—Y ¿funciono?
—pues… se supone que sí, ya estoy completando el cierre de los ciclos inconclusos, pero …
—te das cuenta de que el tiempo realmente se acabó y que estamos en minutos extra, ¿no es así?
—claro que lo se Fedra, pero esto no depende de mí, estoy a contra reloj para poder unir a nuestro emperador con su amor, pero…
—sin pérdida de tiempo, si, se supone que esa es tu idea siempre, sin embargo, Palas creo que mil años no es precisamente la idea de que no estén separados tanto tiempo
—lo sé, pero es como surgió, ahora solo puedo tratar de que no vuelvan a separarse
La noche parece más oscura, no debería ser así para mí, en esta ciudad que nunca duerme, los rascacielos, las calles con sus innumerables luces que nunca se apagan y el movimiento de la gente que jamás se detiene
Vengo de los siglos en que las noches eran realmente oscuras, en donde la escasa iluminación que podías encontrar durante la noche era la luz de la luna y las estrellas, además las antorchas y velas que pocas veces se usaban, al no haber razón para que las personas estuvieran fuera de sus hogares después de la puesta del sol
Pero debido al peso de los mismos siglos que cargo sobre mis hombros, es que siento más oscuridad, pese a que en este sitio pareciera que es lo mismo la noche que el día, me hace preguntarme una vez más, ¿Cuánto tiempo tendré que soportar este infierno?, esta infinita tortura en que se ha convertido mi existencia, llevo existiendo ya mil años, mil años desde el día en que la perdí, en que morí en esas tierras al norte de Italia, convirtiéndome en lo que soy ahora, un ser sin vida, un condenado a vagar por este mundo sin la posibilidad de redención, lo que más me desgarra, sin la posibilidad de volver a estar con ella, con mi amor
—mmm ahh
—¿y ese suspiro hermanita?
—es tan romántico y doloroso, respondió la rubia poniendo a un lado su celular
—¿Qué cosa Candy?, ¿de qué hablas?
—de DG
—¿DG? Y eso con que se come, dijo el rubio acercándose a hacerle cosquillas a su hermana
—¡Anthony!, basta, no me hagas cosquillas, para
—está bien me detengo, pero responde, que es eso de DG
—es un blog que estoy siguiendo hace algún tiempo, nadie sabe quién es su autor, solo se conocen sus iniciales DG, también que es un hombre
—mira que para no saber nada del supuesto DG, conoces el dato más importante no
—deja de embromarme, tu no comprenderías
—¿Candy?
—sabes que es verdad, hay cosas que ni yo comprendo de mi
—son solo sueños hermanita
—si fuera eso no me afectarían tanto
—has anotado todo en tu libreta como había recomendado la terapista
—sabes que lo hago desde mucho antes…
—también los extraño Candy, —dijo el rubio abrazando a su hermana, —pero hey, estamos vivos y sabes lo más importante, nos tenemos el uno al otro, como mamá siempre decía
—“mientras haya vida hay esperanza”, —respondió la rubia
Los rubios hermanos eran muy unidos, sus padres habían muerto hacia algunos años en un aparatoso accidente del cual solo ellos dos habían sobrevivido, resultado de eso ambos habían tenido que apoyarse mutuamente, Anthony al ser el mayor tuvo que hacerse responsable por su hermana Candy, quien en ese entonces contaba con apenas dieciséis años, con la ayuda de los abogados de sus padres lograron permanecer juntos y no pasar penas al menos no económicas, las emocionales… bueno esas secuelas aún estaban lejos de ser superadas
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Un hombre observaba la ciudad a través de la ventana de su lujoso penthouse, la ciudad que nunca duerme, su cabello castaño, largo hasta los hombros bailaba al compás de la brisa que se colaba, —él se encuentra cerca, puedo sentirlo, han sido siglos de encuentros y enfrentamientos, que distinto hubiera sido todo si él no lo hubiera lastimado donde más le dolía, con lo único que jamás podría perdonar, NUNCA, fuiste mi amigo Albert, más que mi hermano, por ti hubiera dado mi vida, pero tú, tu eres un traidor, ¿Qué haces en la ciudad Andrew?, llevas unas pocas décadas, te deje ya suficiente tiempo, creo que llego el momento de una reunión familiar, —concluyo con una sonrisa amargada en su bello y apuesto rostro
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No sabe porque, pero el lugar parece tan familiar, pese a saber que nunca lo ha visto antes, siente que pertenece allí, el verde de los árboles y plantas, las coloridas flores, todo tan lleno de vida y luz, hay muchas mariposas que se posan sobre las flores y sobre su rubio cabello ensortijado, su tía y hermana seguramente la retaran por no habérselo recogido y arreglado
La vista desde el árbol era impresionante, sabía que debía bajar pronto, no quería retrasarse, pero en un intento por hacerlo rápido puso mal el pie y resbalo, fue cayendo sin lograr detenerse, cuando pensó que era inevitable se encontró en los brazos de un extraño de cabellera castaña y ojos zafiros, el más apuesto espécimen masculino jamás visto en sus apenas dieciocho años de vida, estaba casi hipnotizada por semejante visión, hasta que este hablo
—entiendo que tuvieras prisa por conocerme pecosa, pero no crees que es un poco extremo el caerme literalmente encima
Candy inmediatamente se bajó de sus brazos y puso distancia de por medio de aquel extraño que, pese a sus palabras, tenía una voz tan varonil que casi le quitaba las fuerzas de las piernas
—es usted un majadero, aunque agradezco que me salvara, eso no le da el derecho de burlarse de mi
—no te enojes pecosa, solo estaba jugando, mira en muestra de mi buena voluntad ten, te lo he traído desde mis tierras
— ¿Cómo?, ¿pero si no lo conozco?
—pero yo a ti si, Lady Candy, deja me presente, soy Terrence Grandchester
— ¡Terrence!
La joven puso una mano contra su pecho, sintiendo su corazón que seguía latiendo descontrolado, el sueño como siempre había sido tan real, aun podía sentir el calor de los brazos de aquel apuesto hombre, trato de serenarse, volvió a recostarse en su cama y sin poder contenerse volvió a recrear su sueño, como si de un recuerdo se tratara
—como quisiera comprender el porqué de estos sueños
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—cada día es más hermosa, es igual a ella
—tiene usted razón tío, se parece tanto que duele
—han vuelto Archie, regresaron y temo que él no tardara en darse cuenta
—pues debemos estar listos para enfrentarlo tío, no permitiremos que la lastime
—él nunca quiso lastimarla, toda esta guerra de hecho fue porque él quería que ella estuviera siempre a salvo
—sí, pero a costa de su propia alma y eso es algo que no podemos permitir
Continuara…
Hola chicas, este es mi segundo aporte, el cual con la ayuda de mis apasionadas estara desde hoy en Youtube y pueden verlo en nuestro canal
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