Terence Granchester era hijo del Duque a pesar de ser hijo de un Duque era un chico solitario, las chicas que lo conocían le habían puesto el muchacho de los ojos tristes, un chico guapo, que inspiraba ternura y amor, pero reflejaba una profunda tristeza, nadie sabía porque. No era como los demás chicos, que sabiéndose guapos, se aprovechaban para burlarse de las mujeres.
Su madre Eleanor, de cariño le decía Terry, el chico le tenía un profundo cariño a su madre, ella había sufrido mucho, cuando se casó con su padre, pues no era de la realeza, era una chica que su único error fue ser actriz, amaba su carrera, pero cuando se enamoró del Duque tuvo que dejar su sueño, para casarse con él, pero la vida le recompenso con un bello niño de ojos azules como los de ella
Así pasaron los años y ese niño se convirtió en un chico muy guapo pero solitario y triste, nadie sabía porque era así, a pesar de su juventud, nunca sonreía
Una tarde decidió salir del castillo, se sentía asfixiado y quería respirar el aire del campo, salió a montar en su Yegua Theodora, era la única a la cual Terry le contaba sus tristezas
-¡Madre! Saldré a montar un rato –Cariño mucho cuidado, recuerda que todavía anda esa chica y se inventa cada cosa –dijo Eleanor afligida
-No te preocupes, ahora no me tomaran por sorpresa, y todos ya la conocen, y por más que invente cosas, nadie le cree. Lo que nunca me imaginé que mi mejor amigo me haría esta canallada
Flash Back
-¡Entonces Terry! ¡Me acompañas a esa fiesta! Una amiga te quiere conocer, es muy hermosa, su nombre es Susana Marlowe –Decía Michael a su amigo
-No lo sé, sabes que no me gustan esas citas, esa chica ya la he visto, incluso deja notas a los sirvientes para que me las den, esa chica está loca, si supieras todo lo que me dice en esas notas, es por eso que no quiero ir
-¡Anda amigo!Si la ves que se pone media necia nos vamos
-Está bien, voy a confiar en ti –Dijo el castaño. Se llegó la hora de la fiesta, Michael y Terry partieron a casa de Susana. El castaño no era como los demás que por su linaje, no les gustaba mezclarse con la clase media-baja
-Llegaron y había muchos invitados
-Pasen por favor –Dijo Susana, en verdad era muy bonita, pero se veía peligrosa.
-¡Por Dios Michael! No lo puedo creer que haya venido –El chico solo le sonrió y le dijo
-Pues créetelo, vino y aquí lo tienes a tu disposición, te lo encargo –Michael se retiró y sonrío .Todo iba bien, hasta que Susana condujo a Terry a su habitación
-¡No Susana! Esto no está bien, eres una señorita, y se ve mal lo que estás haciendo
-¡Anda Terry! Compláceme, mira solo quiero enseñarte algo
-Mejor ve a buscarlo y tráelo aquí –La rubia rodo los ojos –No lo puedo traer, entiende Terry –El chico acepto a regañadientes y fue tras de ella. Ya estando en la habitación de la rubia, se empezó a quitar la blusa
-¡Que haces Susana! –Cuando el castaño quiso salir de la habitación, Susana empezó a gritar
-¡No Terry! Por favor, no me hagas daño, déjame por favor –Terry sin poder decir nada, estaba en shock, le había tendido una trampa, y su amigo que no aparecía
-¡Auxilio!¡Michael Ayúdame! –El castaño seguía mudo, no sabía que hacer esa chica estaba loca y lo estaba acusando. De repente se abre la puerta
-¡Terry!¡te has vuelto loco!¡Déjala! –Gritaba Michael, Terry no creía lo que veía, su amigo a pesar de ver que ni cerca estaba de ella, seguía gritando
-¡Que te pasa Michael! ¿A caso estas ciego? –Cuestiono el chico
-¡Ya basta Terry! Déjala en paz –El castaño salió de la habitación y todos lo miraban confundidos, pues lo admiraban por lo bueno que era y no entendían que estaba pasando. El castaño llego a su casa y le conto todo a su madre
-¡Válgame Terry! Pero porque Michael no hizo nada, él sabe que es mentira
-Se pusieron de acuerdo para perjudicarme y lo han logado, ahora todos creen que soy un canalla
Susana seguía sosteniendo que Terry había querido abusar de ella, y que por ende se tenía que casar, pero Susana no contaba con que alguien había visto todo
