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AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry!

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Andreia Letellier

Andreia Letellier
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! Rk9gch6


Bonjour belles combatants! Un año más que estamos todas reunidas en batalla... Merci à toutes! Por estar aquí, divirtiéndonos juntas, muchas gracias a las administradoras de este bello foro, por darnos el espacio para desatar la creatividad y camaradería, felicidades de antemano a todos los clanes, mucho éxito y que empiece la guerra...




AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! XXgwczp



Presentación Amazonas de Terry, Guerra Florida 2021



1º de abril, 2021


Escocia, Villa Grandchester.



El Marqués de Grandchester, mejor conocido en el mundo artístico como Terrence Graham, o Terry, se encontraba tocando el piano con calma en la sala de música de su preciosa villa de descanso, en la cual llevaba recluido casi un año.


¿Por qué tenía tanto tiempo allí metido? Bien, su lista de motivos era corta, pero de mucho peso. Primero que nada, la condenada pandemia del chamuco que azotaba al mundo desde hacía un año. ¡Un año, carajo! Terry todavía no decidía si culpar efectivamente a algún demonio o a los dioses griegos por semejante jodedera.


Y en segundo lugar, pero no menos importante, se estaba tomando un merecido año sabático para descansar, ¿de qué? Sepa, pero él necesitaba “desafanarse” del mundo un rato, sobre todo para disfrutar de la compañía de la persona más importante en su existencia: su bella náyade rubia y pecosa, Candy.


Una sonrisilla tomó por asalto su deliciosa boca al pensar en ella, apenas podía creer su fantástica fortuna al haberla recuperado; y eso que ni siquiera recordaba haberla perdido.


Mientras deslizaba las manos sobre el marfil de las teclas al ritmo del Minute Waltz de Chopin y repasaba en su mentecita cochambrosa y acelerada todas y cada una de las pecas de su chica, el viento fresco de la tarde se coló por la ventana, meciendo con suavidad la vaporosa tela de las cortinas y jugueteando un poco con su flequillo.


El aroma a tierra mojada y hierba, tan característico de su Pecosa, se dejó sentir a su alrededor, arrancándole una nueva sonrisa ladeada al sentir como la joven se acercaba sigilosa a él.


─Hey, Pecas, ¿no puedes estar más de diez minutos lejos de mí? ─bromeó con ella, como de costumbre.

Y también como de costumbre, obtuvo una graciosa mueca de fingida ofensa como respuesta. Pero bien que se sentó toda pegadita de él.


Sin dejar de tocar, giró el rostro hacia ella para robarle un beso.


A Terry le encantaba cómo Candy todavía se sorprendía y sonrojaba con esos gestos suyos, amaba ver cómo sus pequeñas manchas se hacían más notorias con el tono carmín que cubría sus tersas mejillas.


Entró sin esfuerzo alguno en un estado de bobo contemplativo, perdiéndose alegremente en el verde intenso de los ojos de la ninfa, dejó de acariciar las teclas de su precioso piano de cola negro para tomarla a ella de la cintura y acariciar su espalda semi desnuda en esa blusa primaveral de seda que ella llevaba. Fácil de deslizar. Soltó una risilla maliciosa.


Candy correspondió de inmediato, moviéndose para sentarse en su regazo con las piernas a los lados de las suyas, enredó sus blancas manitas en el cabello castaño y profundizó el beso y el contacto.


Terry la recibió más que gustoso y colocó las manos en las caderas de ella mientras dejaba de saborear los labios pequeños y sedosos para deslizar los suyos por el cuello níveo de la joven, que suspiraba con los ojos cerrados dejándose hacer.


Estaba entrando en calor, rápido.


De pronto…


─Bonjour, trésor! ¿Nos extrañaste?


El pobre dio tal respingo por el inesperado saludo cantado directo en su oreja, que casi lanzó al piso a Candy.


─¡Hija de… Zeus! ─Soltó a su ninfa y se levantó, todo rojo. De coraje, claro─. ¿Tú de dónde carajo sa…? Espera, Bruja, ¿llevas puesta una mascarilla?

─Pandemia, ¿recuerdas? ─respondió su capitana francesa mientras sacaba de quién sabe dónde cuernos un atomizador y le rociaba alcohol en spray por todos lados.

