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**Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy**

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Sabrina Cornwell

Sabrina Cornwell
Niño/a del Hogar de Pony
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**Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 14tsy2v


Liga a la PRESENTACIÓN


**Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy**


**Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 2yxmcdw


Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Mizuki, Igarashi y, en este caso, a Stephenie Meyer.


Miami, Florida; 1919.



Ya había caído la noche en la ciudad de Miami y Patty O’Brien estaba de pie en una calle mirando el aparador de una tienda.  En realidad no lo veía tan a detalle como parecía; solo tenía la mirada perdida en ese aparador en particular, que por suerte era de ropa femenina.  Pocos años habían pasado desde que se había mudado a Florida pero sí había habido cambios en ella, su cuerpo siempre había sido naturalmente más entrado en carnes que los de sus amigas, pero a raíz de la depresión en la que se había hundido tras perder a su amado, había perdido algo de peso, lo cual en realidad había ayudado a realzar sus curvas.  Pero el mayor cambio estaba en su rostro, ya casi no sonreía y su mirada lucía apagada, aunque a instancias de su madre no descuidaba su arreglo personal.  Tal vez por eso se había detenido en este aparador, a veces iban ahí a buscar ropa.  

En eso estaba cuando lo vio, ahí en el reflejo causado por las lámparas de la calle, estaba Stear.  Ella se quedó paralizada por una fracción de segundo; pero en seguida, con el corazón latiendo a toda velocidad, volteó hacia el oscuro callejón de donde estaba segura provenía el reflejo: nada, ahí no había nada, comprobó con tristeza.  Las lágrimas ya ni siquiera acudían a sus ojos, había aprendido muy bien a disimular su infinita tristeza, solo quienes la conocían bien, como su abuela, Candy o Annie, adivinaban la pena que asomaba en lo profundo de sus ojos.  De repente, una voz interrumpió su desencanto.

–Patty querida, disculpa que me haya tardado, me costó hallar un lugar para estacionar el auto.  Te prometo que la próxima vez que vengamos al teatro el chofer nos traerá.  Es que me gusta conducir –dijo un hombre algo mayor que ella, alto, bien parecido, de cabello castaño claro y ojos verdes, impecablemente vestido y de modales elegantes sin ser afectados.
–Está bien Don, no te preocupes –dijo ella con una gentil sonrisa, recordando a otro a quien también le gustaba manejar–, estamos muy a tiempo.
–¿Vamos? –dijo Donald Buckman y le ofreció galantemente su brazo, ella lo tomó y se encaminaron al teatro cercano–. ¿De verdad tienes que ir a Chicago? Acabas de ir hace dos meses.
–Sí Don, esta vez es mi amiga Annie la que acaba de tener un bebé.  La vez anterior era mi amiga Candy.
–Annie es la esposa de Archibald y Candy la esposa de William, ¿cierto?  –ella asintió–.  Supongo que también verás a William, por favor dale mis saludos.  Espero pronto poder corresponder sus muchas invitaciones –dijo y le dedicó a la chica una mirada significativa, ella no respondió y desvió la vista.  Siguieron su camino en silencio.

En el oscuro callejón, en apariencia vacío, un par de ojos rojos observaban la escena y los finos oídos que le acompañaban seguían la conversación sin perder detalle.  Stear sintió dentro de él dos fuerzas tan poderosas casi como el deseo de la sangre humana.  Una de ellas era el amor que sentía por Patty, que al convertirse él en vampiro, lejos de quedar en el olvido como les sucedía a muchos de su especie, se había perpetuado, e incluso avivado.  Maggie, con su habitual sinceridad le había dicho que era un tonto enamorado sin remedio y que debía ir en busca de su chica.  

