Buenos días
Les dejo el tercer capitulo de esta historia... cómo siguen las apuestas, ya quedamos que no, Candy no es el cabo suelto... quién será??
Capítulo 3
- Ok!, ya están los dos en el barco!!-aplaudió Nona emocionada - ya se encontraron, estarán juntos y así restableceremos el orden!!
Morta no estaba muy convencida... mientras las otras dos, festejaron el encuentro de los jóvenes, con el ojo intentó visualizar el futuro inmediato para saber si todo resultaría como lo planearon.
Un joven decaído subió al Mauritenea. Hace dos meses, salió de Londres buscando consuelo en su madre. Tanto tiempo sin verla! Deseaba tener en sus brazos ese amor y consuelo que no encontró al lado de su padre y de ella; la "Duquesa cara de cerdo", pero más que eso, corazón de piedra, al menos con él así es.
Como todos los hijos de nobles, él fue comprometido en cuanto el Duque lo dió a conocer como su Primogénito y heredero al título; la elegida por Su Majestad fue la entonces Infanta Michelle Spencer, hija de un Marqués y próxima Dama de la Corte. Desde pequeños, coincidían en algunas reuniones, naciendo una linda amistad entre ellos y posteriormente cuando entró al Colegio San Pablo, se hicieron más cercanos, ella fue su amiga, se hacían algunas confidencias, tal vez llegaría a quererla; pero todo terminó a principios del otoño.
Volvió a Londres después de pasar unas "agradables" vacaciones en familia, tener que aguantar los desplantes y malos modos de la Duquesa y la indiferencia de su padre, lo tenían a punto de estallar.
Quería verla, tal vez le ayudaría a su ánimo... o montar a Teodora, eran sus escapes más convenientes, ya que desde hace un poco más de un año, estaba tomando gusto a otros menos recomendables, fumar, beber y hasta pelear.
La buscó en el club, en el parque que frecuentaban y nada. Regresó a la mansión, y la "Dulce Duquesa" le dió la noticia, sin poder ocultar su sonrisa de satisfacción: Lady Michelle Spencer, había muerto a causa de las fiebres tras estar vacacionando en la costa española. A ella le causó tanto placer lastimarlo personalmente, que no podía guardar la compostura requerida.
- Me alegra tanto, maldito bastardo que no tengas más a esa joven a tu lado. Tú no mereces nada, lo.entiendes, NADA!!!
Buscó apoyo en su padre, y cómo siempre, sólo dió unas escuetas palabras de pésame y nada más. En esa soledad y tristeza, viajó en busca de ella, su madre... y lo rechazó.
Ahora, recostado en su camarote recuerda el extraño suceso que acaba de vivir, le parece bizarro. No soportaba más... tanta pena en su alma lo llevaron a cubierta, ahi, mientras otros estaban en la celebración del Año Nuevo, él encontraría en la soledad el fin de su sufrimiento... si, lloraba en silencio y buscaba algo a qué aferrarse... cuando un ligero aroma a rosas lo envolvió y se sintió reconfortado.
Sonrió irónico, vaya que encontró algo, mas bien alguien que lo reconfortara e hiciera renacer un pequeño destello de esperanza en su corazón. Esos ojos esmeraldas.... esa naricita... pero, sobre todo... esas pecas que bailaron sólo para él.
Si esa pecosa entrometida mostró empatía e interés en él, sin conocerlo, sin buscar beneficio como sus compañeros del colegio... tal vez, sólo tal vez
Les dejo el tercer capitulo de esta historia... cómo siguen las apuestas, ya quedamos que no, Candy no es el cabo suelto... quién será??
Capítulo 3
- Ok!, ya están los dos en el barco!!-aplaudió Nona emocionada - ya se encontraron, estarán juntos y así restableceremos el orden!!
Morta no estaba muy convencida... mientras las otras dos, festejaron el encuentro de los jóvenes, con el ojo intentó visualizar el futuro inmediato para saber si todo resultaría como lo planearon.
Un joven decaído subió al Mauritenea. Hace dos meses, salió de Londres buscando consuelo en su madre. Tanto tiempo sin verla! Deseaba tener en sus brazos ese amor y consuelo que no encontró al lado de su padre y de ella; la "Duquesa cara de cerdo", pero más que eso, corazón de piedra, al menos con él así es.
Como todos los hijos de nobles, él fue comprometido en cuanto el Duque lo dió a conocer como su Primogénito y heredero al título; la elegida por Su Majestad fue la entonces Infanta Michelle Spencer, hija de un Marqués y próxima Dama de la Corte. Desde pequeños, coincidían en algunas reuniones, naciendo una linda amistad entre ellos y posteriormente cuando entró al Colegio San Pablo, se hicieron más cercanos, ella fue su amiga, se hacían algunas confidencias, tal vez llegaría a quererla; pero todo terminó a principios del otoño.
Volvió a Londres después de pasar unas "agradables" vacaciones en familia, tener que aguantar los desplantes y malos modos de la Duquesa y la indiferencia de su padre, lo tenían a punto de estallar.
Quería verla, tal vez le ayudaría a su ánimo... o montar a Teodora, eran sus escapes más convenientes, ya que desde hace un poco más de un año, estaba tomando gusto a otros menos recomendables, fumar, beber y hasta pelear.
La buscó en el club, en el parque que frecuentaban y nada. Regresó a la mansión, y la "Dulce Duquesa" le dió la noticia, sin poder ocultar su sonrisa de satisfacción: Lady Michelle Spencer, había muerto a causa de las fiebres tras estar vacacionando en la costa española. A ella le causó tanto placer lastimarlo personalmente, que no podía guardar la compostura requerida.
- Me alegra tanto, maldito bastardo que no tengas más a esa joven a tu lado. Tú no mereces nada, lo.entiendes, NADA!!!
Buscó apoyo en su padre, y cómo siempre, sólo dió unas escuetas palabras de pésame y nada más. En esa soledad y tristeza, viajó en busca de ella, su madre... y lo rechazó.
Ahora, recostado en su camarote recuerda el extraño suceso que acaba de vivir, le parece bizarro. No soportaba más... tanta pena en su alma lo llevaron a cubierta, ahi, mientras otros estaban en la celebración del Año Nuevo, él encontraría en la soledad el fin de su sufrimiento... si, lloraba en silencio y buscaba algo a qué aferrarse... cuando un ligero aroma a rosas lo envolvió y se sintió reconfortado.
Sonrió irónico, vaya que encontró algo, mas bien alguien que lo reconfortara e hiciera renacer un pequeño destello de esperanza en su corazón. Esos ojos esmeraldas.... esa naricita... pero, sobre todo... esas pecas que bailaron sólo para él.
Si esa pecosa entrometida mostró empatía e interés en él, sin conocerlo, sin buscar beneficio como sus compañeros del colegio... tal vez, sólo tal vez