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Festival del Terror: Primera historia 1 Anthony el muñeco diabólico

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Friditas
Paolau2
igzell
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igzell

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Niño/a del Hogar de Pony
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Primera historia de la semana de Terror: historias basada en peliculas que ya conocen,pero no le aseguramos que vayan por el mismo curso...Escritas por Gezabe e Igzell





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Estaba feliz porque al fin tuvo la anhelante oportunidad de, declararle su amor a Candice. Su emoción fue tal que sintió que era muy egoísta de su parte no compartir con el mundo esa felicidad que lo andaba quemando por dentro en esos momentos, montó su caballo y comenzó a gritar en todo el ancho lugar que era el “hombre más feliz” en la faz de la tierra.

Sus ojos azules destellaban de felicidad mientras el viento acariciaba su blanca piel y el gritaba y gritaba “que la chica que él amaba le correspondía”, no estaba atento a nada que no fuera sus gritos de emoción, Anthony estaba tan absorto en su actividad que no se percató cuando su caballo comenzó a relinchar y se paro en dos de sus patas y a los pocos segundo Anthony se vio en el suelo.

Sus ojos se desvanecían con los rayos ultravioleta, ya se lo estaba imaginando, moriría allí, ya lo había escuchado de la boca de aquella bruja que Candice y él visitaron en aquel día que decidieron compartir juntos. Seguía renuente en abandonar, ahora menos que nunca, este mundo, ahora que ya su Candice le había dado el “si” y estarían juntos por toda una vida, la muerte quería arrastrarlo con ella. Pero no se dejaría, no tan fácil, primero lucharía.

Recordó aquel conjuro que le pudo sacar a la bruja aquella que seguía terca conque él moriría, y al ver como eso dejó a su pequeña regresó al otro dia para pedirle, no, no, para exigirle que descartara esa “mentira” la cual dejo muy intranquila a Candy…su candy.

La mujer entendió que el joven que estaba al frente de ella, estaba muy enamorado de aquella jovencita de ojos verdes, y que cuando llegara la hora de su muerte su alma estaría deambulando por allí y eso no sería sano ni para el joven ni para la chica que sufriría, no solo su muerte también ver como el fantasma de “su amado” la atormentaba día tras día, noche tras noche sin tener tranquilidad…decidió facilitarle algo que lo regresaría a la vida, pero eso significaba un sacrificio, el chico al escuchar esas sarta de “mentiras” se marchó de allí como alma que lleva el diablo.

Sonreía con lo que su fuerza le permitía, ¡Gracias al cielo que tenía una muy buena memoria! Y que tuvo la oportunidad de escuchar, lo que antes le parecía una burla ahora era su única esperanza…

-Candy, mi candy-decia apenas lo que su fuerza le permitía-. Estaremos juntos. Desafiare a la muerte ¡A todos! Por estar siempre a tu lado.

Sentía como su alma se le iba de apoco con cada segundo que pasaba. Recito aquellas palabras que escuchó que decía la bruja aquella.

Pero no tuvo tiempo en pensar en las consecuencias…

*_*_*_*_*_*_*

-¡No es cierto! ¡No es cierto!-se defendía el infante.
-¡Claro que es cierto! ¡Si lo tienes en la mano! ¡No mientas William, mentir es malo!-contraatacaba el otro.
-¡Ya te dije que ese muñeco vino solo a parar a mi lado!-los infantiles ojos azules del rubio comenzaron a enrojecerse por la rabia que lo arropaba.
¡Claro que lo había hecho!, ese muñeco, desde tiempos atrás, andaba detrás de él y lo miraba fijamente con esos ojos tan oscuros como una noche nublada, eso lo hacía estremecer del miedo ¡Y ni loco tomaría ese muñeco ni se le acercaría! Ya había dado a demostrar el miedo que sentía con tan solo verlo, y ahora su primo, el hijo de su tia…nah, de su prima Eliza, Eliam, le estaba levantando falsos ¡Que injusto era ese niñato! ¡¿Cómo se atrevería si quiera pensar en esa posibilidad?!
-Ay, si William, y yo soy un duende-agrego con sarcasmo el moreno-¡No me tomes por idiota! ¡Mi madre tenía razón, has sacado las mismas mañas de tu madre!-hirió con ese comentario a su primo, el rubio al escuchar esas palabras que ofendían a su madre no dudó en írsele encima a su primo…ambos rodaron mientras sus diminutas manos agarraban la solapa del otro…el rubio atacó…el moreno se defendió.