Pues bien, la había encontrado y eso había hecho nacer una poderosa segunda fuerza dentro de él: los celos.  ¿Quién diantres se creía ese tal Don para ir con su Patty por las calles de Miami? ¿Por qué no quería que fuera a Chicago a conocer al bebé? ¡Era su sobrino!, el hijo de su hermano.  Si ese infeliz supiera a quien se enfrentaba.  Bastaría un rápido movimiento para desnucarlo y así no se derramaría nada de sangre, o bien podía ceder a su instinto más básico y disfrutar de un buen trago de sangre.  Patty le había sonreído y le había tomado del brazo sin pena alguna, sin ruborizarse como la primera vez que caminó de su brazo por Londres.  Sin embargo algo le daba esperanza: en cuanto creyó verlo a él, su corazón había bombeado con más fuerza el precioso líquido que corría por sus venas.  Cuando había visto a Don, si bien le había sonreído, su corazón no se había agitado.  ¿Aún lo amaría?, ¿lo amaría lo suficiente como para compartir la eternidad con él?, ¿se atrevería siquiera a pedírselo?, ¿se atrevería a hablarle?

Esperó pacientemente a que terminara la obra de teatro y al fin, la pareja salió.  Ambos reían y comentaban la misma.  Él le pidió que lo acompañara hasta el auto pues no quería dejarla sola esperando, ya  que era más tarde.  Ella accedió y caminó junto con él.  El alma de Stear brincó de gozo cuando notó que ella miraba de nuevo hacia el callejón donde creía haberlo visto.  Donald seguía parloteando sobre el teatro y lo mucho que le gustaba, luego añadió que le encantaría ir con ella a ver alguna obra a Nueva York o a Londres.
–Tus padres me han dicho que en cuanto abran de nuevo su residencia allá, me invitarán.
–Claro, siempre serás bienvenido –repuso ella cortésmente, pero sin mirarlo a la cara.
–Pero a mí me gustaría saber si tú quisieras que fuera –insistió.
–D-d-desde luego Don, eres un buen amigo.
Se detuvieron frente al auto, él le abrió la puerta y la ayudó a subir.  Ambos sin percatarse de la robusta figura que se escondía en un tejado cercano.  Una vez dentro del auto, él prosiguió.
–Sabes bien que quiero ser más que tu amigo.  Conoces perfectamente mis intenciones Patty.  También sabemos que cuento con la aprobación de tus padres.  

Patty no decía nada, sus pretextos se estaban agotando.  ¿Cómo decirle que seguía amando a Stear?  Sus padres ya no admitirían eso, el tiempo se le acababa y si era honesta consigo misma, Donald Buckman no era un mal partido, quizá el más agradable de todos los pretendientes con los que sus padres la habían obligado a salir.  Era miembro de una familia de abolengo de Florida, era formal, de carácter agradable, no tenía vicios y trabajaba junto con su padre en lugar de solo dedicarse a dilapidar la fortuna familiar.  Lo habían conocido por medio de Albert, quien había sido su compañero en la universidad en Inglaterra y ahora estaban en contacto por los negocios.  Había un pequeño detalle: ella no quería casarse, si bien Don le caía bien y podría llegar a tenerle afecto, sabía que no haría hervir su sangre como Stear lo había hecho, no sentía su corazón latir desbocado ni que la respiración le faltara con tan solo pensar en él.
–Cuando regrese de Chicago te daré una respuesta Don –dijo al fin.  Él se volvió a verla con una mirada alegre.
–Muy bien, sabes que nunca acepto un “no” por respuesta –dijo guiñando el ojo y siguió conduciendo más animado.

Stear se paralizó al escuchar aquello, y por primera vez en mucho tiempo se sintió desesperanzado.  Sin embargo no perdió el rastro del auto hasta llegar a lo que supuso sería la residencia O’Brien.  De nuevo lo invadieron los celos pensando en las veces que él había llevado a Patty en su auto, nunca la dejaba bajar de inmediato, muchas veces incluso se estacionaban unas calles antes de su casa, donde no hubiera tanta iluminación, para poder besarse y acariciarse sin interrupciones.  Aunque había dejado intacta la virtud de su novia, en esas sesiones rara vez se mostraban recatados y habían conocido el placer de muchas otras maneras.  Se preguntó si el tal Donald gozaría de los mismos privilegios; pronto obtuvo su respuesta: el auto salió por el portal casi de inmediato.  Ahora solo quedaba esperar a que se retiraran a dormir para buscar la alcoba de Patty.

