Casi, casi que no alcanzo a postear para esta GF, y lo que más me mortificaba era que ya lo había promocionado así que no podía hacerme para atrás.
Y es que entre editada, revisada, borra, aumenta y nuevamente editada se me fueron los días
Y sacándole tiempo al tiempo vengo con mi pequeño aporte para mi Pelotón Comando de Centinelas (PECOCITAS)
Y es que entre editada, revisada, borra, aumenta y nuevamente editada se me fueron los días
Y sacándole tiempo al tiempo vengo con mi pequeño aporte para mi Pelotón Comando de Centinelas (PECOCITAS)
Tanto miedo
Capítulo 1
Por Tita Calderón
Capítulo 1
Por Tita Calderón
La nieve bañó la fría noche neoyorkina demorando mi caminata pero sin detener mis pasos, mientras mis pensamientos revoloteaban por mi mente como un tornado.
En el último ensayo todos se dieron cuenta de lo distraído que estaba. Pensaron que estaba preocupado por el inminente estreno de la obra, por mi protagónico. Pero eso era lo que menos me preocupaba, sabía mis líneas tan bien que incluso las podría recitar dormido.
No, lo que me preocupaba era mucho más importante, mucho más crítico, mucho más grave.
Mi vida se había complicado desde ese maldito accidente y se había dividido en dos.
Por un lado estaba Susana, mi deber, mi agradecimiento y el mundo y al otro lado estaba Candy.
Candy…
- Si Candy se entera de lo ocurrido a Susana…- las imágenes del accidente me golpearon con fuerza.
- De todos modos se va a enterar…sería mejor que fuera yo… - me carcomió la conciencia
- ¡Dios! No sé qué hacer.
Agité la cabeza tratando de despejar mis pensamientos pero no sirvió de nada.
Sentía que mi vida se iba volviendo tan negra como la noche.
Tenía tanto miedo…
Miedo de perder a Candy…
Miedo de fallarle a Susana…
Miedo de un futuro sin Candy…
Miedo de un futuro con Susana…
Debía haber un modo, solo tenía que pensar con claridad, pero la nieve no me dejaba pensar.
No, no era la nieve, era mi mente, era la culpa, era la agonía, era la confusión.
Candy pudo percibir algo en mí, pero no tuve el valor de hablar.
- ¿Por qué no le dije lo del accidente?
Quería ganar un poco de tiempo, quería encontrar una salida.
Mi mente volvió con fuerza junto a Candy…había planeado con tanta ilusión este día, nuestro encuentro. Y todo había salido...
Se había salido de control…
“…Ahí estábamos, solos los dos, en el silencio de mi departamento.
Candy estaba como siempre tan linda y hablando de nada en especial y llenándome la vida.
Había servido el té y ni siquiera recuerdo porque la embromé, fue allí…precisamente allí…
Ella quiso defenderse viniendo con fuerza contra mí, seguramente para darme un buen golpe, tomándome desprevenido y haciéndonos perder el equilibrio a ambos.
En el suelo quedamos tan cerca, sus labios estaban a tan solo una nariz de los míos. Los recuerdos de tantos momentos juntos se volcaron en mi mente.
Juro que no fue mi intención…solo quería percibir su aliento; solo quería cortar un poco la distancia, solo necesitaba un roce, un leve roce que tal vez ella ni lo sentiría.
Pero Dios santo, ella lo sintió y yo lo sentí, tan vivo como la erupción de un volcán.
Un simple roce volcó el mundo y todo perdió significado. En cuanto la sentí, todo en mí se expandió y se multiplicó.
Era por eso mismo que había evitado todo el día tocarla, porque sabía que estaría perdido y me perdí.
Empezó con un suave toque, seguido de un ligero vaivén de mis labios en los suyos, continuó con mi lengua buscando la forma de sus labios y su boca abriéndose a lo desconocido...
Mis manos tomaron posesión de su rostro, no quería que se moviera fuera de mi alcance, necesitaba llenarme de ella.
Candy se estremecía con cada nueva exploración de mis labios en los suyos. Y yo fui perdiendo la noción del tiempo y del espacio…
Fue cuando susurró mi nombre en medio de mis besos que tomé conciencia…
Su cara ardía en mis manos, no sé si por mis besos o de la vergüenza.