-¡Hey! ¿Qué pasa aquí?-se hicieron presente los adultos que minutos antes estaban disfrutando de una relajante bebida y luego dos diminutas criaturitas se acercaron para decirle que William y Eliam una vez más, estaban peleando.

Los adultos no dudaron en acercarse hasta donde los dos infantes estaban moliéndose a golpes, Neal y Albert se acercaron hasta ellos y lo separaron.

Las infantiles piernas de ambos juntos con sus manos, una vez en los brazos de los hombres, tiraban “patadas” y “puñetazos” al aire, sus caritas estaban algo rojas, a lo mejor por la furia y los golpes que se habían propinado el uno con el otro.

-¿Y ahora, que los hizo pelear?-preguntó el patriarca. Las voces infantiles se hicieron escuchar y como era de esperarse, no se dejaban entender-Espe…Espe…¡Cállense!-rugió Albert, los chicos lo hicieron. Albert aspiro-. Uno a la vez..

-Yo papi-hablo primero William.
-Si, como es el hijo, le darán la palabra a él-farfullo Eliam.
-Habla tu Eliam-le concedió Albert la palabra a la pequeña figura morena que tan solo contaba con 6 añitos, al igual que su hijo William, pero este tenía el mismo temperamento que su tio Neal, pero era buen chico. Eliam hizo un ovillo con sus manos y tocio en la misma.

-Bueno tio, lo que sucede es que Willian anda diciendo que mi muñeco llego, “por sus propios medios”, hasta donde él estaba, o sea, aquí-hizo un ademan con sus manos refiriéndose al lugar donde estaba-, y todos sabemos que los muñecos-abrió sus ojos enfocando su mirada en el niño rubio-no pueden caminar sin ayuda.

-¡No miento! ¡Se los juro!-se defendió William a punto de llorar-¡Se los juro!-miró a cada uno de los presentes-¡Yo no miento!-bajó su cabeza y las lagrimas que anidaron en sus ojos cayeron.

-¡Ja! ¿Ven?
-¡Además esa no fue la razón por la cual estábamos peleando, si discutimos, pero nos peleamos por otra cosa!-el pequeño rubio al sentir que toda la razón se la iban a dar a su primo sin tenerla no dudo en decir lo que en verdad sucedió-No niego que el muñeco si…-el llanto quebró sus palabras. Albert se le acerco y lo cargó. Una vez que se sintió protegido en los brazos de su padre agregó-se los juro.

-¿Y cual fue esa razón que los hizo pelear, Eliam?-pregunto Albert al pequeño moreno que estaba a unos pasos de él y no a su hijo porque ya era obvio que las palabras se le quebraban por el llanto.
-Eso es pasado tío…no tiene importancia.-William al escuchar las palabras de su primo levantó la cabeza, la cual minutos antes, estaba reposando en el hombro de su padre.

-¡Ofendió a mi madre!-rugió el niño-¡¿Por qué eso no lo dices Eliam y dejas de tratar de siempre hacerme quedar mal?! ¡¿Por qué?!- los presentes se quedaron absorto con cada palabra que decían los niños

Neal decidió interceder, colocó ambas manos en sus caderas haciendo a un lado la tela de su saco y agregó:

-¿Cuántas veces te he dicho-se refirió Neal a su sobrino que al verlo se encogió de hombro-que no debes ofender a las personas?-Albert, aun con su hijo cargado intercedió.

-Ya, ya, son cosas de niños, Neal. No seas tan duro con él-Neal resoplo y asintió.

-Está bien, está bien-levanto ambas manos y agrego divertido-¿Y cuál es ese dichoso muñeco que tanto habla Eliam? ¿No me digas que es ese que..?-No termino de decir bien las palabras cuando vio que su sobrino asintió-¿Qué te he dicho sobre ese muñeco, Eliam?-El chico resguardaba, con cada palabra que le dedicaba su tío, su cabecita en sus hombros.

-Que no le debo poner la mano y mucho menos traerlo los días de regocijos que compartimos con la familia.-agrego el niño casi llorando. Neal asintió.

-Aja ¿Y porque sabiendo eso lo trajiste?-el niño unió sus dedos índices.