Pronto las luces principales se apagaron y con facilidad siguió el aroma de su amada.  Se acomodó en la rama de un árbol desde donde podía ver bien la habitación que tenía impregnada la esencia que tanto añoraba.  Ella no estaba ahí pero la escuchó moverse en el baño, una doncella entró y cuando Patty apareció en la alcoba, ya en su bata de dormir, la despidió con amabilidad indicando que ella se prepararía sola para dormir.  En cuanto la chica se retiró, Patty sacó de su buró algo que Stear reconoció de inmediato incluso antes que le diera cuerda: la cajita de la felicidad.  Patty se quitó los anteojos y procedió a cepillarse el cabello, ya lo tenía un poco más largo y Stear percibía con claridad el suave perfume que despedía, ¡cuántas veces no había hundido la nariz en ese suave cabello tan solo para aspirar su dulce aroma!  Luego ella se arrodilló a decir sus oraciones y fue ahí cuando Stear quiso volar hacia ella y abrazarla; primero rezó en silencio, uniendo sus manos y lentamente las lágrimas empezaron a fluir de esos ojos color chocolate que con tanta devoción lo habían mirado, pronto las silenciosas lágrimas se transformaron en violentos sollozos.  Él con angustia escuchaba como ella lo llamaba.
–Stear, Stear, ángel mío, ¿por qué me dejaste? Si me escuchas ven por mí, por favor, por favor… ya no puedo más sin ti, por… favor… ¿Cuándo va a dejar de doler?, ¿cuándo?
–Patty, mi amor –decía él desde el árbol donde observaba todo–, por favor ya no llores.
Después de lo que a él le parecieron horas, la chica se quedó dormida a los pies de su cama.  “Dios mío, pobre de mi Patty”, pensaba el vampiro, “todavía me ama y sufre demasiado.  Yo que me atreví a pensar que me podía haber olvidado, ¡como quisiera ir y consolarla! ¿Podría controlarme?, ¿y si piensa que soy un monstruo?”.  El torrente de pensamientos invadía su mente mientras contemplaba lo que a él le parecía una desgarradora visión, el sufrimiento de su amada, que no tenía otra causa que él mismo.

Su fino oído le decía que ya estaba dormida, despacio se aventuró a abrir la ventana desde donde estaba, por suerte el pasador era de metal y lo pudo manipular sin problemas.  Esta se abrió sin hacer ruido y la suave brisa acarició a Patty, cuando vio que no se despertaba, se introdujo con sigilo a la habitación.  Se inclinó y contempló a Patty de cerca, con cuidado limpió sus lágrimas, la desprendió de su bata para dejarla únicamente en camisón. El inventor no pudo evitar admirar la belleza del cuerpo de Patty, el deseo de su cuerpo y de su sangre se mezclaban y a él le parecía que era todo una misma cosa.  Lentamente quitó las sábanas y halló algo en lo que no había reparado antes: las marionetas que había construido en el frente.  Delicadamente la depositó en la cama, junto a los muñecos y la arropó.  Ella, entre sueños buscó las marionetas y las abrazó con fuerza, su sueño parecía intranquilo y varias veces a él le pareció que murmuraba su nombre.  La observó dormir un rato y salió, cerrando tras de sí la ventana.

A la mañana siguiente, se ocultó más profundamente en el follaje para evitar que su piel centelleara y delatara su presencia, al cabo que su ahora privilegiada vista le permitiría ver qué pasaría con Patty.

