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[color=#9966cc]El Mandala Café se había convertido en el punto de reunión para la planeación de la nueva estrategia para ayudarle al emperador Terruce a recuperar su consciencia. Difíciles pruebas eran las que había logrado conquistar en “La Morada Mística”, pero al pasar por la bruma de la inconsciencia que cubría al planeta escuela de La Tierra había olvidado el camino recorrido, las pruebas experimentadas en la carne habían terminado por atraparlo en la “realidad” sumergiéndolo en la ensoñación de la noche oscura del alma.
Las Divinas Místicas estaban ahí para recordarle su grandeza y poderío. Se habían establecido cerca del Teatro para hacer más cercana su vigilancia.
Tenían ya mucho tiempo sin habitar cuerpos terrestres tan diferentes a sus Divinas y Místicas almas, que debían checar con regularidad sus emociones y estarse monitoreando para no ser descubiertas por los ojos de los humanos.
Temperance y Fedra eran las más afectadas, ya que al ser sumamente emocionales sus alas eran las más sensibles para controlar, resultaba algo complicado mantener oculto el poderío de estas.
Laera era a quien más trabajo le costaba adaptarse a la “realidad” terrenal del tiempo estaba muy acostumbrada a realizar las cosas a su propio ritmo, se perdía, se ensimismaba y parpadeaba constantemente como si sus pensamientos viajaran a la velocidad de la luz y trataran de acomodarse de nueva cuenta dentro de su mente.ue ponderaba diferentes escenarios para los retos.
Psychie por otro lado se había adaptado maravillosamente a la vida terrenal, al poseer junto con Maegalle -su dupla de copas-la habilidad de poder viajar a través del tiempo gustaba de frecuentar ciertos planetas y La Tierra era uno por los que tenía mayor cariño en especial había tomado mucho interés en él porque se encontraba cerca de dar el brinco a la siguiente dimensión situación de especial cuidado para todas las guardianas.
La elevación de la energía de un solo ser de luz era de suma importancia. La de Terry resultaba ser un alma que poseía cualidades especiales que se conjugaban dentro de su divino ser para ayudar a formar una masa crítica lo suficientemente importante para ser parte crucial en lograr esa consciencia en la especie humana.
Magalle siempre pendiente de las emociones a su alrededor se divertía tomando partido a manera de pequeño cupido entre los comensales del café, tocándolos tan solo para causar algo de caos. La reina Psychie le sonreía complacida. Eso hasta que llegaba Moira la fiel guardiana del destino a regañarla por enredar los hilos cual madeja de estambre, que seguramente ella tendría que desenredar después.
Mist disfrutaba decorando paisajes en el interior del Mandala sus creaciones eran dignas de admiración por los comensales y sus compañeras a partes iguales, transmitían la fuerza de los elementos que convergían en su alma, ella más que comunicarse a través de las palabras lo hacía con sus frescas lluvias y furiosas tormentas que también plasmaba con elegantes pinceladas.
Lexie las observaba pendiente ya que conocía las fuertes energías y temperamentos ahí congregados con un solo propósito. Siempre tenía la palabra correcta y sabía cuándo intervenir para poderlas moderar. Conociendo su agudeza de palabra era quien se mantenía mejor monitoreada ya que sabía que el don de la palabra podía hacer y deshacer en un segundo dependiendo de la intención.
En las noches el alma de Terruce era llevada al Mandala para que las Divinas trabajaran en su reconstrucción y empoderamiento. A veces él tenía claridad y las recordaba platicaba con ellas como si nada hubiera pasado. Algunas veces no era así y debían transmitirle a través de un toque las memorias perdidas. Otras ocasiones debían presentarle diferentes escenarios que le recordaran las lecciones aprendidas.
Aquí las ocho Divinas prestaban atención a las reacciones del alma rebelde de Terry al sacarlo de contexto y llevarlo a una “realidad” en la que no tuviera consciencia de su origen.
EL alma lleva huellas indelebles y rasgos que se reconocen a través de los siglos, a través de los mundos.
[size=16] *¿Qué es una rosa sin su nombre?
