Los personajes son creados por la escritora Kyōko Mizuki, uno de los seudónimos de Keiko Nagita, y la mangaka Yumiko Igarashi, seudónimo de Yumiko Fijii, publicado en Japón por Kōdansha Ltd. desde 1975 a 1979.
UNA IMAGEN PARA RECORDAR
CAPITULO I
Por: Agente Especial Tatiana Barreiro
CAPITULO I
Por: Agente Especial Tatiana Barreiro
Regresaba después de varios años a su ciudad habían sido días muy duros literalmente se había matado trabajando sin descanso para poder olvidar el pasado, pero allí estaba como una sombra atormentándolo de noche y de día.
Había jurado que si se alejaba de Candy y de todo el daño que le había causado podría vivir tranquilo con la conciencia limpia. Pero ni porque pasaran miles de años podría olvidar la decepción en la cara de la joven cuando le había dicho que partiría para siempre.
Ella no comprendería los motivos por los que tuvo que alejarse bueno él tampoco los comprendía del todo pero después de esa noche solo supo que tenía que salir corriendo no podía enfrentarse con la realidad de lo que había sucedido y tampoco podía enfrentarse a ella.
Mientras iba en aquel vagón del tren de regreso a su ciudad tantas cosas se le venían a la mente Candy se habría casado, ya tendría hijos, lo habría olvidado. Porque él no había podido hacerlo aunque hubiera estado separado de ella por medio mundo.
Y como hacía a diario cada noche que estuvo lejos saco de una desgastada billetera que llevaba en la parte trasera de su pantalón una vieja fotografía algo desgastada ya de tanto que la había mirado.
Hacía muchos años que ella le había dado aquella fotografía cuando aún era una adolescente y desde aquel entonces el la había conservado la había guardado para sí, aunque no podía aunque no debía. Pero esa fotografía era la única que lo había acompañado en sus largas noches después del trabajo, llegaba cansado y se quedaba dormido mirándola por horas hasta que el sueño lo vencía.
Estaba tan ensimismado en sus pensamientos atormentado por los recuerdos, desesperado por que pronto volvería a verla después de muchos años que no se percató del peligro inminente en el que se encontraba hasta que fue demasiado tarde….
Muertos heridos destrucción por doquier fue el resultado de aquel ataque terrorista al tren que venía con rumbo a América.
En un hospital de Chicago la enfermera le preguntaba al Doctor.
-¿Cree que se recupere está muy mal?
-Todo está en las ganas que tenga de vivir.
-Es tan joven es lamentable que le haya ocurrido eso.
-Es una suerte que esté vivo.
-Quítele lo que lleva en la mano.
-Lo he intentado varias veces pero aunque esta aun inconsciente cada vez que he tratado se aferra a ese papel como si se le fuera la vida en ello.
-Entonces no lo vuelva a hacer. Tal vez eso sea lo único que le las fuerzas para luchar y aferrarse a su vida.
El hombre acostado en la cama de aquel hospital vivía su propio tormento interno día tras día escuchaba las mismas voces de doctores de enfermeras del personal que lo cuidaba. Pero no podía abrir los ojos.
La luz le molestaba mucho, sabía que era un hospital escuchaba las voces de personas hablando de recetas, y el olor a limpio le llegaba a los oídos también como el olor a medicamentos.
No supo cuanto tuvo había estado allí, su mente era como un laberinto oscuro que no lo sacaba de ninguna de las miles de pregunta que pasaban por su cabeza.
-¿Qué hacía en un hospital?
Ni siquiera recordó cómo fue que ese día en particular al fin pudo abrir los ojos, y si efectivamente estaba en un hospital.
-Ey Ángel me alegro que estés mejorado todas apostábamos si tus ojos eran verdes o azules cuando estuvieras despierto creo que perdi.
-¿Dónde estoy que hago aquí?
-No sé mucho Ángel solo que el tren en que viajabas sufrió un atentado y tú te salvaste de milagro.
-¿Por qué me llamas Ángel ese es mi nombre?
-¿No recuerdas como te llama? Las enfermeras que te cuidamos te hemos puesto así ya que pareces un ángel cuando estas durmiendo.
-Mi mente esta en blanco no sé quién soy ni para donde iba.
En aquel momento se mira la mano y ve una fotografía antigua muy maltratada y arrugada de tanto que ha estado apretándola.
-¿Qué es esto? ¿Quién es esta joven?
-Esa fotografía la traías contigo, yo creo que es el motivo por el que te has aferrado a la vida después de todo este tiempo. Ha pasado casi un mes desde que estas hospitalizado. Algunas pensaron que no despertarías más.
Miro la fotografía se veía a una pequeña chica rubia de ojos verdes sonrisa amplia y pecas en la cara. ¿Qué tendría que ver el con aquella muchacha. Se preguntaba al mirar la fotografía.
Sería algún familiar, su hija, alguna novia. Tantas preguntas venían a su mente pero por más que miraba la fotografía nada venía a su mente.
Le dio la vuelta y solo estaba una fecha y una ciudad Chicago.