La chica abrió los ojos con los primeros rayos del sol, le extrañó hallarse en la cama, no podía recordar haberse metido ahí.  La cabeza le dolía por haber llorado tanto por la noche, sin embargo no tenía tiempo de descansar un poco más, en unas horas debía tomar el tren a Chicago.  Le había prometido a Annie que iría a ayudarla a ella también cuando naciera su bebé.  Unos meses atrás había ido cuando el futuro patriarca del clan, al que ella ya nunca pertenecería, Anthony Ardley había nacido.

Se levantó y llamó a la doncella para que la ayudara a preparar su baño mientras ella terminaba su equipaje.  La chica, que muchas veces fungía como su dama de compañía, observó con pena los rastros de llanto en el rostro de su señorita a quien tanto apreciaba.  Pronto el baño estuvo listo y Patty entró al cuarto y comenzó a desvestirse.  Stear dudó un poco pero finalmente se movió para poder verla. La ventana era mucho más pequeña pero desde ahí alcanzaba a verla, le pareció que era la mujer más hermosa del mundo, ni el perfecto cuerpo de Maggie le había parecido tan bello ni había despertado en él lo que Patty despertaba en su cuerpo, su mente y su alma.

Unas horas más tarde ella partió en el automóvil familiar rumbo a la estación de trenes, él se las arregló para seguirlos y una vez que detectó el tren en el que partiría se lanzó corriendo hacia el primer túnel que debían cruzar, ahí le sería más fácil colarse en algún compartimiento vacío para ocultarse. Por las noches podría viajar sobre el vagón en que viajara Patty, velando su descanso.  Sin duda sería más fácil recorrer la distancia que lo separaba de Chicago corriendo por los campos, pero no quería alejarse de Patty.  

Una vez que el tren se acercaba a Chicago se bajó y buscó alimentarse en los alrededores.  Una vez saciada su sed ya sabría dónde buscar, las opciones eran la mansión Ardley y la mansión Cornwell.  Buscaría primero en esta última, ya que ella había dicho que iría a ayudar a Annie, quien ya era esposa de su hermano.  A él también le ilusionaba conocer a su sobrino.

No se equivocó, en cuanto se acercó a la propiedad detectó muchos aromas familiares, entre ellos el de Patty, junto con otro más ligero y dulce, nuevo pero a la vez familiar.  Esperó a que cayera el sol para colarse a los jardines y buscar la habitación de huéspedes.  La detectó pronto pero no había nadie; moviéndose entre los árboles, que para su suerte eran fuertes y frondosos, vio luz en una de las habitaciones del piso superior.  Buscó un espacio donde ocultarse y vio las escenas más conmovedoras que había visto en mucho tiempo.  Su orgulloso hermano contemplaba embelesado como Annie amamantaba a su pequeño hijo, quien despedía ese olor que no había reconocido en un principio.  Patty acomodaba en el armario los regalitos que había traído de Florida para el pequeño.  Una vez que el bebé terminó de comer, Archie lo cargó en lo que Annie se acomodaba la ropa.  Pudo ver la felicidad reflejada en el rostro de su hermano y escuchó como lo llamaba “Alistair, eres un buen chico ¿verdad? Te amamos mucho hijito” y lo besaba.
Se le hizo un nudo en la garganta, ¡le habían puesto su nombre!, ¡cómo deseó poder irrumpir en la escena y cargar el también al bebé y prometerle que él también lo cuidaría y le enseñaría muchas cosas.  Fue en ese momento que se hizo el firme propósito de dejar para siempre la sangre humana, debía eliminar esos apetitos para poder estar cerca de los suyos de manera segura y libremente.  

En la habitación, Patty había terminado de guardar los regalos y se acercó a Archie quien sostenía a Alistair.  Sonriendo, le pidió permiso de cargarlo, él correspondió la sonrisa y con gusto accedió.

–Claro Patty, ¿sabes?, también eres su tía, nosotros así te consideramos –dijo Archie.

