Índice
Portal
Últimas imágenes
Buscar
Conectarse
Second Chances
Capítulo 10
Sueños premonitorios
Se había pasado todo el día con esa horrible sensación de vacío, a pesar de haber hablado con el padre Ardlay ¡Tres veces! Y con Terry otras tantas, la angustia que sentía, a esas horas la tenían temblando de ansiedad y con ganas de vomitar.
Apenas terminó su turno en el hotel, Candy salió disparada hacia la parada de autobús, los escasos cinco minutos que tuvo que esperar a que el vehículo llegara se le hicieron eternos.
Mientras el transporte público recorría las calles iluminadas de Nueva York, la muchacha de ojos verdes recordaba los acontecimientos del medio día y la razón por la que en ese momento sentía que su corazón estaba a punto de reventarle el pecho.
.
.
.
Saint Anne's church, medio día…
Un abrazo, un beso y un par de palabras la dejaron muda, mientras Terry, sonriendo y con ese tono de voz que Candy le había escuchado el día que atendía a Parker, habló dirigiéndose a la mujer del traje que, por un momento, también se quedó sin palabras al escucharlo.
Después de parpadear varias veces y luego de presentar sus credenciales, la señora Elroy continúo con un par de preguntas más, que él respondía antes que Candy.
— No sé quién haya dicho semejante cosa, pero Parker no se queda solo, la amiga de Candice que es también nuestra vecina nos apoya unas horas nada más, en lo que yo llego de mi turno, sabrá usted, soy paramédico y a veces llegó tarde, en esas ocasiones es que nuestro pequeño se queda por unas horas, de hecho, hoy que es mi día libre iremos de paseo después de pasar al hospital con Sam.
— ¿Llevará al menor a un hospital? — Preguntó la mujer de forma reprobatoria.
— Se llama Parker señora Elroy y sí, iremos al hospital pues aquí nuestro amigo de cuatro patas — Señaló a Sam y este ladró, como entendiendo que hablaban de él — Es un perro de terapia muy conocido y querido por el personal del hospital general además no creerá que mi hijo anda en los pasillos como si fuera un parque, se queda en la guardería a jugar con otros niños mientras Sam y yo hacemos el recorrido.
¡Ahora sí que lo mataba! Pensó Candy y se removió en el abrazo, pero Terry le dio un apretón al tiempo que sus ojos se clavaron en los de ella, tratando de decirle en una mirada "no hables".
— Pues eso espero señor Graham, de todos modos, levantaré un reporte y volveré, el estado estará muy al pendiente — Sentenció y luego se dirigió a Albert — Padre, le agradezco que me haya dejado pasar hasta aquí.
— No… no hay nada que agradecer hija — Tartamudeo el sacerdote, estaba sorprendido de todo lo que había escuchado salir de la boca de Terry.
— Entonces me retiro.
— La acompañaré a la puerta, nosotros también vamos de salida — Ofreció Terry — Dile adiós a mamá y a Albert Parker.
— Aios mamá, aios tío Abert — Dijo el rubio bebé al tiempo que agitaba la mano en ademán de despedida.
— Sam, hora de irnos muchacho, Despídete de mamá — Le dijo al perro al tiempo que soltaba a Candy y le quitaba la correa de las manos mientras que Sam se paró en dos patas sobre las piernas de la rubia, quien, haciendo acopio de toda su paciencia, sonrió al can, le acarició la cabeza y se quedó de pie ahí, viendo cómo partían.
.
.
.
— ¡Voy a asesinarlo! — Exclamó la rubia, golpeando sus puños en el respaldo del asiento delante de ella.
¡Estaba furiosa! Gracias a la intervención de Terry podría tener más problemas ¿Cómo se le ocurría decir todas esas cosas? Y luego ¡Llevar a su hijo!
Apenas los escuchó salir se giró al padre Albert, con la cara roja, a punto de salir corriendo a quitarle a su bebé al castaño, "no te preocupes, él lo cuidará bien, estaré al pendiente" fueron las palabras del sacerdote para luego darle el número de teléfono de Terrence.
En los tres tiempos libres que tuvo le llamó para saber del pequeño, Terry le dijo, en cada ocasión, que estaba bien y ella lo escuchó reír por el auricular, pero cuando entró al hotel a las ocho ya no pudo volver a llamar.