- Candy…- balbuceé
Pero ella empezó a hablar a borbotones.
- Esto, no creo que estuvo bien…en realidad no estuvo nada bien…- continuó mientras se arreglaba el pelo, las mangas, la cara - No está nada bien…
- Solo fueron besos – le dije tratando de apaciguar su angustia.
- Si…pero no creo que esta forma de besarse estuviera bien…- empezó a levantarse mortificada
- Espera – le pedí mientras tomaba su mano para obligarla a quedarse donde estaba
- Tú y yo solos aquí…y de esta manera. ¿Qué diría la hermana María? – bajo la mirada avergonzada al piso – o la señorita Pony ¡Ay Dios! – se apenó - ni que decir si la hermana Grey…- se persignó – me hubiera encerrado en San Quentin de por vida…
- Shhh - puse un dedo sobre sus labios - ¿Sabes por qué te envié solo el pasaje de venida? – quería que dejara de mortificarse.
- Por qué no tenías para el pasaje de regreso – contestó como si fuera lo más obvio.
Sonreí ante su lógica.
- No, si tenía para comprar otro pasaje – le aclaré.
- Ah, entonces no lo hiciste por tacaño – continuó.
- Jajaja claro que no soy ningún tacaño.
Me miró achicando los ojos sopesando si era o no un tacaño y antes que siguiera evaluándome tomé su mano.
- Lo hice, para pedirte que te quedaras conmigo – solté sin más.
- ¿Quedarme contigo? – preguntó
- Si…- contesté volándome la barda y jugándome la vida
…”
Y ahora tenía miedo, tanto miedo…
Miedo a haber actuado con el corazón y no con la cabeza.
Miedo de sentirme feliz y desdichado al mismo tiempo.
Respiré hondo a través de la bufanda que me cubría el rostro, tratando de llenarme la vida de esperanza.
Debería concentrarme en el estreno, en mi actuación de mañana. Sería lo más razonable.
Levanté los ojos y me encontré con el hotel de Candy, mis pasos me habían traído a ella, que era donde estaba mi corazón.
Busqué su ventana para ver si aún tenía luz…
Seguramente ya estaba dormida…
No había ninguna luz en su piso. Di un último vistazo a su ventana, saber que estaba tan cerca me llenó el alma. Esta certeza alivió mi alma.
Giré para regresar sobre mis pasos sintiendo arder la leve llama de la esperanza en el fondo de mi corazón…pero una voz me detuvo…
- Terry
Continuará…
En el último ensayo todos se dieron cuenta de lo distraído que estaba. Pensaron que estaba preocupado por el inminente estreno de la obra, por mi protagónico. Pero eso era lo que menos me preocupaba, sabía mis líneas tan bien que incluso las podría recitar dormido.
No, lo que me preocupaba era mucho más importante, mucho más crítico, mucho más grave.
Mi vida se había complicado desde ese maldito accidente y se había dividido en dos.
Por un lado estaba Susana, mi deber, mi agradecimiento y el mundo y al otro lado estaba Candy.
Candy…
- Si Candy se entera de lo ocurrido a Susana…- las imágenes del accidente me golpearon con fuerza.
- De todos modos se va a enterar…sería mejor que fuera yo… - me carcomió la conciencia
- ¡Dios! No sé qué hacer.
Agité la cabeza tratando de despejar mis pensamientos pero no sirvió de nada.
Sentía que mi vida se iba volviendo tan negra como la noche.
Tenía tanto miedo…
Miedo de perder a Candy…
Miedo de fallarle a Susana…
Miedo de un futuro sin Candy…
Miedo de un futuro con Susana…
Debía haber un modo, solo tenía que pensar con claridad, pero la nieve no me dejaba pensar.
No, no era la nieve, era mi mente, era la culpa, era la agonía, era la confusión.
Candy pudo percibir algo en mí, pero no tuve el valor de hablar.
- ¿Por qué no le dije lo del accidente?
Quería ganar un poco de tiempo, quería encontrar una salida.
Mi mente volvió con fuerza junto a Candy…había planeado con tanta ilusión este día, nuestro encuentro. Y todo había salido...
Se había salido de control…
“…Ahí estábamos, solos los dos, en el silencio de mi departamento.
Candy estaba como siempre tan linda y hablando de nada en especial y llenándome la vida.