-¡¿Qué ha pasado?!-preguntó Candice que había estado ajena a todo aquello mientras estaba jugando canastas con las demás damas de sociedad y al terminar salieron al patio donde los hombres y los niños estaban en el exterior. Observó que todos estaban acumulado e intuyó que algo sucedía con los niños. Miró al muñeco que estaba aun lado del Eliam y se agarró fuertemente a los brazos de su esposo-¡¿Qué hace ese mueñe aquí?! ¿Neal que te he dicho acerca de…?

-Esta vez soy inocente-se defendió el moreno luego de levantar sus manos a la altura de su cuello.

Albert, una vez más, intercedió a favor del pequeño Eliam. No era justo que se hiciera un “yun, yun” por una simple “riña” entre niños. Decidió en explicar lo que sucedió y concluyó en que la fiesta debería continuar y que el dichoso muñeco ese lo tendría guardado en su despacho. Todos asintieron y decidieron en continuar con la fiesta.

*_*_*_*_*_*

Un grito se hizo escuchar en toda la mansión alertando a todos los que estaban hospedándose allí.

-¿Qué pasó amor?-preguntó Neal a su esposa la cual fue la causante de que todo se estremeciera al escucharla, ella se avergonzó por haberlos asustado al sentir que una mano la acariciaba sabiendo que no había nadie en la sala mientras ella estaba descansando en el gran sofá. Y cuando miró, luego de que todos los presentes llegaran, que era un perturbador muñeco. Colocó una mano en su pecho y suspiro del alivio.

Neal le acariciaba la mano a su esposa la cual tenía cuatro meses de embarazo y que en menos de lo que pensaba, llegaría su primogénito a iluminar su vida. Era verdad que quería a Eliam como a su hijo, lo había cuidado y se había desvivido por él, pero ya era hora de formar su propia familia, no era justo que Daisy lo esperara por más tiempo luego de tener casi diez años de novios, tiempo que ella había ya encontrado a otro y se hubiera casado ya…No era justo.

La veía respirar con dificultad, y trataba de calmarla un poco. Luego vio al muñeco ese y la rabia inundo sus ojos, eran cosas de los niños, dijo. Ahora si que se pasaron. Tomó en mano al muñeco aquel, Candy al verlo se resguardo en la espalda de su esposo Albert al sentir la mirada de ese muñeco clavarse en ella, colocó su mano en el pecho de su hijo y lo atrajo hacia ella.

-¿Quién es el responsable de esta broma? ¡Casi matan de un susto a mi esposa recuerden que tiene cuatro meses de embarazo!-rugía el moreno-A ver quien ese el valiente que dará un paso al frente ¿Nadie?-los ojos del moreno se nublaron, Albert al ver al muñeco dio un paso al frente

-¿Cómo llegó eso hasta aquí? Creí que lo había guardado en mi despacho- se volteó y miro a todos los presentes, todos, acumulados en la gran entrada de la sala haciendo una barrera humana. Luego se volteo hasta donde Neal y agrego- otra vez lo guardare-nuevamente fijó su mirada azul en la de los niños-en mi habitación. Y hay de quien se atreva a tomarlo de allí ¡¿Entendido?!-todos asintieron-¡¿ENTENDIDO?!-repitió pero esta vez con un tono más severo.-No puedo creer que un simple muñeco haga todo este alboroto-farfullo una vez que tomó el muñeco a mano.

Candy intentó disuadir la decisión de su esposo, pero no lo vio conveniente, no en ese momento y mucho menos viendo lo enojado que estaba Albert al ver que su fin de semana “perfecto” entre familia se había ido al caño por un simple muñeco que le daba miedo no solo a ella, al parecer a su pequeño William también.

Siempre había sospechado que ese muñeco tenia vida propia, porque siempre se le aparecía de la nada, la miraba de una forma que la intimidaba, y ni se diga cuando estaba con Albert, el muñeco parecía que quería asesinarlo

Convenció a Neal, luego de que hicieran las paces, que se lo llevara lejos, que ella sabía que ese muñeco tenía un significado muy especial para él, pero a ella le daba miedo. Neal decidió entender todo aquello y jamás lo volvió a sacar hasta que nació su sobrino, el hijo ilegitimo de su hermana y un ranchero el cual, a los pocos meses, fue asesinado por el señor Leagan al descubrir que le había robado la virtud a su hija, a su princesa.