Apenas se bajó del autobús caminó apresurada, al llegar a la parte de atrás de la iglesia, dónde estaba la casa, tuvo dificultad para abrir el portón, estaba tan ansiosa que las llaves se le cayeron, una vez dentro, atravesó el jardín, ingresó a la casa y dejó de respirar, estaba demasiado silencioso, sintió sus músculos tensarse.
Usualmente cuando llegaba, la luz de la cocina o una lámpara en la sala estaba prendida, pero hoy no, todo estaba oscuro y demasiado silencioso, ni siquiera Sam que siempre salía a recibirla estaba por ninguna parte.
Con el corazón en un puño, y tropezando con algunos muebles caminó por el pasillo donde estaban los dormitorios.
El del padre Albert estaba cerrado, normal pues él se acostaba temprano, el de Terry, que siempre tenía la puerta abierta estaba vacío.
La rubia ahogó un grito al ver la cama tendida, se llevó una mano al pecho al sentir un dolor insoportable, múltiples escenarios pasando por su cabeza. Los tres pasos a su habitación los dio con extrema lentitud, se iba a morir ahí mismo si no estaba su hijo.
Candy empujó la puerta semi abierta de su habitación, despacio, fue asomando la cabeza, la luz de la lamparita de *Elmo que estaba en el buró iluminaba tenue las figuras desparramadas en su cama. Un par de lágrimas y un suspiro de alivio salieron de su garganta al ver a su bebé, profundamente dormido sobre el torso de Terry, quien, con un brazo sobre sus ojos y el otro abrazando a Parker roncaba como oso, mientras que Sam, también dormido, estaba acurrucado entre las piernas del hombre.
Ninguno la escuchó entrar, se acercó despacio a ellos, Sam se removió un poco pero solo para acomodarse panza arriba y seguir durmiendo a pierna suelta, ella dio unos pasos más, por un momento se quedó contemplando la estampa delante de sus ojos, se inclinó hacia su hijo para cerciorarse que respirara, y si, lo hacía, su cabecita estaba perfectamente acomodada de lado, en el hueco que se formaba en el pecho del hombresote de cabellera castaña, entre sus pectorales y el abdomen, Candice acarició la mejilla de Parker al tiempo que le quitaba un rizo de la frente, el bebé suspiró, se movió un poco al tiempo que con su manita derecha se aferró a la camiseta blanca, y el hombre, a pesar de estar dormido le palmeo la espalda y este dejó de moverse.
La joven madre, se quedó viendo al hombre dormido, a pesar de tener medio rostro cubierto, y estar roncando, el muy maldito se veía guapo.
— ¡Pero qué demonios estás pensando Candice! — Se regañó.
Recordando su gran enojo con el bello durmiente, comenzó a moverlo para que despertara.
— ¡Eyy! ¡Despierta! ¡Oye! — Le susurró al oído.
— Ummm — Fue lo único que salió de la boca de Terry.
— ¡Estás en mi cama! — Le decía Candy al tiempo que con su índice derecho le picaba el brazo.
El castaño dijo algo ininteligible y Candy se desesperó, ¿Que se supone que iba a hacer?
— Solo porque mi hijo está dormido, pero mañana no te salvas.
Esto último lo dijo muy quedito, casi rozando el oído de Terry con sus labios.
Así como entró, volvió a salir, no cerró la puerta, pero tenía un problema ¿Ella dónde iba a dormir?!
Cansada y enojada, regresó a su habitación, haciendo el menor ruido posible sacó su pijama, una sábana limpia y dejó sus zapatos en un lado, fue al baño, se aseo, se puso la prenda con estampado de *Marie para después irse al sofá de la sala, donde estuvo más de una hora dando vueltas sin lograr dormir de lo incómoda que estaba. Más agotada todavía, refunfuñando y recordándole a Terrence Graham a su madre, con toda su determinación se fue al cuarto de él y se acostó. Al hacerlo no pudo evitar aspirar el aroma de la almohada, olía a té de limón y canela. La rubia cerró los ojos, la imagen de Terry y Parker durmiendo fue lo último que vio en su mente antes de quedarse dormida, más tarde, un sueño que hace mucho no tenía volvió a ella, ese donde vivía en una bonita casa, con varios hijos y un esposo a su lado, donde tenía una vida tranquila, feliz y llena de amor familiar. La diferencia de este sueño con los anteriores, es que su esposo ahora tenía rostro, el de Terrence Graham.
.
.
.