2 días después
-Buenas tardes, disculpen que los moleste, soy Dorothy la doncella de Susana –Terry al verla le lanzo una mirada fulminante
-¡¡Que quieres!! –Gritó Terry –Vienes a decirnos que tú serás su nuevo testigo
-No señor, esa noche yo vi todo y también se cómo planearon la Señorita Susana y el joven Michael todo, para hacerlo quedar con un hombre malo –Terry llevo a Dorothy a la plaza Central y ahí delante de todos, Dorothy desmintió a Susana, eso le causo su despido, pero Eleanor se la llevo para el castillo
Esa tarde todo se aclaró y por fin Terry limpio su nombre
Fin del flash Back
Salió a cabalgar junto con Theodora, llego a un Oasis, bajo de la Yegua y se sentó, estaba disfrutando del paisaje mientras una chica lo contemplaba maravillada. Pasaron las horas la chica seguía escondida y lo veía con una mirada tierna y no entendía porque si era tan joven tenía esa mirada triste
Así pasaron los días, Terry seguía frecuentando ese lugar y la chica misteriosa lo contemplaba, le gustaba verlo era ten guapo, en veces se preguntaba, el porqué de su tristeza
-Ni una simple sonrisa, ni un poco de luz en sus ojos profundos, ni siquiera el reflejo de algún pensamiento que alegre su mundo, porque veo tristeza en sus ojos.
-Ni siquiera su Yegua tan hermosa lo hace sonreír, que será lo que le pasa, me gustaría saber porque se ve tan triste
-Hay tristeza en sus ojos, hablando y callando y bailando conmigo, una pena lejana, que llega a mi alma y se hace cariño
-El muchacho de los ojos tristes, vive solo y necesita amor –La chica estaba tan metida en sus pensamiento que no vio que alguien se aproximaba
-¡Aja! Te pille, sé que tienes días siguiéndome –La chica dio un salto que al castaño le dio risa
-¡Que! ¡Que yo te estoy siguiendo! ¡Qué te pasa! si este es mi lugar favorito –decía la chica sonrojada
-Sí, pues fíjate que hasta Theodora se dio cuenta, que alguien me espiaba
-¡Espiarte yo! –Si tú, no me lo niegues, o serás una mentirosa –De repente el castaño ya estaba muy cerquita de ella
-Ahora resulta, que hasta mentirosa soy –al verlo tan cerca de ella respondió –Sabes mejor me voy, no vaya a ser que me acuses de acosadora –la chica se dio la media vuelta y corrió, lo que no supo pues salió corriendo es que Terry por primera vez se le había dibujado una sonrisa y muy hermosa
-¡Theodora! ¿Estás pensando lo mismo que yo? –La Yegua relincho en señal de aceptación
-Mañana vendremos, ojala y venga, necesito verla
La chica llego a su casa y se encerró en su habitación
-Como el aire necesita verme, como el solo lo necesito yo. ¡Dios! tengo que verlo de nuevo y hacerlo que sonría, aunque tenga que hacerle cosquillas lo haré reír –la chica sonrió
Al otro día Terry como de costumbre se iba a montar, por otro lado la chica salió directo al mismo lugar, sabía que lo encontraría
La muchacha llego y se escondió detrás de los arbustos, Terry volteaba para todos lados buscándola
-¡Por dios! me está buscando –de repente escucho una voz
-¡Chica pecosa!, sal de tu escondite, sé que estas aquí, anda no te escondas –de repente se escuchó una carcajada, la chica no lo podía creer, era la risa de él –Que hermosa risa y su cara se veía preciosa y se le dibuja una bella sonrisa de medio lado –pensaba la chica
-¡Ay dios! es hermoso. El muchacho de los ojos tristes ha encontrado al fin una razón, para hacer que su mirada ría
-¡Te encontré pecosa! –¡Que!¡Pecosa yo!, que te pasa, si mis pecas son hermosas
-Yo no he dicho que son feas, al contrario me gustan –el chico se le fue acercando y le robo un beso, ella no supo que hacer y salió corriendo de ahí, el castaño volvió a sonreír
-La chica llego a su casa –¡Cariño!¡Que es lo que te pasa! ¿Por qué vienes tan agitada? –le cuestiono su madre
-¡Madre! Recuerdas del chico que te hable, el de los ojos tristes. Me descubrió, pero lo más bonito es que escuche su risa, y su cara es aún más bella cuando ríe