Albert subió escalera arriba, entro a su habitación y guardó al dichoso muñeco ese en su closet, mientras farfullaba palabras que no eran del agrado de todo aquel que tuviera la desgracia de escucharla. No era digno escuchar esas palabras del patriarca de la familia Andrew, pero ya todo aquello lo andaba sacando de quicio. Salió de la habitación y nuevamente intentaría disfrutar en familia…en calma, como debía de ser.

*_*_*_*_*_*

Un estruendo se hizo escuchar en todo la mansión de los Andrew una vez más haciendo que todos se estremecieran, el patriarca ya andaba arto de todo aquello, pero al no ver a su esposa cerca, se preocupó y bajó, colándose la bata, a la cocina. Allí vio a su esposa sentada en el piso, mientras estaba atrapada en un ataque de nervios y negaba con la cabeza.

Albert, al dar un paso hacia delante, vio la sangre que estaba esparcida en todo el piso haciendo un camino, como si alguien la hubiera trapeado, observo el camino de esta y se dio cuenta que finalizaba en el lugar que se encontraba su esposa la cual estaba mordisqueando sus dedos.

Se asustó, la creyó herida, se acercó a ella la revisó completamente sin dejar un lugar salvo, no le encontró ni un indicio de heridas, pero lo curioso es que ella estaba bañada en sangre, eso lo preocupo..

La cocina se estaba acumulando de personas, hasta el personal está presente mientras que la señora de la casa estaba en un abismo de nervios y le suplicaba a su esposo que se la llevara de ahí, y que no se refería a la cocina si no a la casa de ellos…

-¡Candy, amor ¿Qué paso aquí?!-Pregunto Albert aun absorto por lo que veía.
Albert abrió los ojos como plato al escuchar las palabras de su esposa:

-¡El muñeco!-respondía la rubia negando con la cabeza.-¡El muñeco!
-¿Qué estás diciendo Candy?-se acercaba el rubio aun más a su esposa la cual, al parecer, había sufrido un atentado y alguien más fue el desafortunado al enfrentar a aquel ladrón. ¿Pero quién?

Albert se estaba convenciendo de que algún ladrón había intentado robar la casa, su esposa bajó a beber un vaso de agua y tuvo la desdicha de encontrarse cara a cara con el ladrón, ella intentó gritar, él no la dejó, intentó callarla pero su esposa lo confronto con algo filoso y en defensa propia se defendió…Eso podrían decirle a la policía, no hay otra explicación, su esposa sería incapaz de lastimar a alguien, pero esta vez tuvo que…

Invocó a todos los hombres incluyendo a los empleados, les ordenó que buscaran por todos los alrededores al dichoso ladrón, todos se miraron preguntándose de que ladrón estaba hablando el rubio frente a ellos que, con cada palabra que atinaba a decir, caminaba de un lado a otro como si fuera algún león atrapado en la jaula de algún zoológico.

Todos tomaron las armas que el capataz de la mansión le hacía entrega. Los niños estaban bien asustados, William mas al ver a su madre en ese estado echándole la culpa al muñeco, pero al ver que nadie le creía hundía su rostro en sus manos.

Él si le creía, ese muñeco no era normal, varia veces lo había escuchado susurrarle al oído cosas, y esa tarde no fue la excepción, por eso había gritado como un loco hasta alertar a su primo Eliam que como era de esperarse, no le creía.

El muñeco quería a alguien en específico y él lo averiguaría. Emprendió a la huida, Eliza intentó detenerlo pero Eliam, su hijo, quien osado en detenerla al jalar con sus pequeñas manos la bata de su madre, se lo impidió y fue él quien termino corriendo detrás de su terco primo.

*_*_*_*_*

Los hombres buscaban al dichoso ladrón que se había inventado Albert, y este no aparecía por ninguna parte. Uno de ellos se acercó a la caballeriza y con un silbido alertó a los otros para que fueran a su encuentro. Todos quedaron perplejos al ver el cuerpo de una de las mucamas tirado en el suelo.

Todos taparon su boca, otros vomitaron al ver el cuerpo degollado de esa manera; otro silbido se escucho a lo lejos, los hombres fueron, una vez más, a su encuentro, esta vez era uno de ellos:

-¡Archie!-rugió Neal dejando caer la lámpara de gas que tenia sostenida en una mano y el trabuco que tenía en la otra, cayendo en sus rodillas colocó su mano en su cabeza y negaba con la misma-No ¡No, Archie! ¿Por qué no diste aviso? Estábamos tan cerca.