Había servido el té y ni siquiera recuerdo porque la embromé, fue allí…precisamente allí…
Ella quiso defenderse viniendo con fuerza contra mí, seguramente para darme un buen golpe, tomándome desprevenido y haciéndonos perder el equilibrio a ambos.
En el suelo quedamos tan cerca, sus labios estaban a tan solo una nariz de los míos. Los recuerdos de tantos momentos juntos se volcaron en mi mente.
Juro que no fue mi intención…solo quería percibir su aliento; solo quería cortar un poco la distancia, solo necesitaba un roce, un leve roce que tal vez ella ni lo sentiría.
Pero Dios santo, ella lo sintió y yo lo sentí, tan vivo como la erupción de un volcán.
Un simple roce volcó el mundo y todo perdió significado. En cuanto la sentí, todo en mí se expandió y se multiplicó.
Era por eso mismo que había evitado todo el día tocarla, porque sabía que estaría perdido y me perdí.
Empezó con un suave toque, seguido de un ligero vaivén de mis labios en los suyos, continuó con mi lengua buscando la forma de sus labios y su boca abriéndose a lo desconocido...
Mis manos tomaron posesión de su rostro, no quería que se moviera fuera de mi alcance, necesitaba llenarme de ella.
Candy se estremecía con cada nueva exploración de mis labios en los suyos. Y yo fui perdiendo la noción del tiempo y del espacio…
Fue cuando susurró mi nombre en medio de mis besos que tomé conciencia…
Su cara ardía en mis manos, no sé si por mis besos o de la vergüenza.
- Candy…- balbuceé
Pero ella empezó a hablar a borbotones.
- Esto, no creo que estuvo bien…en realidad no estuvo nada bien…- continuó mientras se arreglaba el pelo, las mangas, la cara - No está nada bien…
- Solo fueron besos – le dije tratando de apaciguar su angustia.
- Si…pero no creo que esta forma de besarse estuviera bien…- empezó a levantarse mortificada
- Espera – le pedí mientras tomaba su mano para obligarla a quedarse donde estaba
- Tú y yo solos aquí…y de esta manera. ¿Qué diría la hermana María? – bajo la mirada avergonzada al piso – o la señorita Pony ¡Ay Dios! – se apenó - ni que decir si la hermana Grey…- se persignó – me hubiera encerrado en San Quentin de por vida…
- Shhh - puse un dedo sobre sus labios - ¿Sabes por qué te envié solo el pasaje de venida? – quería que dejara de mortificarse.
- Por qué no tenías para el pasaje de regreso – contestó como si fuera lo más obvio.
Sonreí ante su lógica.
- No, si tenía para comprar otro pasaje – le aclaré.
- Ah, entonces no lo hiciste por tacaño – continuó.
- Jajaja claro que no soy ningún tacaño.
Me miró achicando los ojos sopesando si era o no un tacaño y antes que siguiera evaluándome tomé su mano.
- Lo hice, para pedirte que te quedaras conmigo – solté sin más.
- ¿Quedarme contigo? – preguntó
- Si…- contesté volándome la barda y jugándome la vida
…”
Y ahora tenía miedo, tanto miedo…
Miedo a haber actuado con el corazón y no con la cabeza.
Miedo de sentirme feliz y desdichado al mismo tiempo.
Respiré hondo a través de la bufanda que me cubría el rostro, tratando de llenarme la vida de esperanza.
Debería concentrarme en el estreno, en mi actuación de mañana. Sería lo más razonable.
Levanté los ojos y me encontré con el hotel de Candy, mis pasos me habían traído a ella, que era donde estaba mi corazón.
Busqué su ventana para ver si aún tenía luz…
Seguramente ya estaba dormida…
No había ninguna luz en su piso. Di un último vistazo a su ventana, saber que estaba tan cerca me llenó el alma. Esta certeza alivió mi alma.
Giré para regresar sobre mis pasos sintiendo arder la leve llama de la esperanza en el fondo de mi corazón…pero una voz me detuvo…
- Terry
Continuará…
Gracias por leerlo y por dejarme saber tu opión.
Y por cierto muchas gracias a las chicas que esperaron este mini y me dejaron sus mensajitos en la promo que dejé de este mini en el foro:
Yaro
Clint Andrew
Nerckka
Galilea Johnson
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Weiss
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Yelitza