En contra de mi naturaleza, empiezo esta serie.
Candy,
El reloj no sonó. No lo necesitaba, el tren partía a las 6 y tu, ya estabas en él. Primera vez en meses que te veo levantar temprano sin refunfuñar. Eras luz, alegría, sueños, ilusión, imposible no sentirse contagiado, pero agarraste tu maleta, cogiste el camino y yo, solo te vi partir.
No había caído en cuenta del vacío y el silencio que me rodea sin tu presencia pululando a mi alrededor, del empuje diario que me has dado desde que salí del hospital y me ofreciste una cama en tu pequeño hogar. La soledad, que ha estado esperando fuera para colarse en cuanto tuviera la oportunidad, se ha instalado como una vieja amiga desde el instante en que saliste, y la he dejado entrar, porque siento que ya es momento que me vuelva a acompañar.
Pasaré un día sin ti, veremos cómo me va.
Albert.
Candy,
El reloj no sonó. No lo necesitaba, el tren partía a las 6 y tu, ya estabas en él. Primera vez en meses que te veo levantar temprano sin refunfuñar. Eras luz, alegría, sueños, ilusión, imposible no sentirse contagiado, pero agarraste tu maleta, cogiste el camino y yo, solo te vi partir.
No había caído en cuenta del vacío y el silencio que me rodea sin tu presencia pululando a mi alrededor, del empuje diario que me has dado desde que salí del hospital y me ofreciste una cama en tu pequeño hogar. La soledad, que ha estado esperando fuera para colarse en cuanto tuviera la oportunidad, se ha instalado como una vieja amiga desde el instante en que saliste, y la he dejado entrar, porque siento que ya es momento que me vuelva a acompañar.
Pasaré un día sin ti, veremos cómo me va.
Albert.