─¡Basta! ─ordenó él entre toses y sacudió las manos como si espantase moscas.

─Vale, ya me puedes abrazar, mon amour ─indicó ella muy fresca y sonriente.

─Ya quisieras ─Terry dio dos pasos atrás.


Solamente para ser atrapado en su huida por un pequeño torbellino de negrísimo y rizado cabello envuelto en energía magenta y plateada.


─Mio cuore! ─Maia, también usando una mascarilla, lo rodeó en un abrazo de oso que atrapó sus brazos sin darle oportunidad de defenderse, y luego restregó su precioso rostro en su pecho─. No lo niegues, nos extrañaste tanto como nosotras a ti.

─Demonios, tan a gusto que estaba ─dijo fingiendo molestia, lo malo es que otra sonrisilla se le pegó en la cara y lo delató, la muy traidora.

─¡Ajá! ¿Lo ves, mio amore? Sí estás feliz de vernos.


No le quedó de otra que abrazar a su Nerd, y cuando la Amazona del hielo se unió al abrazo casi le sacaron el aire de los pulmones, pero también la acogió.


No lo diría en voz alta ni muerto, pero sí que le encantaba volver a verlas.


Un ligero carraspeo interrumpió el reencuentro y los tres giraron con lentitud la cabeza hacia la fuente del sonido; Terry atinó a arquear una ceja.


─Hola, capitanas ─saludó Candy con una sonrisa reservada en el rostro pecoso.


Ambas amazonas le soltaron, alabado fuera Dios, Zeus, Athena o quién carambas fuese, y se acercaron a su chica para abrazarla también. Terry unió sus cejas y entrecerró los ojos.


─¡Oigan! A ella no la bañaron en desinfectante ─reclamó.

─Es una náyade, mio cuore ─respondió su Nerd. Como si fuera la cosa más obvia del mundo.

─¿Y eso qué? Es una mortal de todos modos. ─Terry puso los ojos casi como rendijas y cruzó los brazos.

─Pero no una mortal cualquiera, es una ninfa y ellas no se contaminan, ni envejecen, ni se mueren tan pronto, y tienen poderes, y… Tu me comprends, n’est-ce pas?


Explicó Andreia acomodándose su eterno guante de la mano izquierda y guiñándole un ojo con picardía, mientras Maia serpenteaba las manos por sus brazos. Ni cuenta se dio a qué jodida hora se le había vuelto a pegar.


─¿Y a qué debemos su inesperada visita, chicas? ─cuestionó la rubia yendo a abrazarlo de la cintura, con una fuerza que jamás le había notado y apartando con el hombro a las pegajosas amazonas.

─Es 1º de abril… ─La Letellier habló, cruzándose de brazos y extendiendo la pierna izquierda.

─¿Y eso qué? ─Candy sacudió la cabeza para acomodar su dorada trenza, sin soltarle a él ni dejar de mirar a ambas guerreras. Muy sonriente, eso sí.

Por alguna razón que no quiso analizar, Terry sintió un breve escalofrío recorrer su columna. Tragó grueso.


─Vinimos para llevar a Liath a la Guerra Florida de este año, mia cara; hoy empieza. ─La Amazona del veneno explicó, paciente.


Terrence iba a decir que se había olvidado por completo de la dichosa batalla porque estaba como quien dice embobado pero que obvio se apuntaba para ir, pero su ninfa, seguramente sabiendo que él estaba a punto de abrir la bocota, le dio tal apretón que hubiera jurado que los ojos le saldrían de sus cuencas para rebotar alegremente por el piso.


¿Qué había hecho para merecer estar rodeado de mujeres que podrían acabar con él en un abrir y cerrar de ojos? Se preguntó, muy sufrido. Y luego se acordó de qué fue, así que mejor dejó de quejarse.


─Oh, cierto, pero él ya no quiere ir a esas cosas, ¿verdad, querido? ─La usualmente dulce voz de Candy esta vez le sonó algo afilada y fría─. Así que, ¿comen y se van?


Ahora sí que Terry casi se ahogó con su propia saliva, y no muy disimuladamente miró de reojo la reacción de las capitanas.


