Y a seguir aportando... antes de que nos gane el tiempo, aquí el Aporte de Oladys y su amiga Mayra Exitosa, deseando sea de su agrado...
Habían sido novios, eran mágico el recuerdo, fue difícil la separación, jamas se olvidaron uno al otro, pero el destino los volvió a reunir, y esta vez todo sería diferente...
El verse de nuevo trajo momentos inolvidable que pensaba habían sido solo sueños de verano, de una juventud que ya había madurado, de algo que era imposible volver a vivir, encontrarse de nuevo en distintas circunstancias, el ya no era el joven novio que había gozado de su amor, ni ella era la joven rebelde que se había aventurado a aprender a amar con un universitario que la había abandonado cuando se graduó...
Ahora las cosas cambiaban, ella se veía más hermosa, más mujer y tan solo verla de nuevo, despertaba en él cosas que creía jamás volver a sentir. Se había prometido no volver a pensar en ella, no guardar en su corazón rencor, no sentir ni un ápice de amor. Sin embargo, al estar observándola su cuerpo lo traicionaba y todo en él despertaba la agonía de estar a su lado.
Para ella las cosas no habían sido fáciles, el simplemente había desparecido sin decir adiós. No había datos, no había nombres, ni direcciones, solo bellos recuerdos que el nunca valoró, que el simplemente tomo como aventura, ante la juventud e inexperiencia de ella, no le había dejado una carta de despedida, tan poco había significado su amor para él. Fue solo una conquista de unos meses, una chica más que se había enamorado y que había entregado todo, sin esperar nada. Giraba su rostro y se encontraba con esa mirada, esa misma mirada que una vez le dio brincos de alegría a su vida, hoy le dejaba en pausa, casi sin respirar pudo notar que el la observaba y sus labios estaba sueltos, como si la hubiera recordado, como si hubiese significado algo en su vida, después de haberla desechado de su corazón sin una nota, sin un adiós, sin un no quiero volver a verte, nada había para llorar, nada había para decirle, que él se había llevado su alegría, parte de su vida, parte de todo lo que le daba la confianza, la paz y el verdadero amor, que creía había entre ambos.
Fue verse y detenerse, mirarse y no poder reaccionar, sin esperar nada, ambos se atraían como piezas de ensamble, sin poderlo evitar, se acercaban, se miraban, pero de todo aquello, alguien más interrumpía con un grito de alegría, una que ambos no pudieron negar...
--- ¡mamá!
La niña corría abriendo sus brazos, espigada, rubia, de ojos azules, con una sonrisa enorme, al ver orgullosa a su progenitora y ella al verla se doblaba para darle un beso y dejarse abrazar.
Mientras él a poca distancia, notaba que esa niña era tan grande, como si todo ese tiempo hubiese pasado a toda velocidad, sintió una puntada enorme en su pecho, gritando de impotencia, pensando todo, y a la vez, incrédulo... esperaba, anhelaba, deseaba, que esa niña... le gritara a él ¡Papá!
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Presenta a sus Agentes
Oladys y Mayra Exitosa en la historia de
Oladys y Mayra Exitosa en la historia de
Contigo aprendí
https://youtu.be/vB1a50fLOpM?t=1
Canción: Manzanero
Canta autor: Alejandro Fernández
Imagen Portada: Oladys y Mayra Exitosa
Historia ambientada en la actualidad
Contigo Aprendí
Por Mayra Exitosa
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Por Mayra Exitosa
Habían sido novios, eran mágico el recuerdo, fue difícil la separación, jamas se olvidaron uno al otro, pero el destino los volvió a reunir, y esta vez todo sería diferente...
El verse de nuevo trajo momentos inolvidable que pensaba habían sido solo sueños de verano, de una juventud que ya había madurado, de algo que era imposible volver a vivir, encontrarse de nuevo en distintas circunstancias, el ya no era el joven novio que había gozado de su amor, ni ella era la joven rebelde que se había aventurado a aprender a amar con un universitario que la había abandonado cuando se graduó...
Ahora las cosas cambiaban, ella se veía más hermosa, más mujer y tan solo verla de nuevo, despertaba en él cosas que creía jamás volver a sentir. Se había prometido no volver a pensar en ella, no guardar en su corazón rencor, no sentir ni un ápice de amor. Sin embargo, al estar observándola su cuerpo lo traicionaba y todo en él despertaba la agonía de estar a su lado.
Para ella las cosas no habían sido fáciles, el simplemente había desparecido sin decir adiós. No había datos, no había nombres, ni direcciones, solo bellos recuerdos que el nunca valoró, que el simplemente tomo como aventura, ante la juventud e inexperiencia de ella, no le había dejado una carta de despedida, tan poco había significado su amor para él. Fue solo una conquista de unos meses, una chica más que se había enamorado y que había entregado todo, sin esperar nada. Giraba su rostro y se encontraba con esa mirada, esa misma mirada que una vez le dio brincos de alegría a su vida, hoy le dejaba en pausa, casi sin respirar pudo notar que el la observaba y sus labios estaba sueltos, como si la hubiera recordado, como si hubiese significado algo en su vida, después de haberla desechado de su corazón sin una nota, sin un adiós, sin un no quiero volver a verte, nada había para llorar, nada había para decirle, que él se había llevado su alegría, parte de su vida, parte de todo lo que le daba la confianza, la paz y el verdadero amor, que creía había entre ambos.
Fue verse y detenerse, mirarse y no poder reaccionar, sin esperar nada, ambos se atraían como piezas de ensamble, sin poderlo evitar, se acercaban, se miraban, pero de todo aquello, alguien más interrumpía con un grito de alegría, una que ambos no pudieron negar...
--- ¡mamá!
La niña corría abriendo sus brazos, espigada, rubia, de ojos azules, con una sonrisa enorme, al ver orgullosa a su progenitora y ella al verla se doblaba para darle un beso y dejarse abrazar.
Mientras él a poca distancia, notaba que esa niña era tan grande, como si todo ese tiempo hubiese pasado a toda velocidad, sintió una puntada enorme en su pecho, gritando de impotencia, pensando todo, y a la vez, incrédulo... esperaba, anhelaba, deseaba, que esa niña... le gritara a él ¡Papá!