-¿Qué pasó?-preguntó Albert que había salido de la nada, todos se sorprendieron al verlo a parecer-¡Archie!-abrió los ojos el rubio de la impresión-¿Cómo? ¿Quién lo…? ¿Por qué?-hacia pregunta tras otras que no tenían respuestas.

-¡Debemos atrapar al causante de todo esto!-Bramo Neal poniéndose en pie-¡Esto no puede quedar asi! ¡La muerte de ellos debe de…!-no pudo terminar de alimentar el jubilo de la muchedumbre porque unas pequeñas y chillonas voces se hicieron presente interrumpiéndolos: William y Eliam.

-Esperen…-decían los niños al unisonó mientras que paraban sus pasos y colocaban sus pequeñas manitas encima de su rodilla buscando el aliento que se le había ido junto con el correteo.
-¿Qué hacen aquí, niños?- pregunto Albert-¡Están consciente de que hay un asesino cerca y ustedes a las afueras de la mansión!

-Lo siento tío- decía aun buscando el anhelante aire para que entrara en sus pulmoncitos el pequeño Eliam-Pero William y yo sabemos quién es el presunto ladrón.

Todos se quedaron mirando a los niños sorprendidos, Albert se acercó y tomó al pequeño Eliam por los hombros y le dijo:

-¿Dónde está?-fue su primera pregunta-¿Anda armado? ¿Lleva compañía? ¿Cuántos son?-iba a seguir interrogando al pequeño pero Neal al ver como sacudían a su orgullo, a su travieso y pequeño orgullo, lo separo. Albert comprendió y se alejo del niño, Neal lo tomó entre sus brazos.

-Está en la casa…anda armado, es uno solo y…-Albert no lo dejó terminar cuando dio la orden de que todos fueran a la casa a defender a las mujeres, a los niños que estaban dentro de la casa.

-¡Espera papi!-gritó William, pero nadie lo escuchó, Neal tomó la mano del pequeño rubio mientras tenia cargado a Eliam, su sobrino, y este se acomodaba en su pecho-. Tío Neal, ellos no saben aque se están enfrentando.

-¿Qué me quieres dejar dicho con eso, William?-preguntó algo confundido el moreno.

-Es cierto tío, el tío Albert y los demás no sabe a qué se está enfrentando-hablo Eliam al colocar sus pequeñas y morenas manos en el rostro de su tio haciendo que él lo mirase. Neal estaba confundido.

-A ver, a ver, par des de bribones-colocó a Eliam en el suelo, al lado de su primo, más atrás Neal se puso de cuclillas-¿Qué me quieren dejar dicho con eso?-ambos primos se quedaron mirándose-¿Me dirán o no?-ambos niños asintieron.

-Pero antes..-hablo Eliam alzando una de su cejas

-Debes prometer que no te enojaras con Eliam.-secundo William. Neal volteó los ojos y suspiró.

-Está bien, no me enojare con Eliam-Ambos primos se miraron y se dedicaron una media sonrisa al mismo tiempo que asentían. Primera vez que se convertían en cómplices. Neal bien que lo sabía, por eso le dio el beneficio de la duda

FLASH BACK

William se había alejado de la presencia de su tia. Fue corriendo lo mas rápido que podía, se adentró en la habitación principal, buscó al endemoniado muñeco por todas partes e incluso en el closet de sus padres, y como debía de esperarse, este no aparecía.

Luego se mudo a las otras habitaciones y nada, este no aparecía, más atrás sintió la presencia de su primo Eliam, cosa que lo hizo resoplar, no sabía porque había ido atrás de él. Hizo su caminar mas y mas rápido, haría lo que fuera para alejarse de su primo, pero este no captaba el mensaje y lo seguía de todos modos. El pequeño William volteó su pequeño cuerpecito y enfrento a su primo.

-¡¿Qué quieres?!-rugió el rubio

-Ayudarte-contesto el moreno-.Quiero ayudar a los demás, incluso, aunque no lo creas, aunque se te haga difícil de creer, quiero a mi tía Candice, y la quiero proteger.

-Tienes razón, se me es difícil creer que quieras a mi Madre, pero ¿De qué o quién la quieres proteger?