Las tipas estaban de lo más tranquilas, y él que pensó que Candy terminaría revolcándose de dolor con el Zanna mortale de Maia y luego la tendría que velar en el Ice Coffin de Andreia.


Pues no, aunque un destello cruzó los ojos violetas de una y los verdes de la otra, su bella Nerd se atusó el cabello y la Bruja elevó una comisura.


─Si sympathique, Candy ─La francesa sacudió la mano derecha y luego se giró─. Allez! Se nos hace tarde, el Aston está afuera, ve por el equipaje, ma vie ─ordenó, como acostumbraba la muy zafada─; ya el jet nos espera en el aeropuerto. Tenemos el tiempo justo.


Maia algo escribía en su inseparable móvil, Terrence estaba seguro de que la mujer estaba reconfigurando los portales dimensionales o algo así. Entonces su Nerd levantó la vista y esos maravillosos ojos violetas brillaron al mirarlo. Claro, por mucho que se la pasaran metidas a cal y canto con esos sujetos con los que llevaban un año según ellas secuestradas, él seguía siendo su amore y su trèsor. Terry sonrió de lado, claro, lo sabía, era irresistible para todas y las Amazonas no eran la excepción.


Pero entonces se acordó de que estaban en un momento medio peliagudo y decidió que era mejor poner su cara de seriedad.


─¿Nos vamos? ─Moretti preguntó al ver que él seguía como estatua, con Candy cortándole la circulación del brazo.

─Claro… ─dijo─, Candy solo bromeaba, ¿cierto, Pecosa?


La rubia, que no le soltaba, sonrió abiertamente y parpadeó rápido, con cara de circunstancias.


─Yo también voy ‒afirmó, evitando con descaro su pregunta.


Terry miró a sus amazonas, que no demostraban ninguna emoción las muy raras, menos la Bruja, pero él sabía que no eran famosas por ser precisamente pacientes, y la verdad no tenía ganas de pasar otro de esos viajes todos turbulentos como en las tres guerras anteriores, nada más porque las mujeres estas iban de malas.


Un momento, ¿qué no era él el que siempre las estaba apresurando porque a ellas les importaba bien poco el tiempo? Eso de pasarse un año en la inopia le estaba afectando.


‒Pecosa, qué bueno que te decidas a venir, porque…

‒Porque necesitas que te cuide de tus… fans, ¿verdad?

‒Marcando territorio… ‒susurró Andreia, pero él escuchó perfecto, y también la risilla de Maia.
Simples.


─Iba a decir que porque un par de manos extra en batalla nunca sobran, pero sí, lo que digas.


Terry puso los ojos en blanco, no estaba para llevarle la contraria a ninguna de las tres.


El timbre de llamada entrante de un móvil interrumpió sus angustiados pensamientos, no es que fuera muy feliz de partirse en dos por no contradecir ni a Candy, ni a las capitanas.
“Debería ser diplomático, seguro es más fácil que tener contentas a estas tres al mismo tiempo” pensó. Pero luego recordó que eso era lo que Richard deseaba y se le pasó.


─Allô? ─Ah, era el teléfono de su Bruja, con razón la música rockera y estridente; Terry paró oreja─. No, seguimos en la villa, no tardamos. Oui, je sais, pero que de algo sirva que el jet privado sea del duque, ¿no? No… ─la vio rodar los ojos─. Pues que se vaya el muy perezoso, yo puedo pilotear ese avión sin problemas.


Demonios, eso sí que no le gustó nada, mejor apresurar las cosas; decidió rápidamente.


─Pecas, ¿qué te parece si tú nos alcanzas mañana? Como ha dicho mi Bruja, tenemos el tiempo exacto para llegar y tú todavía deberás preparar tu equipaje para… un… mes…


Los verdes ojos entrecerrados le hicieron ir bajando el volumen. ¿Y ahora qué?


─Nada de eso, tú tampoco tienes tus maletas listas, así que se esperan.


Candy habló con firmeza, pero dirigiéndose a sus chicas, no a él; curioso.


─De hecho, el equipaje de il mio cuore ya está listo ─soltó Maia de lo más tranquila, sin despegar la vista de su móvil─. Podemos irnos de una vez.


Oh, oh… Terry, muy a su pesar, empezó a preocuparse.