Terry despertó muy temprano, su turno comenzaba a las siete de la mañana y debía prepararse, se estiró un poco al tiempo que dejó salir un bostezo, al moverse, alguien a su lado también lo hizo, entonces recordó, que esa noche, no durmió solo, todavía estaba un poco oscuro, pero la luz de la lámpara le permitió ver a su compañero de cama, sonrió al ver a Parker, con sus rizos alborotados, con el pantalón del pijama subido, su espalda en el colchón y sus piernas sobre su estómago, se apoyó en los codos cómo pudo y vio también a Sam, echado sobre el colchón, con la cabeza sobre su pantorrilla, con cuidado acomodó al pequeño, se fue corriendo para poder levantarse, al quedar completamente sentado acarició la cabeza de su amigo de cuatro patas.
— Sam, compañero, es hora de trabajar — Hablo bajito al tiempo que zafaba su pie para poder pararse.
Una vez en pie, el castaño recorrió la habitación, dándose cuenta que se quedó dormido en el cuarto de Candy.
.
.
.
En cuanto salió a despedir a la mujer del servicio social quiso regresar a la casa para dejar al niño con su mamá, sin embargo, la mujer no se iba, se le quedó viendo desde su auto en la acera de enfrente, por lo que no le quedó más remedio que bajar a Parker, tomarle la mano y caminar con él hasta la parada de autobús. Menos de una hora después Candy le llamaba a su celular, advirtiéndole que si su hijo regresaba con algún rasguño no viviría para contarlo ¡Quien lo hubiera dicho! ¡Esa diminuta chica tenía un carácter! Aunque de haber sabido lo cansado que era cuidar de un niño pequeño no se lo llevaba, pero ni siquiera lo pensó, solo actuó llevado por los recuerdos de esos dos años que vivió en casas de acogida, lejos de su madre, hasta que al fin pudo demostrar que podía y tenía para cuidar de él sola.
.
.
.
Antes de salir, el castaño acomodó al niño en el centro de la cama, puso un par de almohadas a los costados temiendo pudiera caerse y salió sigiloso.
Tres pasos y estaba frente a su puerta, iba a prender la luz, pero la silueta de una persona en su cama lo hizo desistir.
Le hizo una seña a Sam que ya estaba junto a él para que no hiciera ruido, entró a buscar su uniforme y el maletín donde llevaba sus cosas, su intención era entrar y salir, no más, pero los movimientos de la chica atrajeron su atención y lo mantuvieron abstraído unos momentos.
Ella dormía de lado, estaba destapada, con una de sus almohadas entre sus piernas y la otra abrazada, el camisón de pijama levantado hasta más arriba del muslo. Fue inevitable no pasear sus ojos por la anatomía femenina, la blanca piel, los pies pequeños, las pantorrillas, las piernas torneadas, el trasero… la sangre comenzó a acumularse en cierta parte de su propio cuerpo, despertando aún más al verla así que cuando la vio completamente desnuda, una imagen que se había obligado a vetar de su mente y que ahora… se dio la media vuelta para salir de una buena vez, no podía permitirse pensamientos de origen sexual, ni con ella ni con nadie.
Una ducha con agua fría le refrescaron la mente y le bajaron los ardores, se preparó un desayuno ligero, un poco de té y hasta café para Albert que ya se estaba vistiendo para su oficio diario de las siete.
Ambos hombres departían en la mesa, cuando una rubia, despeinada, sonrojada, descalza y muy enojada se asomó a la cocina.
— ¡Tu! — Señaló la susodicha al joven castaño — ¡Te llevaste a mi bebé! — Chilló al tiempo que se le iba encima a Terry, quien, al verla venir hacia él, dejó su taza y se puso de pie justo cuando Candy arremetió en su contra.
Continuará…
*Elmo es una marioneta del programa de televisión Sesame Street. Es un pequeño títere rojo y peludo con ojos fijos y nariz anaranjada que tiene 3 años y medio. Su cumpleaños es el 3 de febrero y su papel en la serie es presentar actos educativos apoyándose en sus compañeros.
**Marie es un personaje principal en la película animada de Disney de 1970, The Aristocats. Es una gatita de Angora, de pelaje blanco, ojos azules brillantes y largas pestañas.
Por: Temperance
Para: Guerra Florida 2021 y el grupo de Las Divinas Místicas de Terry
Diseño de portada: Magnolia Mon
Iluminación: Fantasía.
En Sinergía, Cambiando el destino por Terry.
:wow:que tierno mi Terry bombón, está adoptando el papel de papá, como dicen por ahí, primero se gana al hijo y con la mamá es más fácil 
