By Rossy Castañeda
El primer mes de primavera llegó tan rápido, que el escudaron de Bandoleras apenas y se dieron cuenta; como cada año, la tarjeta de invitación a la magnifica fiesta que se celebra el segundo mes llegó al cuartel, y mientras cada una de las integrantes se preparaba para el magno evento, una pequeña rubia entrometida de ojos verdes saltó la cerca y corrió lo mas veloz que pudo hasta el gran árbol que se encontraba en medio del inmenso jardín, para no ser descubierta... andaba en modo espía; sus ojos se abrieron desmesurados, no podía creer lo que veía.
¡Por Dios! Delante de sus ojos se encontraba aquel majestuoso castaño que le robó el aliento desde el primer día que lo vio y a quien no se atrevía a dirigirle una palabra por temor a ser rechazada, ya que él, estaba rodeado de un pequeño ejército de valientes, hermosas y temerarias damas que hacían lo que fuera por él... ¿Qué oportunidad tenía ante aquella imagen?
La muchacha, estaba tan agradecida con el castigo que su tía le impuso por negarse a aceptar a aquel mal oliento viejo verde que tuvo la osadía de presentarse en su casa pretendiendo que ella se casara con él. ¡Por Dios! Ni en mil vidas hubiese aceptado tal aberración.
Se mordió el labio inferior e inmediatamente cubrió su boca para acallar un gemido que estuvo a punto de salir de su garganta luego que aquel hombre con cuerpo de dios griego se pusiera en pie.
—¡Madre Santa! —musitó al ver la perfección de aquel cuerpo; sus ojos color estuvieron a punto de salir de sus cuencas cuando este se giró, abanicó su rostro tras sentir un calor sofocante que amenazaba hacer arder el tronco del árbol en dónde se mantenía oculta... pero no por mucho tiempo.
¡Mierda! —cubrió su rostro con ambas manos al escuchar el crujir de una condenada rama que pisó de manera accidental .... ¿Me habrá pillado? —se preguntó . —Piensa, piensa —se repetía una y otra vez.
—¿Quien está allí?
—¡Aush! —comenzó a quejarse saliendo de su escondite mientras tocaba a tientas simulando estar ciega. ¡Oh no! Aquello sin duda alguna, fue el peor de los planes, ya que, al creer que la muchacha frente a él, era ciega, al majestuoso castaño no le importó en lo absoluto aproximarse a ella completamente desnudo.
—¡Amado Dios! Ayúdame a controlar mi respiración —rogó Candice internamente cuando su respiración comenzó a agitarse con cada paso que aquel Adonis daba y la distancia se acortaba. Al ser ignorada por el creador, se obligó a cerrar los ojos y bajar la cabeza, aunque lo que en realidad deseaba era devorar aquel hombre con la mirada... bueno.. y con algo mas, aunque aquello significara arder en el infierno. —reprimió una risilla por sus pensamientos tan pecaminosos, si era honesta, con gusto descendería en los brazos de aquel hombre.
—¿Señorita, se encuentra bien?
Mas que bien —pensó la muchacha
—No —respondió la joven.
—En su condición, no debería estar sola en esta parte del pueblo.
—¿En mi condición?... ah si, si, se refiere a mi incapacidad visual —dijo al recordar que estaba jugando a la gallina ciega —vera, en realidad no estoy del todo .. ¿Qué demonios acababa de decir? —¿Era acaso que su lengua había adquirido vida propia?.. condenada traidora.
—¿Qué? —dijo él azorado cubriendo la parte baja de su cuerpo con ambas manos.
—Bueno.. eh.. —comenzó a balbucear —lo que he querido decir es que no estoy del todo sola, caminaba por aquí junto a mi adorable y fiel compañero de paseo —sonrió dulcemente esperando que creyera la nueva mentira que acababa de inventar —pero al parecer, encontró algo mas con que divertirse y me ha dejado sola.. Oh, aquí viene —dijo girándose ligeramente al escuchar los pequeños gruñidos.
—Bonito
—¿Quien es bonito? —cuestionó él achicando los ojos —¿Mi Coatí?—volvió a preguntar al ver al pequeño animal.
—Su Coatí —Candy se olvidó de la razón por la cual se había obligado a cerrar los ojos y ante la sorpresa que le causaron sus palabras, abrió los ojos y cuando lo hizo, estos estuvieron a punto de salir de su lugar. Ay, ay ay —su sorpresa fue tan grande que se tambaleó y su rostro terminó incrustado en aquel pecho desnudo. Aprovechando su supuesta ceguera, se permitió tocarlo, no iba a desperdiciar aquella gloriosa oportunidad, por nada del mundo.
Ante el brillo de sus ojos mientras lo mañoseaba, Terrence se dio cuenta que en realidad, aquella joven no estaba ciega. Reprimió una sonrisa. Vaya que era osada. Como el caballero que era, su primer pensamiento fue apartase, pero las suaves manos acariciando su pecho, le hicieron desistir y se quedó quieto disfrutando de aquellas suaves caricias
—Lo siento —musitó ella al escucharlo gruñir.
—Mas lo siento yo —respondió él, y sin poder contenerse más, aprisionó a la muchacha con sus brazos, la atrajo a él, bajó el rostro y se apoderó de sus labios.
—Quiero ser parte de lo que sea que hacen esa mujeres por ti —musitó ella tras recuperar el aliento.
—Lamento informarte, que no podrá ser —tomó una toalla y se cubrió.
—¿Por qué? Soy valiente... y vaya que lo era.
—Si, pero eres ciega —respondió él con diversión bailando e sus ojos azules.
—¿Estas describiéndome por mi condición? Acabas de besarme, te aprovechaste de ella.
—Tú te aprovechaste de ella y comenzaste a mañosearme —curvó sus labios en una sonrisa por demás burlona
—Oye, no hagas eso.
—¿Qué cosa?
—Curvar tus labios de esa manera tan... —¡Oh, mierda! Acababa de embarrarla.
—Eres bienvenida a mi ejército de Bandoleras, pecosa bribona. Eres realmente osada —se carcajeó —a partir de hoy, serás mi compañera de aventura. Ven —extendió su mano —vayamos adentro y te presentaré con el resto del grupo.
—¿Quién es ella? —preguntó Lady Letty ceñuda.
—Mi nombre es Candice —se presentó la joven.
—¿Cómo llegaste a este lugar?
—Es una historia larga y de lo más interesante —Terrence rio entre dientes. —Quiero que la entren.
—Yo lo hago —intervino Nancy al ver al resto de las chicas ceñudas. La repentina llegada de aquella rubia no les daba buena espina. Eran tiempos difíciles y las aguas estaban turbias.
Un mes mas tarde, la joven pecosa, se convirtió en la nueva integrante de las Bandoleras, y la pareja ideal para su líder, y, junto al resto de las integrante, se presentó a fiesta que cada año el Foro Rosa ofrece, dispuesta convivir y disfrutar con los convidados de un mes de celebración, que fue nombrado por sus organizadoras, Guerra Florida 2023.
Fin