─¿Disculpa? ─hablando con los dientes apretados, Candice se volvió hacia la italiana, muy rígida.

─Nosotras se lo preparamos, tu sais, chérie, velocidad de amazona. Además, lo conocemos a la perfección. ─Terry no decidía si la francesa era muy inocente o, todo lo contrario.


La sonrisita maliciosa le confirmó que era lo segundo, se frotó el rostro con ambas manos. Y lo peor es que la Bruja dejó de hablar al celular un momento solamente para entrometerse, la muy…


Su náyade se giró a verlo, con sus preciosas esmeraldas húmedas y los labios en un puchero que casi, casi le dio ternura. No se enterneció porque al segundo siguiente la dulce expresión cambió por la que de seguro tenía la Gorgona cuando veía algún pobre tipo entrando en sus dominios… Los ojos pequeños y enrojecidos, la boca abierta y casi juraba que le habían crecido los colmillos, el cabello le empezó a levitar al tiempo que una energía aguamarina la rodeaba.


Terrence se quedó de piedra, y eso que no estaba ahí el mítico personaje de pelos de serpiente. En menos de un nanosegundo ambas capitanas estaban frente a él, protegiéndolo como siempre, pero sin elevar sus cosmos. Al menos no les veía intenciones de atacar a la ninfa.


─Ustedes… ─Candy levantó el brazo derecho para señalarlas─. ¿Se atrevieron a… ver y manipular las ropas y pertenencias de MI Terry? ─Enseguida lo miró a él. Era increíble cómo una pequeña y delicada chica podía mostrarse furiosa y tierna a la vez─. ¿Y tú les permites eso? ¡Son cosas privadas!


Él tomó aire y parpadeó lento un par de veces antes de deslizar los dedos de la mano derecha por su fleco y echarlo hacia atrás.


─No hicieron nada que no hayan hecho antes y no tengo problema con ello, no te alteres.

─Oops… ─La Amazona del hielo fue quien dijo eso, al parecer ella sabía algo que él no, y, a juzgar por los ojos violetas de Maia que estaban muy abiertos, también ella tenía ese conocimiento misterioso para él.


El estallido exasperado de la rubia le dio la respuesta, nunca en tu jodida vida le digas a una mujer enojada que no se altere porque no sabes cómo va a reaccionar. Podría lanzarte con algo a la cabeza, o gritar hasta dejarte sordo, o lanzarte a ti por la ventana, lo cual le recordó alejarse de la que estaba tras él, por si acaso, o ahogarte, o hacer arder el mundo entero en llamas…


─¿Cómo quieres que no me altere? Ellas ─señaló a las amazonas, que seguían la escena con cara de “arregla esto que ya nos tenemos que ir” las muy hijas de su… diosa Athena─ llegan sin invitación a nuestra casa, te quieren llevar lejos de mí otra vez, hacen tu equipaje, ¡y tú las defiendes! Esto es demasiado, ya no son tus guardianas… Ellas se fueron con esos tipos rudos y atractivos y sexis y… ─Terry arqueó una ceja y la rubia dejó de divagar─. ¡Y te dejaron tirado!, ¿ya no te acuerdas?


Cierto, los secuestradores “terroríficos”, que de tenebrosos no tenían nada, por cierto. Hizo una nota mental de reclamarles eso más tarde.


─Un moment, s’il vous plaît. ─Andreia intervino, con voz muy neutral, la que usaba solamente en casos serios─. Mademoiselle Candice, nosotras nunca hemos dejado de ser las guardianas de Liath, incluso lejos de él, lo hemos protegido de todas las amenazas que siempre le acechan…

─È cosi, hasta les hemos pedido a los caballeros dorados que intervengan. Tu aseveración es incorrecta. ─La dulzura de la voz de su Nerd contrastó con el tono profesional que empleó para hablar.


Vaya, si cuando querían podían ser muy serias y todo, las muy simples.


Candy se volvió hacia él, esperando que la validara.


Él la amaba profundamente, desde que era un jovencillo soñador, y cuando la recuperó, gracias justamente a estas guerreras que se le habían pegado como jodida lapa desde el día en que las conoció, por cierto; Terry supo que no podría amar a nadie más que a esa bella ninfa rubia y pecosa.