* “¿Por qué no tomas otro nombre? La rosa no dejaría de ser rosa, tampoco dejaría de esparcir su aroma, aunque se llamara de otra manera. Asimismo mi adorado Romeo, pese a que tuviera otro nombre, conservaría todas las buenas cualidades de su alma, que no las tiene por herencia. Deja tu nombre, Romeo, y a cambio de tu nombre que no es cosa esencial, toma toda mi alma.” William Shakespeare.
CICATRICES DE UN ALMA REBELDE
Capítulo 1 por Fedra\Elby8a
BRUISES
Capítulo 1 por Fedra\Elby8a
BRUISES
El momento justo antes de despuntar el alba, la hora en la que la oscuridad de la noche debe dar paso a la luz, exactamente cuando se ve más oscuro era cuando se podía apreciar la sombra de una varonil figura caminando lentamente entre madero y madero.
Él tenía una fijación por ese momento del día su ansiedad se incrementaba, el silencioso reclamo de su existencia se le atoraba en la garganta mientras su corazón golpeaba irónicamente su pecho haciéndole saber que estaba vivo. A esa hora se podía escuchar mejor a sí mismo de entre sus angustiosos sentimientos que lo asfixiaban a diario, sus pensamientos se aclaraban junto con los primeros rayos de sol, validándolo con su calidez. Su alma era libre para hacer lo que le viniera en gana.
La escandalosa música que de repente lo invadía poseyéndolo completamente, detonaba de vez en vez en vigorosos movimientos de cadera que de ser realizados en cualquier otro lado arrancarían tanto gritos de pasión desenfrenada por alguna que otra chica, como murmullos de desaprobación. Los jeans y la infaltable chamarra de cuero se sacudían enérgicamente por los movimientos de quien los portaba que, por su altura, amplio pecho y masa muscular no aparentaba su edad.
El joven de diecisiete años sentía que ese claroscuro en el cielo reflejaba su vida. Desde siempre había tenido la sensación que su destino había cambiado de un momento a otro. Algo le había sido robado por el alba. No sabía el por qué, pero no tenía recuerdo de sus años previos a los seis cuando llegó a casa de los Larson. Habiendo crecido en un ambiente violento en los barrios bajos a las afueras de la ciudad de Memphis, Tennessee eso era lo que transpiraba con su mirada de “Vete a la mierda” siempre a la defensiva, las manos en puño y los sentidos en alerta.
Pero a esa hora era diferente, ese momento era para él, así que caminaba solo en las vías del tren, como si pudiera darse el lujo de decidir el rumbo de su vida. La vibración proveniente de la barra de acero bajo sus pies lo recorría desde las plantas subiendo por tobillos, pantorrillas y muslos, las ondas seguían por su cintura, ascendiendo desde el final de su espalda en una línea recta por su espina dorsal cimbrándolo desde dentro hasta pasar por entre sus omóplatos, cuello y cabello. Su controversialmente largo cabello le llegaba a sus hombros y se rehusaba a dejárselo cortar.
El temblor que lo recorría lo sacudía cada vez más violentamente a medida que el gigante de acero se acercaba, el chico respondía cerrando los ojos con una sonrisa sardónica, abría los brazos de par en par recibiendo su fin, aceptando su mortalidad. El ensordecedor silbato le retumbaba en los oídos y el histérico maquinista se santiguaba ante lo inevitable.
En el último momento y solo por la estrepitosa vibración era que se abrían esos ojos con desafiante chispa de intenso cobalto y sin dudarlo un segundo más se aventaba hacia un lado para darle paso al expreso con destino a la ciudad de Nueva York.
James rodaba entre alucinantes carcajadas y se sacudía el polvo mientras ágilmente se ponía de pie.
–¡Hoy no!, ¡hoy no es el día en que moriré! – Se decía entre nostálgico y extasiado retirando el infaltable guante negro sin dedos para observar el dorso de su mano izquierda examinando concienzudamente su textura rugosa causa de viejas cicatrices que no solo portaba sobre la piel.