-De…-Eliam trataba de formular las palabras pero ellas no se dejaban, un breve zarandeo que provoco el pequeño William lo hizo hablar-de él.

-¡¿De él quien?!-interrogaba el pequeño rubio-¿Del muñeco?-Eliam asintió. William se estremeció, por un impulso empujo a su primo y emprendió a la huida-¡Debo de avisarle a mi papi! ¡Mi madre! ¡Todos estamos en peligro!

-¡William, espera!-vociferaba Eliam aun, más atrás. Pudo alcanzar a su primo y tomarlo del hombros-Espera-apenas si podía mantener las palabras, estas se le iban con el aliento-. Tu padre es el objetivo.

-¡¿Tu como lo sabes?!-interrogó, una vez más, William.
-Porque…-Eliam trataba, por todos los medios, atrapar el aire y colocárselo en su cuerpo-Porque…

-¡¿Por qué que?! ¡Eliam, dime!-rugió una vez mas William.

-¡Porque el muñeco está enamorado de tu madre ¡Me lo confeso! ¡Me lo dijo hace tiempo! ¡Quiere a tu padre, digo, su cuerpo!-la rabia invadió el cuerpo del pequeño William y se lanzó al cuerpo de su primo.

-¡¿Por qué no lo dijiste antes que tenias la oportunidad?!-rugía y atacaba a Eliam.

-Creí que sería divertido, que se trataba de un juego, pero luego… luego ese monstruo comenzó a matar y…-William lo zarandeo-Y mira como está la tía…

-¡Eres un…! ¡Te odio Eliam!

-No ganas nada con hacerlo, mejor vamos a dar aviso a los demás-William se levanta y le tiende la mano a Eliam, él la tomó.

-Está bien, aunque nos tacharan de locos, así como lo hiciste tu esta tarde-Eliam se encogió de hombro.

-Lo siento-se disculpo.

-Ya de nada sirve-le respondió -, estas perdonado mucho antes de que lo dijeras o lo pensaras-ambos primos se dieron la mano y se abrazaron. Fueron en busca de los hombres aun sabiendo que serian regañados por haber abandonado la mansión, para ellos era más importante el bien estar de su familia.

FIN FLASH BACK
Eliam estaba Realmente avergonzado por lo que se había callado, Neal aun seguía tratando de generar todo aquello que los niños le decían. No sabía si creerles o darle unas buenas nalgadas por haber inventado esa mentira, pero los veía tan pero tan serio, con esa cara de ángel que…

Escuchó el grito de su esposa, Neal tomó las manos infantiles y se dirigió a la mansión, llevándoselo casi arrastras.

*_*_*_*_*_*
Dentro de la mansión las mujeres gritaban, cada una, se abrazaban y protegían a los dos infantes que estaban casi sollozando, negaban una y otra vez, con la cabeza, al ver que el muñeco aquel, que había desatado el caos aquella tarde, no dejándolo disfrutar el fin de semana en familia, se movía sin que ninguna mano humana lo ayudase. .

Candy hacia su abrazo más y mas fuerte contra el pequeño Stear, hijo de Archie. El niño contaba con apenas tres añitos de vida y su madre había fallecido cuando lo trajo a la vida, Candy y Albert ayudaban al elegante con su hijo, cuando este tenía que irse de viaje por algún negocio en puerta, el niño era bien sumiso, no molestaba, pero tenía un aire de creatividad y carisma que encantaba. Verlo temblar de miedo en esos momentos, mientras que su padre estaba afuera buscando a alguien o mejor dicho, a algo que estaba fuera de su alcance ¡Ellos no querían creer que el culpable de todo aquello había sido ese endemoniado muñeco! Eso la exasperaba.

Ahora estaba esa cosa allí, en aquel momento, delante de aquellas temerosas mujeres que no se atrevían acercársele y propinarle una patada de aquellas que hacen los atletas de futbol, por temor que el muñeco aquel, le tirase algún hechizo.

Albert llegó y más atrás algunos hombres, que se quedaron absortos al ver que el muñeco endemoniado era real, Albert lo tomó y le disparó tan pero tan fácil que…

Él por su familia haría lo imposible, incluso matar un ejército de zombie, si era posible. Mientras el chorro de sangre que salía del muñeco que había recibido el disparo, se esparcía por todo el lugar, Candy llegó a los brazos de Albert y lo abrazó. Albert correspondió al abrazo con tal necesidad, parecía que tenía años sin hacerlo.

