Hogar de Pony… en realidad es lo que él estaba buscando?
Albert, se sentía confundido había desviado su mirada hacia el horizonte, y al regresarla hacia el corredor del barco vio entonces a un par de chiquillos que corrían a abrazarse, no supo en que momento Terry había subido a abordo el barco, aun faltaban algunos minutos para que el barco saliera a altamar, nuevamente sintió como el corazón se rompía, pero el brillo de la cordura y la certeza se hicieron presentes con mas fuerza nuevamente…
Vio como con desesperación y angustia se abrazaron, con que ternura él tomo entre sus manos el rostro de ella y la beso, cuan largo y agridulce era el beso de la despedida, cuan inmenso era el amor que ellos sentían el uno por el otro, vio la mirada que ella le regalo cuando se separaron sus labios, como él le lleno el rostro de besos, y entre te amos y nunca te olvidare se separaban una vez mas… él le pidió: Espérame en America, iré por ti, no me importa lo que tenga que hacer, no me importa con quien tenga que luchar, pero iré por ti, espérame mi amor… Te Amo, y guárdate para mi… mi dulce amor… Candy… TE AMO y te Amare siempre aun después de la muerte… y sin mirar atrás bajo del barco custodiado por el personal.
Candy al mirar como se alejaba de ella, se arrodillo y lloró, imploró con todas sus fuerzas que no se lo llevaran, para que él no la dejará… pero fue inútil, nadie la escucho, nadie la ayudó… aun de rodillas y con toda la fuerza de sus pulmones gritó: TE ESPERARÉ MI AMOR, TE LO JURO, NO ME CASARÉ CON NADIE, PORQUE SOY DE TI Y PARA TI, TERRY, MI AMOR TE AMO Y ASI SERÁ PARA SIEMPRE… señor… ay dios! Que voy a hacer sin ti… ya no saldrá el sol, ya no tendré alegría, porque mi alma y mi corazón se quedan junto a ti, me oyes junto a ti… gruesas lagrimas corrían por sus mejillas…
Albert al verla así, en ese estado, fue como una bofetada para él, solo él era el causante de su desdicha, y ella no seria feliz a su lado, el amor que ellos se tenían era una cruda realidad para él… lo que estaba pasando en esos momentos era algo tan lejano y diferente a lo que soñó… pero eso era un sueño para él, porque aun sabiendo que ella amaba a otro, se encapricho con hacerla su esposa, su mujer, y de que serviría llevarla al altar y tener su cuerpo, si su alma la había entregado muchísimo tiempo antes…
Pequeña yo no te puedo obligar a que me ames, Terry, amigo perdóname por tratar de robarte lo que por amor te pertenece… me han demostrado que contra el amor no se puede hacer nada…
Este sentimiento le embargo el corazón, dirigió sus pasos hacia donde estaba ella, la trato de levantar, pero ella no quería que la tocará…
Candy: ¡¡Déjame!! No me toques, no quiero que te me acerques, déjame, déjame con mi dolor, te odio me escuchas, te odio…
Albert: al oír estas duras palabras, solo pudo decir: pequeña… perdóname, perdóname por favor… yo no soy nadie para causarte esta pena, vamos aun estamos a tiempo de alcanzarlo…
Candy se levantó y corrió hacia la salida del barco, éste estaba apunto de partir, no, ella no podía irse a America y dejar ahí su corazón,
Candy: Terry!! Terry!! Mi amor… espérame no te vayas… me iré contigo… la visión que tenia era muy borrosa a causa de las lagrimas que sus ojos derramaban, pero aun así siguió adelante…
Terry por su parte miraba fijamente a la chiquilla que corría a sus brazos, su vista se nublo al comprender que ella se dirigía a donde él se encontraba…
Una vez más se fundieron en un abrazo, las lágrimas de ambos corrían por sus mejillas…
Albert llegó hasta donde ellos se encontraban… Terry amigo, perdóname por causarte tanto dolor y por querer llevarme a Candy… Candy… pequeña mi pequeña, en que momento creciste y te hiciste una mujer… yo no puedo separarlos, no puedo… Terry hablaremos con tu padre y pediré su autorización para que puedan casarse… pero vamos ya no lloren, están juntos ahora… estamos juntos como siempre… su corazón se desgarro al decir estas ultimas frases, pero comprendió que estaba haciendo lo mejor…