Pegando de brincos, bailando a su propio ritmo o como era la ocasión siguiendo la cadencia de lo último que escuchara en la radio, “Hound Dog de Elvis Presley” ahora sí listo para encarar un nuevo día.
OoOoOoOoOoOoOoOo
– ¿De dónde vienes?
– ¿Para qué me lo preguntas si me has seguido? – siguió su camino sin prestarle mucha atención a su fastidioso interlocutor.
– No podía dormir y te vi cuando salías – James se paró en seco y observó bien al chico frente a él las ojeras lo delataban, eso solo podía significar una cosa, las pesadillas habían vuelto. Siempre le había costado trabajo tolerar que alguien más las padeciera, en especial Jimmy a quien solo le llevaba 4 años y lo consideraba su latoso hermano pequeño que lo seguía a todos lados intentando pasar desapercibido sin lograrlo. Sentía que llevaba toda la vida defendiéndolo a él y a Lilly su madre.
Desde que había llegado a casa de los Larson había sido así. No entendía por qué era que llevaban ese apellido que tanto odiaba. Frank Larson casi mata a su hijo de dos años por no soportar sus incesantes lloriqueos y él con tan solo seis a pocos meses de conocerlo se le había ido encima a mordidas. El pequeño logró apartarlo del infante, pero incrementó la furia del hombre quien fácilmente lo lanzó contra la pared para después írsele a las patadas dándole fuertes golpes en la cabeza hasta dejarlo inconsciente, así fue hasta que llegó Lilly de la tienda siendo entonces el objeto de la rabia de su esposo. La dinámica siguió así un par de años más, siempre que algo le molestaba al iracundo hombre, su esposa se interponía para que fuera con ella y no con los niños con quien el intoxicado hombre descargara su cólera. James nunca se iba ileso, siempre atacaba al hombre con lo que podía, pero nunca era suficientemente fuerte para evitar que los lastimaran a él y a Lilly, aunque jamás volvió a caer en el hospital, después de esa primera vez nada fue igual, sintió que había perdido una parte importante de sí mismo con la fuerte contusión que le ocasionara la salvaje golpiza.
El pequeño James ya con ocho años y harto de la situación, aprovechó una noche en la que el “hombre” de la casa dormía en el sillón después de haberle dejado los usuales moretones a su mujer. Sigilosamente tomó la escopeta, cortó cartucho y presionando el cañón contra la sien del enviciado hombre lo amenazó con perfecto acento inglés tan natural como si de su lengua materna se tratara.
– Más te vale que en este momento te largues hijo de puta y que jamás te atrevas a regresar o te volaré los sesos sin dudarlo – Estas eran las primeras palabras que Frank le escuchaba pronunciar al niño que había encontrado desorientado en las vías del tren dos años atrás.
James había roto el silencio que lo había embargado todo ese tiempo y que les había hecho creer a todos los que lo conocían que tenía algún impedimento físico para hablar. Lilly había sido muda espectadora del acontecimiento. La determinación del chiquillo había terminado por infundirle valor a la mujer para correr al abusador esposo. Lo hacía por ella, por su propio hijo y por el ejemplo que le daba este valiente niño a quien ella había acogido y al que le había fallado en brindarle la protección de un hogar estable. Nadie supo a ciencia cierta que fue lo que lo orilló a irse. Tal vez fue por hastío o aburrimiento de tener que estar con la misma mujer o quizás porque lo que vio en la flama de los ojos del niño fue la grandeza de su alma reflejada en ellos y lo hizo ver la escoria en la que él se había convertido, pero ese día Frank Larson decidió alejarse, no sin antes maldecir el momento en el que apareciera James en sus vidas.