Acariciaba el cabello de la rubia mientras propinaba besos en ellos. Más atrás llegaron Neal, William y Eliam. Observaron la escena que estaban compartiendo la pareja y al muñeco que era recogido con mucho cuidado por uno de los trabajadores.

Neal dio la desgarradora noticia que Archie había muerto, todos se quedaron mirando al pequeño Stear, el cual estaba ajeno a todo ello, que jugaba con sus aviones. Candy le propuso a Albert adoptarlos. Él asintió.

*_*_*_*_*_*_*_*

Un año había pasado luego de todo aquello, la familia Andrew había sufrido mucho luego de aquella noche, había sido acosados por los paparazzi noche tras noches, dia tras dia, sin descanso, pero ya todo aquello pertenecía al pasado, Albert bien que lo sabia, miraba con admiración su nueva familia que estaban jugando tan ensimismados.

Su mirada azul se perdía en el viejo bosque mientras que un satisfactorio recuerdo le llegaba de golpe.

FLASH BACK

Albert estaba buscando al dichoso ladrón aquel que había atacado a su esposa, y no obstante, la había puesto en un estado de nervios, que casi deliraba, que decía casi ¡DELIRABA! Si le echaba la culpa de aquella masacre a un simple muñeco ¿Qué podía decirle a eso? …un ruido que escuchó, como si alguien estuviera pisando alguna de esas ramas que caían de los arboles, si, alguien estaba cerca, lo estaban acechando.

Deicidio agacharse mientras se iba guiando por el “ruido”, escondido entre las ramas, algo diminuto decidió atacarlo y decía unas palabras en un lenguaje que él no conocía. Intentaba luchar, pero cuando lanzaba sus manos hacia atrás, no encontraba de que agarrarse, cuando subió su mano tanteo el diminuto cuerpo, parecía ser el cuerpo de un niño o el de… ¡No! Se negaba, no podía ser el muñeco ese ¡ERA REAL!

Su desesperación fue mayor cuando escuchó la risa y sintió que el alma se le iba…dejó de respirara por unos segundos.

FIN FLASH BACK

-Luego de casi quince años sin poder abrazarte por culpa de aquel desafortunado accidente, pequeña mía, al fin te tengo. Y no sabes cómo lo disfruto. Lo siento por el tío Albert

Diciendo esas últimas palabras decidió reunirse una vez más, con la familia que lo esperaba eufórico. Sus ahora hijos, entre otros, lo reclamaban.


FIN







Gracias por leer Festival del Terror: Primera historia 1 Anthony el muñeco diabólico  245289

http://larojamelenaquesellevoelviento.blogspot.com/

Paolau2

Paolau2
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Wow! Ese final no me lo esperaba Festival del Terror: Primera historia 1 Anthony el muñeco diabólico  910295 , la historia está más q buena, felicidades! Festival del Terror: Primera historia 1 Anthony el muñeco diabólico  355103 Cada vez q pasa alguien afuera de mi casa se ven sombras y cuando esto sucedía yo brincaba y miraba alrededor x estar tan metida en el fic. Festival del Terror: Primera historia 1 Anthony el muñeco diabólico  8489 Y eso q leo de día!!!

Friditas

Friditas
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

¡zaz! ¡final de super lujo! Una historia buenísima, ay, lo siento mucho por mi güerito precioso, pero ese Anthony salió más vival de lo que parecía. 
Excelente colaboración,  felicidades

GEZABEL

GEZABEL
Guerrera de Lakewood
Guerrera de Lakewood

:D excelente... al menos a Anthony si le sirvio el conjuro porque lo que fue a chucky :p ... genial

Lilianarodas

Lilianarodas
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Festival del Terror: Primera historia 1 Anthony el muñeco diabólico  16290 Festival del Terror: Primera historia 1 Anthony el muñeco diabólico  16290  pobre  mi Albert, un muñeco diabólico lo mato.   Festival del Terror: Primera historia 1 Anthony el muñeco diabólico  8489  Festival del Terror: Primera historia 1 Anthony el muñeco diabólico  8489  

Que buen fic

Lady Lyuva

Lady Lyuva
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Orales! Al final Anthony se queda con su güera!

Me encanta el terror!

ladylore

ladylore
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

no..... pobre albert... lo han suplantado...

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