El rostro de Patty se iluminó con una sonrisa franca, como hacía mucho tiempo que no esbozaba la chica y extendió los brazos para sostener al pequeño.  Con mucha ternura lo arrullaba y le decía palabras tiernas y lo llamaba por su nombre.  Stear sintió una melancolía infinita, sabía que Patty debería estar arrullando a su propio bebé, que llevaría el mismo nombre y debía haber sido hijo de los dos y él debía estar ahí a su lado abrazándola.  Pero él había borrado ese futuro en el momento en que se enlistó como voluntario en esa mil veces maldita guerra.  Por primera vez, realmente se arrepintió, siempre se había consolado diciéndose que había hecho “lo correcto”, que había cumplido con su deber.  En ese instante, viendo a la mujer que amaba con un bebé que no era de ellos, lo supo, se había equivocado y ya nada podía enmendarlo, ¿o sí?, entonces ¿qué sentido tenía lo que Liam y Siobhan habían hecho por él?, ya que en realidad lo habían hecho por Maggie, pero ¿podría beneficiarse él?  Siguió contemplando a Patty y pensó en las palabras que Donald Buckman le había dicho y la respuesta que ella le daría.  El miedo lo invadió, si ella aceptaba ser su esposa, se entregaba a él y le daba hijos no estaba seguro de poder soportar los celos.  Solo de pensarlo el veneno llenaba su boca.

Cuando Alistair se quedó dormido, cuidadosamente lo depositó en su cuna.  Los tres salieron y se dirigieron a una sala de estar, no sin antes dejar a una mucama velando el sueño del bebé e indicarle que los buscara a la menor señal de inquietud.  En la sala les sirvieron un refrigerio a manera de cena y conversaron un poco.  Después, Patty se retiró a su habitación, se preparó para dormir y nuevamente fue presa de un ataque de llanto.  Lloraba por los hijos que ya no tendría con Stear, lloraba por la decisión que debía tomar, si llevar una vida junto a un hombre que no amaba ni amaría o, la otra opción que en el fondo de su alma nunca había descartado.  Stear desde lejos contemplaba su llanto y murmuraba palabras de amor y de consuelo que ella no podía escuchar.  Nuevamente se quedó dormida sin meterse en la cama y Stear repitió lo que había hecho en Florida.

Al día siguiente recibieron la visita de los tres Ardley: Albert, Candy y el pequeño Anthony, aún en los brazos de sus padres.  Saludaron con alegría a Patty y ella, a su vez, se mostró contenta de verlos.  Durante la comida platicaron animadamente, le preguntaron por el agradable clima sureño, por el viaje, por su abuela. Ella le dio a Albert los saludos de Donald y aquel aprovechó para bromear con ella sobre su amigo, haciendo sonrojar violentamente a Patty, para disgusto de Stear que contemplaba todo oculto por ahí.