–¿Desde cuándo no puedes dormir bien? – preguntó tomando la cara del chico de trece entre su pulgar y su índice para examinarlo más de cerca. Jimmy un pequeño aguerrido y terco al igual que su hermano se enojaba más consigo mismo cuando se le percibía como vulnerable. Se alejó de su agarre con fingido aire molesto. Lo que más deseaba en el mundo era ser como James. Ganarse su reputación de no aceptar estupideces de nadie y al mismo tiempo tener el respeto de la gente a su alrededor. Su hermano era el jefe, era conocido como “El Inglés” por su marcado acento y en donde quiera que se paraba la gente lo escuchaba, incluso chicos mayores que él, ya que tenía un aire natural de superioridad, su porte, su presencia a leguas se notaba que no pertenecía ahí. En vez de que esto jugara en su contra servía para que lo vieran como el líder nato de la pandilla. Todo el que conocía a James sabía que había nacido para cosas grandes y este precisamente era el miedo incrustado en el alma de Jimmy.
–Desde la otra noche que escuché las botellas romperse en el callejón junto a la casa. Te juro que sentí que alguien me observaba mientras dormía. Después soñé que te llamaba y tú no estabas – El chico bajó la mirada, la realidad era que sí estaba frente a él, pero en vez de ayudarlo tan solo se daba la media vuelta ignorándolo como si no fueran nada, como si no le importara.
James lo veía con aire preocupado, aunque este no duró más que solo unos segundos, ya que prontamente fue reemplazada por una mirada pícara que incendió una chispa traviesa en sus muy expresivos ojos.
De una zancada ya estaba frente a su hermano despeinándole su antes perfectamente engrasado copete.
-De seguro ya estabas celebrando el tener a mamá para ti solo, **cry baby — Le dijo riendo a carcajadas ante la molestia de quien consideraba “la mascota” de la pandilla rompiendo así con el anterior aire apesadumbrado que los había envuelto a ambos.
Emprendían el regreso a casa cuando frente a ellos empezaron a desfilar hermosos vehículos del año, todos del mismo modelo, pero en diferentes colores, el primero un Chevrolet Bel Air en azul celeste, seguido casi inmediatamente por otro idéntico, pero en tono crema y al final por uno negro. No Era común ver ese tipo de vehículos en especial en su barrio considerado por los suburbios como un vecindario peligroso, pero de vez en vez sucedía sobre todo cuando se dirigían a las afueras de la ciudad para competir en los arrancones. Los hermanos se quedaron admirando con ojos expertos la belleza de las máquinas y el polvo que levantaron tras de ellos mientras escuchaban la música proveniente de los radios a todo volumen.
De repente escucharon un grito escalofriante proveniente de una voz familiar, ambos chicos corrieron hasta donde las llantas de un flamante Chevrolet Bel Air en color rojo habían dejado huella en el pavimento. Para su horror encontraron a Lilly temblando en el suelo frente al chofer del auto que manoteaba y gritoneaba de manera incesante hacia la ya de por sí asustada mujer. Era un joven moreno de cabello rojizo que no dejaba de reclamarle a la dama que casi le dañaba la pintura de su carro nuevo.
James sintió que el fuego de sus ojos se extendía por todo su cuerpo amenazando con consumirlo todo a su paso en especial al tipo, pero Lilly era su prioridad en ese momento.
— ¿Estúpida sirvienta por qué no te fijas? Mi auto cuesta más que tú — Vociferaba el pelirrojo.
Para esa entonces ya se estaba formado una rueda de espectadores a su alrededor. En ese momento percibió la mirada penetrante que le dirigía un joven que se acercaba rápidamente.
—Esto se pondrá bueno ya viene "El Inglés".
—Sí este pobre ***“snob” no sabe en la que se metió.
El pelirrojo escuchó que platicaban algunos de los mirones entre ellos, la información obtenida le había provocado empezar a sudar en frío. Por primera vez se percató del barrio en el que se encontraba cayendo en la cuenta que estaba en total desventaja así que intentó intimidar a su audiencia de la única manera que sabía.
— ¿Y ustedes que están mirando? Váyanse de una vez si no quieren meterse en problemas. Yo soy Neil Leagan —gritoneaba aventando en nombre de su familia como si de un escudo protector se tratara.
El mentado Inglés, era un tipo alto, de pasos firmes y se le veía toda la intención de quererle reventar unos buenos golpes. El primero en llegar fue el chico escuálido de cabello oscuro que venía con él.