Pero las amazonas habían dejado sus ocupaciones para cuidarle a él, incluso arriesgaron sus vidas muchas veces para protegerle, y encima de todo ellas habían llevado a la misma Candy de regreso a sus brazos. Además, las quería de verdad, ¡las adoraba! Pero no confesaría eso ni bajo torturas medievales, eso sí.
Con la pena, pero…


─¿Candy, estás bien, Pecosa? Anda, ven a sentarte. ─La tomó de la mano para guiarla a la silla más cercana─. Te pediré un poco de agua, creo que te estás deshidratando.


Pero la náyade se zafó de su agarre y salió corriendo cual si fuese a recibir una cuantiosa herencia de algún tío perdido, con rumbo no tan desconocido.


─¡Mierda! Si se mete al lago a ver quién demonios la saca de allí ─masculló rodando los ojos.
Y empezó a correr también, yendo tras su chica.

─Me lleva, ¿por qué también es tan rápida? ─habló entre jadeos, tratando de darle alcance por entre los árboles del bosque, esquivando troncos caídos y una que otra rama que se le apareció de repente enfrente.


Pero solo alcanzaba a ver una mancha dorada alejándose cada vez más…


Para cuando llegó a la orilla del lago, ahogándose como si hubiese corrido la maratón de Boston y sintiendo que escupiría los pulmones y hasta el alma, Candy estaba de pie en la orilla, con el agua hasta las rodillas, su falda de tela vaporosa flotando a su alrededor y agitando el cuerpo acuático con su energía errática y celosa.
Un segundo después, aparecieron a su lado su Nerd y su Bruja, frescas como una condenada lechuga y sin un solo pelo fuera de sitio. Mugres.


─¿Ustedes entienden qué cuernos le pasa? ─preguntó rascándose la cabeza y esperando que las capitanas le aclararan el enredoso asunto.

─Está celosa. ─La simple y obvia respuesta de la francesa le hizo rodar los ojos.

─Wow, cuánta claridad la tuya, señorita obviedades ─respondió poniendo los ojos en blanco.

─¿Qué? Tú preguntaste que si entendemos qué le sucede, mon amour, no la razón. ─Andreia se encogió de hombros.

─Es extraño, ¿ya se había comportado así antes? ─cuestionó Maia, sacando su móvil y tecleando vaya Athena a saber qué.

─Nunca. ─No pudo seguir hablando porque el usualmente tranquilo lago empezó a agitarse cada vez más, formando un remolino en su centro, y Candy avanzó un par de pasos─. ¡No! ─Terry se lanzó aguas adentro con toda la intención de detener a la rubia, o irse con ella.


Maia y Andreia se movieron a toda velocidad, la Amazona del Veneno lo sujetó por la cintura y lo sacó a rastras del agua con todo y que él lanzó un par de patadas al aire, mientras que la Capitana Letellier, más rápida todavía, atrapó las piernas de su náyade en un pequeño iceberg. Eso era una mejor opción que ir a meterse de cabeza en un remolino, tuvo que admitir.


─¡Libérame! ¿Cómo te atreves, amazona? ─gritó Candy, toda temblorosa.

─Mírame a los ojos, ninfa ─ordenó la francesa, tomando por el mentón a la rubia y obligándola con firmeza a levantar la cabeza.


La chica se retorció intentando en vano zafarse del agarre, pero pues no, nada más no pudo; obvio, pensó Terry. Candice sería una náyade, pero la de cabello castaño era una amazona dorada. Finalmente vio a su Pecosa levantar la mirada, toda fúrica, apretando la boca y haciendo los ojos chiquitos, en un franco berrinche, con la cara completamente roja y que casi se le salían los mocos.


Letellier arqueó la ceja y sonrió, ¡sonrió! Había que joderse, esa mujer ni en medio de una situación de vida o muerte dejaba de reírse. A veces le caía muy mal, la condenada.


─Maia, chérie; haz lo tuyo ─dijo Andreia, y Terry se quedó tieso, ¿hacer qué?

¿No le estaría pidiendo que la dejara fuera de combate, o sí?


─Presto! ─respondió su Nerd, justo antes de verla con los ojos abiertos como pelotas, encender su cosmo magenta y plata y lanzar un ataque.