George que había visto todo, que había sido testigo mudo de todo lo que había pasado, solo pudo posar su mano en el hombro de Albert, para transmitirle su apoyo, sin duda Albert era un hombre cabal y honesto, por fin había entendido que la felicidad de uno mismo, radica en la felicidad que irradian la persona o las personas amadas…
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Castillo Grandchester, Inglaterra…
Cuando Terry llegó a hablar con su papá, el Gran Duque de Grandchester para pedirle su autorización de poder casarse con Candy y así mismo pedir la mano de ella al Tío Abuelo William, sabia que no seria nada sencillo, pero aun así la llama del amor y la esperanza le daban valor para enfrentarlo todo…
Terry: Papá, estoy aquí para pedirte un favor muy especial…
Duque: Dime, Terruce, que te pasa? En que te puedo servir?
Terry: quiero casarme padre, amo a una mujer…
Duque: Casarte?! Te has vuelto loco?
Terry: No papá, como crees, lo que pasa es estoy enamorado, la amo intensamente… ella es dulce y hermosa, valiente, delicada, sincera, optimista, trabajadora, no dudo que llegara a ser una gran mujer y madre… esto ultimo reflejó un dejo de tristeza en su voz,
Duque:… su voz sonaba cargada de confusión y alegría al mismo tiempo, su hijo se estaba convirtiendo en un hombre… Pero, ¿en donde la conociste? ¿Qué clase de chica es?
Terry: es una compañera del colegio… ella es la luz de mis días, sin ella todo lo soy y todo lo puedo, quieren llevársela a America, pero yo no lo permití, es por eso que estoy aquí pidiendo tu ayuda y apoyo, por favor papá, verdad ¿que me ayudarás?
Duque: Aun confundido, pero el hecho que Terry estuviera pidiendo su ayuda, era muy significativo para él, Claro que si hijo mío, pero primero tendremos que hablar con su familia…
Terry: Gracias papá, muchas gracias, sabia que podía contar contigo, tenia un poco de dudas, pero sé que eres una gran persona, y se lanzó a sus brazos como un niño pequeño…
El duque abrió los brazos para recibirlo gustoso, te amo mi niño… si alguna vez te fallé, perdóname…
Duque: y bueno al menos dime como se llama esa chiquilla,
Terry: Candy… Candice White Andrew.
Duque: un dulce nombre… supongo que ella también lo es…
Terry: si papá, cuando la conozcas sabrás porque la quiero tanto…
Duque: Espera un momento, Andrew? Dijiste que es una Andrew, los Andrew de Escocia?
Terry: bueno, si pertenece a la familia, pero ella es hija adoptiva del patriarca de la familia…
El duque, sintió un poco de desazón en su corazón, pero con lo que había pasado tiempo atrás con Eleanor y su padre, se había prometido a si mismo, que nunca emitiría un juicio sin darle la oportunidad a la otra persona de defenderse… Esta bien, hijo, me pondré en contacto con el Sr. Andrew para finiquitar los detalles del enlace…
Catedral de San Pablo, Londres…
Las campanas de la catedral repicaban en todo su esplendor, una boda se celebraría a las 6:00 PM, dos familias importantísimas de la sociedad londinense estaban por unirse…
Una de ellas, la emblemática e importante: Los Grandchester, milenaria familia con títulos nobiliarios, actualmente, el Gran Duque Richard G. Grandchester era uno de los hombres mas respetados en la urbe, su carácter y su mirada fría en los negocios, le abrían muchísimas puertas, su prestigio se lo había ganado a pulso, aunado a ello, la excelente relación con la familia real…
Por otra parte, los Andrew un clan escocés, con la mayor parte de sus negocios en America, una de las familias mas poderosas, pero a su vez, contaban con el respaldo de la familia real en los negocios en Europa.