— ¿Qué te pasa imbécil? — le dijo empujándolo a Neil Leagan, el pelirrojo se sorprendió ya que, aunque flacucho y al menos tres años más joven que él, el chico era fuerte. Su ansiedad se elevó al mil y su muy agudo sentido de supervivencia disparó sus alarmas. Aprovechando que era más alto que su atacante le puso una mano sobre su cabeza y ahí lo detuvo esquivando sus golpes.
James se dirigió a Lilly la cubrió con sus fuertes brazos y la ayudó a ponerse en pie. Un agudo dolor recorrió la muñeca y el brazo derecho de la dama y de no ser por el joven ella hubiera caído de nueva cuenta al suelo.
— ¿Estás bien? ¿Te ha hecho daño? Debes ir a un hospital— El amor que James sentía por esa mujer era infinito, era cierto que sus primeros años habían sido difíciles, pero de Lilly había recibido solo amor y ternura. Tenía que admitir que no sabía que habría sido de él sin ella en su vida. La bella mujer de no más de treinta años se limpió las lágrimas, ya había dejado de temblar gracias al abrazo protector del que fue objeto por parte de su hijo quien le doblaba en tamaño.
—Estoy bien, tranquilízate— Asintió reiterándole que estaba bien de milagro y le dio un apretón en su mano para que prestara atención a lo que sucedía con su otro pequeño. Rápidamente puso cartas en el asunto.
—¡Suéltalo! — Con un fuerte ademán le retiró al snob la mano de encima de la cabeza de su hermano y le apretó los dedos hacia atrás haciéndolo retorcerse del dolor. El inglés acercaba su cara a la de su contrincante al tiempo que éste había terminado hincado en el piso.
— ¿Quieres explicarme por qué le hablas en ese tono a la dama? Casi la arrollas, eso es inaceptable más te vale que te disculpes, ella requiere atención médica y tú te harás cargo. ¿Quedó claro?— James respiró profundamente se suponía que era para intentar tranquilizarse, pero el oxígeno más bien parecía el bufido de un toro al pasar por sus fosas nasales.
—Sí, sí, ya lo hago, pero suéltame de una vez— lloriqueaba el antes altanero joven.
Lo que sucedió a continuación era algo que jamás pudo haber previsto. Neil se levantó como alma que lleva el diablo se metió en su auto y lo arrancó velozmente casi arrollando a la multitud. En el rostro de James se dibujó una mueca retorcida que asemejaba a una sonrisa, la malicia brilló en sus ojos instantes antes de dirigirse al taller de su amigo.
—Avísale a Al que tomé prestada su moto— alcanzó a decirle al encargado del taller, pero era mera formalidad ya estaba trepado en el caballo de acero listo para darle alcance al idiota. La moto era una potente Harley Davidson con modificaciones realizadas por el mismo James y su amigo que era un excelente mecánico dueño de su propio taller.
En poco tiempo se le emparejó al cobarde y lo volteó a ver intimidante, con aire de burla hizo una señal de cortar el cuello. Si antes se había medido un poco en su actitud había sido por su preocupación por Lilly y el ejemplo que le daría a Jimmy, pero ahora que estaba solo, se arrepentiría de su proceder y lo haría responsable de sus actos. Aprovechando la sorpresa James dirigió su moto al frente del vehículo dándole un encerrón obligando al conductor a frenar súbitamente. El aire que revolvió su cabellera solo le había dado un toque más salvaje. Desmontó ágilmente, con la adrenalina al tope ajustó el guante de su mano izquierda y dio un puñetazo al vidrio del conductor rompiéndolo en mil pedazos. Metió la mano y por el hueco de la ventana sacó a Neil.
—Pedazo de mierda te daré tú merecido — Le dio un fuerte golpe en la quijada lanzándolo al suelo. Si había algo en esta vida que James no toleraba, era el hecho de ver a un hombre sobajar a una dama, peor aún si se trataba de “su” madre. Sus nudillos crujieron al empuñar sus manos en silencioso reclamo de sangre. Estaba decidido a moler a golpes a ese bastardo, su mirada reflejaba el rencor proveniente de sus experiencias de la infancia.