Sí, sí pretendían dejarla fuera de órbita.


Todo fue en menos de un segundo, Terry vio como un pequeño haz de luz brillante y también color magenta le pasaba rozándole la nariz y se incrustaba en un brazo de Candy, que de inmediato pegó un grito agudo y perdió el conocimiento en dos segundos, al menos su Bruja estaba sosteniéndola, así no se dio un santo porrazo en el lago congelado.


─¿Están locas? ¿Por qué la atacaron?

─Calma, eso no fue ningún ataque, solamente la hice dormir, mio cuore.

─¿Segura? ─Terry tomó a su chica del hombro donde la llevaba Andreia, cargándola como si fuese un costal de papas.


La revisó lo más minucioso que pudo con público ahí, y sí, Candy respiraba con normalidad, hasta un ronquido se le salió.


─Sal de ahí, podemos sentir tu cosmo, madame Eris. ─Andreia creó una pequeña tormenta de nieve, con mirada afilada y los labios entreabiertos.

Una risa burlesca se dejó escuchar, pero no se veía a nadie…


─¿Quién carajos es Eris?

─La muy “simpática” diosa de la discordia ─explicó Maia, mirando hacia un punto en específico entre los árboles a su espalda─. ¿Recuerdas la Guerra de Troya mio amore? Adivina quién la provocó…

─No lo diré nuevamente, Eris, o sales de ahí o le contaré el chisme al mismísimo Zeus para decirle que estás molestando a Terry, el favorito de las ¾ partes de las diosas del Olimpo, incluidas su hija predilecta y sus queridas ninfas y musas. ─La Letellier intensificó su tormenta y el frío en su voz.

─No creemos que tengas deseos de que te saquen de tus habitaciones de los pelos como la otra vez… ─Maia agregó, uniéndose a la presión para la tal Eris.


¿Pero qué diantres hacía esa diosa ahí y qué tenía que ver con su Candy?


─Ash, qué aguafiestas que son ustedes las amazonas de Athena, igual que la nena de papi. Mimada.


Mientras la voz profunda, pero sin dejar de ser femenina se escuchaba con claros tintes sarcásticos y de burla, la silueta de una mujer alta y delgada se fue dibujando dentro de un estallido de luz oscura y color vino tinto.


Terry vio que finalmente salía de entre la espesura del bosque una mujer muy bella, como que muy bella, de lacio cabello morado que le llegaba hasta los muslos y un vestido largo del color del vino rojo, sin mangas y con un muy amplio escote en forma de V que dejaba ver casi todo allí, y también una abertura lateral en la falda que subía hasta la cadera, un movimiento en falso y…


A Terry por poco y los ojos de zafiro le daban vueltas nada más de mirar esas cosas.


La mujer, diosa, era blanca, de ojos grandes con irises rojos, pestañas largas y espesas y labios carnosos pintados de rosa fuerte, brillantes. Llevaba un collar dorado de tres hilos anchos, con lo que le parecieron tres colgantes de turquesa que apuntaban al jodido escote que le llegaba casi hasta el obligo, a la descarada; y en la mano derecha llevaba un tridente oscuro con una especie de trenzado dorado.


─¿Se le perdió la fiesta, señorita? ─Terry no pudo contener su bocota.


Casi sudó frío cuando los ojos rojos de la tipa se volvieron hacia él, pero antes de que pudiese siquiera parpadear, su Nerd y su Bruja estaban entre la espeluznante mujer y él, dispuestas a protegerlo.


─Si quieres conservar esos horribles pelos morados tuyos en la cabeza, no des un paso más, Eris ─advirtió la francesa, con su energía azul y dorada encendida en advertencia.

─Hey, calma, niñas, no pienso tocar un solo pelo de su marquesito, solamente quería verlo de cerca y saber por qué tiene locas a todas.

─Ajá, y nosotras ya te la creímos, quítale YA tu hechizo a Candy. ─Maia estaba en guardia también, lista para lanzar su Zanna Mortale al menor intento de la diosa de tocarle un solo cabello a… él.


Terry sonrió de lado, y luego espió con un ojo a ver si Candice seguía dopada, no fuera a ser que… Un momento…


─¿Un hechizo? ¿Esta bruja loca hechizó a mi Candy y por eso actuaba como la novia de Chucky?