Cuando terminaron de comer, los caballeros se retiraron al estudio a beber un poco de whiskey y hablar de negocios.  Las chicas se retiraron a la habitación del bebé, donde las esperaban las doncellas con los niños.  Candy y Annie se dispusieron a alimentar a sus hijos y Patty se sentó a tejer.  Una vez alimentados y dormidos los nenes, empezaron a platicar como en los viejos tiempos.
–Muy bien Patty, cuéntanos de Donald –pidió Annie.
–Sí, ¿qué te ha dicho?, ¿qué piensas tú de él?
–Bueno ya saben que lo conocí cuando ustedes fueron a Florida –dijo refiriéndose a Candy y Albert– y mis padres los invitaron a comer, saben que Albert lo llevó.  Después volvió solo e incluso antes de hablar conmigo habló con mis padres y les pidió permiso para visitarme y cortejarme, con eso se los ganó y aceptaron. Se podría decir que por ellos es que he salido con él.
–Pero ¿qué piensas tú de él?, ¿cómo te ha tratado? –quiso saber Annie.
–Es todo un caballero y es simpático, justo la noche antes de salir hacia acá fuimos al teatro.  Él insistió, para despedirme. Me visita con frecuencia y me ha hablado claro de sus intenciones.  Quiere casarse.
–¿Y bien? –preguntó Candy.
–Le dije que a mi regreso a Miami le daría una respuesta.
–¡¿Qué le dirás?! ¡¿Qué le dirás?! –exclamaron las otras dos emocionadas.
–No lo sé –dijo en voz baja.
–Patty… –dijo Annie–, es por…
–Sí –la interrumpió–, es por Stear.  Lo sigo extrañando, no sería justo para Donald que me casara con él sin amarlo.
–Mira Patty, entiendo que no quieras unirte a él si no lo amas.  Candy y yo somos afortunadas porque nos casamos con hombres buenos y, sobre todo, que están enamorados de nosotras y nosotras de ellos.  Pero eso en realidad no es tan común, aun ahora hay muchos matrimonios arreglados por los padres y no les va tan mal, Donald y tú al menos ya se conocen y se caen bien, podrían ser felices si se lo proponen.
–Lo que dice Annie es verdad, Patty –la secundó Candy–.  Ahí tienes a Neal y a Beatrice, que se casaron hace poco.  Albert habló con él, poco antes de que se concertara el matrimonio, aceptó no estar perdidamente enamorado, pero sabe que Beatrice es una buena chica y que podrá llevar una vida familiar apacible a su lado, por eso se decidió a pedir su mano.  Ella sí está enamorada de él, y sabe que con su amor constante logrará que sean felices.
–Es que no puedo –dijo ella al borde de las lágrimas–, las veces que he considerado decirle que sí, siento como si estuviera traicionando a Stear.  
–Yo creo que a él le hubiera gustado que fueras feliz –siguió Candy.
El aludido dio un respingo, claro que quería que fuera feliz, pero con él, no con el tal Donald.  Su dulce Patty en brazos de otro, ¡no, no, no!; era una idea que no podía soportar, pero ¿qué hacer? Recordó a Carlisle Cullen, el médico de su especie que le había enseñado una opción distinta para sobrevivir cuando lo conoció en Ohio.  Él tenía ahora un compañero que había transformado él mismo durante el año de la epidemia de influenza española.  ¿Sería capaz él de hacer algo así? Aunque la pregunta era más bien si podría enfrentar la soledad de su eterna existencia sabiendo que había alguien que lo añoraba tanto.

Pronto pasó un mes y empezaron las llamadas de los padres de Patty preguntando cuando volvería.  Don, quien iba a tomar el té con ellos una vez a la semana, les había contado que ella le había prometido una respuesta a su regreso; dado que los señores O'Brien deseaban casar a su hija pronto, y más con tan buen partido como Donald Buckman empezaron a presionar a Patty para que volviera. Ella no tenía ninguna prisa, ya sabía que no deseaba casarse con Don, pero ¿qué pretexto pondría ahora? ¿A qué se dedicaría entonces? Sus padres no deseaban que fuera a la universidad, alguna vez su padre le había mencionado la opción de un convento, pero no era algo que ella quisiera.

Los días se iban en ayudar a sus amigas con sus pequeños y las noches las pasaba en vela, entre llorar a Stear y tomar una decisión sobre su futuro. Sus amigas eran de la idea que debía dar una oportunidad a Don, aunque no le insistían ni la presionaban. Archie, por otro lado, entendía el vacío irreparable que Patty sentía pero nada podía hacer para aliviar su pena.  Albert por lo regular callaba cuando los oía hablar del tema o cuando Candy le externaba su preocupación por su amiga.

Por fin, después de haber pasado una tarde especialmente linda cuidando a Alistair, lo decidió. Su oportunidad para ser feliz en este mundo había terminado junto con la vida de Stear.  No habría una boda feliz para ella, ya nadie la acariciaría como Stear lo había hecho alguna vez, no la llevarían a conocer los senderos del placer carnal como ella había añorado con su inventor. Tampoco crecería su vientre para llevar ahí al fruto de su amor, ni sus pechos alimentarían a un nuevo ser con sus rasgos y los de su amado. Y aunque Candy la había hecho desistir una vez, ahora estaba segura: no deseaba vivir en un mundo sin Stear y si no se reencontraba con él en el más allá, al menos donde estuviera, nada podría ser peor que el dolor de extrañarlo.

