Aquel día te Vi entre la bruma,
Tu graciosa figura me cautivo,
tu personalidad me enamoro,
Después antes de tomar cada quien su camino te escuché reír,
no me quise ir sin darte mi última mirada.
Y hoy te veo aquí,
en el lugar que es mi hogar,
revoloteando entre los árboles,
como un pajarillo, lleno de alegría.
Cada día te observo
y mi corazón se enamora un poco más,
Hoy he decidido decirte que no me eres indiferente y confesarte mis sentimientos.
Con un ramo de rosas
quiero comenzar a expresar
lo que siente mi alma por ti,
mi linda pecosa.