Terry estaba seguro de que por más que lo intentaron, sus amazonas no pudieron contener la carcajada, y él tampoco.


─È cosi. ─La Capitana Moretti confirmó al parar de reír─. Y si no se lo quita ahora mismo, no solamente se quedará pelona, sino que tendrá que aguantar el castigo de Zeus por molestarte a ti.

─Ash, ni aguantan nada, ya se lo saco, pues.


La mujer simplemente encendió su cosmo y los ojos le brillaron cual chamuco en fiesta de disfraces, y… Ya. No pasó nada más.


─¿Se puede saber por qué viniste a joder acá? ─preguntó él luego de sacudir la cabeza porque no hubo efectos especiales, sin ninguna delicadeza y pasándose por el arco del triunfo el que la tipa fuera una diosa olímpica.

─`Taba aburrida ─respondió la tal Eris encogiéndose de hombros.

─Hija de z… Zeus ─gruñó él, con ganas de ir a apretarle el gaznate a la doña manzanitas.

─Allez! Aquí la señora ya se va a su casa a molestar a sus hijos; n’est ce pas? Seguro que los “adorables” Pena, Olvido, Hambre, Dolor y Juramento la esperan con ansias para que les dé de cenar, o algo así. ¡Shú! ─La Amazona del hielo agitó las manos como espantando un bicho asqueroso.

─Ya no puede una divertirse como antes, porque luego luego quieren ir con papá a darle el chisme. Montoneras. Pero ya verán…

─Ajá… ─Aburrida, Maia la interrumpió y luego miró con travesura hacia él y le guiñó un ojo, coqueta.

Terry alcanzó a ver que la diosesita mentada desapareció en medio de su energía oscura mostrando el dedo del medio, pero ya no le importó, ¡que le dieran!


Candy empezó a despertar entre sus brazos; por fin abrió los ojos y miró a su alrededor, con cara no saber dónde diantres estaba.

─¿Eh? ¿Por qué estamos en el lago, Terry? Y… ¡chicas! ¿En qué momento llegaron?

─¿Te sientes bien, Pecas? ─preguntó, asegurándose de que el mentado hechizo se hubiese disipado de verdad.


Candy sonrió y asintió, entonces él se levantó junto con ella y todos se dirigieron de regreso a la villa, habían perdido ya mucho tiempo y todavía tenían que viajar a la sede de la Guerra Florida.
En el camino le explicaron a su Pecosa lo que pasó y ella, muy avergonzada por su comportamiento, se disculpó un montón de veces con sus capitanas, quienes reían sin darle la menor importancia.





─Mierda… si no fuera por la bruja Ágatha esa, no nos habríamos retrasado y el jet lo estaría piloteando un piloto de verdad ─alegó Terry, aferrado de su asiento porque Andreia se divertía haciendo giros y subidas y bajadas raras con el avión.


Maia estaba de lo más tranquila enviando un mensaje a Lady Letty y Rous, quienes estaban a cargo del resto de las amazonas que ya querían incendiar la ciudad y el hotel porque ya era hora de empezar la batalla y ellos nada que arribaban.


Media hora después, el jet privado aterrizó, entero, casi. Y ellos descendieron sanos y salvos, aunque algo sacudidos.


La multitud de amazonas que esperaba para recibirlo lo sorprendió, ¡eran un montón! Afortunadamente, había obligado a sus capitanas a detenerse en una florería camino al aeropuerto, donde compró varias docenas de rosas rojas, que de puro milagro llegaron enteras y frescas.


Sonriente y medio greñudo por las sacudidas, Liath empezó a entregarle una rosa a cada una de sus amazonas, que suspiraban sin remedio al tenerle ahí, justo a su alcance…


Una Guerra Florida más estaba por comenzar y él sabía que las Amazonas de Terry, harían arder el cosmos por… él.




AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! XXgwczp




VIDEO OFICIAL AMAZONAS DE TERRY



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https://www.fanfiction.net/u/7428859/AyameDV

Claudia Ceis

Claudia Ceis
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Wow pero que inicio y que traviesas esa diosa jaja menos mal que al final todo salió bien y el bombón pudo llegar a tiempo  AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 463717 AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 334740 AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 836918
Bienvenidad amazonas un placer pertenecer a este equipo 
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Yuriko Yokinawa

Yuriko Yokinawa
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Magnífica entrada y con la sorpresa que Candy será parte de la batalla. AMAZONAS, hagamos arder el cosmos por Terry!!!