Esa noche se mostró muy tranquila en la cena, al despedirse abrazó efusivamente a Annie y Archie, y le dio un beso al pequeño Alistair aunque este ya dormía. "Siempre que tú lo duermes descansa muy profundamente", decía Annie. Una vez en su habitación, en vez de ponerse la ropa de dormir, se sentó frente al espejo y retocó su arreglo personal, acomodó las marionetas donde pudiera verlas, sustrajo de su maleta un pequeño y afilado cuchillo de plata que había traído de Florida y lo dejó en el tocador. Fue al baño y trajo varias toallas para ponerlas sobre la cama, no quería dejar la habitación hecha todo un desorden. Se hincó para rezar e implorar perdón por lo que iba a hacer, pero ella sabía bien que era la única salida a su sufrimiento.

Con mano temblorosa, tomó el cuchillo y lo dirigió a su muñeca izquierda y lo colocó justo donde alcanzaba a ver su vena en la blanca piel. Respiró hondo y ejerció algo de presión.
–Stear, mi amor, voy a reunirme contigo –murmuró; en eso, el cuchillo resbaló de sus manos, más bien fue como si alguien se lo arrebatara.

Ella no podía verlo pero a lo lejos, en el puesto desde donde la observaba Stear, en cuanto se dio cuenta de lo que planeaba hacer, supo que tenía que impedirlo. No podía dejar que terminara con su preciosa vida, ahí sí que sería eterna su separación. Además no toleraría el olor de su deliciosa sangre fluyendo libremente, lo haría acercarse a beber y no podría detenerse. Por eso intervino haciendo caer el cuchillo de sus manos.

Vio como ella se agachaba a recogerlo con gesto de molestia, con horror notó como esta vez su mano no temblaba y lo ponía de nuevo contra su muñeca y alcanzaba a hundirse un poco, dejando brotar un par de gotas de sangre.


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Lady Lyuva Sol/Sabrina Cornwell


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Aquí está la liga al CAPÍTULO 2



Última edición por Sabrina Cornwell el Sáb Abr 11, 2015 12:43 am, editado 2 veces

Lady Lyuva

Lady Lyuva
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Uy! Al fin lo presentamos!

Y esperamos que guste!

Chiquita Andrew

Chiquita Andrew
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Wow, pero que gran inicio en verdad. Felicidades a kas dos porque escriben de maravilla.

Me encanta los celos de stear y todo lo que hace por Patty. Espero el siguiente capítulo, tienen una seguidora.

Ikebana

Ikebana
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Un trabajo muy bien presentado y que se sale de lo que siempre se ve. Por favor, no tarden en actualizar...

https://www.fanfiction.net/u/4785954/Stear-s-Girl

marce andrew

marce andrew
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Me encantó, pase por varias emociones leyendo.
Me dio pena el sufrimiento de Paty, así que espero que pronto pueda ver a Stear.  **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 460690
Quedo atenta al próximo capitulo
**Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 334740

LizvetArdray

LizvetArdray
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Éste lo andaba esperando con ansias..Yupii!!  Excelente chicas!!...

GEZABEL

GEZABEL
Guerrera de Lakewood
Guerrera de Lakewood

DEJEN ACTUALIZO Y LUEGO CHECO :D QUE TRAIGO CURIOSIDAD

Chiquita Andrew

Chiquita Andrew
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

TÍA LO VOLVI A LEER Y ME ENCANTO, FELICIDADES A LAS DOS **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 334740 **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 334740 **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 334740 **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 334740

Lady Lyuva

Lady Lyuva
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Gracias a todas! A una le encanta servir.

