**Cosa Nostra** MiniFic ~Aun No es Tarde~ Introducción

Lakewood, marzo de 1933

—¿Quién es él?

Le pregunté a mi Tía con particular insistencia, mientras la miraba con diversión y me sentaba frente a ella.

—Dime... ¡Por favor! Por favor Tía... ¿Quién es él?

Insistí, una y otra vez, lo hice justo como cuando yo era más pequeña... Me sentí algo ridícula al hacerlo, pero no me importó... Yo se que cuando hago eso, siempre me salgo con la mía... Es la mejor estrategia.

Mi Tía se sonrojó ante la cuestión... Se ruborizó como nunca antes lo hizo, y como era de esperarse, no respondió a mi pregunta. Ella solo tomó la imagen que yo agitaba frente a su cara y luego buscó su caja de recuerdos, para guardar el viejo recorte.

—¿No vas a decirme quién es?

Le cuestioné nuevamente, mientras ella me miraba y sonreía con timidez.

—Fue un gran amigo... Eso es lo que puedo decirte, linda...

— ¿Fue un gran amigo? ¿Acaso él ya murió?

Sus ojos se mostraron sorprendidos y rápidamente negó con la cabeza.

—No claro que no... Él no ha muerto... Pero la gran realidad es que ya no somos amigos... Tenemos muchos años sin vernos...

—Los buenos amigos nunca se pierden, Tía Candy... Los buenos amigos siguen siéndolo a pesar de todas las cosas...

Le dije para tratar de animarla, pero no pude lograrlo.

Sus brillantes ojos verdes se mostraron tristes y después de suspirar, rápidamente cambió de tema. Me llevó al pueblo y luego a tomar un helado, después regresamos a casa, pero ya no volvimos hablar del muchacho de la fotografía...

A pesar de todo, yo no pude olvidar la imagen, ni la forma en la que mi Tía se comportó después de haberla visto... Odié pensar en que le hice daño con mis preguntas, yo no tenía intención de ponerla triste.

Los amigos no deben separarse así...

Pensé recordando a mi Tía Candy y su mirada al ver la imagen de aquel muchacho...

¿Quién era él? ¿Por qué ella no me quería hablar de su relación?

Debo reconocer que mi curiosidad es infinita... La vida de mi Tía Candy me parece tan misteriosa, que me hace pensar en miles de posibles historias sobre ella.

No me gusta sentirme incompleta, y es por eso que antes de marcharme de Lakewood, he decidido hacer una ultima cosa...

Sin que la Tía Candy me vea, correré hasta su habitación y rápidamente buscaré la fotografía... Una vez que la encuentre la sacaré cuidadosamente y la colocaré entre mis pertenencias...

Se que tomar las cosas ajenas está mal, pero no puedo evitarlo. No puedo quedarme asi, sin saber nada.

Viajaré de vuelta a Chicago esta misma tarde, tengo la esperanza de esclarecer todas mis dudas hoy mismo... Seguro que mis padres saben la respuesta a este misterio.

No se que voy a lograr con esto. Pero al menos una gran idea ya está rodando en mi mente. Papá siempre dice que soy demasiado entrometida, pero eso no me importa... Lo único que importa ahora, es saber quien es el muchacho de la imagen... No podré descansar hasta saber su nombre y conocer la historia que tuvo con mi Tía...

Continuará...