Ahora ambas familias estarían unidas por el matrimonio de sus hijos…
Terruce G. Grandchester y Candice W. Andrew
Para todos había sido una sorpresa cuando avisaron que se casarían, para algunos alegría y felicidad, para otros suspicacias porque ambos eran muy jóvenes, 17 y 16 años respectivamente, para algunos mas envidia y coraje, y para dos personas en especial les dejo el corazón roto, sin embargo no fue impedimento para presenciar y compartir con ellos en la llamada boda del siglo…
Candy le había pedido a Annie y Patty que fueran sus damas de honor, y Archie y Stear sus parejas.
Todo estaba listo, en el altar estaba él, con un impecable traje negro, chaleco y corbatín que hacían juego con el blanco del vestido de la novia, el azahar de su solapa era una hermosa rosa blanca, de un diseño único elaborada para la ocasión con destellos de diamantes y oro blanco, el cabello engomado que resaltaba sus facciones aristocráticas, enmarcaban su rostro, que a mas de una le robó el aliento, pero lo que mas resaltaba era el brillo en esa mirada azul zafiro como el mar, estaba nervioso y lleno de felicidad, en unos momentos más, la dueña de su vida seria su esposa, jamás se imagino tanta alegría, tanto amor…
Los acordes de la marcha nupcial comenzaron a escucharse, ella entro del brazo de su padre, el tan famoso Tío Abuelo William, llevaba un vestido blanco impecable, corte princesa y sujeto por unos delgados tirantitos de oro blanco, la falda era amplia que acentuaba su delgada cintura, adornado con algunas rosas y cristal stravosky, la tiara de diamantes que sujetaba el velo era un regalo del duque, los pendientes como una rosa, fue regalo de Archie y Stear, y en el cuello llevaba el crucifijo que la Hermana María le había regalado tiempo atrás, en sus manos llevaba un ramo de Dulces Candy.
Ella se sentía flotar entre nubes, al final del trayecto se encontraba la luz de su vida, su corazón latía a mil por hora, apretó el brazo de Albert, y casi en un susurro atino a decir: Muchas gracias Albert, por darme esta felicidad, y por dejarme casar con Terry, soy tan feliz… una lágrima resbaló por su mejilla y Albert la limpio con ternura.
La ceremonia comenzó sin contratiempos, por un pedido especial del Duque de Grandchester, el obispo permitió que Terry dijera sus votos a Candy después de aceptarla como esposa:
Terry: Pecosa, desde aquella noche en medio de la bruma cuando te conocí, me enamore de ti, Dios es de testigo que desde ese día te entregue mi amor y mi alma, ahora mi único deseo es que formemos una familia, un hogar, quiero caminar, reír, soñar, ser feliz, envejecer contigo, y criar a nuestros hijos, desde hoy me entrego a ti en cuerpo y alma, con el único mandato de hacerte feliz todos los días de nuestra vida, te amo mi pecosa… Te Amo…
Todos se quedaron mudos ante las palabras de Terry, Candy derramo dulces lagrimas, las cuales Terry limpio con toda la ternura que tenia en el pecho y sello su unión con un beso.
Cuando el padre les dio la bendición y la eucaristía había terminado, salieron del recinto de la catedral, el repique de campanas y el vuelo de palomas blancas presagiaron el futuro de Terry y Candy, la mayor felicidad seria alcanzada y no podría ser destruida ni con el paso del tiempo…
Nuestro amor es tan grande que ni la mas cruel de las adversidades terminaría con él, nuestro amor es inmenso, infinito, inmortal, palabras repetidas por ambos frente a frente antes de regalarles a todos la alegría de un beso…
Fin
Si estan leyendo esto, es porque consegui que llegaran al final,
Goooo Centis!!!