Nadia M Andrew

Nadia M Andrew
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

¡Gustarme es poco chicas! Me EN-CAN-TÓ
Ha sido una larga y ansiosa espera y ha valido la pena, excelente inicio, me dejan muy emocionada e impaciente por otro capítulo.

Shara Mc Cartney

Shara Mc Cartney
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Fascinante!!!!!!me gusto leer a una Patty mas fuerte y decidida!! espero el proximo capitulo. Gracias por escribir

**Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 355103 **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 355103 **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 355103 **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 355103 **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 355103 **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 355103 **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 971718 **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 971718 **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 971718 **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 971718 **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 971718

Lady Supernova

Lady Supernova
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Estoy mas que enganchada! Felicidades por tan buen comienzo chicas, me gusta mucho la pareja de Patty y Stear, así que imaginen como estaré más adelante **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 362558
Estoy ansiosa por saber que más sigue! Saludos!

https://www.fanfiction.net/u/2786408/Lady-Supernova

Friditas

Friditas
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Este capítulo me parece fascinante. Ambos mundos combinados, es un proyecto original, ameno, y con la calidad de sus textos, toda una aventura.
Ahora mismo estoy sintiendo muchas emociones por mi inventor favorito.
Las sigo chicas, excelente proyecto

Sherezada

Sherezada
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Antes que nada quisiera felicitarlas, me ha encantado la historia y, me dejaron totalmente picada para la continuacion.

Siempre me ha gustado mucho la pareja de Stear y Patty, pero siempre quedo como relegada en la historia original. Aqui me presentan un amor verdadero y profundo entre ellos como yo me los imagino. Ademas, como dicen, un Stear y Patty mas adultos que pueden y saben expresar sus emociones e ideas personales.

He quedado sorprendida al imaginarme a Stear como vampiro y con esa fuerza. Excelente.

Sigo al tanto de la continuacion y les mando saludos.

igzell

igzell
Niño/a del Hogar de Pony
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**Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 315777 como reaccionara stear?
aaah,sangre,pobre de stear,él lo queria evitar
quitandole el arma blanca a la tontilla de la patty,
pero esta necia en ser julieta*moderna*,insite
ES TEEEEEEEERCA
**Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 500265

Nos seguimos leyendo **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 602844

http://larojamelenaquesellevoelviento.blogspot.com/

M A Parker

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Niño/a del Hogar de Pony
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Me dejas en ascuas!!!!! Que va a pasar????

Excelente fic nenas!!!

study study study

**Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 463717 **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 463717 **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 463717

**Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 355103 **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 355103 **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 355103

demonyc

demonyc
Niño/a del Hogar de Pony
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Felicidades chicas!!!!

Esto esta excelente, estaré pendiente de su actualización porque realmente me dejaron emocionada **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 895558 me dejaron comiendo las uñas jejejeje, pero muy bien, muy bien **Musas Ardley**Medianoche, Patricia y Alistair. Capítulo 1**Apología No. 2 para Stear y Patty**Crossover Twilight/Candy Candy** 189452 las sigo, ah y Sabrina no te olvides de lo que te pedí anoche ¿eh?

Chicuelita

Chicuelita
Niño/a del Hogar de Pony
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Que tristeza me da Patty al no poder superar la muerte de su amado.
Que va a pasar con Patty será que Stear la va a convertir en vampiro?
Nos dejan picadas chicas, buen trabajo duo dinámico ;)

loris andrew

loris andrew
Niño/a del Hogar de Pony
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affraid affraid affraid STEAR VAMPIRO! nunca me lo habia imaginado asi, me encanto la trama me dejaron mas que intigada, ya quiero ver la continuacion por favor

excelente aporte chicas, las sigo.

Clau Agvel

Clau Agvel
Niño/a del Hogar de Pony
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Wow! Tocaya y Sabrina mis respetos! Es un fantástico Crossover, me tienen imaginando a Stear siguiéndola muy de cerca, me imagino su piel pálida y sus ojos rojos, seguro mucho más guapo. Estoy muy gratamente enganchada. Actualizacion pronto ¡please!

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