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LadyFlowers2021

LadyFlowers2021
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Wow espectacular 👏👏👏..¡¡Vamos Amazonas, a darlo todo por nuestro bombón😍😍

LAS AMAZONAS HAREMOS ARDER EL COSMO POR TERRY🔥

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Gissa Alvarez

Gissa Alvarez
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Ciao, cara amica, esto todo un honor, y un placer regresar un año más al combate, participar con tan talentoso equipo y con tan talentosas contrincantes. AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 463717

Y por supuesto, las Amazonas haremos arder el cosmos AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 523232

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Cecilia Lagunes

Cecilia Lagunes
Niño/a del Hogar de Pony
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Espectacular llegada, listas para defender a nuestro Bombón Ingles !!
Las Amazonas Haremos Arder El Cosmos Por Terry AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 463717 AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 189452

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Rous

Rous
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Vaya, vaya con al Candy, así que ahora viene de pegoste?? Lol... Bueno, ni hablar, tendrémos que ser más recatadas en cuanto a nuestras demostraciones de cariño intenso por Terry, espero que no se moleste cuando tengamos que desvestirlo para posar...jejeje
Muy bien Amazonas, me encantó la historia.!!!

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Lady Letty

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Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Bienvenido Bombón! Las Amazonas

Cuidaremos a tu Pecosa de esa diosa de la Intriga AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 8168


AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 8168 AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 8168 Las Amazonas Haremos Arder el Cosmo


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DTG

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Niño/a del Hogar de Pony
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Y qué creían Amazonas? Que se iban a llevar así como así a Terryto? Neles, la Cándida se va a cuidar lo que es suyo, bienvenidas!!!

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Evelyn Rivera Strubbe

Evelyn Rivera Strubbe
Niño/a del Hogar de Pony
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Muy divertido. El vídeo quedó de show.

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RossyCastaneda

RossyCastaneda
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Yeiii! La Amazonas haremos arder el Cosmo por Terry ! AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 189452

Jajajaja se fregó Eris Jajajaja la mandaron al carajo con toda su discordia ¿que tal ella? Jajajaja o te vas o te enviamos lejos Jajajaja AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 53278 AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 53278 AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 53278

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Pecas TG

Pecas TG
Niño/a del Hogar de Pony
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Las Amazonas Haremos Arder el Foro

Bienvenido Terry y Candy AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 754880 AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 754880


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Saadesa

Saadesa
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Que emoción ha empezado la Guerra AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 53278 Esa pecas era de esperarse quien va dejar solo a tremendo bombón

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Mayosiete

Mayosiete
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Excelente presentación!! ♥ Felicidades equipo

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sahara habibi

sahara habibi
Capullo de Rosa
Capullo de Rosa

Magnífica entrada Amazonas!!!
Cuidado con la venganza de Eris

Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry!!!

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cilenita79

cilenita79
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Sean bienvenidas chicas, a la espera de sus aportes ;)

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Wendolyn Leagan

Wendolyn Leagan
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

OOOH ¡QUÉ BUEN VIDEO!
¡¡BIENVENIDAS AMAZONAS!!

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http://www.maldita-bruja.blogspot.com

kellyu952

kellyu952
Rosa Durazno
Rosa Durazno

Omg que súper entrada chicas! Que honor ser parte de semejante grupo. Mi terry si q esta bien acompañado!  AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 1f60d  AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 1f60d  AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 1f60d

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ladylore

ladylore
Niño/a del Hogar de Pony
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wow... que gran inicio...

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ANJOU

ANJOU
Lakewood's Primrose
Lakewood's Primrose

¡Casi me desmayo al final del video!

¡Què bàrbaras!

¡Bienvenidas, Chicas,
que este año les depare
hemosos momentos y
lindos recuerdos!

¡Feliz Guerra, AMAZONAS DE TERRY, Presentación. ¡Las Amazonas haremos arder el cosmos por Terry! 254899!

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