En ese momento el Bel Air azul cielo que antes había encabezado la hilera hizo acto de presencia y de este bajaron cinco chicos bien vestidos, el elegante conductor azotó la puerta y no le quitaba la vista de encima al joven de la cazadora de piloto.
— ¿Qué pretendes **** greaser? — el joven de cabello castaño claro y ojos color miel preguntó en tono despectivo, pues la actitud agresiva que percibió de James le agudizó los sentidos su intuición le decía que ese joven rebelde de botas industriales y pantalón de mezclilla estaba dispuesto a todo, sin importarle las consecuencias.
—Archie, Archie quítame a este pelagatos — gritó Neil arrastrándose en reversa como cucaracha boca arriba en un intento para alejarse de James.
—Es deshonroso pelear con alguien más débil no lo crees? —dijo haciendo referencia a la evidente diferencia de estaturas entre su primo y el rebelde. Un intercambio de furiosas miradas entre los dos jóvenes elevó los ánimos al máximo. Ambos midiéndose, intimidantes dejando en evidencia el antagonismo entre ellos.
—¿Te refieres al gallina este? ¿A caso eres tú su pilmama? — fue la burlona respuesta por parte del inglés. sonriendo de manera altanera ante la patética reacción de Neil. Estaba a punto de arrancarlo de detrás de su interlocutor, tenía ganas de medir que tanto estaba dispuesto “el elegante” a defender a su amigo. cuando escuchó un estruendoso rugido a lo lejos.
James reconoció el inconfundible grito de guerra proveniente del motor de la vieja y quejumbrosa Chevrolet de Charlie su segundo al mando, eso significaba que la pandilla se acercaba, no era el momento de empezar una guerra innecesaria y aunque el tipo elegante no le había caído nada bien, pues tenía una de esas caras que le provocaba partirla en dos, ese –por lo pronto- no era motivo suficiente para enfrascar a sus amigos en una pelea.
—Sí pelea es lo que buscas, entérate que meterte con alguno de nosotros es meterte con todos. — respondió retador el snob cuya atlética complexión lo hacía sentirse en igualdad de fuerzas con las de ese musculoso greaser de petulante acento inglés.
—¡Ah! pues no te preocupes que esto no se quedará así y sí eres tú quien habla de honor primero deberías fijarte en el tipo de alimañas que admites en tú club — habiendo dicho esto trepó de nueva cuenta a su moto para encontrarse en el camino con sus amigos ante la indignada mirada de Archie y el furioso Neil quien no dejaba de sobarse la adolorida quijada.
“Tenlo por seguro que nos volveremos a ver maldito Inglés”
CONTINUARÁ…
"Las Divinas Místicas, Cambiando El Destino por Terry"
** Cry baby nene llorón.
***Snob presumido, término con el que se denominaba a los elitistas de clase alta, sobretodo en la época del Rock & Roll.
****Greaser- cubierto en grasa, hace alusión a los peinados de la época. Término despectivo con el que se reconocía los chicos de bajos recursos que seguían la moda del Rock & Roll los “Rebeldes sin causa”.
Fic escrito en conjunto por Las Divinas Místicas para la GF2020
Capítulo 1 Bruises por Fedra\Elby8a
Portada elaborada por Mist \Byul Hye
Última edición por Elby8a el Dom Abr 12, 2020 9:28 pm, editado 3 veces
mi querida Fedra. 
y que solo recuerde como llegó con los Larson donde el padre es un abusador, tanto con sus hijos como con su esposa.... pobre mujer. 
mira que llamarla sirvienta y que le había dañado su carro que valía más que ella, sin siquiera mirar lo que le había hecho a ella. 
escuda con este... Luego la pandilla se acerca y el n o quiere tanto escándalo, pero primero está su madre antes que todo. 
portada y maravilloso FIC. Te mando un fuerte abrazo 
) ESPERO PUBLICAR EL SEGUNDO CAPITULO, PERO COMO ES MI ESPECIALIDAD MUAJAJA 
SEGUIMOS EN EL ATAQUE