En la década de 1920, Neal se encontraba profundamente enamorado de Patricia, pero luchaba por expresar sus sentimientos. Decidió invitarla a salir al parque, un lugar tranquilo y romántico donde esperaba encontrar el valor para hablarle de su sentimiento.
El día llegó y ambos pasearon por los senderos arbolados del parque, disfrutando de la brisa fresca y el ambiente sereno. Neal, nervioso pero decidido, buscó el momento perfecto para abrir su corazón.
Mientras caminaban cerca de un estanque bordeado de nenúfares, Neal sintió que era el momento adecuado. Tomó suavemente la mano de Patricia y, mirándola a los ojos, pero no le salieron las palabras, Patricia simplemente le sonrió y ese gesto, fue la perdición para Neal.
no pudo contenerse y, con un impulso repentino, inclinó su rostro hacia el de Patricia y le robó un beso apasionado. Patty, sorprendida al principio, se dejó llevar por la dulzura del momento y correspondió el beso .