-Chicago venía a su mente una y otra vez.
Debía ir allí debía ir a ese lugar, y buscar a aquella muchacha para que ella pudiera decirle algo sobre quien era y cuál era su vida antes de eso.
Y sobre todo para agradecerle de que gracias a ella aún estaba con vida…
Había jurado que si se alejaba de Candy y de todo el daño que le había causado podría vivir tranquilo con la conciencia limpia. Pero ni porque pasaran miles de años podría olvidar la decepción en la cara de la joven cuando le había dicho que partiría para siempre.
Ella no comprendería los motivos por los que tuvo que alejarse bueno él tampoco los comprendía del todo pero después de esa noche solo supo que tenía que salir corriendo no podía enfrentarse con la realidad de lo que había sucedido y tampoco podía enfrentarse a ella.
Mientras iba en aquel vagón del tren de regreso a su ciudad tantas cosas se le venían a la mente Candy se habría casado, ya tendría hijos, lo habría olvidado. Porque él no había podido hacerlo aunque hubiera estado separado de ella por medio mundo.
Y como hacía a diario cada noche que estuvo lejos saco de una desgastada billetera que llevaba en la parte trasera de su pantalón una vieja fotografía algo desgastada ya de tanto que la había mirado.
Hacía muchos años que ella le había dado aquella fotografía cuando aún era una adolescente y desde aquel entonces el la había conservado la había guardado para sí, aunque no podía aunque no debía. Pero esa fotografía era la única que lo había acompañado en sus largas noches después del trabajo, llegaba cansado y se quedaba dormido mirándola por horas hasta que el sueño lo vencía.
Estaba tan ensimismado en sus pensamientos atormentado por los recuerdos, desesperado por que pronto volvería a verla después de muchos años que no se percató del peligro inminente en el que se encontraba hasta que fue demasiado tarde….
Muertos heridos destrucción por doquier fue el resultado de aquel ataque terrorista al tren que venía con rumbo a América.
En un hospital de Chicago la enfermera le preguntaba al Doctor.
-¿Cree que se recupere está muy mal?
-Todo está en las ganas que tenga de vivir.
-Es tan joven es lamentable que le haya ocurrido eso.
-Es una suerte que esté vivo.
-Quítele lo que lleva en la mano.
-Lo he intentado varias veces pero aunque esta aun inconsciente cada vez que he tratado se aferra a ese papel como si se le fuera la vida en ello.
-Entonces no lo vuelva a hacer. Tal vez eso sea lo único que le las fuerzas para luchar y aferrarse a su vida.
El hombre acostado en la cama de aquel hospital vivía su propio tormento interno día tras día escuchaba las mismas voces de doctores de enfermeras del personal que lo cuidaba. Pero no podía abrir los ojos.
La luz le molestaba mucho, sabía que era un hospital escuchaba las voces de personas hablando de recetas, y el olor a limpio le llegaba a los oídos también como el olor a medicamentos.
No supo cuanto tuvo había estado allí, su mente era como un laberinto oscuro que no lo sacaba de ninguna de las miles de pregunta que pasaban por su cabeza.
-¿Qué hacía en un hospital?
Ni siquiera recordó cómo fue que ese día en particular al fin pudo abrir los ojos, y si efectivamente estaba en un hospital.
-Ey Ángel me alegro que estés mejorado todas apostábamos si tus ojos eran verdes o azules cuando estuvieras despierto creo que perdi.
-¿Dónde estoy que hago aquí?
-No sé mucho Ángel solo que el tren en que viajabas sufrió un atentado y tú te salvaste de milagro.
-¿Por qué me llamas Ángel ese es mi nombre?
-¿No recuerdas como te llama? Las enfermeras que te cuidamos te hemos puesto así ya que pareces un ángel cuando estas durmiendo.
-Mi mente esta en blanco no sé quién soy ni para donde iba.
En aquel momento se mira la mano y ve una fotografía antigua muy maltratada y arrugada de tanto que ha estado apretándola.
-¿Qué es esto? ¿Quién es esta joven?
-Esa fotografía la traías contigo, yo creo que es el motivo por el que te has aferrado a la vida después de todo este tiempo. Ha pasado casi un mes desde que estas hospitalizado. Algunas pensaron que no despertarías más.
Miro la fotografía se veía a una pequeña chica rubia de ojos verdes sonrisa amplia y pecas en la cara. ¿Qué tendría que ver el con aquella muchacha. Se preguntaba al mirar la fotografía.
Sería algún familiar, su hija, alguna novia. Tantas preguntas venían a su mente pero por más que miraba la fotografía nada venía a su mente.
Le dio la vuelta y solo estaba una fecha y una ciudad Chicago.
-Chicago venía a su mente una y otra vez.
Debía ir allí debía ir a ese lugar, y buscar a aquella muchacha para que ella pudiera decirle algo sobre quien era y cuál era su vida antes de eso.
Y sobre todo para agradecerle de que gracias a ella aún estaba con vida…
CONTINUARA