-¿Te dijo como se llama? –No pude preguntarle porque me beso y salí corriendo de ahí –Rose Mary soltó una carcajada
-¡Candy! mi niña bella, te asustaste, pero como es posible, si te le enfrentas a cuanto chico hay, porque a él no le diste una cachetada, como es tu costumbre cuando te quieren robar un beso
-No pude, porque me asuste, bueno me retiro a mi habitación –la rubia sentía sus labios arder, necesitaba sentarse y pensar en lo sucedido. Candy estaba en su habitación pensando
-El muchacho de los ojos tristes, ha encontrado al fin una razón, para hacer que su mirada ría con mis besos y mi gran amor. Ni su nombre conozco y ya quiero volver a encontrármelo a solas y en sus ojos de otoño dormir poco a poco olvidando las horas –Candy se fue quedando dormida y soñó con él
Al día siguiente Candy se levantó, ayudo a su madre con algunas cosas y después se dirigió a su lugar favorito, iba pensando
-Yo pretendo saber porque extraña razón hoy sus ojos no ríen, yo pretendo lograr con ternura y amor ver sus ojos felices. El muchacho de los ojos triste vive solo y necesita amor. Como el aire necesita verme, como el sol lo necesito yo
Llego al lugar y ahí se encontraba Terry de nuevo buscándola
-¿Dónde estás? ¡Pecosa!
-Granuja, sigue diciéndome pecosa y aparte te ríes, es tan bella tu sonrisa
El muchacho de los ojos tristes ha encontrado al fin una razón, para hacer que su mirada ría con mis besos y mi gran amor –la rubia salió de su escondite y se dirigió hacia el
-Aquí estoy, granuja engreído –Terry lanzó una carcajada
-Ahora resulta que soy un granuja
-Si lo eres, eso y más, te burlas de mis pecas
-¡Pecosa! Ya te dije que no me burlo, al contrario me encantas toda tú –Candy estaba abrumada y se le notaban más las pecas
-¡Bueno! Creo que no nos hemos presentado, soy Terence Grandchester, pero me puedes decir Terry ¿y tú pecosa? –Candy hizo una mueca de enojo, pero por dentro le encantaba ese chico, ahora ya sabía su nombre
-Soy Candice White Ardlay
-Hola Candy –contesto Terry con una sonrisa ladeada
-Hola Terry –respondió la rubia
-Ven, vamos a dar un paseo –la tomo en sus brazos y la monto en Theodora y luego él de un salto se montó. La pecosa sintió un cosquilleo al sentir el cuerpo de Terry pegado al de ella, muy despacio fue rodeando la cintura de Terry para no caerse, sentía su corazón latir a mil por hora
-¡Dios!¡Que me pasa! –pensó la rubia. Cabalgaron un buen rato y Terry le enseño sus lugares favoritos
-¡Son hermosos! –respondió la rubia –parecen postales, todo es muy lindo
Los días pasaron, Candy y Terry se seguían viendo en ese lugar, poco a poco con la ternura de Candy Terry volvió a sonreír
-El muchacho de los ojos tristes, vive solo y necesita amor, como el aire necesita verme, como el sol lo necesito yo
-El muchacho de los ojos tristes, ha encontrado al fin una razón, para hacer que su mirada ría, con mis besos y mi gran amor
Llegaron a una cueva y Candy quedo sorprendida, estaba adornada de los lados con puros narcisos y por el pasillo había rosas blancas
-¡Terry! Es hermoso –¿Te gusta pecosa? lo hice para ti, hoy es un día muy especial –dijo Terry dando un beso en los labios. La llevo hasta una mesa y en medio había una caja con un narciso arriba
-Abre la caja pecosa, espero te guste –dijo el castaño. La rubia abrió la caja y dentro había una caja de chocolates una nota y una caja chiquita. La pecosa leyó la nota y derramo una lagrima, después al abrir la cajita corrió hacia Terry y le dijo
-Si mi amor, si quiero ser tu novia –lo beso y Terry sonrió
-Gracias pecosa, no sabes lo feliz que me haces –la pecosa lo besa de nuevo y le responde
-El muchacho de los ojos tristes, ha encontrado por fin una razón, para hacer que su mirada ría, con mis besos y mi gran amor –Terry la beso y juntos montaron a Theodora y se perdieron entre la bruma
Fin
Una cartia de terry le corresponde a Go Eun San las demas son mia